(no subject)
Autor: autumnxdawn
Fandom: Pink Drug (Original)
Claim: Max/Ruth
Grupo: Amargo
Tabla: Colores Políticos
Número: #01 - Amarillo, #02 - Azul, #03 - Blanco
Advertencias: Spoilers, algo angst y algo, aunque muy poco, lime.
Palabras: 270 | 114 | 185
#01 - Amarillo
La mesa que coronaba la sala de estar del apartamento de Max siempre era portadora de un jarrón con flores. Desde que Ruth llego, cada día las flores son de diferente color, y eso es algo que le gusta a Max.
A Ruth le agradaba vivir con Max, le gustaba su compañía, pero el hecho de no sentir amor y de seguir con el por el sexo era algo que ya empezaba a ponerla nerviosa cada vez que lo veía y cada noche cuando dormían. El día que Ruth decidió decírselo, decoro la mesa con un pequeño ramo de crisantemos amarillos que había en la floristería de la manzana siguiente.
Cuando Max despertó deberían ser las diez de la mañana aproximadamente, y, al entrar al salón se encontró con un olor a crisantemo que perfumaba toda la casa, y a Ruth leyendo en el sofá.
- Mmm - inhaló el perfume de las flores - ¿Crisantemos verdad?- preguntó a la chica con una de sus seductoras y adorables sonrisas.
- Sí - contestó intentando esbozar una sonrisa convincente.
- Y de color dorado, son preciosas - se rasco la cabeza y fue a darle un beso a Ruth - Dicen que el color dorado aleja los miedos y las cosas superfluas.
Antes de que la besara, Ruth apartó la cara.
- No es dorado, es amarillo - discrepó mientras se ponía de pie y miraba fijamente a sus maletas que estaban al lado de la puerta. - Y dicen que aportan miedo y terror a según que cosas.
Entonces, el silencio se hizo, y ninguno de los dos volvió a decir palabra, ni siquiera para despedirse.
- - -
#02 - Azul
Sus ojos son azules.
No se pueden comparar con el mar, su azul es más oscuro que el del mar Atlántico. Tampoco se pueden comprar con el color del cielo, su azul es más puro y no posee motas blancas, como el cielo más claro.
Pero, por muchas contras que haya con esos dos elementos hay una cosa que les une y les hace iguales: si no eres lo suficiente precavido, puedes caer y perderte en la profundidad.
Max fue precavido al principio, a penas la miraba a los ojos, como si fuera la medusa, pero al final, como cualquier otro, cayó, y es poseedor del saber de cuan es de honda esa profundad.
- - -
#03 - Blanco
Ruth recuerda pocas cosas de la noche en que perdió la virginidad, pero una de ellas es que las sábanas eran de color blanco puro.
Max la sentó con mucho cuidado sobre la cama, después se arrodillo delante de Ruth. Le puso una mano en frente, para comprobar si tenía fiebre, pues haberla encontrado aun viva bajo el diluvió había sido toda una suerte. Le dijo que se cambiará, que se quitara el vestido de color amarillo pálido y que se pusiera el pijama gris de él, dicho esto, se puso de pie para dirigirse a salir de su habitación; pero no pudo. Antes de que se diera cuenta, Ruth ya le había abrazado por la espalda. Sintió sus vergonzosas lágrimas intentándole hacer verle lo que deseaba, momentos después, la camisa blanca del muchacho termino en el suelo, y el cuerpo de ella aprisionado entre la cama y el otro cuerpo.
Los orientales dicen que la muerte viste de blanco, eso nadie lo sabrá nunca, pero lo que si que esta claro es que la ingenuidad y niñez de Ruth murieron apresadas entre sábanas blancas.
Fandom: Pink Drug (Original)
Claim: Max/Ruth
Grupo: Amargo
Tabla: Colores Políticos
Número: #01 - Amarillo, #02 - Azul, #03 - Blanco
Advertencias: Spoilers, algo angst y algo, aunque muy poco, lime.
Palabras: 270 | 114 | 185
#01 - Amarillo
La mesa que coronaba la sala de estar del apartamento de Max siempre era portadora de un jarrón con flores. Desde que Ruth llego, cada día las flores son de diferente color, y eso es algo que le gusta a Max.
A Ruth le agradaba vivir con Max, le gustaba su compañía, pero el hecho de no sentir amor y de seguir con el por el sexo era algo que ya empezaba a ponerla nerviosa cada vez que lo veía y cada noche cuando dormían. El día que Ruth decidió decírselo, decoro la mesa con un pequeño ramo de crisantemos amarillos que había en la floristería de la manzana siguiente.
Cuando Max despertó deberían ser las diez de la mañana aproximadamente, y, al entrar al salón se encontró con un olor a crisantemo que perfumaba toda la casa, y a Ruth leyendo en el sofá.
- Mmm - inhaló el perfume de las flores - ¿Crisantemos verdad?- preguntó a la chica con una de sus seductoras y adorables sonrisas.
- Sí - contestó intentando esbozar una sonrisa convincente.
- Y de color dorado, son preciosas - se rasco la cabeza y fue a darle un beso a Ruth - Dicen que el color dorado aleja los miedos y las cosas superfluas.
Antes de que la besara, Ruth apartó la cara.
- No es dorado, es amarillo - discrepó mientras se ponía de pie y miraba fijamente a sus maletas que estaban al lado de la puerta. - Y dicen que aportan miedo y terror a según que cosas.
Entonces, el silencio se hizo, y ninguno de los dos volvió a decir palabra, ni siquiera para despedirse.
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#02 - Azul
Sus ojos son azules.
No se pueden comparar con el mar, su azul es más oscuro que el del mar Atlántico. Tampoco se pueden comprar con el color del cielo, su azul es más puro y no posee motas blancas, como el cielo más claro.
Pero, por muchas contras que haya con esos dos elementos hay una cosa que les une y les hace iguales: si no eres lo suficiente precavido, puedes caer y perderte en la profundidad.
Max fue precavido al principio, a penas la miraba a los ojos, como si fuera la medusa, pero al final, como cualquier otro, cayó, y es poseedor del saber de cuan es de honda esa profundad.
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#03 - Blanco
Ruth recuerda pocas cosas de la noche en que perdió la virginidad, pero una de ellas es que las sábanas eran de color blanco puro.
Max la sentó con mucho cuidado sobre la cama, después se arrodillo delante de Ruth. Le puso una mano en frente, para comprobar si tenía fiebre, pues haberla encontrado aun viva bajo el diluvió había sido toda una suerte. Le dijo que se cambiará, que se quitara el vestido de color amarillo pálido y que se pusiera el pijama gris de él, dicho esto, se puso de pie para dirigirse a salir de su habitación; pero no pudo. Antes de que se diera cuenta, Ruth ya le había abrazado por la espalda. Sintió sus vergonzosas lágrimas intentándole hacer verle lo que deseaba, momentos después, la camisa blanca del muchacho termino en el suelo, y el cuerpo de ella aprisionado entre la cama y el otro cuerpo.
Los orientales dicen que la muerte viste de blanco, eso nadie lo sabrá nunca, pero lo que si que esta claro es que la ingenuidad y niñez de Ruth murieron apresadas entre sábanas blancas.