Mini fic de Grimm!

Oct 30, 2012 23:56

Esta mañana me he leído este fic tan cuqui de Grimm, coda del epi de La Llorona, y como soy una envidiosa al rato me han entrado ganas a mí también de escribir algo de ese epi también. Y como últimamente increíblemente tengo ideas para fics constantemente y me paso el día escribiendo y encima hoy me han privado de mi ración de McDanno me he sentado y lo he escrito de un tirón, que no se diga que no me motivo cuando quiero.

So, aquí está. No lo subo a AO3 ni nada que me da pereza. Pre-slash, sorry!


A la mañana siguiente de Halloween Nick se encontró un gran tablón de madera ocupando el sitio de lo que había sido hasta el día anterior la ventana frontal de casa de Monroe.
-¿Qué me he perdido? - preguntó, en cuanto su amigo le abrió la puerta y le dejó pasar en su todavía decorada hasta la saciedad vivienda.
-Unos gamberros. No quieras saberlo.
Nick sonrió y no insistió, tomándoselo como una más de las excentricidades del Blutbad. Monroe cogió la maza de encima de la mesita del salón y se la alcanzó a Nick.
-Muchas gracias por prestármela, Nick. Los niños se volvieron locos con ella.
-Me alegro de que alguien tuviera un buen día - dijo Nick, recordando a su pesar lo memorable que había sido su noche de Halloween, y no precisamente en el buen sentido.
-¿Tan mal fue? - quiso saber Monroe.
-Ni te lo imaginas. Pero ya te lo contaré otro día, no me apetece mucho hablar de ello. Bueno - Nick levantó la mano en gesto de despedida.
-Espera, ¿ya te vas?
-Uh, pensaba ir temprano a la Comisaría a adelantar un poco de papeleo. ¿Por qué? ¿Necesitas algo más?
Monroe dudó por un momento.
-Había hecho café por si, ya sabes, te apetecía que charlásemos un poco. Pero si estás ocupado no quiero entretenerte...
Nick lo pensó un segundo y decidió que era la oferta más apetecible que le habían hecho en semanas.
-¿Sabes qué? Tengo tiempo para desayunar algo antes de ir al trabajo. ¿No tendrás cruasanes por casualidad?
Monroe sí los tenía.

-Mmmmm - dejó escapar al primer sorbo del delicioso brebaje. Se dio cuenta de lo mucho que había echado de menos empezar el día con uno de los cafés preparados por Monroe.
-Está bueno, ¿eh? - Monroe hizo una mueca de satisfacción.
-No sé cómo he podido sobrevivir estas semanas sin esto - estuvo de acuerdo Nick, pegando otro sorbo. El semblante de Monroe se ensombreció ligeramente -. ¿Monroe? ¿Pasa algo?
-No, es sólo que... Na, es igual, no es nada.
-No hombre, puedes decírmelo.
-Está bien. Tengo que confesarte algo. Um... Es sobre tu maza.
-¿Mi maza? - Nick le echó una mirada, encima del mármol donde la había dejado. Parecía intacta, igual que cuando la había cogido antes.
-Verás, estaba convencido de que sería un complemento alucinante de mi decoración de Halloween y así fue, pero si te soy sincero ése no fue el único motivo por el que te pedí que me la prestaras.
-¿Ah no?
-Eh, no. La verdad es que la utilicé como excusa para que vinieras a verme.
Nick casi se atragantó con el café. Tosió, sorprendido.
-Ya sé que suena muy raro, pero es que hacía la tira que no venías a mi casa ni me llamabas apenas para pedirme ayuda y no sé, se me ocurrió que así...
-Es cierto que no te he molestado mucho estas últimas semanas, pero pensaba que estarías aliviado, como siempre te estás quejando de lo inoportuno que soy...
-Porque siempre me llamas a horas intempestivas o me interrumpes mi pilates o mi práctica de chelo. Pero eso no quiere decir que me alegre que hayas parado de golpe. Pensaba que... Pensaba que nos lo pasábamos bien resolviendo casos juntos, ¿sabes?
Nick se quedó sin palabras. No se le había ocurrido que a Monroe le importara tanto el que apenas se hubieran visto durante todos esos días. Al fin y al cabo él siempre había pensado que era una molestia para el Blutbad.
-Ya me imaginaba que en cuanto te convirtieras en un Grimm competente dejarías de necesitar mi ayuda hasta para atarte los cordones de los zapatos y ya no me llamarías tanto pero... Ahora te llevas a Hank al trailer, Nick. ¿Ya no me necesitas nada?
Monroe puso cara de pena, tal cual como si fuera un perrito, y Nick no pudo evitar reírse de lo absurdo de la situación.
-¿Me estás diciendo que estás celoso de Hank? - preguntó, divertido.
-No estoy celoso - contestó Monroe, indignado -. Pero es como si tú fueras el capitán del equipo de fútbol del instituto y yo fuera el empollón al que sólo prestas atención cuando necesitas que te ayude con los deberes pero una vez has aprobado me dejas de lado para irte de fiesta con el capitán del equipo de baloncesto y con la líder de las animadoras.
Nick tuvo que dejar el café encima del mármol de lo mucho que se estaba riendo.
-Eres la leche, Monroe. Verás cuando se lo cuente a Hank - el Blutbad resopló -. Está bien, está bien. Prometo que la próxima vez que mis padres se vayan de casa y monte un fiestón serás el primero al que invite.
-Jaja. Qué gracioso eres.
-Por eso te gusto tanto - Monroe le dedicó una mirada nada amistosa -. No, en serio. Probablemente es muy temprano para que estemos teniendo esta conversación pero ya que estamos de confesiones... Yo también tengo un motivo por el que te he estado evitando estos días. Y no es porque prefiera que sea Hank el que me ayude en mis investigaciones sobre Wesen.
-¿Y ese motivo es?
-Creo que lo sabes, Monroe. Mira, cuando los Reapers te dieron aquella paliza ya te dije que no iba a llamarte más y tú insististe en que no pasaba nada y yo lo acepté pero que pusieran precio a tu cabeza... Me llevé un susto de muerte. Pensé que estarías más seguro si dejaba de estar en tu puerta constantemente por cualquier tontería.
Monroe suspiró.
-Escúchame, Nick. Puede que al principio lo hiciera porque me sintiera obligado, pero después fui yo el que tomé la decisión de ayudarte. Y esa decisión no va a cambiar por muchas amenazas que planeen sobre mi cabeza. Conozco los riesgos, y por muy malo que sea vivir amenazado, créeme, es mucho peor vivir sabiendo que pretendes alejarte de mi vida tan repentinamente como entraste en ella.
El Grimm mentiría si dijera que no sintió abrumado después de aquello. Guau. En un momento todo se había vuelto muy intenso. Encima Monroe le estaba mirando de esa manera y Nick quiso decirle que había otro motivo por el que se había alejado, un motivo que tenía mucho que ver con su desesperación en creer que su relación con Juliette todavía tenía salvación.
-Monroe, yo... - pero fuera lo que fuera lo que estuvo a punto de decir murió en su garganta cuando empezó a sonar su móvil, rompiendo la magia del momento. Por supuesto, era un caso.
-Ve - le dijo Monroe, resignado. Nick le puso una mano en el hombro.
-Gracias por el café.
-Cuando quieras - Monroe le acompañó hasta la puerta - Ey. Te dejas tu maza.
Nick sonrió.
-Vendré a buscarla en otro momento, ¿vale?
Y Monroe le devolvió la sonrisa, aceptando la silenciosa promesa.

De camino a la comisaría, Nick repasó la conversación en su cabeza una y otra vez y llegó a la conclusión de que seguramente Monroe tenía razón; puede que no fuera justo que su amigo estuviera en peligro por su culpa, pero tampoco lo era que Nick decidiera por su cuenta el cortar la relación de raíz. Si Monroe estaba dispuesto a asumir el riesgo... Él también.

Al final de la jornada Nick se despidió de todo el mundo y sonriendo de anticipación se sacó el móvil del bolsillo.
-Ey, ¿Monroe? ¿Qué vas a hacer para cenar?

FIN

grimm, fanfiction, mi otp es maravillosa vale?, sigh, monroe/nick

Previous post Next post
Up