El fin de semana pasado fui a visitar a mi familia --hace mucho que no lo hacía-- y entre que conversábamos mientras tomábamos un té y un pastel que mi madre preparó por mi visita, mi hermana me informó que si me interesaba, unas amigas suyas estaban buscando alguien que pudiese ayudarles con unas materias del colegio. Ella, mi hermana, me
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Su primera salida con aquellas personas que se podrían definir como amigos. En realidad para él no lo eran, sólo eran compañeros, y así se refería a ellos. Pero... ¿por qué tan frío? ¿Por qué tan distante? Ya había dejado entendido que con él no se debían meter, su momento de chico distante y peligroso debería terminar. Ellos eran buenas personas, ¿por qué no darles la oportunidad de tener su amistad? Así como la habían tenido los chicos de Rikkai Dai el año anterior y los meseros del Salón de Té de Ritsuko.
Claro, aún no había suficiente confianza ni necesidad de ser sincero al cien por ciento, pero debía comenzar a abrirse más a ellos, después de todo, estos chicos estaban dando todo de sí para que Yagyuu así lo hiciera.
- Supongo que ustedes me convidarán de lo que pidieron ¿no? - Dijo Yagyuu, mirando hacia su derecha mostrando una actitud de indiferencia.
Sus amigos, ante tal comentario, se alegraron. Habían notado un primer gran cambio en el trato que él les tenía. En la forma de hablarles. En su tono. Efectivamente, era un primer gran paso.
- Claro, pero tendrás que darnos algo a cambio.- Respondió uno de los chicos, con una sonrisa que demostraba que tenía un plan bajo sus palabras. Algo tramaba. Yagyuu viró su cabeza hacia los demás chicos, viendo la sonrisa de quien había respondido, sonrisa que le recordó la que muchas veces podía ver en Niou.- Sabemos que vives completamente solo, así que... ¿¡Qué mejor oportunidad como esa para hacer una fiesta en tu departamento!? - Proposición que fue acompañada de muchos gritos y exclamaciones de euforia por parte de sus demás amigos.
Yagyuu los miró por unos segundos más, depositó sus manos sobre la mesa y se levantó calmadamente. Aún con la mirada clavada en todos.- Voy a pedir otro trago, ya regreso.
Recibió varias quejas, pero todas en forma de broma. Una sonrisa inconsciente se formó en su rostro mientras se acercaba a la misma mesera que anteriormente les había atendido. Le dijo su nuevo pedido, ron, y se regresó.
En aquel camino de regreso recién se percató de la presencia de un chico que se le hacía sumamente conocido. Estaba en una mesa cercana a la de él y sus amigos. Sentado de una manera singular.
Dirigió sus pasos hacia él y se detuvo una vez haber estado parado a su lado.
- ¿Akutsu Jin, no es así?
Si no se equivocaba, era él quien había sido tomado como sospechoso en el asunto del incendio del Salón de Té de Ritsuko.
OOC: Amen u__u es el castigoh por sus malas acciones del pasadoh uwu~ *música celestial*
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'Decídete' se decía en ocasiones no muy distintas a aquellas mismas circunstancias, encerrado y silencioso, observando reflejos en el vaso y la botella de cristal delante de él.
Alguien se acercó, y a Jin no le hizo falta más para maldecir mentalmente su mala suerte al virar el rostro un tanto, observando al joven con cierto interés antes de que una sonrisita tomara sus labios de un momento a otro.
-Sabía que te conocía- viró la cabeza un poco, y atrasó la espalda, enderezándose. -Aunque no me acuerdo de tu nombre- ojos dorados se alzaron al alto joven, inspeccionándolo cuidadosamente, la forma de sus rasgos y su expresión, pronto dando cuenta de una pista importante y sonriendo ante esta. -Eres amigo de Oishi ¿no es cierto?- la coincidencia era abrumante; no sólo de alguna forma este chico a su lado tenía cierto parecido con Tezuka, sino estaba en buenos términos con Syuichirou. Al verlo de esta forma, casi rió burlonamente, para sí mismo.
Se enderezó completamente y haló la silla desde la base para que se sentara, aunque no entendiendo su propio gesto.
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Ante el ‘cordial’ gesto de Akutsu, Yagyuu no pudo más que aceptar. Estaba acostumbrado a hacerlo. Apenas se sentó continuó la conversación, recargando sus dos brazos sobre la mesa.
- Mi nombre es Yagyuu Hiroshi, y si sabes que soy amigo de Oishi seguramente me recordarás del juicio que hubo sobre el incendio del Salón de Té de Ritsuko-san ¿no? - Justo después de haber dicho esto, llegó la mesera con la que había hablado antes y le pasó su vaso de ron, Yagyuu le agradeció y después de que la chica se retirara, el pelicastaño tomó un sorbo de su pedido.- Pareciera ser como si frecuentaras estos lugares a menudo. Por cierto ¿no has tenido más problemas con la policía después de lo ocurrido con el Salón de Té?
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-Ya recuerdo- ¿Cómo no hacerlo? Cuatro horas encerrado en los separos, al lado de un joven que ante su cercanía había lucido tenso la mitad del tiempo, tratando de calmarlo casi con tanta fuerza como la que había utilizado para sí. -Nah, esa fue la única vez que me han arrestado, y ni siquiera había hecho algo- aceptó, sin darle importancia siquiera. Dejó caer su cabeza un poco hacia atrás y a su costado, observando la mesa que Yagyuu ocupaba no mucho antes, y principalmente a los jóvenes, que lanzaban miradas un tanto obvias hacia ambos, visiblemente extrañados. -¿Es tu novia?- preguntó aunque sin mucho interés, observando el nerviosismo en la mirada que por el más breve de los segundos le observó. -Parece preocupada por ti- no lo entendía del todo. Justo aquella noche no se sentía con ánimos de alzar más que la botella de sochou para llenar su vaso, el que se llevaría a los labios (gesto que realizó sin más tardía), y probablemente la postura un tanto perezosa, junto con la sonrisa entre socarrona y tranquila (adormilada un tanto por la cantidad de alcohol), habían reducido su aura a casi nada. -No es como si te fuera a hacer algo-
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- Lo que te ocurrió fue realmente un muy mal juego del destino, por así decirlo. Espero que no vuelva a pasarte algo así, a nadie le gustaría haber estado en tu lugar... - Tenía la mirada gacha, hacia su vaso sobre la mesa, entonces, después de lo último dicho, la alzó hacia Akutsu.- ¡Oh!.. si mi comentario te molestó, lo siento. No fue con intención.
Tomó otro sorbo del ron en su vaso y le continuó la conversación. Mirando hacia la mesa donde anteriormente había estado sentado, sus amigos seguían ahí, conversando, jugoseando, pero la chica que anteriormente se le había colgado del cuello estaba mirándole.
- No, no es mi novia. Es sólo una amiga... a quien comencé a considerarla como tal recién hace poco.- Suspiró y esbozó una pequeña sonrisa.- Pero he de admitir que siempre ha estado preocupándose por mi, así que no deberías sorprenderte de que ahora lo esté más... - Volvió a dirigir su mirada a Jin, observando su forma de vestir, peinar, posición en la que estaba, lo que tomaba... y sobre todo, su mirada. Signos suficientes como para hacerse una idea del cómo era él.- Juzgándote por tu aspecto, lo más posible es que piense que eres una especie de yakuza, o algo por el estilo... - Entrecerró sus ojos y apoyó su mentón sobre su mano.- Pero si no haces nada que lo afirme, pronto dejará de pensar así. Es una chica lista, por eso me cae bien.
Con aquel último comentario, recordó a Niou, quien tenía la mala suerte de conocer siempre a chicas no muy inteligentes y que le habían hecho odiar a las mujeres en general. A diferencia de Yagyuu, cuyas amistades femeninas siempre resultaban ser todo lo contrario a las que Niou conocía. No necesariamente inteligentes en el ámbito del estudio, sino que, como en el caso de su vecina, mujeres astutas y sabias. Aunque ella era sabia, por sobre todo, debido a su experiencia de vida.
- Por cierto, Akutsu-san, ¿Cómo te llevas tú con las mujeres? - La respuesta que diese sería, sin duda, muy interesante de escuchar.
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Cuando hizo señal del incidente pasado, había creído que no trataba sino puntualizar el momento en que se habían conocido formalmente, aunque, por sus siguientes palabras, tuvo muy en claro que no era así, no del todo. ¿Le importaba en realidad? Eso era algo que Jin no se molestaría en tratar de averiguar, ni siquiera por equivocación. La decepción de descubrir no era así, y el enojo, clara consecuencia de ésta, era algo que no deseaba esa noche, aunque cualquier otra tarde hubiese sido bienvenida como simple desahogo o confirmación de lo que él tenía como cierto.
-No importa. No es como si nos hubieran torturado o algo. Además, sólo fue una noche- subió los hombros, quitándole peso al asunto, y llevándose el vaso cerca de los labios, aunque sin tomar de él aún. De haberlo hecho, lo supo después, habría derramado el contenido sin más ni más, ante el deseo de reír que le tomó de un momento a otro, aunque al final no fue sino una sonrisa amplia y ladeada, visiblemente entretenido. -Ehh... un yakuza ¿ah? Eso sería divertido- tomó un trago largo, lento, hasta vaciar el contenido del vaso entre sus labios. De no ser porque habría detestado recibir reglas y verse rodeado de inútiles, hubiera sido una buena idea aliarse a ellos. Al menos antes. Ahora, justo estaba poco menos que interesado.
Llenó su vaso, únicamente por inercia y costumbre, mas dejó la botella a un lado, se echó atrás en la silla de nueva cuenta y escuchó las siguientes palabras del joven, que más que descolocarlo lograron una reacción de silenciosa extrañeza.
¿Mujeres? -No me llevo con ellas.- aclaró de inmediato. -A veces me encuentro con algunas en lugares así o la calle, para divertirnos un rato, pero no me interesan. Son tan maldita sea cursis...- cruzó los brazos, tras ajustarse la chamarra por el solo hecho de hacerlo, aún hablando. -Una vil salida o un beso y se creen que les vas a pedir matrimonio o algo.-
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Por más exagerado que su respuesta hubiese podido sonar, estaba en lo correcto. Antes de continuar la conversación, Yagyuu pensó si hubiese algo que pudiese decir para contrarrestar lo que Jin había dicho. Pero no supo encontrarlo.
-Sí, tienes razón. Ellas se dejan llevar muy rápido por sus sentimientos y/o emociones. Pero a muchos hombres les gusta eso, y lo toman como una ventaja para conquistarlas. -Hizo una breve pausa para tomar otro sorbo de su vaso de ron y continuó. -Es lo mismo en el caso de los hombres. Seguramente las mujeres encontrarán bastantes defectos en nosotros, así como tú acabas de dar algunos de ellas. Así que, si te das cuenta, en este tema no hay algún sexo que sea mejor que otro. Bueno, también por eso existen personas feministas y otras machistas.
Después de eso se quedó en silencio, esperando escuchar la opinión de Akutsu.
Mientras tanto, dio una rápida mirada hacia la mesa donde estaban sus amigos. Anye, la chica que se había sentado junto a él, le seguía mirando, pero ya no se veía preocupada, ahora era como si estuviese vigilándole.
-Y déjame añadirle a tu lista de defectos, que las mujeres a veces pueden ser muy posesivas. -Agregó, después de regresar la mirada al albino.
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Se metían en demasiados problemas para su gusto, y él no tenía ni el tiempo ni la intención de ir salvándolas.
-No dije que fuéramos mejores. Es igual, hay pocas personas que valgan la pena.- Hombres, mujeres, daba lo mismo para Akutsu, tenía poca relación con ambos, prefería la compañía de contadas personas, le gustaba la soledad y el silencio. -De todas formas no me importa lo que piensen.- se llevó el vaso a la boca, tomó un largo sorbo y dejó que el licor le amargara la boca y le quemara la ya adormecida garganta. Echó atrás un poco la cabeza y viró a la joven que había acompañado a Yagyuu por algunos segundos antes de girar al otro. Sonrió con algo de travesura y cinismo. -Qué molestia. Espero que no esté tomando o te armará un escándalo- probó con decir, a la vez que se llevaba un poco más de licor a los labios.
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