Aug 25, 2008 22:37
Cuando estás entrenando, te sientes genial… es como si tu cuerpo fuese uno con el aire, y la barra fija midiese diez metros de ancho en lugar de diez centímetros. Te sientes ligera, te sientes viva. Te sientes bien. Cada vez que te pones el body de lycra y te llenas las manos de tiza o harina, a falta de algo mejor, y te pones a hacer equilibrios, cuando no tocas el suelo, cuando, literalmente, vuelas… te sientes feliz. Viva.
Cada vez que compites en los pequeños campeonatos nacionales, a la espera de que algún patrocinador de elija a ti, cuando das lo mejor de ti misma para quedar en el primer puesto, cuando ganas un trofeo, por pequeño que sea, te sientes plena. Como si toda tu energía bullese en tu interior… casi como si volar fuese pan comido.
Y entonces, tras mucho, muchísimo esfuerzo, estás en el camino hacia unos Juegos Olímpicos. Y sientes que llorar de agujetas en tu cama ha valido la pena, que el no poder tener novio por estar totalmente entregada a tu entrenamiento ha servido para ver tus sueños y los de tus padres hechos realidad.
Y entonces estás ahí, a punto de saltar sobre la barra en la primera Olimpiada de tu vida. Y te sientes grande, sientes que has tropezado y reenganchado el camino una y otra vez. Pero estás allí. Entre las mejores de cada país. Dando lo mejor de ti misma, luchando con uñas y dientes por la medalla de oro. Por la gloria eterna. Por sentirte todavía más grande. Por acariciar tus sueños con dos dedos.
Y puedes ser buena. Puedes ser la mejor. Pero todo se acaba. Y de repente te encuentras, con veintiocho años y cuatro olimpiadas a cuestas. Eres la mejor gimnasta de barra fija del mundo. Pero todo se acaba.
Tienes la seguridad de que tu nombre y tus cuatro oros pasarán a los anales de la historia, pero ya no volverás a sentir el calor de los focos, el dulce tacto de la lycra sobre la piel. Podrás sentir que vuelas, podrás sentirte plena. Viva. Si.
Pero ya no serás una gimnasta olímpica, no serás la mejor entre las mejores. Tu puesto será ocupado por niñas de doce años que, como una vez hiciste tú, siguen su sueño hasta llegar al oro.
Y ya no te quedará nada. Sólo el recuerdo y el orgullo de haber sido reina de reinas, la mejor de las gimnastas.
Ah, si. Y el dulce sabor de boca que deja el haber cumplido tu sueño.
· fuente: reto,
longitud: drabble,
comunidad: lmf_torneo,
~ escrito: original,
fandom: original