Tan solo un segundo ♣ Prólogo
Bueno, hoy tenia ganas de escribir, asi que me he decidido a empezar a escribir una novela o algo, a ver lo que sale. Ya me direis lo que os parece...
Prólogo
"
No sentía nada. Ya no quedaba nada dentro de mi. Todo lo que un día había sido, todo lo que podría llegar a ser se fue. Mi vida terminó junto a la suya. Ya no tenía ganas de comer, no tenía ganas de vivir, solo me quedaba ese agujero enorme que me desgarraba y que quería salir de mi. Solo un vacío. Solo la tristeza de un recuerdo.
toc, toc, toc
Otra vez la puerta. Y después unas voces. Se sentían tan lejanas... no me importaba lo que me dijeran, ya nada tenía sentido. Pero las voces volvían una y otra vez al lado de mi puerta. No tenían sentido. Hablaban de comida, enfermedad, amigos, cariño... tantas cosas que habían dejado de ser importantes. Ninguna de ellas llenaría el vacío que tenia dentro y ya nada tenia sentido.
Pasó mucho tiempo así, tiempo de dolor y soledad. ¿Minutos? ¿Horas? ¿Días? Quien sabe. Solo recuerdo que fue un sufrimiento eterno, aun lo es.
Y otra vez la puerta. Esta vez sonó más fuerte, como si un señor gigante la golpeara. El recuerdo es confuso, pero de repente me movía, me mecía en esa pesadilla que era mi vida, de un recuerdo a otro. Pero no era como antes, ahora me movía de verdad.
Todo se hizo aun más confuso durante un tiempo. No lo recuerdo bien. El agujero que me desgarraba por dentro seguía ahí, pero se difuminaba, era una sensación extraña.
Más tarde me contaron que estuve así unas semanas. Por mi podrían haber sido años y no se notaría la diferencia. El sufrimiento era eterno e infinito. Solo había dolor, y nadie podía remediarlo.
Pero un día, sin saber por qué abrí los ojos, y allí estaba él. Era la misma cara, los mismos ojos. Era tal como lo recordaba. Pero no era posible. No podía ser él. O acaso... no, no era posible.
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Prólogo
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No sentía nada. Ya no quedaba nada dentro de mi. Todo lo que un día había sido, todo lo que podría llegar a ser se fue. Mi vida terminó junto a la suya. Ya no tenía ganas de comer, no tenía ganas de vivir, solo me quedaba ese agujero enorme que me desgarraba y que quería salir de mi. Solo un vacío. Solo la tristeza de un recuerdo.
toc, toc, toc
Otra vez la puerta. Y después unas voces. Se sentían tan lejanas... no me importaba lo que me dijeran, ya nada tenía sentido. Pero las voces volvían una y otra vez al lado de mi puerta. No tenían sentido. Hablaban de comida, enfermedad, amigos, cariño... tantas cosas que habían dejado de ser importantes. Ninguna de ellas llenaría el vacío que tenia dentro y ya nada tenia sentido.
Pasó mucho tiempo así, tiempo de dolor y soledad. ¿Minutos? ¿Horas? ¿Días? Quien sabe. Solo recuerdo que fue un sufrimiento eterno, aun lo es.
Y otra vez la puerta. Esta vez sonó más fuerte, como si un señor gigante la golpeara. El recuerdo es confuso, pero de repente me movía, me mecía en esa pesadilla que era mi vida, de un recuerdo a otro. Pero no era como antes, ahora me movía de verdad.
Todo se hizo aun más confuso durante un tiempo. No lo recuerdo bien. El agujero que me desgarraba por dentro seguía ahí, pero se difuminaba, era una sensación extraña.
Más tarde me contaron que estuve así unas semanas. Por mi podrían haber sido años y no se notaría la diferencia. El sufrimiento era eterno e infinito. Solo había dolor, y nadie podía remediarlo.
Pero un día, sin saber por qué abrí los ojos, y allí estaba él. Era la misma cara, los mismos ojos. Era tal como lo recordaba. Pero no era posible. No podía ser él. O acaso... no, no era posible.
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