Campanillas de plata (Dany/Drogo) [Canción de hielo y fuego] [5º Reto 6º Periodo]
Hace ya horas que el sol se ha puesto sobre el Mar Dothraki. Dany yace sobre sus cojines, inhalando especias de las que se queman en el brasero que tiene ante sus pies. Sus pequeños dragones están encerrados en tres jaulas de plata.
Todavía no echan humo, y por lo tanto puede permitirse el tenerlos en algo tan frágil como la plata. De repente se abre la entrada de su tienda y por ella entra Drogo, con la larga trenza cayéndole por el hombro, tintineante de campanitas.
Dany sabe que está muerto. Ella misma se inmoló con él en su pira. Solo que su sangre del dragón la ayudó a sobrevivir. Pero ahora Drogo está ahí con ella, en su imponente altura, mirándola con esos ojos almendrados y oscuros que a Daenerys de la Tormenta le recuerdan a oscuros pozos de firmamento. Y sonríe con calidez mientras se levanta de su lecho de cojines de plumas.
Es él, su sol y sus estrellas, que ha vuelto a ella, y la mira desde arriba antes de rodearle la cintura con un brazo y decir un “si” en voz muy bajita y ronca. Dany se pone de puntillas y siente como sus brazos fuertes la alzan en el aire, para rozar sus labios con suavidad.
Ella siente que sus ojos púrpuras se llenan de lágrimas. Lo ha echado tanto, tantísimo de menos que cree que le explotará el corazón. Y cuando él, con ella en brazos, se deja caer en el lecho de plumas, los labios de Dany chocan con los suyos.
Su piel tiene el tacto de la seda y el color del bronce. Y brilla como si estuviese recubierta de afeites. Sus manos le hacen sentirse pequeña. Dudar nuevamente de su poder como khaleesi. Se siente frágil e indefensa entre sus brazos cálidos.
Y su cuerpo arde, como ha ardido antes su pira funeraria. Y ella besa a Khal Drogo como si se le fuese la vida en ello, y lo aferra con fuerza queriendo mantenerlo a su lado mientras él le quita la fina túnica de seda, por la cabeza.
Los dedos de Drogo saben como tocarla para hacerla vibrar. Con ese instinto primitivo y salvaje que siempre lo ha caracterizado. Y Dany casi siente como si quisiese explotar.
De repente se despierta agitada y jadeando sobre su lecho de plumas en su tienda en el Mar Dothraki. Ve a sus dragones que son la prueba viviente de que Khal Drogo ha muerto y de que todo ha sido un dulce y placentero sueño que ha decidido atormentarla.
Porque ha sido muy real.