Cotorreo, ¿por qué no?
Hummm... Cómo empezar un LJ, me pregunto. Y es que no tengo mucha idea, ni graaandes cosas que contar, pero intentaré decir algo.
Hablemos, por ejemplo, de mi día de hoy.
Levantémonos conmigo, a esas seis y media de la mañana que se convierten en siete menos cuarto entre que apago y no el despertador, y acompañemos a esa mí misma que va, zombie perdida, por el pasillo, que entra en la cocina y coge su pedazo de tostada, y entonces va y piensa oh, podría hacer una historia que empezara así, con una tostada y un café calentito, cuando no debería pensar, porque no está en condiciones de hacerlo.
Porque sí, ese es mi yo. Definitivamente. Un yo que piensa demasiado, cuando no debe, y que piensa las cosas más extrañas -o no tanto- cuando le parece. Y escribo por escribir, y hablo por hablar, y me callo todo lo que es mío, de verdad de la buena. Y, aún así, todavía parezco medianamente humana. Y no sé qué parte de mí prefiero, si esa que es persona normal y corrientucha, la que se siente bien a todas horas con todo el mundo, o ese semi monstruo depresivo a ratos y eufórico cuando no viene a cuento, que se aísla de todo y de todos porque sí.
Y bah, ya sabéis demasiado. Demasiado o demasiado poco, pero no me apetece nada teclear, y mi ordenador aún no lee pensamientos. Así que va bien, con esto. De momento.
Y sí, es una amenaza. Volveré.