Dorian Silverhood 28# Juguetes

Jun 28, 2007 11:38



Un Regalo para Dorian

Entre esa marea de vitrinas y escaparates, resaltaban dos figuras... que más bien se confundía con solo una. Una mujer alta de cabello castaño, sonrisa y con un traje largo no muy elegante, pero tampoco nada común, alegre y con un muchacho de la mano, un pequeño de ojos grises y cabello castaño corto, vestido casualmente y caminando al lado de aquella mujer, al lado de Agnes Silverhood. Esa mañana había decidido salir para hacer compras varias, el cumpleaños de su pequeño hijo sería pronto, ya cumpliría tres años y crecía, aunque parecía ser demasiado serio y callado, y eso a veces le preocupaba, incluso algunas veces  le había leído historias y le había enseñado a leer, aunque no sabía si aquel esfuerzo estaba dando resultado o simplemente el pequeño tendría alguna especie de retraso...

-Dorian... cariño- dijo la mujer agachándose, intentando quedar a la altura del chico, quien la miró fijamente y con un gesto serio

-hijo, pronto cumplirás años, que te parece si vamos a una juguetería? tal vez veas algo que te guste y podría comprártelo- tenía la esperanza de algo de que algo de distracción lograra algún efecto en el pequeño castaño... este solo se limitó a asentir, tal vez con resignación.

Agnes continuó caminando con el chico de la mano, 'buenas tardes señora Silverhood' decían algunos conocidos por el camino y ella asentía con una sonrisa, su hijo continuaba serio caminando de la mano de su progenitora, sin mirar para ningún lado, tranquilo y sereno, dos cualidades que lo caracterizarían por mucho, mucho tiempo.

Entraron a una tienda con una puerta que tenía en la entrada el nombre del dueño,  y un escaparate montado con un tren a escala rodeando una maqueta de dragones y castillos, incluso un pequeño Hogwarts encantado, con pequeños figurines sobre escobas que jugaban en el campo de quidditch, unos chicos mayores que el castaño miraban por el vidrio embelesados y con aquel sentimiento de estar tan cerca de aquel juguete y solo estar separados por una vitrina y varios galeones.

ntraron, la puerta hizo sonar unas campanas con ruidos graciosos y atípicos, que hicieron sonreír a la madre de Dorian, un hombre con lentes gruesos y una cabellera plateada, algo encorvado y con un delantal rolo se acercó hacia ellos, sonriendo y mirándolos fijamente

-No me diga- dijo con una voz amable, como la que se esperaría de un anciano tranquilo -... este chico... está cumpliendo años! o cumplirá y quiere comprarle un regalo-

Aquel lugar era amplísimo, al menos cinco estanterías que llegaban hasta un techo altísimo, de tres pisos, lleno de juguetes de todo tipo, una escalera donde dos empleados atendían y cogían aquellos objetos que estaban lejos del alcance de los chicos y que como era evidente, se trataba de los más frágiles y que se podían romper, puestos a tales alturas para salvaguardarlos de las inquietas manos de los pequeños, de vez en cuando un ruido de alguna caja se oía, un soldado moviéndose, un Dragón miniatura rugiendo, un carrusel y tantas cosas, a veces el olor a fuego se liberaba, a veces esencias florales y en contadas ocasiones, la esencia del chocolate en el ambiente.

Agnes asintió mirando al chico -así es- afirmó

-Maravilloso, y se me ocurre algo perfecto para él...- dijo mientras caminaba hacia el interior de la tienda -sígame señora, no se preocupe... acá está justo lo ideal- y haló una escalera y se montó hasta un escaparate algo alto, sacando lo que parecía ser una pequeña varita

-No es una varita, pero tiene encantamientos simples, luces, colores y sonidos... aleatoriamente, no es poderosa y funciona agitándola- dijo mientras un destello verde salía al tiempo que la movía -que le parece?

-que dices Dorian?- preguntó al chico, este negó suavemente con la cabeza

-Entiendo... entiendo... ya lo tengo- dijo el hombre bajando de un salto de la escalera, a pesar de aparentar una avanzada edad y fue a sacar un modelo de un jugador famoso de la copa de Quidditch -vuela solo, no puede estrellarse y es divertido, a los chicos les encanta.

El vendedor miró a Agnes, Agnes miró a Dorian y Dorian miró al vendedor... luego al juguete y luego negó con la cabeza, su gesto no había cambiado.

El viejo se quedó en silencio pensando -difícil, difícil... eh-

-Y ese modelo del castillo Hogwarts?- preguntó la mujer castaña, el hombre sonrió

-Ese? bueno, es algo costoso... pero si quiere verlo...- la madre de Dorian asintió, y caminó mientras el hombre le explicaba en que consistía, esperaba que el chico de ojos grises le siguiera interesado... y en la vitrina, el tendero empezó a explicar y mostrar todo lo que hacía aquel modelo a escala. Dorian por su parte empezó a caminar por la tienda. Había otras madres con sus hijos e hijas, mientras unos jóvenes con delantal rojo les atendían mostrándole toda una variedad de juguetes, él se quedaba unos instantes, observaba y seguía caminando cuando perdía el interés en ello, por su estatura pasaba desapercibido y su rapidez, un sigilo extraño que con el tiempo crecería con él.

Llegó hasta un lugar en la tienda, un alto escaparate que acumulaba más polvo que los otros y donde nadie parecía haber estado recientemente... se arrodilló y miró una caja, fijamente se mantuvo detallándola y luego la cogió con sus manos la sacudió un poco y se escuchó el ruido de piezas acartonadas saltando en el interior, la imagen de aquella caja era una visión Victoriana de Inglaterra, llovía a cántaros y hombres con largos abrigos y sombreros caminaban cubriéndose con sombrillas, Los ojos de Dorian no brillaron, pero había emoción por dentro, con la cajita adelante empezó a caminar dirigiéndose hacia la entrada del almacén.

-DORIAN! DORIAN!- Agnes estaba realmente asustada, no se había dado cuenta de que su hijo no estaba a su lado, estaba preocupada

No se preocupe señora, debe estar dentro de la tienda!- dijo el anciano borrando su sonrisa

Que no me preocupe? y si salió?- dijo sin mirarlo y caminando rápidamente hacia adentro y luego mirando al exterior a través de la puerta de vidrio por si veía a su pequeño. El hombre no respondió

-DORIAN! pequeño!!- un joven de delantal rojo, uno de los que ayudantes de la tienda llegó al lado del viejo

-que sucede padre?- preguntó el chico de cabello rubio y mirada oscura

-Busca a un chico de cabello café, pequeño y algo serio- dijo el anciano mientras se disponía a empezar la búsqueda.

Pero los preparativos se cancelaron, por el primer pasillo apareció Dorian, caminando tranquilamente con una caja al frente, llegó hasta su madre que se había acercado a él rápidamente también y lo alzó

-Dorian!! que susto me has dado!! no vuelvas a perderte así!- dijo su madre dándole un beso aliviada en la frente

El pequeño no respondió, sino que dejó ver lo que tenía en la mano, el Anciano y su hijo fruncieron el ceño...

-Pero Dorian... esto es... dijo Agnes pero se vio interrumpida por quien la atendía

-Un rompecabezas... no es común que los chicos tan pequeños compren esto...- dijo el señor mirando de reojo la caja algo empolvada

-Dorian, seguro que quieres este?- dijo su madre y el chico asintió, su madre suspiró y miró a los dos señores -Podrían envolverlo para regalo por favor?- pidió

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Días más tarde, habiendo transcurrido ya el cumpleaños de Dorian, Agnes se encontraba hablando con su esposo por medio de la chimenea, uno de sus viajes y era la única manera de comunicarse

-Edward, querido... creo que iré a revisar a Dorian, está muy callado- dijo la mujer

Por favor, amor... sabes que siempre es así, porque no te relajas y lees un rato, Dorian está bien- dijo el rostro de un hombre en las cenizas de la chimenea

-De todas formas tendré que ir a verlo... dejé el libro que estaba leyendo en su habitación anoche- dijo Agnes sonriente

-Sigues con eso? bueno... si tu dices que funciona...-dijo el hombre

-Hay que intentarlo todo querido- replicó la mujer mientras sonreía -Te amo

-Yo también te amo querida... volveré a llamar en cuanto pueda- y sonriendo las cenizas retomaron su estado normal

Agnes subió las escaleras de su casa lentamente y entró por la puerta de madera, de un color café oscuro que daba a la habitación de Dorian, era algo amplia, una cama sin muchos motivos, un escritorio con una silla y un baúl donde guardaba todos los dibujos y los libros que había comprado para alguien de su edad, una lámpara iluminaba la estancia. Observó el lugar, Dorian estaba sentado sobre la cabecera de la cama, sobre la almohada con algo entre sus manitos, al frente, en el centro un rompecabezas armado que mostraba una escena victoriana de una tormenta en alguna calle Londinense. Agnes no se fijó que el libro que había dejado sobre el escritorio ya no estaba...

-Que haces mi vida?- preguntó con tono cariñoso

-Leo- respondió el pequeño y su madre reconoció el libro que había estado leyéndole la noche anterior entre las manos de Dorian y sonrió.

A quien le interese: Lo que ocurrió en el cumpleaños no lo puse, porque da lugar para un fic... en ese o en cualquier cumpleaños :D...

escritor:daraexus, personaje:dorian silverhood, juguetes

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