No sé aún porqué, pero las grandes ciudades de noche tienen algo que provocan mi fascinación. Viendo estas imagenes podría pasarme horas, envuelta en un ensueño, pensando en perderme en sus calles, en conocer sus locales, especulando con la vida de sus miles de habitantes. Quizás influya que viva en una ciudad miniatura, Ourense, una de las ciudades más pequeñas de España (estoy segura) y ya no digamos del mundo. Pero la cuestión es que ver una de estas ciudades gigantes iluminadas en la oscuridad me da sensación de sosiego, a la par que excita mi imaginación y me entran ganas de ser partícipe de su ajetreada vida nocturna, y en esto si que tiene que ver Ourense y su vida nocturna 0, exceptuando fines de semana.
Nueva York.
Berlin.
Tokio (esta si que debe de ser especial).
Londres.
Paris (L).
Roma.
México.
Mi querida Madrid.
La todavía desconocida Barcelona.
Y sin embargo, mucho hablar, y se me saca cuatro días de Ourense y ya lo estoy echando de menos... Pero que viva la diferencia, ¿no?