Bonita fecha, día, lugar, tiempo... no tiene porqué no serlo.
El cielo pájaros y mis dedos algas. Rojo el interior y la lana. Ella volvió, pero no la leche. Al menos, menos. Volvió ella, sí y las miradas y las luces y sombras (pocas). El amarillo y el azul.
Y rojo, mucho rojo, tras menos tiempo del esperado, pero a su hora quizás, cumpliendo el calendario.
¿Mucho?
Hay que recordar que los dedos saltan de nudillo a nudillo.