Hala, y aquí estamos. Con el típico post de fin de año. Lo divertido (hasta cierto punto) de esta época es justamente eso: llega esta fecha y todo Cristo se pone a publicar felicitaciones, mensajes de buena voluntad (o algo por el estilo) y los típicos "año que se termina, año que comienza". Vale, no seré hipócrita y lo admitiré: este es un post más o menos del mismo estilo, aunque, probablemente con algo de incordio para vosotros que lo leen (o que no), sin el mesajito de buena voluntad. No por mala onda, sino porque me choca repetir lo que se ha repetido -y se seguirá repitiendo- hasta el cansancio. Y además, porque seguro muchos de ustedes también estarán hasta el gorro de leer cosas así. Igual me equivoco y yo soy el único amargado en eso, pero ni modos :P.
Well... ¿Por dónde comienzo esta pseudo-entrada? Meh, traicionaré de nuevo el espíritu dadivoso de la época y me centraré en cuestiones puramente personales. Este año fue un poco movidito en cuestiones de todo tipo: académicas, personales y de trabajo. Amistades nuevas, otras que se perdieron, muchísimas cosas que aprendí, otras que he comenzado a dilucidar y que aprenderé en un futuro y por supuesto, muchas otras cosas que no hice, o que no aprendí, o que olvidé. Como sea, asuntos de ese tipo siempre hay y no creo que haya que pasar mucho tiempo analizándolos. El "hubiera", digamos que me cabrea.
Creo en realidad que el evento personal que menos esperaba y que posiblemente tenga un poco de repercusión en el futuro es justamente el resurgimiento de esta bitácora. Como dije en
un post anterior, este ha sido el año donde, por un lado, he decidido intentar despegarme un poco de las redes sociales populares, especialmente Facebook. Por supuesto, no es algo que pueda dejar completamente de lado. No por gusto, sino porque es ahí donde está todo mundo, todos mis contactos. Y solo por ahí se comunican. Pero eso no me impedirá reducir el uso que le daba a tales redes para dejar de procrastinar un poco (no mucho, la verdad, la gente como yo puede procrastinar incluso con un artículo de la Wikipedia sobre
diámetros angulares). Por otro lado, al mismo tiempo, es el año en que decidí regresar a bloguear (ya, a mí tampoco me gusta el término) y escribir de verdad, no solo memeces. Por supuesto, esto todavía está en fase inicial, pero espero poder llevarlo a cabo de mejor manera.
Y... hmmm... bueno, creo que es todo lo que tenía que decir. De entrada, no soy muy bueno redactando cosas de este tipo. Y además, me es difícil hacerlo sin caer en vicios como la repetición, el pleonasmo, la autocomplacencia o peor aún, el autoelogio. Por lo mismo, mejor lo dejaré hasta aquí. Por último, para no ser menos y para terminar este post de forma "más tradicional" (merezco que alguien me golpee), os desearé a todos vosotros que lleguéis a leer esto, un
¡Feliz Año Nuevo 12014 (HE)!
(Creo que comenzaré a usar el
Calendario Holoceno para no meterme en líos con religiones y porque me gusta llevarle la contraria a todo el mundo ;) ).