Las cosas de Remus
Puede que parezca que estoy muerta. Que no. Solo hasta el copetín de cosas. También puede parecer que no escribo. Craso error, escribo un huevazo. Claro que casi todo es rol...
Pero por una idea luandachan se me ha ocurrido esto. También es que tenía mono de estos desustanciaos.
Titulo: Las cosas de Remus
Fandom: Hogwarts (porque ni siquiera es marauder!crack, solo son ellos en un castillo milenario)
No paring. No advertencias. Para los que siguen repitiendo "Until the end" :)
El diario de Remus no se toca. Así de sencillo.
No es una ley escrita en ningún lado. O no escrita. No es un decreto marauder, siquiera. Remus no se lo ha dicho a sus amigos directamente, ni con sutilezas, ni indirectas. No es algo de lo que hayan debatido, pensado, dudado o curioseado.
Es algo que se sabe.
Con Peter te puedes meter, a James le puedes chinchar, a Sirius le puedes no hacer caso si puedes estar más de media hora escuchando sus ladridos de perro abandonado. Puedes cogerle unos calcetines a James porque te has quedado sin pares limpios (al cajón de Peter jamás se te ocurriría acercarte sin un palo, seguro que sus calcetines tienen vida propia). Se rebusca entre los pergaminos de Peter porque “¡Peter, déjame el trabajo de runas!” cuando prácticamente ya estás copiándolo. Quizás se quejen unos segundos y después se encojan de hombros porque les da exactamente igual. Pero con Remus no. Remus es calma y se le respeta. Por ende, a las cosas de Remus también.
Así, sin más.
Se le pide permiso para poder poner un vinilo en su tocadiscos, se le pide consejo sobre algún libro, materia o trabajo del colegio. No se le molesta cuando está estudiando, ni siquiera James tiene la osadía de molestar cuando está hablando seriamente con Lily. Peter le devuelve los libros con suma delicadeza, casi reverencial.
Sirius es Sirius y ladra, y molesta, y habla y se queja, se mete con Peter, se pega con James. Pero a Remus lo trata como de terciopelo. Pide silencio a voces si Remus levanta la mirada algo ceñuda de sus pergaminos porque unos novatos de primero están como locos con sus nuevas bombas de Zonko , alegando que no puede leer su revista de rock. Es insoportable y egoísta y algo cansino, pero se vuelve perro protector con el empollón de su amigo.
Es por eso que Remus no necesita ponerle protección a su diario. Escribe sentimientos, vivencias, habla de ellos. Miedos, pasiones, anhelos, alegrías y tristezas. En ese pequeño cuaderno encantado para que no se terminen las páginas. Con sus finas y elegantes letras doradas en la portada, mostrando abiertamente lo que es.
Jamás ha pensado que tuviese que esconderlo de sus amigos. Sus amigos jamás han tenido la tentación de coger ese pequeño libreto, siempre visible entre sus libros o dejado sin más encima de la cama.
Es algo de Remus. Las cosas de Remus se respetan.