[If you love me... kiss me... Capitulo 8]
Titulo: "If you love me... Kiss me..."
Pareja: Takaki Yuya y Inoo Kei (TakaNoo)
Genero: Yaoi
Capitulos: En proceso
Autora: Hikarii
EPISODIO 8.
“-Yuya!-”
Un chico pequeño de estatura se le acercó corriendo. Tenía los ojos llorosos de la alegría que sentía de poder volver a verlo y se controlaba las ganas de abrazarlo.
“-Tenía tantas ganas de verte....-”
El chico le dijo eso con una dulce voz que parecía la de una chica y a la vez lo miraba con unos ojos que demostraban lo feliz que estaba.
“-Yo también tenía ganas de verte, Chii ¿Vamos a mi casa?- Preguntó Yuya con una voz muy diferente a la que utilizaba normalmente. - Dame tus maletas, ya las llevo yo.-”
El pequeño chico obedeció y entraron a la casa. Chinen , el chico pequeño, se acomodó en la casa rápidamente y se tumbó en el sofá.
“-Voy a preparar algo para cenar, duerme si quieres-”
Dijo Yuya y se dirigió a la cocina. Una vez dentro empezó a pensar en la tarde que había pasado con Yabu. “Realmente es un chico muy agradable, No se porqué a Kei no le caía bien...” Y pensar en el otro chico le hizo soltar un suspiro de tristeza.
Unas manos le acariciaron la espalda y sintió la respiración de alguien demasiado cerca de su cuerpo. Eso le hizo estremecerse y un escalofrío le recorrió por todo el cuerpo.
“-Dejame quedarme un rato así- Dijo Chinen- Después no me volveré a acercar...-”
Yuya no sabía que decirle. Después de haberlo rechazado hacía ya unos años no había intentado hacer nunca nada, solo se sentaba en su regazo y a veces lo abrazaba. Pero eso formaba parte de la personalidad de Chinen, si no lo hiciera no sería él.
“-Esta bien...-Dijo con un susurro.-”
Y se giro y abrazó al pequeño. Acogiéndolo en sus brazos. Demostrándole todo el cariño que sentía hacia él. “¿Por que no le puedo corresponder? Así sería todo mas fácil...” Pensó, y abrazó con mas fuerza al pequeño, quedándose impregnado de su dulce olor.
Yuto volvía a llorar. Kei ya no sabía que hacer, le daba miedo preguntar algo, porque no quería que se sintiera obligado a decir nada. Así que sin más, cogió a Yuto en brazos, este se aferro a él y dejó de temblar. Lo llevó a su cama, lo recostó y le susurro:
“-Duerme... Duerme y olvida...-”
El menor sonrió débilmente ante ese comentario y inmediatamente se durmió. Kei se quedo mirándolo unos minutos y en el cuello de Yuto vio algo que no le gusto. Tenía muchas marcas, todas enrojecidas... “Así que es por eso que antes no ha querido que le curara las heridas de bajo la ropa...” Se dijo a si mismo y acarició la cabeza del chico dormido.
“- Siento que hayas tenido que pasar por todo esto...- Dijo en voz baja- Juro que me vengaré...-”
Y apoyó la cabeza en la cama quedándose completamente dormido.
-¿Como es que volviste?- Preguntó Yuya mientras cortaba la comida.
Se había puesto un delantal de color azul claro con una foto de cuando ellos dos eran pequeños. Chinen se quedó un rato mirándolo mientras recordaba cuando habían ido a la tienda de fotografías para que el pequeño detalle de la foto.” Este delantal siempre inmortalizará aquellos días que siempre estábamos juntos” Pensó y sonrió un poco, se subió a un taburete para empezar a ayudar a Yuya con la cena.
-Quiero terminar mis estudios aquí- Dijo- en el pueblo donde vive mi madre no hay los métodos suficientes.
Yuya se quedó un momento pensando. “Ha madurado mucho...” Y se despistó tanto que se cortó un dedo.
-¿Estas bien?- Dijo Chinen un poco preocupado.
-Si, no te...
-Siéntate aquí y no te muevas! Tengo que curar esto rápido o si no...
Yuya cogió del brazo al pequeño y aguantándose la risa dijo:
-Chii, solo es un pequeño corte...
Los dos se rieron un rato hasta que la barriga de Chinen pidió comida y Yuya la preparó en un momento. Fue una cena agradable, hablaron de muchas cosas, pero Yuya no se atrevió a contarle al pequeño lo que había pasado con Kei, uno de los motivos era que no quería hacerle daño.
-Voy a preparar el sofá para dormir - Dijo Chinen mientras se levantaba de la mesa y dejaba los platos en el fregadero.
-Espera... Solo tengo una cama, ya dormiré yo en el sofá
-No, ya dormiré yo allí- Replicó Chinen
-No quiero que me repliques- Dijo Yuya en un tono de voz severo y a la vez juguetón- Anda ve a la cama y ponte a dormir.
Chinen sonrió un poco y salió de la cocina dejando a Yuya lavar los platos.
“Es tan reconfortante estar con Chii... Me pregunto cuando fue que olvidé este sentimiento...”
Hacía años que no lo veía, de pequeños los dos vivían en esta ciudad hasta que la madre de Yuya decidió mudarse, pasó mucho tiempo y volvieron a la ciudad, pero Chinen ya no estaba, su padre le había obligado a irse a vivir con él a un pueblo perdido en un bosque de las afueras de la provincia. Lo había extrañado mucho, y ahora por fin podían estar juntos otra vez, pero Yuya sentía que sería diferente... Que de alguna forma todo saldría mal, y la mala suerte que lo rodeaba des de que había llegado al instituto nuevo se lo confirmaba.
Un escalofrío, esa sensación de que no podría conciliar el sueño en toda la noche, la ventana de la habitación abierta y el sonido del viento aullando como si se lo quisiera comer. Tenía mucho miedo. Era la primera noche que estaba fuera de aquel lugar oscuro, la respiración acompasada de Kei a su lado lograba tranquilizarlo un poco, pero aun así estaba muy asustado y no podía evitar estremecerse cada vez que se oía un sonido demasiado fuerte.
De repente sintió como si la puerta de casa de abriera, el viento sonó muy fuerte, y la puerta de la habitación chocaba contra el borde de la pared en unos inútiles intentos de cerrarse. Era como si estuviera dentro de una película de miedo, aun teniendo a Kei a su lado, sentía que estaba muy lejos de él y que algo muy malo le estaba a punto de ocurrir.
Empezó a oír unos pasos, eran muy débiles y se confundían con el sonido de la respiración de su compañero, pero estaba completamente seguro de que se acercaban hacía la habitación, con una lentitud inquietante, y a la vez con demasiada velocidad. Empezó a respirar demasiado rápido, sentía que no podría aguantar mucho más, la puerta de la habitación se estaba abriendo lentamente, deseaba gritar con todas sus fuerzas, y lo intentaba, pero solo lograba salir un grito ahogado en un mar de un amargo miedo que habitaba en su cuerpo.
La puerta se abrió por completo, una silueta se podía distinguir en ella, demasiado aterrador. Sabía perfectamente quien era, no quería recordarlo, le empezó a doler la cabeza y al fin consiguió gritar con todas sus fuerzas. Al instante se encendieron las luces poniéndolo en un estado de alerta más grande del que ya estaba.
Pareja: Takaki Yuya y Inoo Kei (TakaNoo)
Genero: Yaoi
Capitulos: En proceso
Autora: Hikarii
EPISODIO 8.
“-Yuya!-”
Un chico pequeño de estatura se le acercó corriendo. Tenía los ojos llorosos de la alegría que sentía de poder volver a verlo y se controlaba las ganas de abrazarlo.
“-Tenía tantas ganas de verte....-”
El chico le dijo eso con una dulce voz que parecía la de una chica y a la vez lo miraba con unos ojos que demostraban lo feliz que estaba.
“-Yo también tenía ganas de verte, Chii ¿Vamos a mi casa?- Preguntó Yuya con una voz muy diferente a la que utilizaba normalmente. - Dame tus maletas, ya las llevo yo.-”
El pequeño chico obedeció y entraron a la casa. Chinen , el chico pequeño, se acomodó en la casa rápidamente y se tumbó en el sofá.
“-Voy a preparar algo para cenar, duerme si quieres-”
Dijo Yuya y se dirigió a la cocina. Una vez dentro empezó a pensar en la tarde que había pasado con Yabu. “Realmente es un chico muy agradable, No se porqué a Kei no le caía bien...” Y pensar en el otro chico le hizo soltar un suspiro de tristeza.
Unas manos le acariciaron la espalda y sintió la respiración de alguien demasiado cerca de su cuerpo. Eso le hizo estremecerse y un escalofrío le recorrió por todo el cuerpo.
“-Dejame quedarme un rato así- Dijo Chinen- Después no me volveré a acercar...-”
Yuya no sabía que decirle. Después de haberlo rechazado hacía ya unos años no había intentado hacer nunca nada, solo se sentaba en su regazo y a veces lo abrazaba. Pero eso formaba parte de la personalidad de Chinen, si no lo hiciera no sería él.
“-Esta bien...-Dijo con un susurro.-”
Y se giro y abrazó al pequeño. Acogiéndolo en sus brazos. Demostrándole todo el cariño que sentía hacia él. “¿Por que no le puedo corresponder? Así sería todo mas fácil...” Pensó, y abrazó con mas fuerza al pequeño, quedándose impregnado de su dulce olor.
Yuto volvía a llorar. Kei ya no sabía que hacer, le daba miedo preguntar algo, porque no quería que se sintiera obligado a decir nada. Así que sin más, cogió a Yuto en brazos, este se aferro a él y dejó de temblar. Lo llevó a su cama, lo recostó y le susurro:
“-Duerme... Duerme y olvida...-”
El menor sonrió débilmente ante ese comentario y inmediatamente se durmió. Kei se quedo mirándolo unos minutos y en el cuello de Yuto vio algo que no le gusto. Tenía muchas marcas, todas enrojecidas... “Así que es por eso que antes no ha querido que le curara las heridas de bajo la ropa...” Se dijo a si mismo y acarició la cabeza del chico dormido.
“- Siento que hayas tenido que pasar por todo esto...- Dijo en voz baja- Juro que me vengaré...-”
Y apoyó la cabeza en la cama quedándose completamente dormido.
-¿Como es que volviste?- Preguntó Yuya mientras cortaba la comida.
Se había puesto un delantal de color azul claro con una foto de cuando ellos dos eran pequeños. Chinen se quedó un rato mirándolo mientras recordaba cuando habían ido a la tienda de fotografías para que el pequeño detalle de la foto.” Este delantal siempre inmortalizará aquellos días que siempre estábamos juntos” Pensó y sonrió un poco, se subió a un taburete para empezar a ayudar a Yuya con la cena.
-Quiero terminar mis estudios aquí- Dijo- en el pueblo donde vive mi madre no hay los métodos suficientes.
Yuya se quedó un momento pensando. “Ha madurado mucho...” Y se despistó tanto que se cortó un dedo.
-¿Estas bien?- Dijo Chinen un poco preocupado.
-Si, no te...
-Siéntate aquí y no te muevas! Tengo que curar esto rápido o si no...
Yuya cogió del brazo al pequeño y aguantándose la risa dijo:
-Chii, solo es un pequeño corte...
Los dos se rieron un rato hasta que la barriga de Chinen pidió comida y Yuya la preparó en un momento. Fue una cena agradable, hablaron de muchas cosas, pero Yuya no se atrevió a contarle al pequeño lo que había pasado con Kei, uno de los motivos era que no quería hacerle daño.
-Voy a preparar el sofá para dormir - Dijo Chinen mientras se levantaba de la mesa y dejaba los platos en el fregadero.
-Espera... Solo tengo una cama, ya dormiré yo en el sofá
-No, ya dormiré yo allí- Replicó Chinen
-No quiero que me repliques- Dijo Yuya en un tono de voz severo y a la vez juguetón- Anda ve a la cama y ponte a dormir.
Chinen sonrió un poco y salió de la cocina dejando a Yuya lavar los platos.
“Es tan reconfortante estar con Chii... Me pregunto cuando fue que olvidé este sentimiento...”
Hacía años que no lo veía, de pequeños los dos vivían en esta ciudad hasta que la madre de Yuya decidió mudarse, pasó mucho tiempo y volvieron a la ciudad, pero Chinen ya no estaba, su padre le había obligado a irse a vivir con él a un pueblo perdido en un bosque de las afueras de la provincia. Lo había extrañado mucho, y ahora por fin podían estar juntos otra vez, pero Yuya sentía que sería diferente... Que de alguna forma todo saldría mal, y la mala suerte que lo rodeaba des de que había llegado al instituto nuevo se lo confirmaba.
Un escalofrío, esa sensación de que no podría conciliar el sueño en toda la noche, la ventana de la habitación abierta y el sonido del viento aullando como si se lo quisiera comer. Tenía mucho miedo. Era la primera noche que estaba fuera de aquel lugar oscuro, la respiración acompasada de Kei a su lado lograba tranquilizarlo un poco, pero aun así estaba muy asustado y no podía evitar estremecerse cada vez que se oía un sonido demasiado fuerte.
De repente sintió como si la puerta de casa de abriera, el viento sonó muy fuerte, y la puerta de la habitación chocaba contra el borde de la pared en unos inútiles intentos de cerrarse. Era como si estuviera dentro de una película de miedo, aun teniendo a Kei a su lado, sentía que estaba muy lejos de él y que algo muy malo le estaba a punto de ocurrir.
Empezó a oír unos pasos, eran muy débiles y se confundían con el sonido de la respiración de su compañero, pero estaba completamente seguro de que se acercaban hacía la habitación, con una lentitud inquietante, y a la vez con demasiada velocidad. Empezó a respirar demasiado rápido, sentía que no podría aguantar mucho más, la puerta de la habitación se estaba abriendo lentamente, deseaba gritar con todas sus fuerzas, y lo intentaba, pero solo lograba salir un grito ahogado en un mar de un amargo miedo que habitaba en su cuerpo.
La puerta se abrió por completo, una silueta se podía distinguir en ella, demasiado aterrador. Sabía perfectamente quien era, no quería recordarlo, le empezó a doler la cabeza y al fin consiguió gritar con todas sus fuerzas. Al instante se encendieron las luces poniéndolo en un estado de alerta más grande del que ya estaba.