Title: Tulipanes
Author: Enolha (Irady)
Rating: G
Pairing: Yunho/Changmin, Jaejoong/Junsu (menciones)
Genre: Romance, angst?, sobrenatural?
Disclaimer: DBSK me pertenece hahaha intenten hacer algo contra eso...
Summary: Yoochun invita a Yunho a una fiesta de disfraces por halloween. Changmin ama los tulipanes.
A/N: Es necesario hacer una aclaración. Este oneshot está basado en una leyenda que me contaron, y gracias a la cual no pude dormir ¬¬*
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-¡Vamos Yunho! Será sólo una fiesta pequeña. No puede ser tan malo.
Yoochun insistía sin parar. Estaba decidido a lograr que Yunho fuera a una fiesta aunque sea. Desde que había comenzado el año escolar, Yunho no había ido a ninguna clase de reunión que organizaran.
-Ya te dije que no, no sé para qué insistes -replicó Yunho con cara de cansancio-. Lo último que quiero es estar rodeado de borrachos con disfraces sacados de películas de cuarta. Ni loco me pongo un disfraz.
-No es necesario que lleves uno. Sólo viste de negro y ya. ¡Por favor! Esta es la última fiesta del año, tienes que ir. Por favor Yunho, por mí, tu mejor amigo de toda la vida. No puedes dejarme solo.
-¡Pero si no estarás solo! Jaejoong y Junsu también van a ir, ¿no? Nunca se pierden ni una sola fiesta.
-Irán, pero ya sabes cómo se ponen esos dos. Más vamos a tardar en llegar a casa de Shindong que estos en empezar con sus arrumacos y besuqueos -agregó haciendo cara de asco y fastidio.
-¿Ah, y ahora me resultaste homofóbico? ¡El primer gay homofóbico de la historia! -dijo, levantando los brazos para dar énfasis a la frase.
-¡No es eso, idiota! Pero tampoco es para que estén comiendo pan frente a los hambrientos -finalizó haciendo un tierno puchero.
-Tú estás sólo porque quieres. Te la pasas de Casanova, yendo "de flor en flor" siempre. Además, no sé de qué te quejas, estoy seguro de que si voy a la dichosa fiesta, más voy a tardar en llegar que tú en dejarme solo por buscar tu siguiente conquista.
Y hablaba por la experiencia. Si llegaba a ocurrir, no sería la primera vez. Ni la segunda. Ni siquiera la tercera. Esa fue una de las principales razones por las que dejó de ir a las reuniones de su clase.
-¡Eso no es cierto! -gritó. Yunho sólo lo miró fijamente enarcando una ceja-. De acuerdo, lo acepto. Pero prometo que esta vez será diferente -agregó tomando el brazo de Yunho y comenzando a zarandearlo-. Vamos Yunho, por favor, por favor, por favor, por favor, porfavorporfavorporfavor~
-¡Yah! -gritó Yunho soltándose-. De acuerdo, iré, ¡cállate! Pero te advierto que si me dejas...
-¡No lo haré! -interrumpió Yoochun-. Lo prometo.
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-Maldito Yoochun bastardo. Te mataré en cuanto te ponga las manos encima -murmuró Yunho.
Aquí estaba él, sólo, rodeado de borrachos con disfraces ridículos. Yoochun lo había acompañado más o menos unas dos horas, y luego se había esfumado en medio de a confusión por una pelea. De eso hace ya casi una hora y media. Al menos no usaba un disfraz, era su consuelo.
Pero a todo esto, ¿qué demonios hacía él todavía ahí? Definitivamente tanto ruido lo había dejado estúpido. Era tan fácil como salir de ese lugar, ir a casa y dormir tranquilamente el resto de la noche… ¿Y cuánto tiempo sería ese? Miró su reloj y se dio cuenta que apenas faltaban unos minutos para la media noche. A él ya le parecían siglos los que llevaba aburriéndose en ese lugar.
Se puso de pie buscando a sus amigos con la mirada. El que esté enojado no quiere decir que sea mal educado, así que al menos avisaría que se retiraba. En un sofá vio a Jaejoong y Junsu. Al menos en algo tenía razón Yoochun, porque parecía que querían extirparse las amígdalas con el tremendo beso que se daban. Hasta a él se le fue el aire sólo de verlos, así que prefirió ignorarlos. Ahora Yoochun.
Pero parecía que se lo había tragado la tierra, porque por más que lo buscaba no lo veía por ningún lado. Por fin lo encontró… debajo de las escaleras muy ocupado con quién sabe quién. Estaba a punto de irse, pero si Yoochun le arruinó su noche, ¿por qué no devolverle el favor? Tomó todo el aire que fue capaz de abarcar en sus pulmones y gritó.
-¡YOOCHUN!
El mencionado dio un salto de la sorpresa, y se apresuró a acomodar su ropa. El chico con el que estaba hizo lo mismo, alejándose de él. Estaban demasiado sorprendidos como para notar a un Yunho muriéndose de risa detrás de ellos. Al final cada uno se fue por su propio camino, sin voltearse a ver ni siquiera una sola vez. Satisfecho con su acto, Yunho se giró para salir de ese lugar de una vez por todas. Fue entonces cuando lo vio.
Estaba todo vestido de negro, un pantalón de vestir y una camisa de seda, parecía. Se veía totalmente perdido en ese lugar, como si no fuera su elemento. Miraba para todos lados, pero todo mundo estaba muy ocupado en sus propios asuntos como para notarlo. Pero, ¿cómo podía alguien ignorar semejante belleza? Era seguramente el chico más apuesto que Yunho haya visto jamás. Alto, delgado, pero con los músculos bien marcados, se notaba, cabello castaño oscuro, labios bonitos, y una mirada de total inocencia. Demasiado como para dejarlo ir. Lentamente se acercó a él.
- Hola -susurró.
-¿Qué? -gritó el otro. «Yunho no seas idiota, la música»
-Hola-dijo más fuerte, pero sin gritar, sólo lo suficiente para poder ser oído-. Soy Yunho.
-Ah, hola, mucho gusto. Changmin -señaló.
-Y, ¿buscabas a alguien, Changmin?
-Sí, a mi primo, pero no lo encuentro por ningún lado. ¿No lo has visto? Es un chico más bajo que yo, delgado, con cara de niña y el cabello de zanahoria -dijo con una sonrisa.
Yunho de inmediato lo recordó. Era el tipo que estaba con Yoochun. No pudo reprimir una sonrisa al recordar la cara de miedo de Yoochun en ese momento.
-Sí lo vi, pero se fue y no sé dónde está ahora, lo siento.
-No hay problema, no es como si fuera tu culpa, ¿o sí? -dijo Changmin. Yunho sólo desvió la mirada-. ¿Qué hiciste? -agregó al notar el gesto, viendo fijamente a Yunho.
Yunho no pudo resistir su mirada y terminó por confesar el crimen. Para su sorpresa, Changmin comenzó a reír a carcajadas, aplaudiendo. Yunho encontró ese gesto sumamente encantador.
-Está bien, se lo merece por dejarme aquí solo. ¿Y ahora cómo se supone que regrese a casa? No es muy lejos, pero…
-Si gustas, yo puedo acompañarte. Sin ninguna mala intención -se apresuró a agregar al ver que Changmin dejaba de reír y lo veía fijamente-. Si no te parece buena idea, no importa, yo sólo…
-De acuerdo, acepto.
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Caminaban lentamente, como queriendo alargar el momento que compartían. Uno al lado del otro, casi sin mirarse. A veces sus ojos se encontraban, y Yunho desviaba la cara, sonrojado. Normalmente él es quien lleva las riendas en la conquista, pero ahora era todo lo contrario. Changmin caminaba seguro, tranquilo, mientras él era un manojo de nervios.
De vez en cuando Yunho miraba los labios de Changmin. Se preguntaba qué sabor tendrían, cuán cálidos serían. «¡Yah! Yunho pareces una quinceañera» se reprochaba mentalmente, pero su vista se desvió a la mano de Changmin. Se moría de ganas por tomarlo de la mano. Sí, por muy cursi que suene. Y estaba seguro que Changmin lo había notado, porque cada que eso pasaba, podía escuchar como reía suavemente.
Cuando cruzaban una calle, un coche salió de a nada, y no parecía que iba a detenerse. Yunho sólo reaccionó. Tomó de la mano a Changmin y lo acercó a él, alejándolo del peligro. Pero ahora, Changmin estaba atrapado entre los brazos de Yunho, quien respiraba agitadamente, en parte por el susto, en parte por la cercanía de Changmin. No sólo le había tomado la mano, si no que lo abrazaba. Dios estaba de su lado, sin duda.
-Yunho-yah, estoy bien -susurró Changmin.
Yunho se sonrojó ante el mote cariñoso con que lo llamaba, y lentamente se apartó de él, pero no soltó su mano, al contrario, tomo la otra.
-Tus manos están frías -dijo, y rápidamente se quitó su chamarra de piel (la que era su favorita y no permitía que NADIE la tocara) y se la puso a Changmin sobre los hombros, volviendo a tomar sus manos.
-Gracias, pero no es necesario. Mis manos son así, siempre han sido así de frías -sonrió, con una mirada nostálgica, como recordando viejas anécdotas de viejos tiempos.
-No importa. Estamos en otoño y hace frío. No sé como saliste sin nada para abrigarte. Así que te pones la chamarra y te aguantas, ¿entendido? -dijo con una sonrisa, viendo a Changmin fijamente a los ojos.
-Entendido… -susurró-. Gracias.
Siguieron caminando, pero ahora Yunho iba tomando la mano de Changmin y hablaban de diversos temas. Para Yunho parecía increíble a conexión que tenía con el otro chico, siendo que se acababan de conocer hace apenas unos minutos, porque no había pasado ni siquiera una hora. Ya sentía que lo conocía desde siempre. Definitivamente no quería que este encuentro quedara así, siendo cosa de un solo día. Estaba decidido a pedirle una cita, cuando Changmin paró de repente frente a una hermosa casa.
-Bueno, ya llegamos. Fue un gusto conocerte Yunho -dijo Changmin haciendo ademán de quitarse la chamarra.
-No, está bien. Después me la regresas -sonrió Yunho… Sí, muy buen pretexto.
-Pero eso no es justo… A ver -dijo Changmin pasando sus manos por detrás de su cuello para quitarse un hermoso pendiente color plata. Una vez hecho, se lo dio a Yunho-. Tú guarda esto. Me lo das cuando yo te devuelva tu chamarra.
-De acuerdo -sonrió Yunho, viendo a Changmin abrir la puerta de jardín.
Antes de cerrar, Changmin se volvió hacia Yunho y le dijo.
-Tulipanes.
-¿Perdón?
-Me gustan los tulipanes… Mucho… Quiero que me des tulipanes de vez en cuando.
-Tulipanes, entiendo -sonrió Yunho.
Changmin cerró la puerta y Yunho se alejó, una enorme sonrisa adornando su rostro.
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Al día siguiente Yunho estaba impaciente por ir a casa de Changmin y verlo de nuevo, pero debía esperar a que acabaran sus clases. Pasó todo el día flotando en una nube rosa. Ni siquiera recordó que estaba molesto con Yoochun, quien sólo lo vio extrañado ya que esperaba una larga regañada de su parte por haberlo dejado solo.
Cuando sus clases terminaron fue de inmediato a casa del chico que le había robado el pensamiento en tan poco tiempo. Le pidió su coche a Yoochun, y en el asiento trasero llevaba un enorme ramo de los tulipanes más hermosos que había en la florería. Cuando llegó, no perdió el tiempo y tocó la puerta. Abrió una hermosa mujer, que debía ser la madre de Changmin, tenía un rostro hermoso, pero una mirada muy triste.
-¿Puedo ayudarte, hijo?
-Sí, buenas tardes -dijo Yunho haciendo una reverencia-. Me llamo Jung Yunho -notó pequeño sobresalto en la mujer al escuchar su nombre-. Humm… Estoy buscando a Changmin, ¿está en casa?
-¿Cha…? ¿Changmin?
-Sí. Lo que pasa es que el ayer lo conocí en una fiesta y lo acompañé hasta acá. Como tenía frío le presté mi chamarra y él me dio este pendiente -dijo mostrando el pendiente que llevaba al cuello-. Venía a intercambiarlos como habíamos quedado.
La mujer no dijo nada, y sólo abrazó repentinamente a Yunho, llorando amargamente. Yunho no entendía nada, pero correspondió al abrazo de la mujer.
-Lo siento, hijo, pero no puedes ver a Changmin más.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Porque…- respiró profundamente antes de continuar-. Porque Changmin murió hace tres meses...
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Yunho conducía el coche rumbo al cementerio. Aún estaba en shock por lo que había descubierto. Su cuerpo temblaba involuntariamente. Las palabras que dijera la madre de Changmin aún daban vueltas en su cabeza.
-Changmin llevaba mucho tiempo observándote desde lejos -le había dicho, con la voz entrecortada por los sollozos-. Era un chico demasiado tímido como para acercarse, pero siempre te veía. Iba a la misma escuela, sólo que dos años por debajo de ti. Decía que su más grande sueño era conocerte y hablar contigo. Tú eras su motor, su razón para levantarse todas las mañanas… Luego enfermó. Leucemia. Todo fue demasiado rápido. Pero me tranquiliza que de alguna manera haya podido cumplir su sueño.
Bajó del coche una vez que llegó a su destino. Tomó las flores del asiento trasero y fue hacia donde la madre de Changmin le dijo que estaba… su tumba. Al llegar, el ramo de tulipanes cayó de sus manos. Sus ojos por fin pudieron derramar las lágrimas que estaban conteniendo. Lloró, como nunca lo había hecho.
Sobre la lápida de la tumba, estaba su chamarra de piel.
Una vez que se repuso, tomó las flores y las puso frente a la lapida, tomando su chamarra. Iba a quitarse el pendiente, pero decidió mejor quedarse con él.
-Te lo regreso cuando nos veamos de nuevo, ¿te parece?
Se sentó en el césped, viendo el nombre en el trozo de piedra frente a él. En su mente, las últimas palabras que compartiera con Changmin estaban grabadas a fuego.
-Tulipanes.
-¿Perdón?
-Me gustan los tulipanes… Mucho… Quiero que me des tulipanes de vez en cuando.
-Te lo prometo, Minnie.
~fin~