Tengo ganas de escribir algo, pero no tengo ganas de hacerlo. Es decir, lo tengo dentro, todo, pero no tengo ganas de exteriorizarlo en palabras porque, al final, todo se malinterpreta, ninguna palabra sale como realmente quisieras que lo hiciera, todo se hace nada y solo uno mismo sabe lo que tiene dentro. Solo uno mismo. Te puedes hartar de
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Es difícil encontrar a alguien que empatice con lo que estás pasando. Se empatiza cuando también se está viviendo algo parecido.
Mira, ahora mismo estaba leyendo algo parecido en otro libro de Stephen King. Una ex-alcohólica hablan con un hombre que no lo es:
Ella: "Creo que no comprendes lo que te he dicho. No me sorprende, los terráqueos rara vez comprenden"
Él: "¿Qué significa terráqueos?"
Ella:"Gente que no tiene problemas con el alcohol, la marihuana, o el jarabe para la tos, o cualquiera de esas cosas que complican la existencia humana. Gente que puede permitirse moralizar y emitir juicios"
Es eso, Encarni, cuando estás extremadamente mal, no entienden. No por nada, sino porque no pueden, no lo han vivido, o no lo quieren ver. La felicidad eterna no existe. Bueno. Espero que la infelicidad eterna tampoco... O igual sí, ya sabes que lo malo es duradero.
Pero, aunque he dejado de preguntarme el por qué, es demasiado duro.
Y los momentos felices, claro que hay que valorarlos y recordarlos. Pero cuando han sido tan breves, a la largan duelen mucho y te pasan una factura de órdago. No sé si me explico.
En tu caso tienes razones de sobra para sentir resquemor, que eso también es humano. Y despecho. Es la eterna lucha de los buenos sentimientos contra los malos. ¿Sabes que creo?... que para tí lo bueno está por llegar. Lo bueno de verdad. Entonces tendrás momentos felices, que pueden no ser eternos, pero sí duraderos.
Es a lo que aspira cualquier persona equilibrada.
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