- Voy a retractarme de lo que dije en mi anterior entrada sobre cierta escuela de interpretación a la que Wentworth Miller acudía. ¿Es posible que yo dijese algo así?, ¿pero cómo? A veces me desconozco a mi misma. Lo cierto es que me parece un actor correcto. Me gustó muchísimo en los episodios del final de la primera temporada de Prison Break y me está gustando bastante en la segunda.
Y si te preguntas qué tiene Wentworth de especial que no tengan otros actores para interpretar el papel de Michael Scofield,
Es una persona muy introvertida. Aquellos que trabajan con él lo describen como alguien muy reservado, e incluso enigmático. Él se describe como "un actor de 34 años, reservado, lo que implica estar sentado sobre una montaña de secretos".(...) "Me río para mis adentros cuando me preguntan en las entrevistas qué sitios suelo frecuentar. No tengo respuestas para esas preguntas, así que me las invento."
Algunos datos no inventados sobre su persona:
1- Habla con la clásica voz hipnótica de locutor pincha discos y emplea un lenguaje culto, sus compañeros de serie piensan que es inteligente (o cuando menos intimidante). "Es un tío sorprendentemente inteligente. Sentí que me volvía a examinar de primaria la primera vez que hablé con él", dice Amaury Nolasco (Sucre)
2- Sólo ha estado en un concierto en toda su vida; David Gray es el afortunado.
3- Creció en Brooklyn y fue educado según la firme disciplina de un padre abogado/educador y una madre profesora de educación especial. Fue a la Universidad de Princeton, en donde cantaba como barítono en un grupo de canto a capela (te-hee) Dice; " estaba tan ocupado haciendo lo que todos esperaban de mí que nunca me detuve a pensar que es lo que yo esperaba de mí mismo. Así que durante mis 20 años, basicamente me dediqué a desmontar al burócrata en ciernes en el que me iba a convertir". Y es entonces cuando se marcha a Los Ángeles y se presenta a algunos castings. ¿Os acordáis del episodio de Buffy de los estudiantes dopados que se convierten en monstruos nadadores ? Sí, él era uno de ellos. También participó en Urgencias, y mas tarde vinieron otros trabajos para la pantalla grande como "La mancha humana", "Underworld" o "Joan of Arcadia".
Para demostrar que también tiene su vena impulsiva y que no es rarito del todo, Wentworth se lanza a contar su experiencia en un viaje por carretera de Chicago a Los Ángeles : "Hay cierto anonimato en la carretera. Puedes jugar al viejo juego de cambiar de acentos cada vez que entras en un restaurante de carretera... Si decides ir a la izquierda en vez de a la derecha, tal vez nadie vuelva a saber de ti nunca. Da un poco de miedo, pero es emocionante". Aunque sus compañeros de reparto dicen que siempre prefiere el camino menos transitado "Es muy sabio, comenta Dominic Purcell, que interpreta a Lincoln "No me extrañaría que dejase el negocio mañana y se convirtiese en un escritor."
4- Por último, se declara un perfeccionista, si tuviese que puntuar sus cualidades como actor en una escala del uno al diez se daría así mismo un 4, por lo tanto, estima que aún le queda un largo camino que recorrer.
Wentworth Miller ES Michael!
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toastandtea)
- La FOX está repitiendo los episodios de Smallville en los que aparece Jensen Ackles (alias Dean Winchester ). En la serie, Jensen hace de novio psicópata dos mil uno de Lana Lang y eso me ha hecho preguntarme cómo es posible que nisquiera uno solo (de toda la ejemplar colección de novios que ha tenido a lo largo de la serie) haya conseguido acabar con ella. Una verdadera lástima, la verdad. Me imagino que en la próxima temporada su personaje seguirá allí volviéndose a enamorar en bucle de novios psicópatas, para mi desgracia y la de Clark. Me queda la duda de si los productores también conservarán a Cloe, porque es evidente que Lois ganará protagonismo. En cualquier caso, una se conforma con la certeza de
la presencia de Michael Rosenbaum (Lex Luthor) AAAH!.
- Y aquí dejo el reto de
adelita_scapes, una historia desabruptada y populachera en clave de yo mimé conmigo, contigo mañana):
Reto: Pitiminí + Diablo sobre Ruedas
El caballero del asfalto
Spoilers: El diablo sobre Ruedas, alguna referencia a Beautifull Boxer.
Raymond J.Flaherty, no tuvo la culpa de dedicarse a lo que se acabó dedicando.
Ya en su etapa universitaria fue un completo incomprendido (tal y como reconociera H.R al detective Brascos en testimonio fechado en Junio de 1993). Adicto a los libros de Anne Rice, enamorado de los deportes de contacto, firme creyente de que los maxi bolsos no tenían ningún cabida en la industria de la moda, se había hecho fan del renombrado púgil tailandés Nong Toom, conocía su historia al dedillo, había asimilado cada uno de los acontecimientos de su vida con exactitud y recitaba de memoria las marcas de cada uno de los brillos labiales que éste luciese en sus enfrentamientos sobre el ring. Durante años, mientras repasaba con avidez los álbumes de recortes de sus éxitos deportivos, había soñado que algún día sería como él, que heredaría algún destello de su clase y gracilidad sobre el cuadrilátero. Pero cuando el día de emular al que durante toda su vida había sido su inspiración llegó, ocurrió que nada fue cómo había esperado.
- No puedes salir con eso a la lona - El entrenador Mancuso miraba nerviosamente a ambos lados del gimnasio con la esperanza de que ningún profesor se hubiese percatado.
- Son solo polvos de arroz Shiseido y colorete Bourgeois, señor.
- No me refiero a eso - en un susurro.
- ¿La cera capilar frutal?- pasó una mano por su brillante cabellera - Pero si Orlando Bloom la llevaba en el estreno de Piratas del Caribe.
- Hablo de la flor Y al mayot rosa con la inscripción "princesa a bordo". Es totalmente antirreglamentario. - gritó al fin desesperado y rojo de ira.
Puede que para un jovencito apuesto tailandés llevar diadema mientras aniquilaba a sus contrincantes a golpe de llaves kickboxing se tradujese en millones de fans coreando su nombre y una abultada cuenta bancaria, pero para un joven americano de un pueblo perdido de Carolina del Norte, el exceso de rimel el día del Campeonato Interestatal de Universidades sólo tenía un significado, el del fin.
Así que ese mismo día se despidió de sus amigos (que habían dejado de serlo desde aquel momento), y regresó a su casa en Duplin con el corazón roto, una colección preciosa de gorros de ganchillo y un horrible boletín meteorológico que pronosticaba huracanes durante la próximas 3 semanas.
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La idea del camión fue de su padre.
Era eso o la granja.
Raymond estaba convencido que todo obedecía a una maniobra de la familia, ansiosa por apartarle del negocio paterno, y bien conocedora del trauma que se obró en su inocente persona cuando, a los 5 años, pretendió ofrecer su imitación de Shirley Temple frente a una concurrida audiencia de cerdos hambrientos y furiosos.
Así que una tarde otoñal y sin otra opción mejor que garantizase su futuro, se vistió con su mejor casaca de terciopelo rojo con puños bordados, tal y como acostumbraba hacer Lestat cuando quería dejar claro a Louis que esa noche iba a salir de juerga, y se dirigió a la Exposición de Camiones de Kinston.
Durante horas caminó lánguidamente entre las hileras de aquellos monstruos de acero; tomando cuidadosas notas, sacando brillo al armazón con sus bordados, fingiendo ser todo un experto en la materia; cuando en realidad no era capaz de identificar ni la procedencia de las matrículas. Y justo cuando estaba a punto de darse por vencido, y se inclinaba ya sobre su bolso para buscar una aspirina con que aliviar su monumental mareo y largarse de una vez por todas, lo vio.
Un Dumpper semi-articulado de 7 metros de altura y 8 de ancho, 200 toneladas de peso, con unas ruedas de 3,5 metros de diámetro, lacado en negro y un rugido capaz de despertar al mismo Satán.
Además de una pegatina de piolín súper mona en el lateral izquierdo.
Raymond sintió por un momento que le flaqueaban las piernas y la vista se le nublaba, así que tuvo que sentarse y ser asistido por un empleado de la exposición que voló entre las hileras de camiones solo para ofrecerle un vasito de agua.
-¿Se encuentra bien caballero?, le encuentro un poco pálido.
- Gracias, gracias, son los polvos de arroz Shiseido - mintió.
- ¿Necesita algo?
Observó al empleado con los ojos brillantes y una diminuta lagrimita rodó por su pálido rostro. Aquella era la revelación que siempre había esperado. Como cuando Clark Kent descubrió ensimismado frente al espejo de su casa lo bien que le sentaba la licra, Raymond descubrió que siempre había estado errado, que su vocación nunca había pertenecido al mundo de las llaves y los knockouts. Y de pronto se visualizó así mismo al volante de aquel extraordinario engranaje prehistórico, el olor a carburante, el arrullo del diesel y las bocina mugiendo a 100 por hora. También se imaginó vestido con unas botas de piel, una camiseta sin mangas y los vaqueros superajustados de CK.
- Sí- dijo incorporándose con presteza pero con la voz todavía quebrada por la emoción - quiero éste, por favor.
- ¿Se lo lleva así, o se lo envuelvo?
Y así fue como Raymond J.Flaherty se convirtió en camionero.
Aunque el prefería llamarlo caballero del asfalto, molaba más.
La vida de un caballero del asfalto resultó ser una vida exhausta y llena de peligros pero tan, tan, guay. Para empezar adoraba las canciones de Dolly Parton y podía utilizar su propia emisora de radio para organizar citas con sus otros amigos camioneros. Las estaciones de servicio y los estacionamientos de camiones se convertía en lugares improvisados de reunión en los que el nuevo Raymond , autoproclamado rey de la movida sobre ruedas, invitaba a cervezas y todos bailaban en fila india al ritmo de Billy Raymond Cirus. Por primera vez se revelaba su auténtico yo, un yo carismático y magnético, un yo algo cervecero-- está bien-- pero lleno de glamour y transpirando liderazgo por los cuatro costados.
Qué poco imaginó el Raymond de aquellos años dorados, que las palabras que su abuela, la encantadora Mary Alice Lula Lu Flaherty Flaherty, le dedicase en su lecho de muerte ("todo es una cagada"), terminarían haciéndose realidad en tan corto espacio de tiempo.
En el verano 1993 se reportó a la policía local de Los Ángeles que un camión dumpper semi-articulado de , 7 metros de altura y 8 de ancho, 200 toneladas de peso, con unas ruedas de 3,5 metros de diámetro, lacado en negro y una pegatina de un piolín en un lateral, había caído por un precipicio poniendo así fin a la vida de Raymond .
"Me siguió durante días por la interestatal, pretendía matarme" atestiguó D.M., representante de comercio, todavía conmocionado por la extraña experiencia.
"Había tomado tres Manhattanans, apuesto a que sus intenciones eran totalmente amistosas. Era tan guasón..."- declararía entre risas y lágrimas el camionero J. A. R. amigo del fallecido al detective Brascos.
Aún no existe una respuesta cierta sobre qué pudo haber llevado a Raymond al borde de la locura. Qué le condujo a acosar a un pobre representante de comercio durante varios días, y a morir más tarde despeñándose por un precipicio sin llevar encima una gota de rimel y sus vaqueros superajustados CK.
Los camioneros, su auténtica familia, continúan recordándole con cariño. Todavía hoy guardan fresco el recuerdo de su rostro scene, su diadema de Hello Kitty, su sonrisa elástica y sus casacas de terciopelo rojo.
Cuentan que en las noches otoñales, cuando el crepúsculo se dibuja en el horizonte, el sonido del viento y la oscuridad se conjuran y asumen la forma de una nueva leyenda. La leyenda del caballero del asfalto,
THE END.