El fin de semana pasado fui a visitar a mi familia --hace mucho que no lo hacía-- y entre que conversábamos mientras tomábamos un té y un pastel que mi madre preparó por mi visita, mi hermana me informó que si me interesaba, unas amigas suyas estaban buscando alguien que pudiese ayudarles con unas materias del colegio. Ella, mi hermana, me
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- Sí, lo justo y necesario. Sino, no creo que hubiese estado tan despierto ahora. ¿Y tú? ¿Has esperado mucho? Estar parado a estas horas ha de haberte causado mucho frío.
Levantó la vista, hacia el cielo. En ese lugar no se notaban mucho, pero seguramente en la playa estarían más claras y brillantes. Si es que alcanzaban a llegar antes de que comenzara a amanecer, eso sí. Por suerte, dentro de poco un autobús llegaría para llevarlos a la playa.
- Tengo una manta en mi mochila, por si es que el autobús tarda en llegar y comienzas a tener frío.
Seh, io tb lo creo owoUu por lo menos, he vistoh que siempre usan el autobús para iegar a la playah >_>
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-Algo, pero no me molesta- considerando que en algunas horas más el sol saldría en todo su esplendor, un poco de frío no le venía mal para un cambio. -Es mi culpa, me acosté más tarde de lo debido, y cuando desperté por casualidad tuve que prepararme... sino, de haberme dormido seguramente no habría escuchado la alarma- por este hecho había permanecido más tiempo del esencial expuesto a la temperatura de aquella mañana, pero, tal y como se recordó, no era nada que no hubiese experimentado antes. -Ah, ya viene el autobús- un par de luces a altura media, a un par de cuadras de distancia entre la nada, se lo hizo saber así. Se acomodó la mochila sobre el hombro y con Yagyuu caminó los pocos metros a la parada. Un tanto después, el autobús se detuvo delante de ambos, abriendo las puertas a los nuevos pasajeros.
Llevando un tanto la delantera, Oishi sacó un par de billetes de su bolsillo, metiéndolos en el cilindro metálico.
-Pagué por los dos- aclaró al joven detrás de él antes de dejar su mochila en los compartimientos superiores y sentarse.
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Subió al vehículo y antes de que pudiese sacar su billetera, Oishi le informó que él ya había pagado por los dos.
- Oh... pues gracias. - Generalmente era él quien pagaba, como buen gentleman que demostraba ser. Pero ahora su ‘trabajo’ había sido sustituido por Oishi, quien solía ser ‘la mamá de Seigaku’. Sonrió ante la idea de imaginarse la escena de ‘la madre’ saliendo con el ‘gentleman’ y siendo ésta, la madre, quien pagase los costos del viaje.
Ok., mucha imaginación. Y eso no era propio de él.
Caminó hasta llegar donde se había sentado el pelinegro e hizo lo mismo, sentándose a su lado.
El autobús comenzó a andar despacio, pero no lento. La música que se escuchaba era una suave, relajante. Yagyuu se preguntó cómo era que el conductor, trabajando a tales horas de la mañana, no se quedaba dormido con aquella música. Bueno... quizás esa era la razón por la que el autobús andaba despacio.
Y recordó lo que Oishi le había dicho. Él se había acostado más tarde de lo que tenía planeado. Y se había levantado temprano. Lo más seguro es que en estos momentos estuviese con ganas de dormir, pero por culpa de su famosas preocupaciones no pudiese hacerlo por miedo a pasarse de largo.
- Oishi, si tienes sueño duérmete. No quiero que te quedes dormido mientras amanece y todo este viaje haya sido en vano.- Le aconsejó.- Yo te despertaré cuando lleguemos. A diferencia de ti, yo dormí las mismas horas que siempre, tú has de estar más cansado ¿no?
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Estuvo a punto de hacer un gesto de reproche, para negar las palabras del joven a su lado, pero la mirada que este le dedicó, de entre consternación e interés le hizo en cambio sonreír suavemente y aceptar con gusto.
-Está bien... pero ¿no te molestará que me recargue en ti? No quisiera golpearme contra la ventana...otra vez- ya había pasado anteriormente, un golpe seco en su cabeza, o si tenía peor suerte, contra el asiento de adelante; y tales no eran memorias agradables. Sin decir más ahogó un bostezo contra su palma antes de reclinarse contra el hombro del otro joven, cálido y perfecto al solo contacto, haciéndole sonreír instantáneamente. -Gracias- murmuró. Era cierto lo que decía, mejor media hora de sueño el autobús a no disfrutar realmente aquel amanecer, la playa y el calor en su piel.
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El pelicastaño se dio cuenta entonces que ésta era la primera vez que alguien, que no fuese de su familia o Niou, se le acercaba tanto a él. A pesar de haber siempre mantenido una imagen de ‘gentleman’, mantenía su distancia de las demás personas y prácticamente el único contacto que había tenido alguna vez con la demás gente era tenderle su mano. Esto iba incluso para cuando era titular de Rikkai Dai.
Sin darse cuenta, Yagyuu estaba abriéndose más a la gente que le rodeaba. Aquel muro que había construido hace tanto tiempo atrás por fin se estaba destruyendo.
Y no le molestaba.
Él se sentía bien, más libre, y más querido. Pero esto no significaba que daría a conocer el Yagyuu que Niou conocía, aquel Yagyuu que hasta al ex-trickster de Rikkai Dai daba miedo.
Miró a Oishi dormir. Se le veía tan calmado, sin preocupaciones y relajado. Se le veía feliz. Y se preguntó si acaso, alguna vez, él habría tenido esa misma expresión al dormir. El único que podría saberlo sería Niou, pero... lo más seguro es que no se atrevería a preguntarle algo así.
Sacó de su mochila un libro y comenzó a leer con la escaza luz que se emitía en el bus.
Al cabo de unos minutos, después de haberse terminado de leer dos capítulos, dirigió sus ojos hacia la ventana. Aunque de no haberlo hecho igual hubiese adivinado que ya estaban llegando, el olor y sonido del mar era algo inconfundible. Bajó la mirada, la posó sobre Oishi, quien aún dormía, y le acarició la cabeza.
- Oishi, el sueño se terminó. Aquí nos bajamos.
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Fue hasta que los ojos verdes lograron enfocar el exterior, a través de la ventana, que logró articular palabra.
-¿Tan pronto?- se sorprendió por su propia queja, sin duda aún seguía algo dormido. Se levantó después de que lo hizo el otro joven; con el autobús deteniéndose en una de las paradas de aquel trayecto (y apenas recordando su mochila). Oishi no atinó a observar lo que había a su alrededor, siguiendo a Yagyuu ciegamente a la puerta posterior, espabilándose lo más posible, como se encontraba.
Oh bien, por muy cómodo que se hallase, y por mucho que hubiera disfrutado seguir durmiendo en tal calma, tan pronto bajaron del autobús llegó la explicación de su viaje matutino. Había una justificación por la que había llamado al joven, y ésa era la ofrecida a amplia vista no demasiados metros después; apenas tres minutos de camino a paso normal. El mar y la arena se abrían paso en todo su esplendor, aunque la mañana era aún lo suficientemente joven para guardar celosamente los reflejos del agua, su color natural, su brillo e incluso la textura de la tierra.
Ya no dijo palabra alguna sino que continuó su caminar, a un lado de Hiroshi; una sonrisa pequeña aunque se hallaba somnolienta se asomaba calmadamente en sus rasgos gentiles.
OOC: Café ;__; Mi niño y yo necesitamos café *snif*
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Cualquiera que hubiese sido la opción correcta, esto no cambiaba el hecho de que desde el momento en que Yagyuu le habló para despertarle, hasta que se bajaron del bus, Oishi fue un vivo recuerdo de las típicas escenas de los despertares de los niños cuando éstos, viajando en bus, llegaban a su destino. El broche de oro hubiese sido, sin lugar a dudas, que ante al aún y persistente sueño, Oishi le hubiese pedido que lo cargara y lo llevara a la playa con él.
Pero nunca creyó que lo hiciera, y nunca lo hizo.
Si alguna vez había tenido que llevar en brazos a otra persona, ese había sido Niou. Y entre Niou y Oishi, la diferencia era grande.
Después de bajar las escaleras del bus, cuidando que Oishi no se tropezara por estar aún un poco sumergido en el mundo de los sueños, caminó unos pasos observando por fin el lugar al que tanto anhelaban llegar.
Definitivamente haberse despertado tan temprano para llegar a la playa a esas horas valía la pena, el paisaje era algo único y digno de admirar.
Miró hacia su izquierda, donde estaba Oishi. Él también parecía estar tan encantado y satisfecho como él por estar allí.
- Bien, continuemos.- Le animó a caminar.- Nuestro viaje no habrá terminado hasta que lleguemos a estar frente al mar.- Y dirigió su vista nuevamente hacia el frente, dispuesto a seguir avanzando.
OOC: Oooowww... ;___; ahora yo tengoh ganas de tomar caféh ;OOOOOO;!!! *ruedah* voy a hacerme unoh right now !!!>0>
¿Ya van a antojarse del caféh? xD
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Agradecía, a pesar de todo, el haber llegado a aquella hora, para poder observar el amenecer pronto a ocurrir; y, el estar acompañado con Hiroshi, quien parecía saber lidiar con su carácter un poco descolocado por el sueño, sin rechistar ni molestarse.
Tan pronto estuvieron un poco más cerca la frescura en el ambiente aumentó considerablemente, llenando sus pulmones del olor del agua salada, la arena y la madrugada de una sola vez. Ante esto aumentó su paso, espabilado ahora casi por completo, dejando un camino de huellas tras de sí, junto a unas similares, rumbo a una plataforma de rocas oscuras a la que pronto se vio subiendo y sentándose.
Ya ahí alzó ambos brazos, por sobre su cabeza y un poco atrás en su espalda, estirándose y despertando por completo. Fue entonces que recordó lo que había empacado, y se quitó la mochila del hombro, abriéndola y tomando de entre las demás cosas un termo.
-¿Quieres café?- ofreció, quitando la tapa (a la vez taza) y sirviendo.
OOC: Jeje, ahora que me acuerdo Oishi sería más de los que prevendrían todo y empacarían la despensa de ser necesario x3 *tomando café* De acuerdo, se me está haciendo vicio~ jajaja
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Esto era, sin duda, algo distinto. En plena madrugada, sólo siendo acompañado por Oishi y alguna que otra ave que había madrugado como ellos.
Cuando hubo avanzado lo bastante como para estar a sólo unos dos pasos de tocar la arena mojada, bajó la vista encontrando pequeños agujeros en la arena. Eran bastantes. Quizás ya pronto los seres que habitaban allí dentro saldrían, y ahí estarían Oishi y él para presenciar aquello.
Buscó a Oishi con su mirada, y lo encontró sentado sobre las rocas. Se acercó a él al mismo tiempo que escuchaba su invitación.
- Sí, muchas gracias.- Le alcanzó y se sentó a su lado, cerrando los ojos y dejándose acariciar por el viento. Sentía el agua chocando contra su piel, sus pulmones impregnándose del aroma del mar y escuchando el sonido de las olas al chocar contra la superficie. Que gran idea había tenido Oishi al traer café, era el toque perfecto para apreciar la salida del sol. Muchas veces, las cosas más hermosas de ver no era muy difícil de acceder.
Abrió sus ojos y agregó.- Ne, Oishi... ¿Te diste cuenta de los hoyos de los cangrejos por los que pasamos? Si hubiésemos llegado una hora antes, quizás habríamos visto a varios aún andando por la arena.
OOC: aw, oks xDD tons... cómo continuaráh estoh ahora que ya no van a ir a buscar caféh? owo?? Por ciertoh, mengoh la demoraaah @__@Uu
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Ante la pregunta de su amigo asintió.
-No sé si hubiera podido levantarme una hora antes.- bromeó un poco, con voz suave. -Pero hubiera sido bueno verlos. Quizá salgan después ¿no crees?-
OOC: Es que también no sé si hubieran podido conseguirlo, con eso de que es bastante temprano y la playa debe estar lejos de todo tipo de tiendas y eso u__u Ah, se me ocurre que los metamos a la playa con todo y ropa :3 ¿tú qué dices?
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-Ah~ sí, tienes razón, lo siento. -Se disculpó Yagyuu. Acercó sus piernas dobladas hacia su pecho y posó su cabeza sobre sus rodillas. -En cuanto a los cangrejos, no te preocupes. Después de salir el sol, ellos también lo hacen. -El pelicastaño recordó la vez en la que fue de viaje a otra playa junto a su familia, hace muchos años atrás.
Ya había amanecido, no era tan temprano, como las diez de la mañana aproximadamente. Caminaban hacia la costa con intenciones de agarrarse los primeros puestos, los más cercanos al mar, puesto que a esa hora del día la playa estaba desierta.
Pero no fue así.
Estaba desierta, pero en lo que a humanos se refiere, porque en cuanto llegaron a la costa vieron una inmensidad de puntitos entre rojos y rosados de diversos tamaños moviéndose de un lado a otro. Estos puntitos eran cangrejos, y en cuanto la familia colocó un pie en ‘su territorio’, todos desaparecieron como por arte de magia.
Sólo quedaron los hoyos por donde ellos habían desaparecido.
Después de unos minutos algunos se asomaron, y de esos sólo unos pocos salieron de sus hoyos; pero sólo andaban alrededor de sus agujeros.
En cuanto percibían algún movimiento, se regresaban a su refugio.
Y ahora, después de recordar ese hecho, las ganas de ver esa cantidad de puntos cálidos y vivientes, moviéndose de un lado a otro había regresado. Y también quería mostrárselos a Oishi.
-Procura estar atento en cuanto salga el sol. No me gustaría que te los perdieras cuando éstos comiencen a salir.
Cerró sus ojos y suspiró con aún una sonrisa en su rostro. En ese lugar se sentía relajado, como si fuese otro mundo. Como si viviera un sueño.
OOC: yah~ xDD y para que tengah que ver con 'café', que el termo donde estaba el café... o el envase del café se resbala de las rocas, cae al mar y ahí es cuando ellos se meten al agua con ropah <3
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