Jan 07, 2010 02:40
Capítulo 1, Sin nada... que hacer
Se puede escuchar la vieja melodía repitiéndose una y otra vez, desde todas partes y desde ninguna. La música brota de algún lugar que ellas no ven, mas dentro de esa habitación, en la que Marielle se arregla el cabello moreno poco a poco, mientras Denise se dedica a hojear un libro, con la mirada de ojos verdes llena de aburrimiento, y no le importa no llevar el largo pelo rubio algo enredado, y Akira está callada mirando al resto de las chicas, a su vez, Akira es ignorada por Artemis, la chica morena con mechas que tumbada boca arriba en la cama canta la letra que le pone a la melodía que resuena en la habitación.
Es imposible estar allá, hace demasiada calor y afuera llueve, a Artemis y a Marielle no les importaría salir afuera y mojarse con el agua, pero ni Denise ni Akira parecen dispuestas a consentirlo, y por eso están ahí, metidas en ese cuarto, sin hacer mas que mirar a ninguna parte, hacer cosas inútiles o como Artemis, cantar.
Y es que a las chicas no les importa pasar algo de tiempo en esa habitación. ¿Dónde está esa habitación? En una torre, en un castillo, en... Ninguna parte.
Si, completamente perdidas en medio de la nada, no tienen ni idea de que se les ha perdido, por que supuestamente su maestro debía haber aparecido hacía ya poco, sin embargo ellas seguían sin noticias.
Desde hace un mes están ahí, mirando a todas y ninguna parte, esperando una señal que les diga que por fin va a empezar lo que se supone que tenga que empezar.
¿Por qué están ahí? Tal vez por el hecho de que a sus respectivos tutores legales, o dígase padres, se les había ocurrido la genial idea de casarlas con cuatro jóvenes solamente para fortalecer las familias. Tal vez por el hecho de que ellas no tenían intención de casarse. Tal vez por que cuando se presentó aquel tipo en las puertas de sus respectivas ciudades, no se lo pensaron mucho antes de aceptar el trabajo.
Y es que no tenían mucha opción en los tiempos que corrían, ya que ese año, el 1524, era bisiesto, y como siempre, los religiosos predicaban el fin del mundo una y otra vez, los juglares recorrían pueblos y aldeas en busca de dinero con el que alimentarse.
Nada que no se pudiese solucionar, pero esas cuatro chicas, después de un mes juntas, habían logrado llegar a un "acuerdo de gentilidad y confianza" según el cual, ninguna delataría a nadie.
Marielle había venido andando cinco kilómetros, desde que el hombre que llevaba la carreta en la que se había colado, la echase sin un ápice de vergüenza.
La familia de Marielle era una de las más influyentes en toda la Gálica, y la querían casar con Pierre de LeFont, otra familia muy importante, los padres de ambos eran señores feudales, y por eso pretendían adquirir más poder al unir ambas familias.
El día en que "el encapuchado", como ellas le habían apodado, llamó a la puerta de su casa, Marie abrió, y se encontró de lleno con un encapuchado que le ofrecía librarse de la boda con Pierre.
Al día siguiente se coló en una carromato, y así más de veinte veces. Mas al cabo de una semana, logró llegar al fin a ese lugar en ninguna parte, en realidad no llegó exactamente ahí, pues el de la última carreta en la que se montó, le hizo bajarse antes de tomar un desvío e irse en dirección contraria.
Denise. Denise era la hija de un Delacour, pero no de uno cualquiera. Era la mismísima hija de Thomas Delacour, y prometida de Gabrielle, el hijo de los Merciér.
El encapuchado llamó a su puerta en las mismas condiciones que con Marielle, pero Denise no necesitó tanto...
Denise informó a su padre que iría a visitar a su prometido, mas tomó la dirección contraria y llegó al castillo en ninguna parte.
En cuanto a Akira y Artemis... esa es una historia un poco más larga