Bikinis y granizados! que los traigo del verano!
Aun no tengo ava McDanno, pero tiempo al tiempo. Todo se andará. Realmente es porque no consigo decidirme, me gustan muchos y tengo el cupo completo de avas y sería deshacerme de alguno y me duele en el alma profunda. Ais. Pero Chuck proveerá.
Total. Mi primer McDanno (esto suena a "mi primera granja pin y pon" o algo así, que gilipollesco xDDD). Es chorra. Aviso. Bueno, que estos dos no pueden ser de otra manera. Pero bah.
Titulo: Cállate
Fandom: Hawaii five-0 (titotitotiiiiiiitooooooo titotito taaaaa)
Paring: McDanno
R: psss, digamos que nc-18 porque yo soy muy mal hablada xD
Notas: A malale y aleenabite grandes fans de la pareja xD
Quizás hayan bebido un poquito demasiado. Vale, demasiado mucho.
Estaban en el bar de siempre, todos juntos. Celebrando otro caso resuelto y malos en la cárcel y los pájaros cantan, las nubes se levantan. Celebrando. Alcohol. Risas y reprimendas. Porque obviamente el puñetero marine no se podía estar quieto en un caso. Nah, que va. Para dolor de cabeza de Danny, Steve tenía que perseguir al matón de turno por tejados, entre coches a toda velocidad… Si hiciese falta, hasta entre tiburones. Los jodidos seguro que se apartaban al verlo pasar. Con esa cara de mala leche que se le ponía, todo cejijunto y mirada de “no jodas conmigo”.
Kono se ríe porque les encanta ver las discusiones “matrimoniales” de esos dos. Todo muy “¿tanto te costaba preguntarle si tenía negocios con los yakuza? ¿Tenías, DE VERDAD, que coger esa sierra mecánica? ¿EN SERIO? ¿Tienes terapeuta ya? Porque te puedo buscar uno. En serio. De verdad. No te miento. Yo te busco un terapeuta. Tú le lloras “mis padres no me cogían lo suficiente de pequeño” y listo. Nada de tendencias psicóticas en el trabajo que harán mis planes de vida a largo plazo mucho más asequibles” El rubio era una cantidad ingente de palabras. Todo Bla. Bla. Bla. Blabla. Bla. Y Steve rebatía como podía “No le iba a cortar de verdad. Bueno, quizás un poquito si no… ¡¡pero no te pongas así!!” “¡¿Qué no me ponga así!? ¡Me estás diciendo que le ibas a cortar con esa sierra eléctrica y me dices QUE NO ME PONGA ASÍ?!”
Kamekona hace apuestas con Joe sobre cuantas camareras caerán rendidas por los guiños de McGarret. Chin y su mujer, que cuantas huirán atemorizadas por las miradas de odio de Danny. Max y Lori discuten sobre las ventajas de pertenecer al Imperio o al bando Jedi.
Todos les despiden en el aparcamiento, cuando la cosa pasa a mayores: Quién conduce esa noche. Porque claro. Steve quiere conducir el coche de Danny. Como siempre. Pero Danny está como un poco hasta los cojones.
“Eres un maniático del control” “Me gusta conducir” “Es MI coche, Steve” y encima el marine tiene la indecencia de fruncir los labios en una expresión que claramente dice: “me da igual”. Con encogimiento de hombros incluido. Pack completo. Indignante.
Conduce Steve.
Danny habla.
Incluso cuando entran en la casa. Sigue hablando. Cuando suben las escaleras. Habla. Mientras se afloja el nudo de la corbata y se quita los zapatos -talón con talón- sentado en la cama. Habla. Mientras Steve se quita la camiseta. El.jodido.sigue.hablando.
“Danny”, el aludido se vuelve. Camisa medio desabrochada. Eterno reproche entre los labios. Un “¿Qué?” con gesto de “me estás interrumpiendo mi impresionante alegato sobre tú discutible cordura mental”.
“Que te calles, hombre”.
Y bueno. Tendrá que repetirle alguna que otra vez más que es un jodido maniático del control y todo eso. Pero le están comiendo la boca. Danny piensa que puede decírselo luego. O mañana. Cuando no tenga su mano en los pantalones. Definitivamente en los calzoncillos. Extraordinariamente DENTRO de los calzoncillos. Sí, vale. Otro día mejor.
Ahora tiene la boca ocupada, mordiéndole el cuello a su jefe mientras este le chuperretea la oreja de forma obscena y le baja los pantalones y le destroza la camisa. Todo a la vez. Un maniático del control con muy buena coordinación. La corbata se la deja puesta. El marine tiene un fetiche. Danny tiene otro con sus tatuajes, que suele repintar a base de saliva. Pues que el marine tenga todos los fetiches del mundo con él desnudo solo llevando una corbata. Qué.más.da.
Hay un polvo. Un polvo de esos espectaculares. De esos guarros, con mucho sudor y saliva y palabras guarras y cosas muy obscenas tipo peli porno. Hay jadeos y gemidos y mamadas y folladas. Besos negros, besos blancos. Muchos besos, qué cojones. Steve siendo un huracán en la cama como lo es en la calle. Devastador. Danny siendo imparable igual que cuando habla.
Hay corridas.
Un par de ellas. Es una buena noche.
Caen rendidos, con las piernas enredadas, los culos ardiendo y los cuerpos pringosos y resbaladizos por demasiadas cosas que mejor no contar.
“Steve” susurra el rubio, intentando que sus pulmones vuelvan de Marte o algo así y sus neuronas de Júpiter.
“Hmmm”
“Como vuelvas a decirme que me calle. Te mato”
“Vale”
Esas noches a Danny se le olvida hasta que no le gusta demasiado el ruido de las olas en la playa. Está demasiado rodeado por todo Steve para escuchar otra cosa que no sea su respiración en el hueco de su cuello como para prestarle atención a eso tan insignificante. Ese sonido sí le relaja. Sí le hace poder dormir.
Total. Mi primer McDanno (esto suena a "mi primera granja pin y pon" o algo así, que gilipollesco xDDD). Es chorra. Aviso. Bueno, que estos dos no pueden ser de otra manera. Pero bah.
Titulo: Cállate
Fandom: Hawaii five-0 (titotitotiiiiiiitooooooo titotito taaaaa)
Paring: McDanno
R: psss, digamos que nc-18 porque yo soy muy mal hablada xD
Notas: A malale y aleenabite grandes fans de la pareja xD
Quizás hayan bebido un poquito demasiado. Vale, demasiado mucho.
Estaban en el bar de siempre, todos juntos. Celebrando otro caso resuelto y malos en la cárcel y los pájaros cantan, las nubes se levantan. Celebrando. Alcohol. Risas y reprimendas. Porque obviamente el puñetero marine no se podía estar quieto en un caso. Nah, que va. Para dolor de cabeza de Danny, Steve tenía que perseguir al matón de turno por tejados, entre coches a toda velocidad… Si hiciese falta, hasta entre tiburones. Los jodidos seguro que se apartaban al verlo pasar. Con esa cara de mala leche que se le ponía, todo cejijunto y mirada de “no jodas conmigo”.
Kono se ríe porque les encanta ver las discusiones “matrimoniales” de esos dos. Todo muy “¿tanto te costaba preguntarle si tenía negocios con los yakuza? ¿Tenías, DE VERDAD, que coger esa sierra mecánica? ¿EN SERIO? ¿Tienes terapeuta ya? Porque te puedo buscar uno. En serio. De verdad. No te miento. Yo te busco un terapeuta. Tú le lloras “mis padres no me cogían lo suficiente de pequeño” y listo. Nada de tendencias psicóticas en el trabajo que harán mis planes de vida a largo plazo mucho más asequibles” El rubio era una cantidad ingente de palabras. Todo Bla. Bla. Bla. Blabla. Bla. Y Steve rebatía como podía “No le iba a cortar de verdad. Bueno, quizás un poquito si no… ¡¡pero no te pongas así!!” “¡¿Qué no me ponga así!? ¡Me estás diciendo que le ibas a cortar con esa sierra eléctrica y me dices QUE NO ME PONGA ASÍ?!”
Kamekona hace apuestas con Joe sobre cuantas camareras caerán rendidas por los guiños de McGarret. Chin y su mujer, que cuantas huirán atemorizadas por las miradas de odio de Danny. Max y Lori discuten sobre las ventajas de pertenecer al Imperio o al bando Jedi.
Todos les despiden en el aparcamiento, cuando la cosa pasa a mayores: Quién conduce esa noche. Porque claro. Steve quiere conducir el coche de Danny. Como siempre. Pero Danny está como un poco hasta los cojones.
“Eres un maniático del control” “Me gusta conducir” “Es MI coche, Steve” y encima el marine tiene la indecencia de fruncir los labios en una expresión que claramente dice: “me da igual”. Con encogimiento de hombros incluido. Pack completo. Indignante.
Conduce Steve.
Danny habla.
Incluso cuando entran en la casa. Sigue hablando. Cuando suben las escaleras. Habla. Mientras se afloja el nudo de la corbata y se quita los zapatos -talón con talón- sentado en la cama. Habla. Mientras Steve se quita la camiseta. El.jodido.sigue.hablando.
“Danny”, el aludido se vuelve. Camisa medio desabrochada. Eterno reproche entre los labios. Un “¿Qué?” con gesto de “me estás interrumpiendo mi impresionante alegato sobre tú discutible cordura mental”.
“Que te calles, hombre”.
Y bueno. Tendrá que repetirle alguna que otra vez más que es un jodido maniático del control y todo eso. Pero le están comiendo la boca. Danny piensa que puede decírselo luego. O mañana. Cuando no tenga su mano en los pantalones. Definitivamente en los calzoncillos. Extraordinariamente DENTRO de los calzoncillos. Sí, vale. Otro día mejor.
Ahora tiene la boca ocupada, mordiéndole el cuello a su jefe mientras este le chuperretea la oreja de forma obscena y le baja los pantalones y le destroza la camisa. Todo a la vez. Un maniático del control con muy buena coordinación. La corbata se la deja puesta. El marine tiene un fetiche. Danny tiene otro con sus tatuajes, que suele repintar a base de saliva. Pues que el marine tenga todos los fetiches del mundo con él desnudo solo llevando una corbata. Qué.más.da.
Hay un polvo. Un polvo de esos espectaculares. De esos guarros, con mucho sudor y saliva y palabras guarras y cosas muy obscenas tipo peli porno. Hay jadeos y gemidos y mamadas y folladas. Besos negros, besos blancos. Muchos besos, qué cojones. Steve siendo un huracán en la cama como lo es en la calle. Devastador. Danny siendo imparable igual que cuando habla.
Hay corridas.
Un par de ellas. Es una buena noche.
Caen rendidos, con las piernas enredadas, los culos ardiendo y los cuerpos pringosos y resbaladizos por demasiadas cosas que mejor no contar.
“Steve” susurra el rubio, intentando que sus pulmones vuelvan de Marte o algo así y sus neuronas de Júpiter.
“Hmmm”
“Como vuelvas a decirme que me calle. Te mato”
“Vale”
Esas noches a Danny se le olvida hasta que no le gusta demasiado el ruido de las olas en la playa. Está demasiado rodeado por todo Steve para escuchar otra cosa que no sea su respiración en el hueco de su cuello como para prestarle atención a eso tan insignificante. Ese sonido sí le relaja. Sí le hace poder dormir.