CAPITULO V(Segunda Parte)
Mi cabeza me dolía intensamente era un dolor incesante, miles de imágenes, palabras, voces, escenas, sensaciones, se mezclaban en un collage de recuerdos desbordados dentro de mí, mi cabeza trataba de asimilarlos
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-¡Qué bien lo haces! -dijo Yoshimoto san con un tono de gracias en la voz
-¡Ah que!, ¿Esto?, ¡no! ¡no es nada! -dije tratando de esconder la pintura que hacia, tratando de esconderla
-¡Vamos muéstramelo!;¡ si es genial, tienes talento para esto! -dijo logrando quitarme de las manos el cuadro
-¿Talento? -dije algo confusa y avergonzada mientras el observaba con ojo crítico el lienzo que aún no terminaba
-¡Si por supuesto! -dijo sin dudarlo ni por un segundo, examinaba el cuadro detalladamente
-¿desde hace cuándo pintas? -pregunto cogiendo una silla, sentándose junto a mí, devolviendo el lienzo a su posición anterior sobre el caballete
-Desde hace 4 años-dije tímidamente, mezclando algunos colores sobre la paleta para continuar mi trabajo, para evitar que viera mi rostro sonrojado
-¿4 años eh?, ¿en ese entonces todavía estabas en secundaria verdad? -dijo analizando cada movimiento que hacia sobre el lienzo
-¡Sí! -dije sin pensarlo mucho, mientras el observaba moviendo la cabeza en forma de aprobación mientras lo hacia
-¿Te gustaría trabajar conmigo? -dijo tomándome por sorpresa, me quede fría ante la pregunta, lo mire sorprendida
-¿Qué?, No bromee conmigo sensei-dije volviendo a mi paleta de colores
-¡No, es en serio haremos de ti una gran artista! -se puso de pie, observo el lienzo
-¡esa técnica nunca la había visto antes! -dijo caminando alrededor mío mientras miraba mi lienzo una y otra vez
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-¡Asuka! - grito Mika, tenía una hoja de papel en las manos y la agitaba en lo alto mientras corrió hacia mi
-¡Mira! ¡Mira! -decía muy sonriente, parecía tan feliz
-¡ lo logre! ¡Saque 90 puntos en el examen! -traía una sonrisa inmensa en el rostro
-En serio , ¡déjame ver!-dije quitándole la hoja, sentándome en mi cama , examine el examen
-¡¿valió la pena todo lo que estudiaste verdad?! -dije mirándola de reojo y regalándole una sonrisa
-¡Si gracias a tu ayuda lo logre! -dijo abrazándome fuertemente
-¡No lo lograste tu sola! -dije mientras la abrazaba también, nos quedamos así unos momentos las dos sentadas en la cama de mi habitación
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Yoshimoto san traía bajo el tapaboca puesto, sostenía uno de mis trabajos en sus manos examinándolo
-¡Asuka! ¡Esto es genial! -dijo sonriente mientras levantaba en alto el cuadro
-¡En serio! -dije feliz, esbozando una sonrisa
-¡Tienes que tenerte mas fe, eres muy buena! -dijo sonriente, poniendo a un lado mi trabajo
-pero hay gente que es mucho mejor! -dije algo avergonzada
-¡Quiero que trabajes en algo nuevo, con un tema especial, empezaremos a preparar tu exposición debut! -dijo tranquilamente, ignorando mi comentario
-¿Qué?, ¡Hablas en serio, no juegues con eso!, ¡Yoshimoto san una exposición debut! , ¡YO! -dije sin poder creer que mi sueño iba en camino de hacerse realidad
-Si es en serio, conseguiremos, que seas profesional, hay algo especial en tu técnica, me gusta-dijo Yoshimoto san calmándome
- A la próxima muéstrame un proyecto o algunas ideas-lo dijo parándose en el lumbral de la puerta
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-¡Asuka que estas haciendo? -dijo mientras me observaba dibujar
¿Que acaso no estás viendo?
-estoy dibujando por-dije respondiendo amablemente, a pesar de estar algo incomoda por el problema que tuve en la tienda de pintura
-¡Si lo sé! -dijo y quedo en silencio
sin sacar la mirada de mi trabajo continúe dibujando, ya estaba por terminar, para poder empezar a darle color
-¡podemos hablar!-dijo repentinamente tras de mi, cogio mis hombros haciendo que volteara en su dirección
-¡estamos hablando!-le dije, realmente me incomodaba que me interrumpieran, estaba un poco incomoda
-me gustas mucho-dijo sin más, tomándome por sorpresa
-¡¿qué?! - fue mi respuesta a lo que acababa de decir
-¡saldrías conmigo!-dijo mirándome directamente a los ojos, Yuya es mi mejor amigo, tenemos mucho de lo que hablar y nos divertimos juntos pero nunca había pensado en el como algo más.
-¡¿Qué?! - volví a decir, antes que pudiera decir algo más, se acercó y me dio un beso
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-¿Te parece si mañana vamos al zoo? - pregunto Yuya algo nervioso
-¿al zoo?, claro me encantaría-dije sonriendo, necesitaba relajarme
¡vamos dale esta oportunidad!, ¡ se lo merece es muy amable después de todo!
-¡nos vemos mañana!, ¡iré a recogerte!, ¿está bien? -dijo Yuya intentando acercarse para besarme
-¡si no vemos! - le di un abrazo y salí corriendo, estando ya lejos le dije
-¡se me hace tarde nos vemos mañana! -sonreí mientras me despedía con una mano levantada
Cuando llegue a casa, a la primera que encontré fue a Mika y Cary estaban ayudando a mamá en la cocina
-¿Mika quieres ir mañana al zoo conmigo? -le dije sin pensarlo
-¿en serio, me llevaras?, ¡Genial! -dijo saltando por la cocina, mientras se dirigía a la sala
-¡mañana iré al zoo!, ¡Mañana iré al zoo! -decía corriendo y saltando al rededor del sillón
Al día siguiente llego Yuya, la primera en salir y subirse al coche fue Mika
-¿Mika chan, esta Asuka? -oí que le decía, ella me señalo sin responder
-¡vendrá con nosotros o no podre ir!-le dije sin cambiar mi expresión
-¡ oh esta bien!, ¡Nos divertiremos más si somos los tres!-dijo dejando salir un suspiro, acomodándose en el asiento del conductor
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Sentí un calor intenso en mi cabeza, entreabrí los ojos, el dolor menguaba poco a poco, lo último que vi antes de sumirme en la oscuridad fueron los ojos de Ohchan observándome preocupados
Aún hay soledad en mis pensamientos, pero siento calidez en mi corazón, cuando veo su sonrisa, aun en la distancia, no puedo evitar sonreír, aunque el fuego se haya llevado consigo parte de mí, ¡sé que todo irá bien!, ¡sé que todo irá bien!, aunque a veces me sea difícil de creer, ¡quiero hacerlo!, en sus ojos veo esperanza reflejada, en mi corazón la siento, lo que siento es algo que me es muy difícil describir con palabras.
Con todo lo que me quedaba de fuerza de voluntad volví a abrir los ojos, el dolor se había dispersado a todo mi cuerpo, mi cuerpo estaba adolorido, como si me hubieran pasado dos camiones por encima de mí. Reconocí una pequeña sonrisa junto a mí, unos brazos me rodearon
-¿Mika? -dije mientras correspondía su abrazo, unas lágrimas empezaron a caer por mis ojos
¡Hace poco, creía que estaba muerta!, ¡ahora me está abrazando!, ¡recuerdo su nombre!, ¡la recuerdo!, ¡Mika mi hermanita está viva!
no pude contenerme más, empecé a llorar abrazándola tan fuerte, no quería que me la volvieran a arrebatar
-¡Asuka eres tú!, ¡Eres tú! -decía sin soltarme
-¡Yoshimoto san!, ¡es ella! -decía Mika sin soltarme
-¡lo sé , ahora sé que no era mi imaginación! -dijo Yoshimoto san
-¡Yoshimoto san? -dije, un horrible dolor atravesó mi cabeza, sentía como si me golpearan con algo por detrás, luego todo se oscureció, solo sentía que caía y caía
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La tome en brazos al sentir que se desvanecía nuevamente, Mika estaba arrodillada al costado, me dejo abrazarla y mantenerla junto a mí, lucia tan frágil en mis brazos, ¡Mirai!
-¡Ohno kun, tráela por aquí! -dijo Yoshimoto san, había olvidado que había tanta gente en la habitación, en especial aquel chico, ese tal Yuya
La tome en mis brazos y la levante del suelo, su cuerpo liviano reposa en mis brazos bajo la sigilosa mirada de Yuya vigilándome, el chico no dijo nada simplemente caminaba a mi lado, junto a este se encontraba Mika, la niña que decía ser su hermana, cuando la vi por primera vez sus acciones se me hacían un poco familiares, me recordaban a ella
¡Mi Mirai!
llegamos a una habitación que se encontraba en el tercer piso, ni siquiera había sentido el trayecto, subir las gradas no me canso en absoluto, Yoshimoto san dirigía el camino, los otros chicos nos seguían detrás, la habitación tenia las paredes color verde agua, había un sofá cama al fondo de la habitación, el cual Yoshimoto san y Mika acomodaron para que pudiera recostarla, ella aun permanecía en mis brazos, algo en mí se negaba a caminar esos pasos que me faltaban para alcanzar aquel sofá cama, donde la debería recostar
-¡Ohno kun por aquí!- dijo Yoshimoto san señalando la cama, indicándome que me acercara, di el primer paso, algo me decía que después que la dejara en aquel sofá cama nada sería lo mismo, al agacharme para recostarla, sentí su respiración era lenta, su piel estaba tibia, y su rostro pacifico, parecía sumergida en un profundo sueño, del cual no sabía cuándo iba a despertar, luego de dejarla en el sofá cama me aleje un poco, la niña, Mika, se acercó a ella, le acomodo el cabello y la cubrió con una mantita.
-¡Es ella! ¡es ella! - le decía la Mika al tal Yuya, entre lágrimas
-¡está aquí, está viva!-Dijo arrodillándose junto al sofá cama y tomando su mano inerte entre las suyas, el ambiente se sentía tan familiar, que empecé a sentir que era el único que sobraba en la habitación
-¡Hasta hace unos minutos, creía que mi hermana estaba muerta!-decía Mika llorando en el regazo de Mirai
Aunque te llamen Asuka, para mí siempre serás Mirai, me he acostumbrado a llamarte así y así lo seguiré haciendo
El chico al que llamaban Yuya se había acomodado al borde del sofá cama, desde ahí consolaba a Mika, poco a poco yo había retrocedido hasta el umbral de la puerta, desde ahí observaba, mientras estaba sumido en mis pensamientos, Yoshimoto san se había posicionado junto a mi.
-Veras el muchacho que esta ahí-dijo señalando al tal Yuya
-su nombre es Yuya Nakasone, el novio de Asuka, aparte de eso es conservador de arte, en el museo de Tokio-dijo señalándolo con la mirada
-¿Conservador de Arte? ¿Eh?, interesante profesión- dije mirándolo, casualmente el volteo la mirada y sostuvo su mirada en mi
-¿Ohno Satoshi verdad? - Dijo levantando la mano
-Aun no me lo puedo creer-dijo poniéndose de pie, se acercó a una vitrina, cogió lo que parecía alcohol, puso un poco en un algodón
-¿cómo la conociste?, ¿Cómo es que no te hablo de nosotros? -Dijo sin mirarme concentrado en lo que hacia
-Ella había perdido la memoria cuando la conocí -dije mientras pasaba mi mirada de Yuya a Yoshimoto san
-el día que iba a traerle, uno de mis cuadros para que lo revisara, recuerda-dije, esperando recordara aquel día
-¡Oh sí!, ¡si, como olvidarlo!-dijo Yoshimoto san
Ahí parados donde estábamos les conté sobre el día en el que la conocí, nadie se había movido de sus posiciones hasta que acabe la historia, cuando lo hice, levante el rostro hacia Yuya
Vi que el chico caminaba lentamente, con el trozo de algodón en la mano, se dirigía con paso firme hacia el sofá cama, se acercó al rosto de Mirai y le dio un beso en la mejilla, sentí un vacío en el estómago, instintivamente quería alejarlo de ella
-¡Debiste de estar muy asustada Asuka!-dijo muy cerca de ella mientras pasaba el algodón con alcohol cerca de su nariz, nadie esperaba ver lo que sucedió, ella volvió en sí, abrió sus ojos, a pesar de no mover su cabeza, busco con la mirada por toda la habitación, cuando nuestras miradas se cruzaron, sentí una ternura en su mirada, que hacía que mi corazón saltara emocionado
-¡Ohno kun!-dijo muy bajito, poniendo una de sus manos en mi mejilla, parecía algo contrariada
-¡Descansa, tengo que irme!, te dejo en buenas manos- dije no podía estar ahí un segundo más, yo no encajaba en ese lugar
-¡Yoshimoto san, Nakasone san, les encargo a Mirai! -Dije evitando mirarla
Debí haberme ido mientras aún estaba dormida
-¡Asuka! -me corrigió Yuya
-¡Sí!-dije tratando de hacerme a la idea, pero sabiendo que nunca lo haría
-¡Cuídate!-dije dirigiéndome a ella
-¡Aun te debo esas entradas para el concierto de Arashi, te las mandare luego, nos vemos pronto!, ¡Adiós!-dije, tome aire y di la vuelta camine en dirección hacia mi coche, tratando de no voltear correr hacia ella y abrazarla, sus ojos me miraban con tristeza
¡No debí mirarla al despedirme!
Todo el camino hasta mi coche, trate de no volver a esa habitación, mandar todo al diablo, cogerla entre mis brazos y darle ese beso, que moría por darle, desde aquel día en la cocina
¡MALDICIÓN!
Cuando subí al coche no pude evitar lanzar la puerta tras mío, estaba enojado, no sabía si era conmigo mismo o con ese tal Yuya
¡MALDICIÓN!, ¡TIENE NOVIO!, ¡MALDICIÓN!
No me sentía nada bien, pisé el acelerador, lo único que quería era alejarme de ahí lo más posible
Tercera Parte