Para
miss_sinacroft . Que, por cierto, me debe una galleta (y sí, viva el altruismo, ¿eh?)
Primera incursión en el fandom; teniendo en cuenta que no me he terminado siquiera la primera temporada, esto es, creo, bastante arriesgadillo. Con lo que me gusta a mí tener controlados a los personajes antes de escribirlos. Pero en fin, por algo se empieza (y qué mejor que empezar por el principio).
Así que, teniendo en cuenta todo esto, no hay spoiler alguno en esta viñeta. No hay... nada, en realidad, pero en fin. Ahí va igualmente.
Everything you left behind
Lo primero que se le viene a la cabeza es que está jodido. Lo primero que se le viene a la cabeza es que tenía que haber cambiado de número, que debería haberse escondido mejor, que mierda ostia joder, yo sólo quería una vida normal, yo no quería esto. Yo no quería que me temblaran las piernas cuando me llaman por teléfono, cuando escucho su voz -yo no quería esto.
Ni siquiera sabe qué decirle a Jessica. Voy a por mi padre, voy a buscar a un hombre al que no quiero volver a ver en mi vida; suena bien. Suena estúpido, pero es que se siente estúpido, ahora mismo, porque tiene algo dentro que se le retuerce, algo que está preocupado y tiene ganas de salir a la aventura, tiene ganas de volver a reunirse con ellos -con los dos, aunque no lo admita-, tiene ganas de que vuelvan a ser una familia. Es una especie de gusano que se remueve, una serpiente que le muerde y le envenena poco a poco, que mata al novio perfecto y al estudiante perfecto, a ese Sam Winchester que está a punto de entrar en la escuela de derecho y convertirse en abogado y ser normal.
No, no sabe qué decirle a Jessica, así que no le dice nada. Deja que hable Dean -que es el hermano mayor y el que le saca las castañas del fuego- y en el mismo instante en que sale por la puerta sabe que no va a volver. Que ese gusano o serpiente o lo que sea tirará de él, de alguna forma; que es tan absurdo que guardes las llaves, Sam Winchester, es tan absurdo que te engañes de esa forma. No va a volver a ser el mismo, no irá a la entrevista, por más que quiera, y lo sabe. Pero cuesta admitirlo. Estabas tan cerca, estabas casi allí. Podrías haberlo conseguido (podrías haberles dejado atrás).
Dean tiene el coche aparcado fuera. Lo recuerda; negro, no muy limpio, tan absolutamente Dean que podría reconocerlo a kilómetros, dimensiones de distancia. Música antigua, música que lleva a Sam a esos días de hace tanto, a tardes en una habitación sucia de motel, viajes eternos de una punta a otra del país, del mundo. A John y Dean y Sammy Winchester, a esos muchachos que aprendieron a disparar antes de saber hablar en condiciones. A los tiempos en los que tenía una familia (por muy extraña y frustrante que fuera). Podría haber olvidado todo eso, enterrarlo en lo más profundo de su memoria, aplastado por leyes y citas importantes y entrevistas de trabajos. Podría haber colgado el teléfono y cerrado los ojos, y esta noche dormiría con Jessica y se despertaría a su lado, y todo estaría bien -todo sería normal, cotidiano-.
Quizás sea bueno no haberlo hecho.