[Oneshot] Sarangiraneun Geon

Mar 20, 2011 12:32

Title: Sarangiraneun Geon
Author: Enolha
Pairing: Yunho/Changmin
Length: 9,158 palabras
Raiting: NC-17
Genre: Romance, Smut, un poquittito de Angst
Disclaimer: TVXQ me pertenece, en mis sueños, pero aún cuenta, verdad?
Summary: "Se siente como si lo tuviera todo en el mundo"

A/N: Pensé que estaba escrbiendo HoMin... pero resultó que Yunho no estuvo de acuerdo. Título y sumario tomados de la canción de Rain. "Sarangiraneun Geon" significa "This thing called love".
Este fic va con tooooodo el cariño del mundo para lovelessnaoko en su cumpleaños.


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Desde la primera vez que Jung Yunho lo vio, lo supo. La suya sería una relación diferente, fuera de lo común. Había algo en los ojos de ese tal Shim Changmin que se lo confirmaba, algo que detonó todas sus alarmas.

Y al parecer ese Changmin pensó lo mismo que él, porque le dio esa mirada inconfundible; esa mirada que se haría algo común entre ellos cada vez que se encontraban; lo que era casi todos los días, ya que además de ir a la misma preparatoria compartían algunas clases, a pesar de que Shim era casi dos años menor que él. Al parecer había avanzado un par de grados.

Con el pasar del tiempo, Yunho descubrió que su presentimiento era cierto. La suya no era una relación normal.

Para nada normal…

-¡¿Quieres callarte de una buena vez, cerebrito?! -gritó un furioso Yunho golpeando la mesa con las palmas de las manos-. ¡Ya me tienes harto con tu palabrería!

-Mira, sport boy -dijo Changmin tratando de controlar su enojo, pero dando énfasis al apodo-. Me vuelves a decir “cerebrito” y te juro que te dejo sin futura descendencia, ¿me escuchas?

-¡JA! Quisiera ver que lo intentes -gritó Yunho poniéndose de pie.

Changmin lo imitó, viéndolo fijamente con una mirada desafiante. Ambos estaban dispuestos a agarrarse a golpes ahí mismo, importándoles muy poco el hecho de que estaban en la cafetería de la escuela, en plena hora del almuerzo, y con todo el alumnado viéndolos. Afortunadamente no estaban solos, sus dos amigos estaban con ellos, sólo por apoyo moral dijeron, pero realmente sabían que esto terminaría así.

-Minnie, ya cálmate -intervino Kim Junsu, el mejor amigo de Changmin-. Ya no grites.

-Mejor vámonos, Yunho -dijo Park Yoochun, el mejor amigo de Yunho.

Yoochun prácticamente arrastró a Yunho sacándolo de la cafería, hasta que llegaron al salón donde les tocaba la siguiente clase. Una vez ahí, Yunho pateó el pupitre que tenía más cerca.

-¡Maldita sea! -gritó aún pateando el pupitre-. ¡Odio a ese estúpido niño genio! ¡Odio esta escuela! ¡Y odio al imbécil del profesor de historia!

Y es que si no fuera por Kim Jaejoong, el profesor de historia, él nunca hubiera tenido que trabajar junto con Changmin.

Ese maestro sabía que no se soportaban. Diablos, toda la escuela lo sabía, después de todo no eran pocas sus épicas discusiones, las cuales solían comenzar por un suspiro, una palabra, o con la simple presencia del otro, o sea, absolutamente nada. Pero aún así el profesor Kim los puso de pareja. Yunho hasta pudo ver el brillo malvado de su mirada al decir sus nombres. El tipo lo disfrutó, sin duda.

Así que ahora, les guste o no, deben de cooperar y trabajar en equipo. Pero parece que eso será misión imposible, porque ni siquiera se podían poner de acuerdo en qué tema desarrollar.

-Gritando no vas a resolver nada -le dijo Yoochun mirándolo tranquilamente-. Cálmate de una vez.

Yunho estaba a punto de replicar, pero la puerta del salón se abrió y entró Changmin, seguido de Junsu. El menor tenía una mirada apagada y Yunho sintió una punzada de culpa, pero la ignoró.

-Mira Jung, ya basta de discutir. No voy a dejar que mi promedio baje por tonterías -Yunho abrió la boca para responder, pero Changmin continuó-. Lo haremos a tu manera, pero será en mi casa. Ésta es la dirección -dijo pasándole un trozo de papel-. Te espero ahí a las 5. Prefiero terminar todo de una vez hoy, y así no verte la cara por todo el fin de semana.

-Opino lo mismo -respondió Yunho bruscamente mientras Changmin tomaba asiento.

Yoochun rodó los ojos y se encogió de hombros cuando Junsu le dio una mirada interrogante. Junsu suspiró con resignación mientras Yoochun le palmeaba la espalda. Junsu volteó a verlo y le sonrió, gesto que fue correspondido por Yoochun.

Ninguno de los dos podía comprender cómo es que Yunho y Changmin se llevaban tan mal, teniendo en cuenta la personalidad de cada uno, siempre amables y comprensivos con los demás. Jamás se imaginaron que sería así.

Yoochun y Junsu se conocieron en los cursos introductorios de la escuela (a los que, por esas casualidades de la vida, ni Changmin ni Yunho pudieron asistir), y de inmediato se hicieron amigos. Al hablar de sus respectivos amigos de la infancia se sorprendieron de lo parecidos que eran, casi todos sus gustos coincidían. Parecía que serían un grupo imparable.

Pero cuando se conocieron, la tensión del ambiente hasta se podía tocar. Desde entonces no podían cruzar más de dos palabras sin terminar gritándose y casi golpeándose. Afortunadamente Junsu o Yoochun siempre estaban ahí para intervenir.

El primer año fue fácil, ya que Yunho y Changmin no compartían ninguna clase entre ellos, aunque sí con los otros dos. Y esa era otra extrañeza. Changmin se llevaba de maravilla con Yoochun, decía que era su socio de crimen. Juntos habían hecho infinidad de “maldades” y bromas a sus compañeros, como aquella vez que les escondieron los uniformes a toda su clase de educación física, quienes tuvieron que pasar el resto del día con ropa deportiva.

Por su parte, Junsu se había convertido en un pilar muy importante para Yunho, y lo mismo Yunho para Junsu. Podían pasar horas hablando de prácticamente cualquier tema, y Junsu llegó a conocerlo muy bien. Hasta podía predecir sus acciones mejor que el mismo Yoochun.

Pero este año, las cosas fueron totalmente diferentes, porque ahora sí compartían clases, aunque siempre estaban Yoochun o Junsu para evitar cualquier cosa, excepto en una clase: Historia. Pero a estas alturas ya todos sus compañeros (o sea, toda la escuela) estaban al tanto del problema, y vaya que hacían un esfuerzo gigantesco para que tuvieran el menor contacto posible.

Como sea, estos esfuerzos se fueron al caño con lo que había hecho el profesor Kim Jaejoong. Ahora todos esperaban la venida del apocalipsis si las cosas seguían como hasta ahora. La noticia de que Changmin y Yunho iban a trabajar juntos para un proyecto se difundió más rápido que el fuego en un campo de pasto seco. Fue el tema central de conversación durante todo ese día.

Nadie podía esperar para ver el desenlace de esa historia, que podía rivalizar con cualquier drama televisivo.

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Yoochun y Yunho caminaban hacia sus respectivas casas una vez que las clases terminaron. Era su costumbre irse juntos ya que vivían uno al lado del otro, y era más divertido de esa manera. O así era la mayoría de los días.

Yunho aún iba maldiciendo por lo bajo y lanzando pestes contra Changmin y el profesor Kim. Yoochun al principio lo dejaba ser, pero llegó un momento en que se cansó.

-¡Ya estuvo bueno! -gritó Yoochun parándose frente a Yunho-. No entiendo cuál es el maldito problema entre ustedes dos. Y me extraña, por que los conozco a los dos muy bien y sé que ninguno es así.

-Yo tampoco entiendo, Yoochun -dijo Yunho con aire cansado-. Pero es que simplemente no puedo evitarlo. Hay algo en él que me parece insoportable.

-Lo mismo dice Changmin de ti.

-¿En serio?

-Dae. Dice que como son tan parecidos, tal vez les parece incómodo, o algo así… creo. Changmin lo dijo con palabras mucho más grandes que la verdad no entendí -dijo mientras se tallaba la nuca con la mano.

Yunho no pudo evitar reír al imaginar la cara de Yoochun en esa situación. Yoochun volteo a verlo con una sonrisa de lado.

-¿Ves? A los dos les parecen graciosas las mismas cosas. En serio no entiendo cómo es que no pueden ser amigos.

-Yo menos, créeme. Me conoces bien y sabes que yo no soy persona de problemas. Y esa es una de las cosas que más me irritan de Shim. Que por más que me prometo a mí mismo que intentaré ser amable con él, me basta verlo para que todo eso se me olvide y me den ganas de colgarlo del árbol más alto que encuentre, y luego me siento culpable por ser así.

-Demasiado parecidos -susurró Yoochun, más para sí mismo que para el mayor.

Ninguno de los dos dijo nada más por un rato, pero no era muy de ellos el ir callados, así que pronto se encontraron hablando de cualquier cosa, riendo como de costumbre. Pronto llegaron a sus hogares y Yunho pudo disfrutar de unas horas de tranquilidad antes de lanzarse de cabeza en el infierno, léase Casa de Shim.

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¿Qué tan difícil era hacer un ensayo de la ocupación japonesa de Corea?

Al parecer era más complicado que entender el por qué de E=mc2, porque ya llevaban casi 4 horas en eso y simplemente no podían terminar. Si no era una cosa, era otra, pero tenían que volver a comenzar todo desde el principio. La tensión del lugar podría cortar cualquier cosa.

Yunho pronto se extrañó de que los únicos ruidos que se escuchaban eran los que ellos mismos hacían con las hojas de papel o al caminar hacia la biblioteca por otro libro.

-¿Vives solo, Shim? -Yunho se mordió la lengua después de preguntar, como si eso borrara lo que hizo. Changmin sólo lo vio de soslayo.

-Aniyo. Pero mis padres están en Gwangju visitando a mis abuelos -dijo Changmin con calma, luego dejó lo que hacía y vio a Yunho fijamente-. Se supone que yo iba a ir después de la escuela, pero por una misteriosa razón, no pude. Qué raro, ¿no? -terminó, con la voz cargada de sarcasmo.

-Ya, no seas tan hostil -dijo Yunho, aunque sí se sentía un poco culpable-. Hoy no tengo ganas de discutir, así que no caeré en tus provocaciones.

-¿Mis provocaciones? -dijo indignado Changmin-. Disculpa, Jung, pero eres tú quien siempre comienza todo.

-Eso no es cierto. Eres tú.

-¡No es verdad! -gritó Changmin.

-Sí lo es -dijo Yunho.

-¡Que no!

-Que sí -dijo Yunho tratando de controlarse y no levantar la voz.

-¡Que no!

-¡Que sí! -gritó por fin Yunho.

-¡¡Que no!! -gritó más fuerte Changmin-. ¡Y no vengas a gritarme a mi casa! ¡Da gracias que no te he sacado a patadas todavía!

-¡¿Y tú crees que yo te lo pondría tan fácil?! ¡¿Eh?! ¡CEREBRITO! -gritó, dando énfasis a la última palabra, sabiendo cómo la odiaba el menor.

Ira pura brilló en los ojos de Changmin cuando se puso de pie. Yunho hizo lo mismo, listo para lo que seguía. Changmin cruzó la habitación en dos pasos, levantando la mano para asestarle un golpe a Yunho, pero éste lo tomó de la muñeca.

Changmin intentó zafarse, por lo que Yunho lo tomó de la otra muñeca y comenzaron a forcejear.

-¡Suéltame, imbécil! -gritó el menor.

Changmin estaba cada vez más enojado y ponía más fuerza a sus movimientos. Yunho no era estúpido, y sabía que si se soltaba los dos lo iban a pasar muy mal, así que hizo lo primero que se le ocurrió.

Sin soltar a Changmin de las muñecas, pasó sus brazos por detrás de la espalda del menor, acercándolo a él, de modo que ahora estaba prácticamente abrazando a Changmin, quien quedó con las manos cruzadas en la espalda, totalmente vulnerable a Yunho.

Changmin paró sus movimientos en seco, totalmente sorprendido, viendo a Yunho directo a los ojos, sus miradas fijas por un par segundos. Hasta ahí todo iba bien; Yunho llevaba las de ganar y lo sabía.

Entonces…

¡¿Por qué demonios comenzó a besarlo apasionadamente?!

¿Por qué rayos Changmin le responde el beso con la misma fuerza?

¿Por qué no quiere detenerse?

¿Por qué siente que siempre debió haber sido así?

Pero sobre todo, ¿por qué carajos sigue pensando tanto en vez de disfrutarlo?

Yunho soltó las muñecas de Changmin para poder acercarlo más a él. El menor, en cuanto sintió las manos libres, rodeó el cuello de Yunho con sus brazos, mientras sus dedos se enredaban en su cabello.

Yunho comenzó a pasar su lengua por los labios de Changmin, pidiendo autorización para hacer más profundo el beso. Changmin abrió la boca, permitiendo que la lengua de Yunho la recorriera por completo, encontrándose con la suya, comenzando así una lucha por llevar el control del beso. Lucha de la que el mayor resultó ganador, pudiendo hacer su voluntad.

Yunho bajó sus manos hasta tomar con fuerza el trasero del menor, ganándose un gemido de éste; gemido que murió en su propia boca, porque nunca dejó de besarlo. Yunho sonrió levemente en medio del beso por la respuesta de Changmin a sus avances. Subió de nuevo sus manos para acariciar ahora la espalda del menor. Changmin respondió acercando más sus cuerpos. La temperatura subía poco a poco.

De pronto, Yunho sintió cómo Changmin daba un paso hacia atrás, aplicando más fuerza en sus brazos sobre su cuello, no dejándole más opción que seguirlo. Aunque siendo sinceros, jamás se le habría ocurrido hacer lo contrario. No ahora. Ya no.

Siguió a Changmin por un largo pasillo. Y ya que el menor los guiaba de espaldas y ambos llevaban los ojos cerrados para intensificar las sensaciones que ese beso les provocaba, iban tropezando y chocando con absolutamente todo lo que encontraban a su paso, pero no le dieron importancia y sólo reían, sin por ello romper el beso.

El menor giró un poco hacia la izquierda hasta que chocaron contra una puerta. Changmin quitó una mano del cuello del mayor y abrió la puerta. Yunho abrió los ojos y vio que era una habitación, probablemente la del mismo Changmin; sonrió de nuevo entre el beso y bajó las manos por la espalda del menor hasta volver a tomar sus nalgas. Un nuevo gemido se escuchó y Changmin golpeó un poco su entrepierna contra la del mayor, buscando la tan ansiada fricción. Ahora fue Yunho el que gimió al sentir que Changmin estaba tan excitado como él mismo.

Yunho bajó más las manos hasta tomar las piernas de Changmin y levantarlas, haciendo que el menor rodeara con ellas su cintura. Mientras, Yunho repartía caricias en las nalgas y la cadera de Changmin y entraba en la habitación, cerrando la puerta detrás de él con una patada.

Continuó avanzando hasta que sus piernas chocaron contra el borde de la cama; sólo entonces rompió el beso. Miró al menor que aún continuaba con los ojos cerrados, sus mejillas estaban sonrojadas, su respiración era agitada, y tenía el ceño un poco fruncido por la repentina pérdida de contacto.

«Hermoso» pensó.

Changmin entreabrió los ojos, y Yunho pudo ver que estaban nublados por el deseo, aunque en el fondo de ellos había un destello diferente. Volvió a sonreír mientras apretaba los muslos de Changmin, indicándole que soltara el agarre que tenía con las piernas en su cintura. En cuanto lo hizo, Yunho lo arrojó con fuerza a la cama. El menor pareció sorprendido, pero todo rastro de duda se borró de sus facciones cuando Yunho cruzó los brazos y lo miró a los ojos, sonriendo de lado. Changmin entendió.

Ni una sola palabra se cruzaba entre ellos. ¿Para qué? Ambos sabían que lo deseaban, ninguno estaba dispuesto a detenerse ahora. No importaba lo que dijeran, las palabras saldrían sobrando. Sólo estorbarían… Igual que lo hacía ésta molesta ropa.

Changmin comenzó a desabotonarse la camisa. Yunho tuvo que respirar profundamente para evitar saltar sobre el menor y literalmente arrancarle la ropa. La lentitud con que Changmin hacía las cosas lo estaba volviendo loco. Su excitación era bastante evidente en sus pantalones y ni siquiera habían hecho nada. Nada serio, al menos.

Estaba seguro de que su corazón dejó de latir cuando Changmin, totalmente desnudo, se recostó apoyándose en los codos, las piernas abiertas y estiradas frente a él, la cabeza inclinada hacia un lado y mordiéndose el labio inferior… una clara invitación al pecado.

Yunho maldijo y comenzó a quitarse la ropa desesperadamente, revelando su bien torneado cuerpo y su totalmente endurecida erección. Se puso de rodillas sobre la cama y luego comenzó a avanzar a gatas hasta quedar justo encima del menor, sus rodillas a ambos lados de su cadera, y sus manos a ambos lados de sus hombros, sonriendo traviesamente.

Antes de empezar a hacer algo, se inclinó para besar de nuevo los labios del menor, lamiendo un par de veces el inferior hasta que Changmin abrió la boca. Yunho se acercó más, sus pechos desnudos se tocaron enviando una descarga por todo su cuerpo que los hizo jadear fuertemente.

Changmin envolvió sus brazos en el cuello de Yunho, pasando una pierna por detrás de su muslo. Sus cuerpos estaban ahora en pleno contacto. Yunho se alejó, tratando de controlar su respiración, pero era algo muy difícil de hacer cuando sus miembros se tocaban. Gimió, casi lloriqueando, cuando Changmin movió sus caderas; la fricción estaba volviéndolo loco.

Yunho decidió que ya era suficiente juego.

Sin previo aviso, Yunho tomó a Changmin de los hombros y giró sus cuerpos, quedando él debajo del menor. Tomó una de las manos de Changmin y la llevó a su propia boca, comenzando a lamer tres de sus dedos, viendo directo a los ojos del otro. La vista era tan sensual que Changmin jadeaba sin control. Rindiéndose a la tentación, el menor bajó hasta atacar el cuello expuesto de Yunho, ganándose un profundo gemido de éste.

Cuando la espera se hizo insoportable, Yunho separó las piernas y llevó la mano de Changmin hasta posicionarla en su entrada. Lentamente, el menor metió uno de sus dedos, callando el quejido de incomodidad de Yunho con su propia boca en un beso apasionado.

Yunho sintió como Changmin comenzaba a mover su dedo en círculos dentro de él. Dolía, sí, pero era más fuerte el deseo. Changmin pasó de su boca a su cuello, besando, mordiendo y succionando en algunos lugares. Yunho gemía, jadeada, y eso sólo lo estimulaba más. Sin previo aviso, el menor bajó directamente hasta el miembro de Yunho y comenzó a repartir lamidas por toda su extensión, para después tomarlo totalmente en su boca.

-¡Changmin! -dijo Yunho, en una mezcla de grito, gemido y jadeo, lo que hizo que Changmin soltara un grave sonido desde el fondo de la garganta, las vibraciones provocaron que el mayor soltara otro gemido con su nombre. Era la primera vez que Yunho lo llamaba así, por su nombre, desde que se conocieron. Su respuesta fue añadir un dedo más dentro del mayor.

Yunho ya no sabía en qué concentrarse, si en la increíblemente sexy (caliente) boca de Changmin o en sus largos dedos. El placer se superpuso inmediatamente al dolor. Sus manos se aferraron a las sábanas en un intento de calmar sus ansias.

-Changmin-ah, más rápido -dijo, en una voz increíblemente necesitada. Changmin aumentó la fuerza de sus acciones, tanto de su boca como de sus dedos. Añadiendo el tercer dedo comenzó a separarlos y moverlos en círculos al mismo tiempo. Sólo escuchaba los gemidos de Yunho, rogándole por más.

Cuando notó el pre-semen en su boca, supo que era tiempo de continuar. Soltó el miembro de Yunho, escuchando un gemido de inconformidad de éste, y sacó sus dedos posicionándose entre las piernas del mayor. Volteó a ver a Yunho, y se dio cuenta de que éste lo veía fijamente. Changmin se sintió aún más excitado al ver la expresión de deseo en la cara de Yunho, y lentamente comenzó a introducirse en el mayor. Yunho gimió fuerte, pero ya no de dolor, ése había quedado muy atrás hacía mucho tiempo.

Una vez totalmente dentro, Changmin se quedó quieto esperando a que Yunho se acostumbrara, apretando los puños en las sábanas hasta que sus nudillos se volvieron blancos, tratando de concentrarse en besarlo en vez de golpear en su estrecho pasaje. Pero Yunho estaba demasiado impaciente para esperar y movió levemente sus caderas, tratado de que Changmin se moviera. Su cuerpo estaba ardiendo de deseo y necesitaba esa fricción, ya.

Changmin comenzó a moverse despacio, rompiendo el beso para gemir por la sensación de Yunho rodeando su miembro. No satisfecho con la velocidad, Yunho pasó sus brazos por el cuello de Changmin y le rodeó la cintura con ambas piernas, levantando las caderas. Changmin gimió (casi gritó) de sorpresa y siguió el ritmo que el mayor le impuso. Entraba y salía tan rápido como su cuerpo se lo permitía. Se agachó, apoyando la frente entre el cuello y el hombro de Yunho, aspirando su esencia, sin importarle que ambos estuvieran cubiertos de sudor.

-Yunho… Yunho… Yunho… -susurraba Changmin, incapaz de pensar coherentemente, solamente tratando de mantener el ritmo de sus embestidas.

-¡¡Ah!! -gritó Yunho cuando sintió que Changmin golpeaba su próstata. Dejó caer su cabeza hacia atrás mientras lo sentía otra vez, y otra vez, y otra vez más. Changmin procuraba seguir golpeando el mismo punto; los sonidos que Yunho hacía lo estaban volviendo loco.

Cuando sintió que estaba cerca de terminar, Changmin tomó el miembro de Yunho y comenzó a masturbarlo al ritmo de sus cada vez más irracionales embestidas. Yunho cerró los ojos y gimió fuertemente, dejando que la oleada de placer lo inundara, derramando toda su esencia en su abdomen, sintiendo como Changmin terminaba dentro de él unos segundos después.

Sintiendo que sus brazos no podían sostenerlo más, Changmin se dejó caer suavemente sobre Yunho, ambos tratando de normalizar su respiración. Las piernas y los brazos del mayor aún lo seguían sosteniendo con fuerza.

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La luz del sol que daba de lleno en su cara lo regresó poco a poco a la realidad. Parpadeó un par de veces por la intensidad de la luz, aún un poco desorientado, tratando de registrar sus alrededores. Abrió los ojos, sentándose de golpe cuando se dio cuenta de que no estaba en su cama y estaba desnudo, antes de recordar que estaba en la habitación de Changmin.

Recorrió con la vista toda la habitación, pero el menor no estaba. Un leve dejo de miedo anidó en su estómago al pensar que Changmin se arrepentía de lo que había sucedido entre ellos la noche anterior. Pero esos temores se vieron disipados cuando la puerta se abrió y el menor entró llevando una bandeja con algunas cosas encima.

Yunho lo miró fijamente, y se dio cuenta de que sólo vestía un par de bóxers, dejando al descubierto el pecho, su marcado abdomen y sus largas piernas. Changmin levantó la vista y se encontró con la mirada de Yunho fija en él. Sonrió ampliamente, un poco sonrojado. Yunho le devolvió la sonrisa inmediatamente.

-Buenos días-saludó Changmin dejando la bandeja en el buró más cercano.

- Annyeong -respondió Yunho con la voz un poco soñolienta-. ¿Qué es eso? -agregó, señalando la bandeja.

-Pensé que podías tener hambre -respondió el menor, sentándose junto a Yunho en la cama, tomando su mano inmediatamente y agregando con una voz tierna y una mirada preocupada-. ¿Neo gwaenchanh-a? ¿Pudiste dormir bien?

Yunho no pudo evitar sonreír al escucharlo. Los últimos rastros de duda que pudieron haber quedado en él, desaparecieron al instante. Una calidez que nunca había sentido le recorrió el cuerpo, causándole un leve escalofrío por el contraste con la temperatura ambiental. Changmin rápidamente lo recostó de nuevo en la cama y lo cubrió hasta los hombros con la manta. Yunho sonrió de nuevo.

-Estoy bien -respondió volviendo a sentarse-. Pero estaría mejor si me acompañaras.

Changmin se sonrojó un poco, pero se acomodó bajo las sábanas junto a Yunho, quien de inmediato apoyó la cabeza en su pecho y lo abrazó firmemente por la cintura. Changmin correspondió el abrazo, apoyando su mejilla en el cabello del mayor. Permanecieron así, en un silencio confortable, un buen rato, ajenos todo lo demás.

-Oye -dijo Changmin al fin. Yunho sólo respondió con un sonido nasal-. Debo irme.

Yunho se incorporó inmediatamente, girando un poco para encarar a Changmin. Una mirada mezcla de extrañeza, preocupación y un poco de miedo, estaba escrita en su cara.

-¿Wae? ¿A dónde?

-A Gwangju. Mis padres están allá, ¿recuerdas? Tengo que ir -dijo renuentemente-. Pero ahora quiero quedarme… ¿Ottokke?

Yunho sintió de nuevo el alivio al constatar que no era el único involucrado. Pero la idea de no ver a Changmin todo el fin de semana no le agradaba mucho. Un puchero de disconformidad se formó en sus labios.

-¿Y cuándo volverás? -preguntó, y vio cómo el mismo Changmin estaba inconforme con la respuesta que daría.

-Ese es el caso. Volveré hasta el lunes, así que ese día no iré a clase -respondió con su propio puchero. Yunho soltó un suspiro resignado.

-No hay nada que podamos hacer, así que no hay que pensar en eso -respondió y volvió a tomar su lugar junto a Changmin, tratando de disfrutar de los pocos minutos que les quedaban antes de que el menor tuviera que marcharse.

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El fin de semana nunca fue más largo para Yunho. Hablaba con Changmin por teléfono, y cuando eso no se podía, estaban los mensajes de texto. Pero nada de eso era lo mismo.

Aún no dejaba de sorprenderle el cambio tan drástico que dio su relación con Changmin. Un momento se odiaban a muerte, y al minuto siguiente no podían estar ni siquiera diez minutos sin saber del otro. Pero pensando en ese “odio” que se tenían, Yunho había llegado a una conclusión: jamás fue real.

Exacto. Ahora estaba seguro que lo que sintió cuando conoció a Changmin fue amor a primera vista, pero no fue capaz de reconocerlo en el momento, no había sabido canalizarlo correctamente. Y el hecho de que Changmin estuviera igual o peor que él, le aseguraba que también le había pasado lo mismo.

Y pensar que si no fuera por el Profesor Kim, jamás se habrían dado cuenta de sus sentimientos. Jamás habría sentido eso que siente al simplemente pensar en Changmin, ni se diga al oír su voz.

Durante sus interminables conversaciones, Changmin había prometido que haría lo posible por poder llegar a clase el lunes, aunque nada de eso era seguro. Pero para Yunho fue suficiente para alegrarlo por el resto del día. Bueno, eso y el hecho de que Changmin le haya dicho “te extraño”.

Gwangju nunca antes le había parecido tan lejano.

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El lunes llegó, y para recordarle a Yunho su miseria, la primera clase que tenía era Historia. Afortunadamente, antes de que el menor se fuera se habían dado tiempo de terminar el bendito ensayo, y no les llevó ni siquiera media hora terminar lo que la noche anterior ni siquiera pudieron comenzar en cuatro horas. Las cosas extrañas de la vida.

Yunho estaba constantemente viendo entre su reloj y la puerta del aula, esperando ver a Changmin. No sabía si el menor había podido volver a tiempo, y no lo sabría hasta que lo viera, porque esa mañana había despertado un poco tarde, y en la prisa por querer llegar a tiempo había olvidado su celular.

Así que en todo ese día no había sabido nada del menor, aunque por “todo ese día”, entiéndanse unas dos horas máximo, pero para Yunho era mucho tiempo. Soltó un suspiro de resignación cuando el profesor Kim Jaejoong entró, cerrando la puerta detrás de él. Changmin no había podido llegar a tiempo, al menos no a la primera clase.

-Muy bien, llamaré a las parejas para que me vengan a entregar sus ensayos, ¿de acuerdo? -dijo en un tono que nada tenía de pregunta.

Yunho se puso de pie cuando su nombre y el de Changmin fueron dichos. Avanzó hacia el escritorio con el ensayo en las manos.

-¿Dónde está su compañero, haksaeng?

-Está fuera de la ciudad, señor -respondió un poco amargamente-. Está autorizado a faltar hoy.

La mirada en los ojos de Kim Jaejoong le dijo todo. Lo sabía. Él sabía. Pero, ¿cómo? ¿Cómo es que sabía algo que ni siquiera el mismo Yoochun sabía? Porque, por estar entretenido con Changmin, había prácticamente ignorado a su mejor amigo todo el fin de semana.
La respuesta sólo podía ser que Kim Jaejoong se había dado cuenta de los sentimientos de los chicos incluso antes que ellos mismos. Eso podría explicar por qué los había puesto a trabajar juntos en primer lugar.

-Ya veo -dijo con una sonrisa de lado que logró que Yunho se sonrojara un poco-. Espero que sepan aprovechar el favor que les he hecho -agregó bajando su voz para que sólo Yunho pudiera escucharlo.

-Dae, seongsaengnim -respondió Yunho en un susurro, haciendo una leve reverencia y volviendo inmediatamente a su lugar.

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El resto del día pasó como una bruma para Yunho. Antes de darse cuenta, ya era hora del almuerzo y él estaba en la cafetería con sus dos mejores amigos. Pero ni siquiera estaba poniendo atención a la plática de los otros dos, o al bullicio del resto de los alumnos en las otras mesas, ya que estaba muy ocupado mirando su comida y pensando en cierta persona.

Los otros no dijeron nada por un momento, pensando que tal vez había pasado algo realmente malo entre él y Changmin el viernes. Pero al final pudo más el deber de amigo en Yoochun.

-¿Estás bien, Yunho?

Yunho ni siquiera se molestó en responderle, y dejando los palillos en la mesa volteó a ver a Junsu con una mirada intensa.

-¿Sabes si ya volvió Changmin?

Los otros se miraron extrañados al escuchar a Yunho decir el nombre de Changmin, pero el tono de su voz y su mirada eran indescifrables, así que no pudieron saber qué era lo que había pasado.

Junsu ni siquiera tuvo tiempo de contestar, porque en ese momento las puertas de la cafetería se abrieron y Changmin entró, respirando entrecortadamente, con las mejillas un poco sonrojadas y el cabello algo revuelto, como si hubiera hecho un gran esfuerzo físico. No llevaba uniforme, si no ropa casual. Tal parece que había corrido hasta la escuela apenas después de llegar a Seúl.

Yoochun y Junsu dieron un respingo cuando Yunho golpeo la mesa con las manos al ponerse de pie repentinamente, su mirada intensa fija en el menor al otro lado del lugar. Todos los alumnos habían dejado de comer y de hablar para verlos. A ninguno le daba buena espina la situación.

Yunho dejó la mesa y comenzó a avanzar hacia la puerta, al mismo tiempo que Changmin se adentraba en el lugar. Yoochun miró preocupadamente a Junsu y ambos se pusieron de pie de inmediato para tratar de detener rápidamente cualquier situación peligrosa. El resto del alumnado seguía con la vista a los chicos que avanzaban uno hacia el otro.

Sin siquiera detenerse un momento, y apenas estuvieron lo suficientemente cerca, Yunho se lazó a los brazos de Changmin, abrazándolo por el cuello, mientras el menor lo tomaba de la cintura. La mitad de las personas en la cafetería soltaron los palillos o las cucharas. Algunos pocos comenzaron a atragantarse con lo que sea que hubieran tenido en la boca. Otros sólo atinaron a abrir los ojos desmesuradamente. Junsu tenía la boca enormemente abierta y Yoochun tenía una cara de “estoy dormido, ¿verdad? No he despertado todavía”.

Yunho y Changmin permanecieron ignorantes de eso, sin embargo. Parecía que el mundo había desaparecido para ellos en ese instante. Todo lo que les importaba era que ya estaban juntos por fin. Cualquiera podría pensar que habían pasado años desde la última vez que se vieron, y no solamente dos días y medio.

Yunho tenía los ojos cerrados y una sonrisa en los labios. Respiraba profundamente tratando de inundar sus sentidos con ese aroma que era tan propiamente Changmin. Su corazón latía a un ritmo apresurado, pero a la vez acompasado. Changmin por su parte, también había cerrado los ojos. Por fin podía volver a respirar tranquilo como no lo había hecho desde que partiera. Acercó aún más al mayor hacia su cuerpo, como si temiera que algo o alguien pudiera arrebatárselo.

-Te extrañé -susurró. Yunho soltó una risilla nerviosa y se separó del menor lo suficiente como para poder verlo a los ojos.

-Yo también te extrañé, Changmin-ah.

Changmin no dijo nada más, pero le tomó el rostro con las manos y unió sus labios con los del mayor. Dios sabe que deseaba hacer eso desde antes de irse.

Ahora fue el turno de que la otra mitad del alumnado se atragantara con la comida. Los que lo habían hecho antes, escupieron el jugo, agua, refresco o lo que sea que hayan tomado para desatorarse. Comenzaron a escucharse susurros y exclamaciones de asombro nada disimulados. Algunas chicas estaban al borde del colapso nervioso. Uno que otro desprevenido terminó cayéndose de la silla donde estaba sentado. Otras chicas los veían como si fueran lo más perfecto que hayan visto. Yoochun y Junsu se sentaron de golpe. Yoochun ni siquiera podía hablar, y sólo movía la cabeza de un lado a otro, como si estuviera negando, incrédulo, mientras Junsu se llevó una mano a la frente, sin poder creer lo que veía.

-Soy muy joven para esto -murmuró.

Por supuesto, los tórtolos ni siquiera se dieron cuenta.

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“¡Changmin y Yunho están juntos!”

Esa fue la noticia que duró en boca de todo el mundo por casi un mes, desde lo que había pasado en la cafetería. Al principio la mayoría los veía con escepticismo, esperando a que en cualquier momento estallaran de nuevo en pleitos. Y es que la verdad era algo casi imposible de creer. “Cuando Changmin le sonría a Yunho” se había convertido en un dicho popular en su escuela, y se usaba para expresar que algo nunca pasaría, o que era en extremo difícil.

Pero el tiempo pasaba y las peleas y discusiones no habían reaparecido. Al contrario, Yunho y Changmin se veían cada vez más unidos, eran prácticamente siameses. “Donde está Yunho encontrarás a Changmin, y donde está Changmin puedes apostar que estará Yunho” era el nuevo dicho de circulación.

Cuando algunas personas se acercaban a preguntarle a Yoochun o Junsu qué era lo que había pasado entre los otros dos, ellos sólo se encogían de hombros y negaban con la cabeza. ¿Cómo podían ellos explicar algo de lo que tampoco estaban seguros? Era obvio que algo había pasado aquel día, pero ¿qué?

Ambos se morían de ganas de saber, pero también estaban temerosos de preguntar, pensando que tal vez pudiera ser una especie de hechizo que terminaría si intervenían. Y a decir verdad, ¿qué era preferible? ¿Ver a sus dos mejores amigos, uno junto al otro, cariñosos hasta el punto de que incluso Yoochun lo encontraba ridículo? ¿O verlos discutir sin fin cada vez que se encontraban? La respuesta era obvia.

A Yunho toda esa situación le tenía muy sin cuidado. Ese mes había sido el más feliz que recordara haber pasado. Estaba con Changmin casi todo el día, caminaba uno al lado del otro tomados de las manos, cada descanso también lo pasaba con él. Aunque desde esa primera vez no habían vuelto a dormir juntos, a Yunho no le preocupaba tanto como pudiera pensarse, porque la manera en que Changmin lo miraba y lo trataba le decía todo. Aunque no podía negar que lo deseaba de verdad.

Los días pasaban, sin embargo, y un día de tantos, Yoochun, Junsu, Yunho y, por supuesto, Changmin estaban en un salón de clases, esperando a que terminara el descanso, hablando de cualquier tema que pasara por sus mentes. Yunho estaba sentado sobre el escritorio del profesor, separando las piernas para darle a Changmin espacio suficiente para acomodarse, de espaldas a Yunho, con la espalda apoyada en el pecho del mayor mientras éste lo abrazaba por la cintura.

Yoochun y Junsu estaban sentados en los pupitres frente a ellos, y algunos alumnos más estaban también en el lugar, reunidos en sus propios grupos y hablando de sus propios asuntos, lanzando miradas furtivas a la pareja de vez en cuando.

Ese pudo haber sido un día como cualquier otro, que no requeriría mayor importancia en sus vidas, de no haber mediado un pequeño detalle: la curiosidad de Yoochun.

Mirando a Yunho, quien apoyaba la barbilla en el hombro del menor, sonriendo como nunca le había visto hacerlo, y sin realmente pensar en lo que hacía, dejó escapar la pregunta que llevaba carcomiéndolo por dentro todo ese tiempo.

-¿Y cómo es que comenzaron a salir ustedes?

Yunho sonrió aún más ampliamente, sus ojos brillaron y se volvió a mirar soñadoramente al chico entre sus brazos, pero antes de que pudiera decir cualquier cosa, Changmin se adelantó.

-No estamos saliendo. Sólo somos amigos -respondió con una sonrisa llena de carisma y mirando a Yoochun a los ojos.

Yunho abrió los ojos enormemente, sorprendido por las palabras de Changmin. El brillo que había en sus ojos desapareció por completo, su sonrisa se borró y sus brazos disminuyeron la fuerza del abrazo. Ninguno de esos detalles pasó desapercibido por los dos chicos frente a ellos, quienes intercambiaron miradas preocupadas. Changmin bajó la vista un momento, pero en seguida la volvió a levantar, sonriendo de nuevo.

-Bueno, ya debo irme. Mi clase no debe tardar en comenzar -dijo, liberándose de los brazos del mayor y girándose para mirarlo y darle un leve beso en la mejilla-. Nos vemos Yunho-yah.

Junsu lo miró salir, y frunció un poco el entrecejo. Susurrando un apresurado “Nos vemos”, salió detrás del menor. No le gustó para nada la expresión que tenía el salir.

Una vez que los dos menores se hubieron ido, Yoochun volteó a ver a Yunho, quien aún seguía como en transe por lo que había escuchado.

-¿Qué fue todo eso? -le preguntó. Yunho pareció reaccionar por fin al oír su voz.

-Ya lo escuchaste -respondió con un tono lleno de tristeza, bajando la mirada cuando sus ojos comenzaron a nublarse-. Sólo somos amigos.

Yoochun se sintió mal de ver a su amigo así, pero también conocía a Changmin, y estaba seguro de que en algún lugar había un malentendido. Todo se resolvería hablando. Dejó su lugar en el pupitre y fue a sentarse junto a Yunho sobre el escritorio, pasando un brazo sobre los hombros de su amigo, quien tenía la vista clavada en el suelo.

Antes que nada, hizo una señal con la mano, y de inmediato todos los alumnos que estaban en el aula salieron; las ventajas que daba la popularidad… El hecho de que Yoochun fuera el hijo del director también ayudaba un poco.

-A ver, cuéntame qué fue lo que pasó exactamente desde el principio.

Un poco renuente al inicio, Yunho le contó a su amigo todo lo que había pasado entre él y Changmin desde ese día. Yoochun lo escuchaba atentamente, asintiendo y haciendo el ocasional sonido para indicar que entendía. Pero poco a poco la historia de Yunho se llenaba de más y más detalles que, sinceramente, él no necesitaba saber.

Al final, Yoochun terminó totalmente sonrojado mientras se abanicaba con uno de sus cuadernos. ¿Por qué diablos Yunho tenía que ser tan específico? Lo había traumado de por vida, muchas gracias. Ya no podría ver a su amigo igual que antes… Ok, no, pero de verdad se había sorprendido.

Yunho pareció no notarlo, y si lo hizo prefirió ignorarlo, y volteó a ver a Yoochun como suplicándole que le ayudara.

-Creo que sé dónde está el problema -dijo Yoochun luego de un rato.

-¿Dónde? -preguntó Yunho tratando de no sonar desesperado. Por supuesto no lo logró.

-Dime… ¿Acaso ya le pediste salir oficialmente?

¡Plop!

Esa simple pregunta hizo que se sintiera como si un balde de agua helada le hubiera caído encima. Pues no, nunca se le había cruzado por la mente el asunto. Nunca se lo había pedido.

-Pero Changmin tampoco me ha dicho nada -dijo, tratando de defenderse.

-Tal vez está esperando que tú lo hagas.

-Pe… Pero él fue quien me… él… bueno… ya sabes -terminó en un susurro y con un leve sonrojo.

-¡Argg! -Yoochun gruñó, cerrando los ojos, sacudiendo la cabeza y moviendo frenéticamente las manos frente a él como para alejar las imágenes que comenzaban a formarse en su mente-. No. Lo. Menciones. Por favor…

-¡Yoochun! -exclamo poniéndose totalmente rojo ahora.

-Ok, ok, disculpa. Pero yo creo que de verdad está esperando a que tú digas algo. Él pudo haber sido… uhh… haber hecho lo que hizo, pero tú eres el mayor, después de todo, ¿no?

¡Plop! ¡Plop!

Yunho estaba con la boca abierta, no sabiendo qué decir ante la lógica de Yoochun. Quién lo viera tan bueno para eso de la razón y los consejos. ¿O de plano era él quien andaba más perdido que nada?

Yunho sospechaba que era lo segundo.

-Sabes que a Changmin no le gustan los rodeos. Siempre ha sido el tipo de persona que prefiere que le digan las cosas de frente. Que no quede ninguna duda en nada -dijo Yoochun tratando de hacer entender a su amigo-. ¿Notaste cómo inmediatamente después de decir lo que dijo se fue, aunque antes no parecía que tuviera ganas de hacerlo?

-Sí, ¿por?

-Piensa por un momento cómo se debe de estar sintiendo Changmin con la situación.

-¿Eh? -dijo Yunho inteligentemente después de un par de minutos de mucho pensar-. No entiendo…

-¡Ay, Yunho, por Dios! -exclamó Yoochun levantando los brazos en signo de derrota. De verdad que su amigo no tenía remedio-. Tienes que reaccionar más rápido si no quieres que este tipo de cosas estén pasando muy seguido.

Yunho hizo un puchero pero no dijo nada, así que Yoochun continuo, mirándolo como si le hablara a un niño de cinco años.

-Piensa. Tú lo abrazas, lo besas, se toman de la mano, siempre están juntos, le hablas con cariño, ya tuvieron sex… -Yoochun se detuvo de golpe cuando vio la mirada asesina que le daba Yunho. Se aclaró la garganta antes de continuar-… Ya hicieron el amor -Yunho hizo una sonrisa estúpida y Yoochun sólo rodó los ojos-. Todo eso, y tú ni siquiera le has pedido que sea tu novio.

-Pero… No…

-Changmin debe pensar que no quieres nada formal con él y que sólo lo quieres para pasar un rato. ¿Te imaginas cómo se debe sentir?

¡Plop! ¡Plop! ¡Plop!

Yunho abrió enormemente los ojos cuando entendió (n/a: por fin!) a lo que Yoochun se refería todo el rato. Abrió la boca para hablar, pero las palabras parecían negarse a salir de su garganta. Yoochun le palmeó la espalda en señal de apoyo y le sonrió un poco.

Yunho sentía ganas de golpearse la cabeza contra la pared, y lo hubiera hecho de verdad si no fuera porque Yoochun lo detuvo justo a tiempo. Pero ahora que por fin había reaccionado, nada le impediría hacer algo al respecto. Pero no se conformaría con un simple “¿Quieres ser mi novio?”.

No. Changmin se merecía mucho más. De alguna forma tenía que compensar la espera.

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Yunho tenía el día totalmente planeado en la mente. Primero llevaría a Changmin al parque de diversiones por la mañana, después lo llevaría a comer a un lindo lugar, luego pasarían la tarde caminando en algún parque, después seguía el cine donde verían alguna película romántica, y finalmente, y aprovechando que sus padres no llegarían a dormir, irían a su casa donde le prepararía una cena deliciosa, y así, a la luz de las velas, se confesaría y le pediría que fuera su novio.

Si, ese día tenía que ser perfecto, y lo sería.

Despertó muy temprano y comenzó a preparar los ingredientes que necesitaría para la cena; no quería que nada saliera mal, así que era mejor prepararse desde antes. Gastó una exagerada cantidad de dinero y una aún más exagerada cantidad de tiempo buscando los ingredientes.

Una vez que los consiguió, comenzó a adelantar la preparación de la cena, porque no quería estar encerrado en la cocina mucho tiempo, pudiendo aprovecharlo mejor estando con Changmin.

Comenzó a preparar las cosas que mejor le quedaban, así no habría ningún problema. Después corrió a tomar una ducha aunque todavía era bastante temprano, porque eso tardaría, como era su costumbre. No quería parecer demasiado obvio con Changmin, así que al vestirse descartó de inmediato su mejor ropa. Sería demasiado elegante y no quería que Min sospechara nada hasta el último minuto.

Su segunda mejor ropa. Eso funcionaría bien.

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Al final del día Yunho estaba listo para arrojarse de cabeza en el río Han.

La cita había comenzado extraordinariamente bien. Pasó por Changmin a las 10 de la mañana como habían acordado. Changmin se veía deslumbrante, con una brillante sonrisa que hacía que sus hermosos ojos se hicieran más pequeños.

Durante todo el camino al parque de diversiones Changmin iba tomando su mano y de vez en cuando besando su mejilla, sin preocuparse de las miradas de las personas en la calle. Yunho prácticamente sentía que flotaba, y su determinación de una romántica, única e inigualable confesión, creció en su mente.

Las cosas empezaron a salir mal en el parque.

Yunho siempre había tenido una gran debilidad por los parques de juegos, así que se comportó como niño pequeño, dando saltitos cada vez que veía algo que lo emocionaba, arrastrando a Changmin de aquí para allá, comiendo tanta comida chatarra como le cupiera en el estómago. Changmin simplemente lo acompañaba con una sonrisa.

Poco después, Yunho gastó casi 5 mil won tratando de ganar un muñeco en uno de esos juegos con un martillo para hacer sonar una campana. Changmin le insistía en que lo dejara pasar, pero Yunho era terco como pocos. Al final, Changmin terminó ganando el dichoso juguete en su segundo intento.

Tampoco pudieron subirse a muchos de los juegos porque Yunho sufrió un “leve” ataque de mareo que terminó con Changmin casi cargándolo en brazos hasta una de las bancas más cercanas, donde, para alivio de Yunho, nunca dejó de abrazarlo y susurrarle palabras tranquilizantes al oído.

Después de la comida, la caminata en el parque tuvo que ser cancelada porque comenzó a llover, por lo que tuvieron que ir a casa de Yunho muchísimo antes de lo planeado, lo que resultó ser bueno, porque, por los nervios, Yunho había olvidado apagar la estufa, así que llegaron justo a tiempo para salvar la cena y evitar un desastre.

Como aún era muy temprano para cenar, fueron a la sala a ver alguna de las películas que Yunho tenía. La gran mayoría de éstas eran películas de Disney. Changmin no dejó de llamar a Yunho “tierno” y Yunho no hacía más que sonrojarse y desviar la mirada.

Un par de leones, un venadito y siete enanos después, ambos chicos se encontraban disfrutando de esa cena a la luz de las velas que tanto había planeado Yunho. El ambiente era perfecto, justo lo que Yunho había estado deseando. Pero ahora que había llegado el momento, todas las palabras que había pensado decir habían abandonado su mente, parecía.

-Changmin-ah… -comenzó Yunho, pero unas ganas repentinas de reír lo invadieron al instante y tuvo que dejar de hablar.

-¿Yunho? -preguntó Changmin algo preocupado-. ¿Te sientes bien?

-Sí, lo siento -dijo Yunho dejando de reír y cerrando los ojos. Respiró profundamente un par de veces para calmarse-. Changmin…

Pero bastó abrir los ojos y ver a los ojos del otro para que los nervios lo invadieran de nuevo y la risa diera rienda suelta. Se rió tan fuerte que en un descuido golpeó la mesa, haciendo que todo lo que había en ella se volcara o cayera.

Yunho reía, pero por dentro se maldecía mil veces por ser tan cobarde en el último minuto. Trató de pensar en todo lo que Changmin significaba para él. Sabía que si no lograba decir lo que quería las cosas después se complicarían tanto que corría el riesgo de perderlo, ¿y qué haría él sin su Changmin?

Ese pensamiento fue el que lo decidió. Tomando una último gran suspiro, dejó de reír y volteó a ver al menor. Changmin lo veía fijamente, lo que causó una revolución en su estómago, pero como todo un hombre, dejó los nervios de lado y tomó las manos del menor entre las suyas.

-Minnie-yah -dijo, logrando que el mencionado se sonrojara un poco-. Hay algo que quisiera decirte. Yo…

Changmin gritó de repente, asustando a Yunho sin fin. Fue así cuando notaron que una de las velas que habían caído de la mesa había hecho que el mantel se encendiera.

Todo lo que siguió fue confuso para Yunho, entre tratar de apagar el fuego con agua, correr por los extintores y no saber cómo usarlos, lo que le valió quedar lleno de espuma en la cara. Para cuando descubrió su funcionamiento, Changmin ya había logrado apagar el fuego, pero Yunho ni siquiera se había dado cuenta de eso, así que usó el extintor de todas formas.

Changmin se quedó parado, con los ojos muy abiertos cuando fue bañado por la espuma del extintor. Yunho abrió la boca de la sorpresa y dejó caer el contenedor al suelo, mirando a Changmin con una expresión casi de pánico.

-Cha… Changmin, yo…

Changmin ni siquiera lo dejó terminar cuando estalló en carcajadas. Yunho parpadeó sin comprender, pero Changmin ni lo notó, sólo reía y reía, divertido por la locura de la situación.

Yunho estaba prácticamente en shock, sin poder reaccionar para nada. Todo el peso de lo que había ocurrido durante el día le cayó de repente. Esto fue la gota que derramó el vaso. Sintió cómo los ojos se le llenaban poco a poco de lágrimas. Nada de lo que tenía planeado había resultado bien, ¿cómo podría Changmin querer estar con un desastre como él?

Se dejó car al piso mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas. Changmin dejó de reír en el acto, sus facciones pasando de la alegría a la preocupación en un segundo. Se acercó de inmediato a donde estaba el mayor y sin decir palabra lo acercó a él en un abrazo muy fuerte. Yunho respondió el abrazo de inmediato, refugiando su rostro en el pecho del menor.

-Per-don -dijo Yunho entrecortadamente.

-¿Qué pasa, Yunnie? -preguntó el menor mientras acariciaba en círculos la espalda de Yunho y lo acercaba más a sí.

-Es que… Se supo-ne que todo iba a ser dife-rente -comenzó, y el llanto se fue apoderando de él otra vez-. Y nada salió bie-en, y… Tenía como mil cosas pensa-das. Se supone que iba se-er románti-co y…

-Ya, Yunho -Changmin trató de calmarlo un poco-. Tranquilo. Todo está bien…

-¡No está bien! -dijo levantando un poco la voz-. ¿Cómo puedo esperar que seas mi novio si ni siquiera puedo pedírtelo?

Changmin paró sus acciones en seco, todo su cuerpo se tenso de inmediato y sus manos dejaron de circular la espalda de Yunho. El mayor se puso algo nervioso cuando Changmin dejó de abrazarlo y se separó un poco de él. Levantó la vista y se encontró con los ojos totalmente sorprendidos del menor. Su corazón comenzó a latir desesperadamente y bajó la vista al suelo.

-¿ibas…? -comenzó Changmin, pero tuvo que parar para aclararse la garganta-. ¿Ibas a pedirme que fuera tu novio?

Yunho sintió sonrojarse hasta la punta de los pies. No pudo sostenerle la mirada a Changmin y bajó de nuevo la vista en cuanto sus miradas se cruzaron. Asintió lentamente, no confiando en que su voz no lo traicionaría.

Después de un momento sin escuchar nada ni obtener ninguna reacción, Yunho levantó por fin la vista. Changmin lo estaba mirando con los ojos brillantes, y la sonrisa más hermosa que Yunho haya visto alguna vez adornaba sus facciones.

-¿Todavía puedo decir que sí? -preguntó el menor.

Yunho sintió su propia sonrisa abriéndose paso en sus labios. Asintió de nuevo y se dejó caer en los brazos de Changmin, apoderándose instantáneamente de sus labios, provocando que Changmin cayera de espaldas al suelo con Yunho encima de él. Changmin lo rodeó con sus brazos y Yunho suspiró en medio del beso.

Changmin llevó sus manos a la nuca del mayor al tiempo que tomaba un nuevo ángulo haciendo más profundo el beso. Yunho gimió un poco e inconscientemente comenzó a mover su entrepierna sobre la de Changmin, provocando una fricción enloquecedora. Poco a poco ambos comenzaron a excitarse por eso.

Después de un rato, y cuando ambos ya estaban al punto de sólo poder jadear, Yunho sintió cómo Changmin comenzaba a sentarse, lo que provocó que él quedara a horcajadas sobre el regazo del menor. Changmin dejó de besarlo, lo que le arrancó un quejido de inconformidad, y se puso de pie, levantando a Yunho en el proceso.

Se quedaron un momento de pie, mirándose fijamente a los ojos, sonriendo todo el tiempo. Changmin se inclinó y pasó un brazo por su espalda y el otro detrás de sus rodillas para levantarlo en sus brazos, al tiempo que le besaba la frente. Yunho puso sus brazos alrededor del cuello del más alto, recontándose en su hombro.

Siguiendo las indicaciones que el mayor le daba, Changmin los llevó hasta su habitación, y poco a poco fue recostando a Yunho en la cama, quedando sobre él. Se apoyó en uno de sus brazos y con la otra mano comenzó a acariciar su mejilla mientras lo miraba a los ojos.

-Te amo, Yunho -dijo el menor en un murmullo apenas audible, pero amplificado en el silencio del lugar.

-Yo también te amo, Changmin -respondió el mayor, sintiendo cómo su pulso se disparaba y sus mejillas se encendían como nunca.

Changmin lo besó de nuevo mientras lo desvestía poco a poco, al mismo tiempo que el mayor hacía lo mismo con él.

Ahora que sus sentimientos estaban dichos, las sensaciones se amplificaron al máximo. Yunho sentía que cada embestida dentro de su cuerpo le provocaba sensaciones diferentes; mejores y más fuertes. Escuchar su nombre derramado de los labios de Changmin en una voz cargada, ya no de deseo como la vez pasada, sino de necesidad, hacía que su corazón ardiera, estallara en un torrente de sentimientos que jamás había sabido que podían siquiera existir.

Cuando sintió su cuerpo ser llenado por Changmin de la forma más íntima, su propio clímax, sorpresivo e inesperado, lo alcanzó de golpe. Cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, mientras sus labios sólo atinaron a abrirse formando el nombre de su novio, sin que ningún sonido saliera de ellos.

Su novio. Yunho sonrió en medio de respiraciones rápidas para tratar de regularizar su respiración y los latidos de su corazón. Changmin comenzó a besar su cuello, donde había refugiado la cara justo antes de estallar, y avanzó hasta llegar de nuevo a sus labios. Poco a poco salió del cuerpo del mayor, lo que hizo que ambos gruñeran levemente.

Cuando el menor se dejó caer de nuevo sobre él, Yunho lo rodeó con brazos y piernas. Acercó sus labios al oído de Changmin y susurró por fin las palabras que tanto moría por decir.

-Changmin-ah, ¿quieres ser mi novio?

Changmin rió de buena gana y eligió responder la pregunta con sus labios sobre los de Yunho.

~fin~

media: fanfic, fandom: dbsk, focus: yunho, pairing: yunho/changmin, length: oneshot

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