Socios (Rocío & Santi) [Original: Y los sueños, sueños son]

Oct 23, 2009 11:06

Título: Socios
Fandom | Personajes: Original (Y los sueños, sueños son) | Rocío & Santi
Rating | Advertencias: NC-17 | Ehm, no es lemmon exactamente.
N/A: Hacía... media vida que no escribía algo tan... explícito y con palabras tan... explícitas. Pero hey, Thaly is back in town (y volviendo a sus orígenes). Así que... si no os gusta, no lo leáis.
Palabras: 786


La tarrina del helado estaba encima de la mesa del salón de Rocío, con la cuchara todavía dentro. Es una estancia enorme, muy bien iluminada, normalmente; ahora las cortinas están echadas y la penumbra reinaba en la estancia.

Rocío, que normalmente estaba sola, estaba con Santi. Que no era su novio, porque, joder, siendo sinceros, a los dos los aterraba esa palabra; además, no se querían. Sólo follaban como locos cuando les entraba el calentón. Pero, fuera de eso, ni siquiera se gustaban. Ella estaba buena, él se sabía mover. Y todo lo demás importaba una mierda.

Una mano de Santi estaba perdida bajo el sujetador de Rocío. Tenía unas peras preciosas, de esas que mola tocar porque son blanditas y no tienen silicona. Las bocas casi mordiéndose y una de las manos de la chica perdida dentro de los boxer de Santi, haciendo que gruñese en medio del beso.

-Oye, Ro… una…-no era necesario ni que terminase la frase, pronunciada con cierto regusto suplicante. Ella lo entendía. Y le gustaba. Cómo no iba a gustarle cuando era algo que le daba poder.

Y no es que le gustase tener el poder. No, no era eso. Le gustaba que perdiesen el control. Eso, y el hacerlos suplicar como a niños pequeños por una golosina. No, no tenía precio.

Se separó de sus labios, con una sonrisa que rayaba lo travieso, y alzó una ceja, levemente desafiante, mirándolo a los ojos. Sin dejar de mover la mano que tenía en su polla, se metió una cucharada de helado de vainilla en la boca, antes de apartarse el pelo de delante del rostro y arrodillarse delante de Santi en el suelo.

Con los ojos fijos en los suyos, se relamió, asegurándose de que no le salía ni una sola gota de helado, antes de tironear levemente de sus boxer hacia abajo. Movió la mano un poco más lentamente, deteniéndose en la base, para lamer la punta con la lengua un poco anestesiada por el frío.

Lo notó estremecerse y tensarse por completo, y habría esbozado una sonrisa si no estuviese ocupada jugueteando con la lengua alrededor de la punta. La respiración de Santi estaba bastante acelerada, y, si es que era posible, se aceleró un poco más cuando ella se metió la punta, sólo la punta, en la boca.

Despacito, siguió bajando, notando el contraste de la polla caliente con su boca fría. Sabía que Santi lo notaba también. Porque la forma en la que apretaba el apoyabrazos del sofá no era ni medio normal. Lentamente, muy lentamente, volvió a subir, quedándose sólo con la punta en la boca, acariciándola a lametazos.

Se la sacó de la boca, y siguió acariciándola con la mano. Miró a Santi con una sonrisa. Tenía la cabeza apoyada en el respaldo del sofá, y entreabrió los ojos para mirarla, rendido. Intentó responderle a la sonrisa, pero le salió una mueca desvaída.

Rocío alzó una ceja, triunfante, y volvió a metérsela en la boca, bajando la mano para rozar sus pelotas, mientras subía y bajaba, acariciando con los labios y con la lengua. Húmedo y frío contra húmedo y caliente.

Lo notó estremecerse, y notó como la polla se le ponía un poco más dura entre los labios, sabía que le faltaba poco para correrse. Porque ya apenas respiraba, sólo pequeños estertores, intentando llenar en vano sus pulmones. Rocío lo oyó ahogar un gruñido, y entonces lo notó, como un pequeño latido. Y oyó a Santi intentar ahogar un gemido, a la vez que los dedos se le clavaban más en el apoyabrazos.

Y entonces lo notó correrse. Caliente. Amargo y dulce a la vez.

Se sacó la polla de la boca, y siguió acariciándola despacio, al tiempo que tragaba en seco. El semen le dejó un regusto ácido en la garganta. Respiró hondo y se incorporó, para volver a sentarse al lado de Santi.

El chico tenía los ojos cerrados y la cabeza apoyada contra el respaldo del sofá, como un muñeco desmadejado. Ladeó la cabeza y abrió los ojos cuando Rocío se sentó a su lado, y le dedicó una sonrisa. Y aquella fue, tal vez, la sonrisa más dulce que a Rocío le habían dedicado nunca. Y viniendo de parte de Santi -por mucho que en esos momentos estuviese completamente indefenso- eso era decir mucho.

-Gracias…-susurró él, con la voz enronquecida, pasándole un brazo por los hombros y atrayéndola hacia él.

Rocío esbozó una sonrisa que escondió en su pecho. Alzó la cabeza y lo miró, con una ceja levemente alzada.

-No tienes por qué darlas-respondió con suavidad-para eso estamos los socios-añadió, traviesa.

Porque al menos eso lo eran. Socios para el sexo. Enemigos del amor.

fandom: original (sueños), personaje: rocío, longitud: drabble, personaje: santi, advertencia: lemmon, ~ escrito: original

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