Título: Bragas de color rosa
Fandom | Pairing: Harry Potter | Crabboyle FTW
Palabras: 560 (me alucino)
Rating | Advertencias: El equivalente a ‘aparentemente inocente pero un poco pervertido sin querer’ | ¿Slash implícito? ¿Amorosidad?
N/A: Esto pasó totalmente. Liek whoa. Lo que pasa es que JK no nos dejó verlo porque es una amargada y una blasfema por no shippear a estos dos personajitos tan magníficos. Aparte de eso, son las 6 menos cuarto, he escrito esto en un arrebato, estoy convencida de que tengo gripe, y no está beteado porque yo soy así de macha.
-¿Tú lo entiendes?
Goyle asomó la cabeza por encima de la túnica, que de repente le venía muy grande.
-¿Qué cosa?
-Que tengamos que disfrazarnos de niñas de primero para pasar desapercibidos. Quiero decir -se sacó la túnica por la cabeza y la dejó sobre un baúl- ¿no será más sospechoso que Malfoy vaya con niñas pequeñas? Ya están acostumbrados a verle con nosotros.
-Además, con estas manos tan pequeñas no puedo ni pegar un puñetazo.
-¡Por eso! -Crabbe se miró las manos, que ahora tenían menos de la mitad de su tamaño normal, y eran suaves y más morenas que las suyas-. Es estúpido.
Goyle se peleaba con una falda gris de tablas, que no parecía querer quedarse en el sitio.
-Creo que… la parte estrecha es para arriba, Greg.
-Oh, vaya… Ya me parecía…
Se quedaron un momento en silencio, abrochando hebillas y abotonando camisas, que era algo bastante más complicado de lo que parecía a simple vista.
-Vin, tienes más tetas siendo un chico que siendo una chica.
-¡No soy una chica! Y yo no tengo tetas. Los chicos no tenemos tetas, son... otra cosa. Y no soy una chica.
-Pues lo pareces -respondió Goyle riendo.
-Bueno, pues tú también lo pareces.
-Ya. Me gusta, creo que me sienta mejor el pelo largo. Y las bragas son más cómodas que los calzoncillos.
Estiró del elástico de su ropa interior rosa, que dio un chasquido al chocar contra la piel de nuevo.
-Pero sólo son cómodas si no tienes… ya sabes… cosas ahí abajo.
Goyle soltó una risita, que habría quedado bien con sus trenzas si no tuviera la voz grave como la de un centauro.
-¿Has mirado a ver qué hay?
-No… Qué asco.
-Yo tampoco -Bajó la vista hacia sus calcetines grises, medio avergonzado, medio curioso-. ¿Quieres que miremos?
-No sé… me da un poco de vergüenza. No somos nosotros… quiero decir… nosotros.
-Ya, bueno, pero a la hermana de Pansy no le va a importar que mire un poquito. No se va a enterar… creo.
-¿Tú eres la hermana de Pansy? Creí que era yo.
-Da igual -Goyle se levantó un poco la falda-. ¿Sí o no?
-No sé… ¿tú has visto alguno de verdad?
-¿Cómo de verdad?
-De una… ya sabes, chica, uno de verdad.
-Te lo habría contado -respondió Goyle, casi ofendido-. ¿Tú?
Crabbe negó con la cabeza fervorosamente.
-Venga, ¿sí o no?
-Yo… tú primero.
Goyle respiró hondo, se bajó las famosas bragas rosas y se dobló sobre si mismo.
-¿Ves algo? -preguntó Crabbe, que miraba a su amigo sin pestañear- ¡Ay, Merín! ¡No toques! Qué asco.
-Necesito más luz. No… no llego a ver nada.
-Pero qué asco -repitió-. Déjalo, Draco nos está esperando.
-Venga, Vince, no seas aguafiestas. -Crabbe le interrumpió con un bufido- Yo miro el tuyo y tú el mío y ya está. Y nos vamos.
-Jo, macho -resopló-. Vale.
Se subió la falda, se bajó las bragas (las suyas eran de flores) y apartó la vista mientras Goyle se inclinaba a mirar. Todo eran ‘ays’ y ‘uys’ y ‘fíjate en eso’. Luego llegó el turno de Crabbe, y más ‘ays’ y ‘uys’ y ‘¡mira, mira!’
Levantaron la vista los dos, con una mueca insondable.
-¿Te ha gustado?
-No -reconoció Goyle, volviendo a vestirse.
-Ni a mí.
-Me gusta más cuando eres un chico.
-Y a mí.
LE FIN.
Agradecería que me dijerais algo bonito o feo, pero con cuidado, que soy un alma sensible.