Contigo.

Oct 10, 2007 23:33

La complicidad flota en el aire cuando abro la puerta y te descubro allí, esperándome en el umbral, con la misma sonrisa que llevas regalándome cinco años, y nos envuelve como una manta cuando te abrazo, me abrazas, nos abrazamos.

Entras y sigo cocinando, tú pruebas la salsa y hablamos. Hemos abierto el pozo de las palabras, y éstas se mezclan en el aire con los aromas de la comida y las ganas de sentirnos cerca. Me ayudas, montas las claras a punto de nieve, friegas los cacharros, metemos el bizcocho en el horno y es hora de comer.

Te deshaces en halagos ante el plato que he cocinado para ti, y me siento feliz de poder cuidarte, de ver de nuevo esa sonrisa que tanto me gusta y escucharte hablar mientras tus manos vuelan a tu alrededor, gesticulando sin parar.

Sacamos el pastel y no puedes resistirte a probar un trocito, montamos la nata y repelas el batidor, y yo te hago una foto sin avisarte. Ya es costumbre, a veces pienso que ojalá pudiera parar el tiempo, conservar ese momento siempre así, y de algún modo intento capturarlo con un flash. Y me miras, me sonríes, devolviéndome la sonrisa y sé que habrá más momentos como éste.

El bizcocho es un éxito y la nata que le acompaña me recuerda a ti, dulce y consistente, y pasamos al sofá a sentarnos.
Allí tirados, abrazados a los cojines de Ikea, me siento afortunada de contar con alguien como tú a mi lado, me alegro de haber sido paciente, me siento bendecida por tu amistad.

Jugamos a la consola, te gano 10 a 8, te hago fotos, nos hacemos fotos y siento que no me cabe más felicidad dentro.

Cae la noche y te tienes que ir, y cuando te despides, me dices:

"No sabes cuánto me alegro de haberme sentado ese día a tu lado en clase..."

Y yo, Juan.

Y yo.
Previous post Next post
Up