Titulo: "Be happy..."
Pareja: Yamada Ryosuke y Nakajima Yuto (YamaJima)
Genero: Yaoi
Capitulos: En proceso
Autora: Hikarii
![](http://pics.livejournal.com/hikariii_chan/pic/0000gakt/s320x240)
EPISODIO 7
Las clases pasaron lentas y aburridas. Chinen no aguantaba más el ambiento tenso que había en la clase. Estaba seguro que todos sus compañeros y compañeras lo habían notado, aunque podía ser que a ellos no les molestara, total, eran cosas que no les incumbían y no tenían por que preocupase.
En cambio el pequeño chico estaba que se subía por las paredes. No soportaba la idea que sus dos mejores amigos estuvieran peleados. Antes, cuándo se peleaban lo solucionaban rápidamente, ya que contaba con la ayuda de Yuto para hacerlos reaccionar. Desgraciadamente eso ya no era así y Chinen no sabía que podría hacer para que se reconciliaran.
-Señor Chinen, lamento decirle que mis clases no son para dormir, así que si es tan amable, ¿Podría levantarse y salir al pasillo? ¿Por favor?
Todas las miradas de los alumnos de la clase se clavaron en él, a algunos se les escaparon unas risitas y todos murmuraban entre ellos. No era normal que castigaran a Chinen, él siempre solía portarse bien, estar atento a clase y sacar las mejores notas de la clase. Pero ese no reclamó ni pidió que le dejaran quedarse en clase, solo se levantó y sin decir nada salió de la clase, Yuto se lo miró preocupado, no le gustaba ver a ninguno de sus amigos siendo castigado y menos aun si sabía cuál era el problema que lo hacía estar descentrado. Keito y Ryosuke también le lanzaron una mirada de preocupación, pero, igual que Yuto, se abstuvieron de decir nada y continuaron tomando apuntes.
Una vez a fuera, se sentó en el suelo y un poco fastidiado se puso a pensar los motivos por los cuáles podrían haberse peleado sus dos amigos.
“Es por tu culpa... Es tu culpa que Yuto esté así! Fue tu culpa que se marchara... y también es tu culpa que Chii se haya ido llorando!” Esas palabras resonaban en su mente cada vez que intentaba centrarse en la clase. -Sin embargo él intentaba disimular que no estaba prestando atención, no quería terminar al pasillo como había pasado con Chinen.- En parte se arrepentía de haberle dicho eso a su amigo, pero pensaba que se lo tenía bien merecido, por hacer que Yuto lo pasara mal y también para robarle a “su” pequeño Chii. Giró un poco la cabeza y se quedó mirando a su compañero del lado. Él también estaba sumido en sus pensamientos. Keito pensó que había sido cruel con él al decirle que fue su culpa que Yuto se marchara. “Con lo mal que lo ha pasado él...” Pero entonces Ryosuke giró la cabeza hacía él, al encontrarse con sus ojos fijados en el, le lanzó una mirada fría y le giró la cabeza casi al instante, volviéndose a centrar en la clase. Eso hizo que Keito se molestara y que una vocecita interior le dijera “Se lo merece...”
El timbre que daba fin a las clases sonó “Por fin” Pensó Yuto que ya no podía aguantar más aquel ambiente tenso, cogió sus cosas y se acercó a Keito.
-¿Nos vamos?
Le dijo sonriente mientras lo ayudaba a recoger las cosas que estaban escampadas por su escritorio. Keito le regaló una sonrisa y asintiendo con la cabeza se puso en pie. En aquel momento entró Chinen a clase, Yuto lo saludó con un movimiento de cabeza y ese le sonrió.
El pequeño también le sonrió a Keito pero no se paró a hablar con ellos, se dirigió a Ryosuke y le formuló la misma pregunta que Yuto le había preguntado a Keito. Ryosuke sonrió y dirigiéndose a la salida dijo un animado “Vamos!” Yuto sonrió un poco, siempre que veía la sonrisa del mayor se le revolvía el estomago, notaba cómo si tuviera mariposas dentro de el.
Los dos chicos se quedaron viendo como los otros dos marchaban y los siguieron cuando ya estaban a unos metros de distancia. Yuto pudo notar un poco de celosía en la mirada del mayor, se preguntó por qué, pero cuando vio que Ryosuke estaba muy cercano a Chinen, de seguida lo entendió.
-¿Te gusta mucho, verdad?
Preguntó. Keito se lo quedó mirando con los muy abiertos “¿Como lo puede haber sabido?, ¿Tanto se me nota?” Pasaba por la cabeza de mayor.
-No es que se te note, simplemente te conozco demasiado.
Respondió Yuto como si hubiera escuchado sus pensamientos. Keito se sobresaltó, sin embargo no intento negar sus sentimientos hacía el menor, sería inútil, el otro chico ya estaba más que seguro. Siguieron el camino en silencio, ninguno de los dos tenía ganas de hablar, hasta disminuyeron su paso para dejar de ver como los dos de delante se lo pasaban bien.
-¿Es por Chii que Ryosuke y tu estáis enfadados?- Preguntó Yuto cuando los perdieron de vista- Acaso a él...¿También le gusta Chinen?- Añadió con un hilo de voz.
Unas calles más adelante Ryosuke seguía molestando a Chinen. Este no dejaba de reír y decir que lo dejara en paz, pero en el fondo sabía que le gustaba así que solo le molestaba cada vez más.
-Yama-chan...- Dijo Chinen mientras cogía la mano del mayor para que le dejara de hacer cosquillas.- ¿Aun te gusta Yuto?
Ryosuke se quedó helado delante la pregunta tan repentina del menor, había dejado de sonreír en menos de un segundo.
-¿Porqué...?
-No me respondas con otra pregunta.- Añadió Chinen con una voz seria- La pregunta es simple... ¿Te gusta o no?
-¿Qué...?
-Yama-chan.- El tono de voz de Chinen era completamente diferente de lo normal, no era él.
En aquel momento se hizo el silencio, los dos chicos continuaron caminando hasta que llegaron a casa del mayor. Se pararon y se quedaron mirándose fijamente a los ojos. La mirada del menor era fría y eso hizo que Ryosuke apartara la mirada y se girara para abrir la puerta.
-Hasta mañana.- Dijo con una voz inexpresiva.-
Pero Chinen no se iba a quedar conforme con eso, cogió al mayor de la mano, lo giró y pegándolo a la puerta y le deposito un casto beso a la comisura de sus labios. Después se marchó.
Ryosuke se llevó una mano a los labios. «¿Que pasa con Chinen? ¿Por qué hizo eso?» Pensó molesto y entró a casa cerrando la puerta con un movimiento brusco detrás suyo.
Chinen se alejo de casa de Ryosuke casi corriendo, no sabía porqué había hecho eso, había sido un impulso fuera de lugar y que no debería de haber tenido nunca. Ahora solo conseguiría que el mayor se enfadara con él.
En aquel momento se cruzó con Yuto y Keito que se lo quedaron mirando como si hubieran visto un extraterrestre.
-¿Ya vuelves a tu casa Chii?- Preguntó Keito y el nombrado asintió con la cabeza.
-¿No te quedabas a comer a casa de Ryosuke?- Añadió Yuto extrañado.
«Mierda... No me acordaba»
-Si...- Respondió mientras se pensaba una escusa creíble, pero solo le venía la imagen de lo que había pasado a la cabeza.-
-Chinen, ¿estas bien?- Keito se le acercó para mirarlo directamente a los ojos, acortando la distancia que había entre sus dos rostros.
-Si- Dijo de repente, apartándose del mayor- Lo siento, me tengo que ir.
Y se fue siguiendo el camino que los otros dos ya habían dejado atrás. Yuto y Keito se miraron extrañados pero decidieron no darle mucha importancia al asunto y siguieron con su camino.
El pequeño chico estaba que no sabía donde meterse. « No debería haberme mostrado tan nervioso... Van a sospechar algo.» Pero no se había podido contener. Al ver a sus dos amigos se había sentido culpable, como si los hubiera traicionado. «Y lo he hecho...» Se repetía «A Yuto le gusta Yama-chan y yo lo he besado...»
Sin darse cuenta llegó a su casa y se encerró a su habitación. Solo tenia en mente la imagen del beso, la sensación de los labios del mayor contra los suyos, su respiración tan cerca de él... Y no era algo agradable, se sentía culpable, sumamente culpable... como si acabara de cometer un asesinato y estuviera huyendo de la policía.
Cogió el teléfono para llamarlo y disculparse, pero segundos después lo volvió a guardar. «- Quien dice las cosas a través de una carta o por teléfono por que no se atreve a decirlas cara a cara solo es un cobarde...- » Había dicho Ryosuke cuando había recibido la carta de Yuto así que solo conseguiría que se enfadara más si lo llamaba ahora y solucionaba las cosas por teléfono. «Mañana hablaré con él y lo solucionaré» Se propuso mientras bajaba las escaleras para ir a preparase la comida.
Keito se despidió de Yuto y siguió caminando unas calles más hasta llegar a su casa. Entró sin muchos ánimos ya que sabía que se tenía que hacer la comida y no había otra cosa que le diera más pereza en aquel momento. «Ahora podría llamar a Yama-chan , a él le gusta cocinar...» Pero estaba enfadado con él y tampoco encontraba el momento para hablar de lo que había pasado.« Pero en realidad... ¿Que ha pasado?» Ni el mismo lo sabía con exactitud... Se habían gritado, se habían culpado de todo y se habían enfadado.
« Que triste...» Cogió su abrigo y volvió a salir de casa.
No tardó más de dos minutos en llegar a su destino. Dudó un momento. «¿Porqué tengo que ser yo quien solucione las cosas?» Pero también había sido quien las había empezado así que se tragó el orgullo y llamó al timbre de la casa. Tardaron unos minutos en abrir, pero para su suerte lo recibió la hermana de Ryosuke la cuál lo dejó pasar con una dulce bienvenido. «Ryosuke seguramente me hubiera cerrado la puerta delante de mis narices...»
Subió las escaleras sigilosamente y cuando estuvo delante de la puerta de la habitación de Ryosuke, volvió a dudar. «Podría bajar y decirle a su hermana que ya he hablado con él...» Pero no lo hizo, si no que llamó a la puerta para terminar ya con ese asunto.
-Adelante- Dijo Ryosuke des del interior.
Keito abrió la puerta. Y vio que el otro chico estaba sentado en su escritorio, con un bolígrafo en su mano y muchos papeles escampados por la pequeña mesa. La habitación estaba a oscuras, todas las ventanas y cortinas estaban cerradas sin dejar pasar un solo rayo de luz. Solo la pequeña lámpara que estaba encima del escritorio la iluminaba con una tenue luz.
-La habitación de Yuto no es esa, es la de delante. Keito.- Dijo Ryosuke sin siquiera levantar la vista de lo que estaba haciendo.
El nombrado suspiró fastidiado. Iba a ser más difícil de lo que había pensado solucionar las cosas. Se quedó callado sin moverse, tampoco acabó de entrar en la habitación. Quería que el menor se diera cuenta de porqué estaba allí, que le gritara o lo echara a fuera. Pero al menos que hiciera algo y dejara de ignorarlo.
Pasaron unos minutos, ni el uno ni el otro hicieron gesto alguno. Ryosuke escribía concentrado y Keito se había apoyado en el umbral de la puerta para soportar mejor la espera.
El ambiento del lugar se estaba volviendo tenso, casi tan tenso como lo había estado en clase. De repente Ryosuke tiró el bolígrafo fastidiado, arrugó el papel y lo lanzó a la papelera, la cuál estaba llena de papeles en el mismo estado que el lanzado.
-¡¿Es que no te piensas mover de esta condenada puerta?! ¡¿No me has oído acaso?! ¡Vete de una vez!- Dijo exaltado.
-No voy a salir de aquí y lo sabes perfectamente.- Respondió Keito con una tranquilidad que ponía nervioso al menor.
-¡Si que te vas a ir...!Esta es mi casa y aquí se hace lo que yo digo- Replicó Ryosuke perdiendo la paciencia. Keito sonrió. - ¿Te parece divertido? Pues a mi no... Así que vete de una maldita vez y dejame en paz...- Dio un golpe contra la mesa y todos los papeles cayeron al suelo.
-¿Quieres dejar de comportarte como un niño de tres años?- Dijo el pelinegro con la misma tranquilidad que antes- ¿No encuentras que ya es hora que solucionemos las cosas sin la ayuda de Yuto y Chii?
Eso hizo que Ryosuke se quedara callado y se calmara un poco. Siempre hacia lo mismo cuando estaba enfadado así que Keito ya sabía como dominar la situación. Se miraron fijamente a los ojos.
-Así que has venido por eso...
-Vaya... Por fin te has dado cuenta- Contestó Keito empezándose a mosquear.
Ryosuke puso los ojos en blanco y se levantó para recoger las hojas que habían caído.
-Solo quería decirte que lo siento por lo que dije, me pase. Ahora si insistes tanto ya me voy...
Hizo ademán de cerrar la puerta pero Ryosuke fue más rápido.
-Espera... Yo también me tengo que disculpar contigo... Me pasé acercándome a Chii, solo lo hacía para molestarte pero se me fue de las manos...
-¿Que quieres decir?- Preguntó sorprendido. No se había esperado esa disculpa de parte del menor.
-Nada... Olvidalo...
-Yama-chan- Dijo autoritario.
-De acuerdo... Pero prometeme que no te enfadarás...- Keito asintió- Chinen... Me besó...
Keito abrió los ojos como dos platos, era evidente su desconcierto.
-Yuto me preguntó si te gusta Chinen, le respondí que no... pero...¿te gusta?
Ryosuke se quedó callado, cogió uno de los papeles del suelo y se lo dio a Keito para que lo leyera:
“Querido Yuto. Estoy harto de no poder hablar contigo, odio que nos hayamos distanciado por solo un malentendido. Si tan solo tuviera el valor para entregarte una de las muchas cartas que te he escrito lo que ha pasado hoy no hubiera pasado o quizás hubieras sido tu...Odio tener que escribir eso, pero como se que no lo leerás me siento libre de hacerlo. Chinen me besó... Fue un beso sucio o al menos fue como me sentí... No quiero que Chinen me odie pero tampoco quiero eso... No se que hacer...”
Fue suficiente, leído eso Keito le devolvió la carta. Y le sonrió.
-¿Te quedas a comer?-Le dijo el menor y el mayor asintió.
No se volvió a hablar de la carta ni tampoco se hablo del que la tendría que haber recibido que pasada media hora, aun no había llegado a la casa.