Titulo: "Be happy..."
Pareja: Yamada Ryosuke y Nakajima Yuto (YamaJima)
Genero: Yaoi
Capitulos: En proceso
Autora: Hikarii
EPISIODIO 6
Un viento helado le acarició la mejilla, había dejado de buscar a los dos desaparecidos por unos segundos. “¿Donde se habrán metido...?¿Estarán los dos juntos...
Volvió ponerse a caminar, esta vez lentamente, fijándose en cada detalle de la calle., estaba muy preocupado por sus dos amigos, no quería que les pasara nada y sabía que estas horas de la noche eran peligrosas para cualquiera. Miró el reloj de nuevo “23.48”. “Cada vez es mas tarde... Espero que no les haya pasado nada...”.
De repente su móvil empezó a sonar. En la pantalla, con grandes letras, estaba escrito “Keito-chan”, no sabía si responder, no tenía ganas de escuchar su voz... “Pero... ¿Porque me llama? A lo mejor sabe algo de Yama-chan y Yuto...” Abrió el móvil y tardó unos segundos en acercarse al auricular, estaba deseando lanzar lo contra el suelo y salir corriendo. Pero por la simple esperanza de que el mayor pudiera saber algo de los otros dos, no podía hacerlo.
-Chinen...
El corazón le dio un brinco,pero no contestó, solo se quedó callado escuchando la respiración entrecortada del mayor a través de el auricular. “Yo no tengo ningún problema si vosotros dos estáis juntos” Esas palabras no paraban de pasar le por la mente, recordaba la sonrisa de Keito diciéndolas y el daño que le había hecho. “¿Por que duele tanto? ¿Como unas simples palabras amables pueden hacerme tanto daño....? ¿Porque me causan este dolor en el pecho?
-Se que estas enfadado... Pero, ¿Puedes escucharme un momento?
Otra vez silencio. Un silencio incomodo que parecía que sería interminable.
Keito estaba nervioso, no paraba de dar golpes con la pierna en el suelo de su habitación. Por otro lado chinen se había sentado en una esquina de la calle, tenía frío, así que se abrazó a si mismo para darse un poco de calor.
-Siento lo que he dicho antes- suspiró- No se porque lo he dicho, en realidad...- Cogió aire y lo sacó lentamente- en realidad si estuvierais juntos no podría soportarlo...-La voz le temblaba- Ha sido cosa del momento, solo... Lo siento...
El corazón le iba a mil, quería salir corriendo e ir a casa del mayor para abrazarlo y quedarse entre sus brazos, pero algo con mayor importancia lo detenía.
-Olvidalo, no me he enfadado - Intentaba sonar lo más convincente posible - Solo me he sorprendido un poco, no parecías el Keito de siempre...- Se quedó unos segundos callados y finalmente dijo- Pero no estoy enojado, no te preocupes...
Chinen escuchó como Keito soltaba un suspiro de alivio y decía para si mismo “Me alegro...”.
De repente se empezaron a escuchar voces en la calle que estaba el menor. Gente andar, hablar a gritos entre ellos, música fuerte y otros sonidos bastante molestos. Chinen se levantó y se dirigió a la calle del lado donde no se escuchaba nada, pero fue demasiado tarde, Keito lo había oído.
-¿Que es este ruido?- Dijo un poco asustado - Acaso... ¿estas en la calle? -Elevó el tono de voz- ¡¿Que haces a estas horas fuera?! Es peligroso! Vuelve a casa!
Chinen recordó el motivo por el cuál estaba a fuera y se volvió a poner nervioso, no sabía si decírselo al otro “Si se lo digo, lo preocuparé y el también saldrá a la calle a buscarlos..." Así que decidió no decir nada para evitar preocupar lo innecesariamente.
-No estoy en la calle, es solo la televisión que esta encendida- mintió.
-No es verdad, se escuchan sonidos de fondo- en su voz se le notaba una pizca de nerviosismo. -No se porqué estas a fuera, pero por favor, vuelve y deja de preocuparme...
-Keit...
La voz de Chinen disminuía de volumen en el auricular de Keito. Solo se escuchaba un “piip” muy agudo y molesto que cada vez se escuchaba más fuerte y hacía que la voz de Chinen se escuchara más débil, hasta que se dejó de escuchar, entonces se cortó la llamada.
“¿Por que se ha cortado la llamada? ¿Estará bien Chinen? ¿Que hace a estas horas en la calle?” Las preguntas no dejaban de aparecer le en mente, hasta que el sonido del móvil volvió a sonar. Lo cogió rápidamente, pero solo era un mensaje...
“Lo siento... Se ha cortado la llamada u////u.
Ya hablaremos en otro momento y no te preocupes, estoy en casa, no en la calle ^_^
Yuri”Keito sonrió. “Chii y sus caritas de los mensajes....¿Por que es tan adorable?” Y olvidándose de el ruido que se había oído des del móvil del menor, se estiró en la cama y se quedó dormido abrazando la almohada.
Un parque muy bonito, lleno de árboles y arbustos que creaban laberintos entre ellos. Un parque lleno de recuerdos, recuerdos melancólicos, recuerdos de los tiempos en los que ellos eran dos mejores amigos y recuerdos del día en el que su amistad se rompió, por un simple malentendido, se rompió en dos dejando una gran cicatriz en cada una de las partes.
Los dos chicos llegaron al parque jadeando, llevaban mucho rato corriendo, para escapar de aquellos sujetos, estaban exhaustos.
Yuto se dejó caer en la hierba y cerró los ojos, quedándose completamente quieto y poco a poco acompasando su respiración.
Ryosuke se estiró a su lado y se puso a contemplar el bonito cielo estrellado. Entonces se paró a pensar “Hemos estado todo el camino cogidos de la mano...” Se había sentido tan bien que no se había dado cuenta hasta el momento en el que sus manos se habían separado. Ahora se empezaban a resfriar por culpa del frío de la noche, o a lo mejor era que ellas también extrañaban la calidez de la piel del menor.
-Las sonrisas en mis sueños, las lágrimas inolvidables. Te miro y te quiero abrazar.
Una dulce voz empezó a cantar esa tierna melodía. Era una voz que Ryosuke conocía muy bien, la voz de Yuto.
-Aun sigues teniendo la misma buena voz de siempre...- Susurró mientras se frotaba las manos para calentárselas.
Yuto no dijo nada, solo se incorporó, continuó cantando y cogió la mano del mayor, acogiéndola entre sus dos manos para que entrara en calor. Ryosuke se sonrojó y cerró los ojos lentamente para evitar pensar en algo que no fuera el leve contacto que tanto había extrañado. Estaba tan a gusto que se olvidó de la hora que era, se habría dormido, pero se escucharon unos pasos de una sola persona acercándose. Se separaron inmediatamente, el menor dejó de cantar y se quedaron con las espaldas pegadas. Estaban temblando, pensando que quizás eran los sujetos que antes habían querido hacerle daño a Yuto. De repente un perro se lanzó encima de este y le empezó a lamer la cara.
“Ah, es Hachi”
Dijo para si mismo y le acarició la cabeza al perro. Pero los pasos no cesaban y pronto pudieron distinguir una silueta a la lejanía.
-Chinen!
Dijo el mayor y se levantó para correr a abrazar el pequeño.
-Chinen, ¿Porqué estás aquí? ¿Has venido a buscarnos?
Dijo rápidamente Yuto, quien se había levantado y se había quedado entre los otros dos chicos, evitando que tuvieran cualquier contacto físico entre ellos.
-Si - Le salió una lágrima que le recorrió toda la mejilla- Tontos... Me teníais muy preocupado... pensaba que os había pasado algo... y vosotros aquí, estirados al parque de siempre contemplando las estrellas...
-¡¿El parque de siempre?!- Dijeron los dos al unisono y empezaron a mirar a su alrededor.
-Me alegro que os encontréis bien los dos.... Llevo mucho tiempo buscándoos... ¿Por que no volvemos a casa?
Fueron caminando a paso rápido hasta casa. Cuando se despidieron de Chinen, los dos le hicieron una reverencia pidiéndole perdón y entraron sigilosamente a la casa, pero no pudieron escaparse, la madre y las hermanas de Ryosuke los estaban esperando con una grande bronca.
-¡¿Donde os creéis que estáis para volver a estas horas de la noche?! ¿¡Es que esto es un hotel donde solo se viene a dormir?!
Les dijo la señora Ryosuke, las hermanas tampoco se quedaron cortas y los riñeron todo lo que pudieron hasta que la madre los mando a todos a dormir.
Por supuesto no salieron sin castigo, los dos tenían que volver a casa en cuanto salieran de la escuela, no podían estarse ni un minuto más. Y además, tenían que recoger toda la casa y hacer la comida para toda la familia, durante un mes, o más...
Aquella noche, Yuto y Ryosuke no se volvieron a mirar a la cara, evitaban todo contacto, era como si todo hubiera vuelto a empezar des de cero, como si fueran dos desconocidos que nunca se habían hablado.
El calor de las sábanas le acompañaba en su dulce sueño cuando de repente una molesta luz lo despertó. Allí estaba otra vez él, mirándolo fijamente, clavando sus ojos en él.
Eso lo incomodó, así que se sentó en el borde de la cama y de mala gana dijo.
-Ya estoy despierto, ¿Te volvió a enviar mi hermana para que me despertaras?
-Esta vez fue tu madre...
Dijo Yuto mientas acababa de abrir las ventanas. Y cuando iba a salir de la habitación se giró un momento y dirigiéndose a Ryosuke dijo.
-Yo si fuera tu, iría rápido... En media hora tenemos que salir para llegar a tiempo.
Y dicho eso salió cerrando la puerta detrás suyo. Ryosuke se levantó inmediatamente, cogió una toalla y corrió hacia el baño para darse una ducha. En cinco minutos ya estaba fuera, se vistió y bajó a desayunar. Para su sorpresa, estaba el menor sentado, mirándose el desayuno pero sin comer. Delante suyo habían dos platos con una tostada en cada uno de ellos y dos vasos de leche, Ryosuke se miró extrañado a Yuto, y ese le hizo un pequeño gesto para que se sentara, así que entendió que el plato y el vaso de más eran para él.
Se sentó en la silla y después de murmurar un “Que aproveche” que apenas se escuchó, empezó a comer. Yuto se puso a comer en cuanto el otro chico lo hizo y eso provocó que el mayor se sonrojara un poco “Me estaba esperando” Pasó por su cabeza y con una sonrisa en la cara continuó comiendo.
Salieron de cuando faltaba exactamente media hora, el tiempo justo que tardaban a llegar al colegio. Iban los dos juntos, sin embargo, el menor caminaba delante y varios metros alejado del otro chico.
Al llegar vieron a Chinen y Keito conversar alegremente, ellos los saludaron con la mano y volvieron a centrarse en la charla que estaban teniendo. Yuto se acercó a ellos y se puso a hablar también, pero Ryosuke pasó de largo, no tenía ganas ni de mirarle a la cara a Keito, estaba muy resentido, y tampoco quería sentirse incomodo por que estaba Yuto cerca, así que sin más subió a su salón de clases y se sentó en su escritorio esperando a que llegara el profesor y se diera inicio la clase.
-¿Que le pasa?- Preguntó Chinen con voz inocente,- ¿Esta enfadado con nosotros?
-Es mejor que no este aquí - Dijo Keito molesto- Si él esta cerca siempre hay malentendidos.
Chinen miró mal a Keito y se quedó callado, fue Yuto el que respondió.
-No me parece bien que digas eso, él no ha hecho nada malo...
Keito bajó la mirada aun más molesto.
-Si un nada, es hacer que sufras durante el tiempo que él esta cerca y hacer que te vayas corriendo con lagrimas a los ojos cuando se esta abrazando con otro, entonces no, no ha hecho nada.
Y se marchó dejando los dos chicos sorprendidos y sin entender nada de lo que pasaba.
-¿Se habrán peleado?
Preguntó Chinen preocupado. Yuto asintió con la cabeza y murmuró “Puede ser”. Y entonces empezó a caminar para dirigirse a su clase. Chinen se acercó corriendo a él y molesto le dijo.
-Esperame! Voy contigo! - Y cuando consiguió situarse a su lado añadió sonriente- Al fin y al cabo, vamos a la misma case.
Yuto se paro en seco y miró fijamente al menor, haciendo que se inquietara.
-¿Que te pasa?¿Estas bien?
El chico alto asintió.
-¿Ryosuke va a nuestra clase?- Preguntó.
Chinen bajó la mirada y siguió caminando. Yuto lo siguió sin hablar, esperaba la respuesta del pequeño, aunque ya sabía que recibiría una afirmación. Cuando estaban a punto de entrar al salón. Chinen se paró y mirando fijamente a Yuto asintió. No hizo falta ninguna explicación más, ya que cuando entraron vieron a Keito levantado hablando con los chicos de la clase, y Ryosuke sentado en su silla rodeado de sus amigos y de chicas que murmuraban entre ellas “Es tan genial...”
Yuto y Chinen se miraron y se sonrieron, el pequeño se sentó a su sitio y Yuto a su lado, como de costumbre, aquellos siempre habían sido sus asientos.
En unos minutos ya estaban todas las chicas de la clase rodeando a Yuto y preguntándole como era que había vuelto. Él solo respondió “Tenía ganas de veros” y les guiñó el ojo.
Todas se emocionaron y se fueron sonrojadas a sus sitios. Ryosuke también se sonrojó un poco mientras pensaba ”También tenía ganas de ver me a mi...” Entonces entró el profesor y se empezó a respirar un ambiento tenso, proveniente de Ryosuke y de Keito.