Multifandom Fic, "Mal de Muchos 2"

Sep 06, 2012 21:17

¿Se va a convertir esto en tradición anual? Maybe.

Título: Mal de Muchos 2
Fandoms: Hawaii Five-0, White Collar, Common Law, Psych, Chuck, Grimm, NCIS, Leverage, Supernatural, House
Parejas: Sigue en la línea del primero pero hay un poco de McGarrett/Caffrey y un poco de McGarrett/Danno
Rating: PG
Spoilers: Sí, spoilers de todas.
Número de Palabras: ~6000
Resumen: La segunda reunión es en casa de Steve. Continuación de Mal de Muchos



Steve consultó su reloj: todavía quedaba algo más de una hora para que sus invitados empezaran a llegar. Ya hacía un buen rato que lo había dejado todo preparado. Había limpiado a conciencia todos los rincones de la casa, había comprobado que había comida y bebida en abundancia  y también había preparado el lānai por si después de la charla sus invitados querían relajarse un poco en la playa. Les había dicho a todos que se trajeran el bañador por si les apetecía darse un chapuzón en el mar.

Repasó la casa con la vista una vez más y se decidió a esperar sin más a que fueran llegando. Lo cierto es que con todo lo que había pasado en las últimas semanas -lo de Kono y Malia, lo de su madre- había estado a punto de cancelar el encuentro porque no se veía con ánimos de celebrar una nueva reunión y mucho menos de ser el anfitrión. Pero luego pensó que una distracción le vendría bien y además tenía ganas de ver a sus amigos, así que decidió seguir adelante.

Eliot había propuesto en la anterior reunión, medio en broma, que esta vez se juntaran todos en Hawái,   y dadas las circunstancias y la imposibilidad de poder volver a reunirse en Nueva Jersey, Steve se había ofrecido a organizarlo todo en su casa. Todos se habían mostrado encantados con la idea, Steve supuso que además de verse de nuevo y de poder hablar, también tendrían ganas de disfrutar de unas pequeñas vacaciones y que menos que hacerlo en su preciosa isla.

Sonó el timbre y Steve volvió a consultar su reloj; apenas habían pasado unos minutos desde que lo mirara por última vez, por lo que alguno de ellos definitivamente se había adelantado a la hora a la que habían quedado. Cuando Steve abrió la puerta se encontró a un deslumbrante Neal Caffrey al otro lado.

-¡Neal! - le saludó, dándole un breve abrazo -. Llegas pronto.

-Sí, el avión salió puntual y apenas he encontrado tráfico de camino a tu casa. Si es un inconveniente para ti puedo hacer tiempo de alguna manera.

-No, no, para nada. Pasa y acomódate. Pero pensé que quizás querrías ver un poco de la isla antes de que empiece la reunión.

-Uy, no, ya he tenido suficiente de islas por una buena temporada, créeme.

-Voy a traerte algo para beber y me cuentas mientras van llegando los demás. Vino, ¿verdad?

-Sí, gracias - Neal sonrió y se sentó en el sofá. Estaba arrebatador vestido con una holgada camisa azul claro con las mangas arremangadas  que resaltaba el color de sus ojos y unos pantalones blancos. Dejó su sombrero encima de la mesita.

Steve se sentó a su lado y charlaron agradablemente sobre los últimos acontecimientos en sus vidas hasta que se acercó la hora señalada y los demás invitados fueron llegando. Steve los saludó a todos, contento de volver a verlos: Tim, Carlton, John y Eliot. También saludó calurosamente a las dos caras nuevas que se unían a ellos por primera vez.

Después de que todos se hubieran saludado debidamente -Eliot le comentó a John que la última vez se le había olvidado mencionarlo, pero tenía un colega que se parecía tanto a él que podrían pasar perfectamente por parientes. ¿Seguro que no tenía un gemelo separado al nacer?- finalmente se acomodaron en los asientos que había preparado el SEAL en el salón y pudo dar inicio el segundo encuentro oficial del grupo.

-Buenos días y bienvenidos a todos - dijo Steve cuando el murmullo de voces decayó y todos se quedaron en silencio para prestarle atención -. Primero de todo, gracias por haber hecho el esfuerzo de haber venido hasta aquí. Espero que podáis aprovechar para ver un poco de Oahu mientras estáis aquí porque vale mucho la pena; después si queréis os recomendaré unos cuantos sitios a los que podéis ir, incluso tú, Caffrey.

Neal sonrió e inclinó la cabeza.

-Antes de empezar, también quería hacer mención a alguien que tristemente ya no va a poder acompañarnos más. Para los dos que estáis aquí por primera vez, James fue nuestro anfitrión en nuestra primera reunión pero hace unos meses cayó gravemente enfermo por lo que tuvo que cancelar su presencia.

-¿Cómo está? - preguntó Tim.

-Las perspectivas no eran buenas - confirmó Steve, apenado. Nunca entendería porqué las buenas personas eran las que acababan sufriendo sin merecérselo. Que no es que nadie se mereciera pasar por algo semejante, pero James menos que ninguno -. Pero cuando hablé con él por última vez me dijo que iba a aprovechar lo que le quedara al máximo. Y, al menos, va a hacerlo con su hombre al lado. Me alegro que no se quede con ese remordimiento.

El grupo se quedó en silencio unos instantes, mentalmente mandando sus mejores deseos a James.

-¿Y qué hay de Castiel? - preguntó John. - Hace tiempo que no sabemos nada de él tampoco.

-Castiel vino a verme hace unas semanas - dijo Steve -. No me pudo concretar mucho, pero me dijo que iba a estar ocupado con un asunto muy importante y que era posible que eso  le impidiera estar hoy aquí. También me dijo que las cosas con su chico habían mejorado un poco. Al menos ya volvían a ser amigos, me comentó.

-Menos mal - dijo Eliot -. De nosotros él era el que estaba más hecho polvo. Esperemos que para la próxima reunión ya pueda estar con nosotros y esté más animado.

-Desde luego - estuvo de acuerdo Steve -. Y dicho esto, si os parece podemos empezar ya. ¿Qué tal si las dos caras nuevas que tenemos hoy aquí os presentáis y nos explicáis el motivo por el que habéis decidido uniros a nosotros?

Los dos nuevos, quienes se habían sentado el uno al lado del otro, se miraron y asintieron.

-Yo soy Travis - dijo uno de los dos, descruzando los brazos para alzar una mano a modo de saludo -. Soy detective de homicidios y robos en Los Ángeles. Encantado.

-Igualmente, Travis - contestaron los demás.

-La verdad es que no me puedo creer que esté aquí. Por propia voluntad. Cualquiera que me conociera diría que ya he tenido suficiente terapia para toda una vida - soltó una risita.

-¿Cómo es eso? - preguntó Carlton.

-Pasé mi infancia de casa en acogida en casa de acogida, así que las visitas al psicólogo de turno eran tan habituales como ir al colegio o ir a jugar al baloncesto. Y por si fuera poco estos últimos meses he tenido que estar yendo a terapia de parejas.

-¿Oh? ¿Tienes pareja? - cuestionó Neal.

-No exactamente. Voy a terapia de parejas con… mi compañero. Tuvimos un altercado bastante importante y nuestro jefe nos obligó a ir para solucionar nuestras desavenencias.

Todos se mostraron muy sorprendidos, seguramente pensando en cómo reaccionarían ellos si se vieran en esa situación. Steve no podía negar que no lo había pensado alguna vez, especialmente cuando Archer se ofreció a tratarles gratuitamente, pero tampoco pensaba que él y Danno lo necesitaran realmente; sí, discutían todo el tiempo, pero no pensaba que llegaran nunca hasta ese tipo de situación en el que necesitaran ayuda psicológica para trabajar juntos.

-Y supongo que damos por sentado que son tus sentimientos por tu compañero los que hacen que estés aquí hoy, ¿no? - dijo Eliot. Travis asintió.

-Es parte de nuestro problema, imagino. Al principio no era así. Al principio discutíamos, claro, somos demasiado distintos como para no hacerlo. Él es increíblemente TOC, no concibe el saltarse las reglas, o el llegar tarde, o el no pensar y reflexionar las cosas antes de hacerlas. Yo soy todo lo contrario, siempre hago caso a mi instinto, no me importa saltarme las reglas si hace falta, me gusta bromear y reírme de las cosas y normalmente actúo y hablo sin pensar.

-A qué me recuerda eso - dijo Carlton, haciendo una mueca. Él había descrito a su chico y a él mismo del mismo modo la anterior vez -. Me gustaría conocer a tu compañero. Y creo que tú te llevarías fantásticamente bien con mi Shawn. Digo, con Spencer. No es mío ni nada parecido.

-A Wes le daría algo si supiera que hay otro como yo en nuestro sector - Travis sonrió -. Pero hey, no estaría mal, ¿no? Conocer a nuestros respectivos. Así os haríais una idea mejor de lo que tenemos que aguantar cada día.

-No estaría mal, pero a ver cómo les explicamos el porqué estamos todos nosotros aquí - señaló Tim.

-Estoy seguro de que ya se nos ocurriría algo - dijo Neal.

-Quizá podamos discutirlo más tarde. Travis, háblanos un poco más de ti y de Wes - sugirió Steve.

-Bueno, trabajo con él desde hace cinco años. A mí él me gustó desde el principio, quizás por esto que digo que somos como polos opuestos. Pero hará un año más o menos tuvimos un altercado bastante importante. Digamos que me apuntó con su pistola en plena comisaría.

-Dios mío - exclamó Tim -. ¿Tu propio compañero?

-Lo hizo por mi bien, para protegerme. Arriesgó su carrera y su vida para evitar que cometiera una estupidez. Creo que nunca podré agradecérselo lo suficiente, la verdad. Después de eso nos obligaron a ir a terapia. Como trabajamos tan bien juntos, nuestro jefe nos hizo hacerlo en vez de reasignarnos. Y no nos fue mal, de hecho ahora estamos yendo de forma voluntaria.

-¿Y crees que él pueda sentir lo mismo por ti? Por lo que comentas, hizo un sacrificio muy grande para ayudarte - preguntó John.

Travis tardó unos segundos en contestar.

-Creo que sí. Al menos, creo que como mínimo hay atracción mutua. Pero posiblemente él esté en estado de negación. Cuando empezamos a trabajar juntos él estaba casado. Las cosas ya iban bastante mal, porque su ex no soportó que Wes dejara su carrera de abogado para trabajar como detective. Hará algo más de un año que se divorciaron, que coincidió con el momento en el que nuestra relación empezó a ir a peor, hasta el incidente en el que todo explotó. Y Wes todavía no lo ha superado. Vive en un hotel desde entonces, y aún alberga alguna esperanza de volver con ella, pese a que ella le ha dejado claro que lo que tiene que hacer es seguir adelante con su vida. Poco a poco se va haciendo a la idea, pero todavía es pronto. Si actuase ahora, seguramente acabaría confundiéndole más. Y no creo que sea lo mejor justo ahora que estamos empezando a llevarnos mejor.

-Igual necesita ese empujoncito para acabar de tirar para adelante - comentó Neal.

-Es posible. Pero creo que es mejor dejar un tiempo prudencial a no ser que vea muy claro que él también quiere lo mismo que yo.

-Sólo por curiosidad - terció Carlton -. Por casualidad no serás un mujeriego en serie, ¿no? De salir con una chica distinta cada día y no volver a llamarla.

-Um… Pues la verdad es que sí. ¿Por qué lo preguntas?

Carlton soltó un bufido.

-Es sólo que tú y tu compañero me recordáis tanto a Shawn y a mí al principio… Bueno, excepto por el hecho de que tú eres un policía decente y no un fraude que quiere hacer creer a todo el mundo que es vidente.

-No. ¿Shawn Spencer? ¿Ese Shawn Spencer? ¿Ése es tu chico? ¡Es genial, tío! ¡Ha resuelto cantidad de casos! - señaló Travis con entusiasmo -. Tienes que presentármelo, colega, me muero por conocerle.

-¿Por qué no me sorprende que digas eso? - suspiró -. Ya veré qué puedo hacer. Lo que te estaba diciendo es que al principio él y yo éramos como vosotros. Él perseguía todas las faldas que veía, y yo seguía intentando volver con mi exmujer pese a que nuestro matrimonio estaba ya más que hundido. Perdí muchísimo tiempo con eso… Porque además forzarme a creer que todavía estaba enamorado de Victoria me servía para negar que empezaba a sentir algo por Shawn. Ojalá hubiera actuado antes, quizá así hubiera tenido alguna oportunidad durante el tiempo en el que él dedicaba toda su atención hacia mí. Ahora miro atrás y me arrepiento de ello una barbaridad. Así que Travis, hazme caso y no esperes mucho, o antes de que te des cuenta Wes acabará saliendo con una presidiaria y valorando el pedirle que se case con él cuando salga de la cárcel.

-Vaya, gracias por el consejo, tío, pensaré en ello - dijo Travis -. Aunque francamente, no me veo a Wes con una presidiaria, tendrían que cambiar mucho las cosas.

-Espera, ¿estás saliendo con una presidiaria? ¿Tú? - preguntó John, sorprendido.

-Sí. A mí también me sorprende, no te creas, pero Marlowe es una gran chica. Y no me voy a quedar más solo que la una esperando por alguien que no va a corresponderme, ¿no? - su semblante se ensombreció -. Shawn y Juliet ya están viviendo juntos. Es sólo cuestión de tiempo que anuncien su compromiso. Yo no tengo nada que hacer, y aunque todavía tuviera alguna posibilidad, jamás podría hacerle eso a mi compañera. Chicos, ya he vivido en mis carnes lo terrible que es la soledad - añadió, con tristeza -. Quiero intentar ser feliz de nuevo. Y puede que no sea del todo justo para ella porque aún no he podido olvidar a Shawn completamente, pero Marlowe me importa lo suficiente como para intentarlo de verdad.

Todos se quedaron pensativos por un momento. Steve sabía que la mayoría de ellos, por no decir todos, acabarían siguiendo el camino de Carlton; como habían dicho James y Neal en la anterior reunión, no estaban ahí para darse los unos a los otros la esperanza de que todo acabaría saliendo bien, sino para tener a alguien con quien desahogarse y compartir su pesar.

-Te entiendo - dijo John, poniéndole una de sus grandes manos en el hombro -. Yo también estoy saliendo con una mujer. Es fantástica, y por primera vez en mucho tiempo veo la posibilidad de tener un futuro con alguien - hizo una pequeña pausa -. Me marché un tiempo. Necesitaba alejarme de Chuck, aclarar mis ideas. Pero pronto volví. Está pasando un mal momento, su esposa perdió la memoria y con ella todos los recuerdos, todo lo que habían pasado juntos. También olvidó su amistad conmigo, por lo que tampoco está siendo fácil para mí. Poco a poco va recordando, pero es un proceso lento, y quién sabe si todo volverá a ser como antes - se hundió un poco en la silla -. Por eso estoy intentando estar a su lado, haciéndole saber que estoy ahí para él. Me siento un poco egoísta porque pensar que él me necesite a su lado me hace feliz, ¿sabéis?

-Es normal sentir eso, eres humano - le animó Tim -. Es terrible lo que le ha pasado.

-Y que lo digas. Si ya es duro para mí, no quiero ni pensar cómo lo será para él. Sarah es su vida, lo es todo para él. Si en vez de ella hubiera sido él el que perdiera la memoria, yo no sé si habría podido encajarlo.

-Mi chico está en una situación bastante similar - intervino la otra incorporación al grupo, Monroe -. Creemos que lo suyo puede ser reversible, pero no sabemos cuánto durará. Pero en su caso, la relación con su chica estaba bastante tocada por todos los cambios que él ha tenido que afrontar últimamente, por lo que no está siendo nada sencillo para él tampoco.

-Monroe, ¿te presentas al grupo? - pidió Steve.

-Ah, sí, perdón. Pues… Me llamo Monroe. Vivo en Portland. Hola a todos.

-¡Portland! - exclamó Eliot -. Somos vecinos entonces. Igual nos hemos cruzado alguna vez. ¿A qué te dedicas?

-Construyo y arreglo relojes.

-Eh… Pues diría que con lo apasionante que es tu trabajo, las posibilidades de que nos hayamos cruzado son más bien escasas.

Se oyó alguna risita. Monroe le lanzó una mirada a Eliot. Steve pidió silencio para que Monroe pudiera continuar.

-Bueno, discúlpenme ustedes, señores agentes de la ley, por no tener un trabajo tan intenso como el vuestro. Y… señores ladrones, supongo - Neal y Eliot sonrieron -. Mi chico, Nick, es policía. Y a menudo colaboro con él por lo que mi vida es mucho menos apacible de lo que os podáis estar imaginando en este momento. De hecho no hace ni un año que le conozco y ya he estado en peligro de muerte en varias ocasiones.

-¿Nick Burckhardt, del departamento de homicidios de la policía de Portland? - preguntó Eliot. Monroe asintió -. Le conozco. No personalmente, pero sí sé quién es. Es una monada - silbó apreciativamente.

-Sí, sí que lo es - estuvo de acuerdo Monroe, poniendo cara de ensoñación -. Nunca he conocido a un humano que huela tan condenadamente bien.

Todos le miraron interrogativamente. Monroe carraspeó, nervioso.

-Quiero decir, ningún hombre. Eso es, ningún hombre. Chicas sí, muchas - rio, incómodo, y los demás decidieron ignorar el extraño comentario.

-¿Y cómo es que un detective de homicidios acepta la colaboración de un relojero? - cuestionó Eliot con incredulidad.

-Es una larga historia, y desafortunadamente no puedo daros todos los detalles, pero digamos que Nick necesita hacer uso de mis vastos conocimientos de forma habitual. Y le encanta mi café por lo que prácticamente lo tengo cada día en casa. Gracias a eso hemos terminado haciéndonos amigos.

-Pero has dicho que él tiene novia, ¿no? - preguntó Travis.

-Así es, lleva más de tres años con ella. Pero no es únicamente eso. Mi relación con Nick es muy complicada. No sé cómo explicarlo… Se puede decir que no está bien visto que alguien como él y alguien como yo seamos amigos.

-¿Un detective y un relojero?

-No, no, es más bien un asunto entre nuestras familias.

-Ah, ¿como un feudo familiar? - dijo Steve. Conocía bien el tema.

-Algo así. Si ya es poco usual que le ayude, y lo es mucho más que seamos buenos amigos y pasemos tanto tiempo juntos, imaginaos algo más. Y, chicos, además, conozco a su madre y creedme, da mucho miedo. Si no fuera por lo mucho que me importa Nick, ya hubiera salido hace tiempo corriendo con el rabo entre las piernas.

-¿Cómo le conociste? - quiso saber Carlton.

-Me acusó de secuestrar a una niña - Monroe rio al ver las caras de los otros -. No fue un encuentro precisamente romántico, no. Pero luego le ayudé a encontrar al verdadero secuestrador, el volvió a los pocos días para darme las gracias y para pedirme ayuda de nuevo y antes de darme cuenta había entrado a formar parte de mi vida y no tenía ninguna intención de marcharse. ¿Sabes? Cuando leía vuestras historias me sentí un poco identificado contigo porque Nick también entró en mi vida de forma súbita e inesperada y la trastocó por completo. Después de una juventud bastante… salvaje, sí, salvaje es la palabra, había decidido llevar una existencia tranquila y sosegada, evitando cualquier tipo de tentación que me hiciera volver a mis malos hábitos del pasado. Eso implicaba ser un solitario, pero ya lo había aceptado. Hasta que llegó Nick y me alteró toda mi rutina. Ahora mi vida vuelve a ser emocionante, pero en el buen sentido. No quiero volver a estar como estaba antes de conocer a Nick.

Carlton sonrió comprensivo. Él había expresado algo muy parecido en la anterior reunión.

-Pero está ocupado, qué le vamos hacer. Yo también lo estoy. Más o menos. Aún tengo que ver cómo va, pero así está bien. Nick lo que necesita es un amigo, yo me conformo con ser eso para él - concluyó. Los demás le murmuraron palabras de ánimo.

-Neal - dijo Steve -. ¿Quieres compartir con el grupo lo que me contabas antes?

-Sí, leí algo de una fuga, ¿puede ser? - añadió Tim. Neal asintió.

-Así es. Por una serie de acontecimientos la situación se volvió tan delicada que me vi obligado a fugarme. Me fui con el corazón totalmente roto; no soportaba la idea de no volver a ver a Peter. Pero a los pocos días empecé a pensar que quizá no era tan malo. Que quizá necesitaba precisamente eso, alejarme completamente, empezar de nuevo en un entorno paradisíaco, crear una nueva identidad que no tuviera nada que ver con mi yo pasado. Pensé que quizá así podría olvidarme de él de una vez por todas.

-No funcionó, ¿verdad? - preguntó John.

-Al principio creí que sí. El dolor de mi pecho se fue diluyendo a medida que pasaban los días. Me fui adaptando a mi nueva vida. Incluso conocí a una chica estupenda - sonrió con pesar -. Peter no había dejado de buscarme en todo este tiempo. Ya me lo imaginaba, pero prefería no pensar en ello porque si tenía la  más mínima esperanza de que él me encontrara, que de alguna manera encontrara la forma de arreglar todo el embrollo y devolverme a casa… Entonces todos mis esfuerzos serían inútiles y nunca podría empezar de nuevo - suspiró-. Pero eso fue exactamente lo que hizo Peter. Cuando oí su voz al otro lado del teléfono comprendí que me estaba engañando a mí mismo pensando que así podría olvidarle. Antes de darme cuenta Peter había venido a buscarme, me estaba estrechando entre sus brazos y para cuando fui  capaz de devolverle el abrazo ya me había rendido. Y ahora seguimos como antes. Trabajando juntos, lo cual me hace feliz, porque estar a su lado sigue siendo lo más importante para mí. Algún día quizá seré capaz de olvidar a Peter, pero me temo que no será pronto.

Steve miró a Neal con comprensión. Tuvo la impresión de que a varios de los presentes no les hubiera importado lo más mínimo abrazar al chico para consolarle, incluido él mismo.

-Tim, Eliot - recondujo la sesión -. ¿Hay alguna novedad en vuestro frente?

Fue Tim el que tomó la palabra.

-Bueno en mi caso no hay mucho que contar, estamos más o menos igual que el año pasado. Lo más reseñable es que hace unos meses mi abuela, Penny, se vio implicada en uno de los casos que estábamos investigando, y ella y Tony se conocieron. Tony estaba molesto conmigo porque no le había hablado de ella y ya os dije que a Tony le encanta meter las narices y siempre tiene que saberlo  todo de mí. Penny, en cambio, sí que había oído hablar de Tony, y mucho. Porque aparte de vosotros, ella es la única que sabe lo que siento por él.

-No le diría nada, ¿no? - Travis hizo una mueca.

-No, pero casi. Como Tony es tan encantador y divertido cuando quiere, se ganó a Penny en un momento. Y cuando cerramos el caso y Penny vino a despedirse de nosotros, aparte de contarle anécdotas sonrojantes sobre mí, eso que no falte, prácticamente me animó a que me lanzara delante de él. Qué horror - Tim se ruborizó ligeramente -. Por suerte lo dijo sutilmente y Tony no se dio cuenta. O eso creo, con Tony uno nunca puede estar seguro.

-¿Qué hay de Tony y esa chica que nos dijiste? - preguntó Carlton.

-Ziva. Siguen con su tira y afloja. Este último año parece que se han acercado todavía más. No creo que tarden en estar oficialmente juntos.

-Lo siento, tío - le animó Eliot.

-Ya, no pasa nada. ¿Sabéis? Hay un compañero de trabajo que me confesó que es gay. También le gusta Tony. Pero no puede decirlo abiertamente, de hecho lo sabemos muy pocos. Yo tampoco creo que pueda admitir nunca abiertamente que también me gustan los chicos además de las chicas. Lo más que me he atrevido a hacer ha sido el nunca negarle a Tony mi bisexualidad. Pero para lo que me sirve…

-Algún día la sexualidad de cada uno dejará de tener importancia - O eso esperaba Steve. Se había avanzado mucho, la abolición del DADT había sido un gran paso, pero todavía faltaba un largo camino por recorrer, desgraciadamente -. ¿Y tú qué, Eliot? ¿Sigue tu hombre ocultándote que está en una relación?

-No, qué va. Ya lo compartieron con nosotros. ¿Y sabéis lo peor? Mi equipo está formado por cinco personas. Hay dos parejas. Y yo no pertenezco a ninguna.

-Qué chungo, tío - dijo Travis.

-Pues sí, es un poco putada, más considerando lo mío por Nate, pero te acostumbras, no hay otro remedio. Pero ahora estoy mosqueado porque Nate vuelve a ocultarme algo, y esta vez no tengo ni la menor idea de qué puede ser. Espero que tenga una muy buena razón para mantenerme al margen de lo que sea que esté tramando porque está jugando con fuego y no me gustaría que se quemara.

-Esperamos que no sea nada - comentó John-. McGarrett, nos quedas tú. La última vez que nos vimos tu hombre había vuelto con su ex mujer.

-No, en serio, ¿qué tienen nuestros chicos con sus ex mujeres? No lo entiendo. Y más teniendo en cuenta lo que tienen al alcance de su mano - Travis le lanzó una mirada sugerente a Steve. Éste rio suavemente.

-Bueno, lo de Danny y su ex mujer fue un fiasco. Ella se quedó embarazada y le dijo que era suyo, pero luego resultó que había calculado mal y que el bebé era de su actual marido por lo que rompió con Danny para intentar arreglar su matrimonio. Tampoco ayudó que cuando ella le pidió que se marcharan a Nueva Jersey para empezar de nuevo a mí me detuvieran por un asesinato que no cometí y él decidiera quedarse conmigo.

-Me alegra saber que no soy el único cuya vida es una locura - apuntó Monroe. Steve le sonrió.

-Así que ahora estoy en una situación parecida a la de Travis. Le estoy dando tiempo. Ahora está mejor, está con una chica y está más tranquilo. O lo estaba hasta que empezó con temas de custodia con su ex otra vez. Es algo que se va repitiendo cada x tiempo. Y en lo que respecta a nuestra relación, sigue flirteando conmigo como siempre así que imagino que ya nos llegará el momento. O eso espero.

-McGarrett, te digo lo mismo que a Travis, vosotros dos que tenéis más opciones que el resto, no esperéis demasiado o al final será demasiado tarde y os arrepentiréis de ello.

-Gracias, Carlton. Bueno, no sé si queréis añadir algo más - se miraron entre ellos y negaron con la cabeza -. En ese caso si os parece podemos salir al lānai a tomar algo y si queréis os podéis dar un baño, que el agua está estupenda.

Todos estuvieron de acuerdo y Steve les indicó dónde podían ir a cambiarse.

Steve tenía que admitir que la propuesta de Eliot de hacer la reunión en la playa y en bañador había sido de lo más acertada. Su lānai pocas veces había lucido tan bien.

Tim, Carlton y Monroe fueron los únicos que decidieron ponerse también una camiseta, el resto optaron por llevar únicamente el bañador. Steve podía ver que la incorporación de Travis al grupo había sido muy bien recibida. Aunque tampoco le hubiera importado nada tener la oportunidad de ver a Castiel ataviado únicamente con un traje de baño, no señor.

Pero por supuesto, el que acaparó todas las miradas en cuanto apareció con su bañador azul marino fue Caffrey. “Sin cicatriz”, le dijo a John, guiñándole un ojo. Ese chico era un auténtico pecado. Steve iba a necesitar darse un chapuzón en el agua fría muy pronto.

-Hey - le saludó Caffrey, con otro vaso de vino en la mano -. Está siendo una reunión muy agradable, Steve, gracias por organizarla. Lo cierto es que no estaba muy convencido de venir pero me alegro de haberlo hecho.

-Te pasa como a mí. Yo también tengo que admitir que se agradece la distracción.

-Por lo de tu madre y la mujer de tu compañero, ¿no? ¿Cómo lo llevas?

-Lo mejor que puedo. Trabajando sin parar para no pensar demasiado en ello.

-Ánimo - Neal chocó su vaso contra la cerveza  de Steve.

-Gracias, Neal. ¿Tú qué tal llevas tu investigación? ¿Vas adelantando?

-Más despacio de lo que me gustaría. No sé cómo acabará todo esto… Sólo espero que mi relación con Peter no se resienta. Otra vez - dejó escapar el aire.

-Ya verás como no. Y, oye, ¿has pensado ya qué harás cuando finalices tu sentencia? - señaló a la tobillera con el cuello de la botella.

-Seguir trabajando con Peter, esa era mi idea. ¿Por? ¿Tienes alguna oferta mejor?

-Me encantaría tener a alguien como tú en Five-0. Si te interesa…

Neal sonrió de forma provocadora. Lo que decía, un pecado.

-Gracias, lo valoraré. Eliot también me ha ofrecido unirse a su grupo, ¿sabes?

-No me extraña que estés tan codiciado. Pero al menos yo te ofrezco la posibilidad de seguir trabajando para la ley, y no en contra de ella.

-No sé, McGarrett, por lo que he oído tus métodos son un poco… especiales.

-No creo que alguien como tú se escandalizara por ellos.

-Eso es verdad - Neal rio -. Lo tendré en cuenta, en serio. Pero adoro tanto Nueva York que no sé si sería capaz de volver a irme.

-En cualquier caso ya sabes dónde encontrarme si te lo repiensas.

-Eso es. Y, Steve, creo que estoy cambiando de idea con lo de hacer un poco de turismo por la isla. ¿Por casualidad estás libre luego? ¿Querrías enseñarme tus sitios favoritos?

Steve sonrió. Caffrey y él estaban en la misma onda. Desde luego, hacerle de guía por la isla y después, con un poco de suerte, por su dormitorio, iba a ser justo la distracción que necesitaba.

Cuando se disponía a contestar que sí, estaba más que libre, una cabeza rubia se asomó por la entrada al lānai.

-¿Danny? ¿Qué haces aquí?

Su compañero se acercó, observando a los otros hombres con curiosidad.

-Venía a preguntarte si querías salir a tomar algo, pero ya veo que estás ocupado.

-Había quedado con unos amigos para ponernos al día. Danny, te presento a Neal, Travis, Tim, John, Carlton, Monroe y Eliot. Chicos, éste es Danny.

Danny los saludó con la mano, observando largamente a Caffrey, quien seguía al lado de Steve.

-Así que tú eres el famoso Danny - dijo John -. McGarrett nos ha hablado mucho de ti.

Steve le lanzó una mirada alarmada.

-¿Sí? Todo exageraciones, seguro. A mí él no me había hablado de vosotros. ¿De qué os conocéis, exactamente?

-La mayoría somos agentes de la ley, y los que no son consultores. De tanto en tanto nos reunimos para desahogarnos un poco sobre nuestros compañeros - contestó Tim.

-No me lo puedo creer - dijo Danny, poniendo cara de ofendido -. ¿Y os reunís con él? Si alguien tiene derecho a quejarse ese soy yo. Sólo llevo trabajando con él dos años y debo haber perdido ya al menos una década de vida. Eso es lo que pondré en mi lápida cuando me muera. “Daniel Williams, amado hijo, hermano, esposo y padre, murió antes de su tiempo debido a la tendencia de su compañero de correr riesgos innecesarios en todos y cada uno de sus casos” -. Steve puso los ojos en blanco.

-Tú también te llevarías bien con mi Wes  - dijo Travis riendo -. Los dos sois igual de dramáticos. Deberías organizar un encuentro con nuestros compañeros, Danny. Seguro que también tendríais mucho de lo que hablar.

-De eso no me cabe ninguna duda. De hecho es probable que Danno no dejara hablar a nadie más - bromeó Steve.

-De todos los motivos que me das para quejarme, nene. Mira - se señaló a un punto indeterminado de su pelo -. Una cana. Me ha salido una cana, Steve. Por tu culpa.

-Anda, tómate una cerveza con nosotros, que hoy hace un día precioso para estar alterado. No quisiera que te subiera la tensión en tu día libre - Steve cogió una botella y se la puso en la mano a Danny.

Los demás les miraban con expresión divertida. Murmurando algo que Steve no alcanzó a entender, pero que seguro que era alguna otra protesta hacia su persona, Danny se integró en el grupo y pronto había entablado una animada conversación con Travis. Cuando los vio estallar en carcajadas por algún chiste que había hecho el detective de Los Ángeles, Steve no pudo evitar sentir un pequeño pinchazo de celos.

-Guau - oyó que exclamaba Caffrey.

-¿Qué pasa? - le preguntó.

-Nada tío, que casi puedo ver los corazoncitos en tus pupilas. ¿Cómo es que nadie a tu alrededor se ha dado cuenta? Lo tienes escrito en la cara.

-Posiblemente sí se hayan dado cuenta. La sutilidad no es lo mío - Steve pegó un largo trago a su cerveza.

-Ya veo, ya. Y a juzgar por la mirada asesina que me ha dedicado hace unos momentos tu compañero, lo suyo tampoco.

-Danny es bastante posesivo cuando se me acerca gente que no conoce. Es en días como estos que olvido porqué era buena idea eso de dejarnos tiempo - admitió Steve.

-Steve - dijo Neal con suavidad, poniéndole una mano en el brazo. Steve podía ver cómo Danny les miraba de reojo -. Haz caso del consejo que te ha dado antes Carlton. No esperes demasiado. La vida es corta, y más para gente como nosotros. Tú que tienes la oportunidad, lucha por ello. Date un poco de tiempo si es lo que necesitas, o si crees que es lo que necesita él. Tú lo sabrás mejor que yo y que todos nosotros. Pero lucha, ¿vale?

Steve no supo qué decir. Sabía que Caffrey tenía razón, que todos la tenían, pero…

-Y, por cierto, me parece que a tu compañero no le haría mucha gracia saber que me has ofrecido trabajo.

-No, supongo que no - Steve miró a Danny y sonrió.

-Bueno, me voy a charlar con los demás. Si más tarde te sigue apeteciendo hacerme de guía me lo dices, ¿vale?

Tras eso Neal le dejó para unirse a la conversación sobre cocina vegetariana que estaban manteniendo Eliot y Monroe. Danny se le acercó.

-Me caen bien tus amigos - le dijo -. Aunque ese tal Travis tiene pinta de ser todavía peor que tú. Me compadezco de su pobre compañero.

-Estoy seguro de que su compañero se queja largo y tendido de él pero en el fondo no podría vivir sin él. Como tú y yo, Danno.

-No te engañes, Steven. Yo te aguanto porque no me queda otra -  afirmó, sin malicia. Steve sabía lo mal que lo había pasado Danny cuando él se marchó sin decirle nada.

-Oye, ¿no tenías planes hoy? - recordó de pronto. Danny le había dicho que había planeado pasar el día con su chica.

-Ah, sí. Pero quería asegurarme de que estabas bien. Como esta semana te he visto un poco tocado…

-Estoy bien, gracias.

-Ya, Steve, pero siempre te lo guardas todo para ti mismo y no quiero que vuelva a pasar algo como lo de Japón.

-Danny, de veras, estoy bien. Confuso todavía, pero bien. Y tú ya tienes bastante con lo tuyo.

-Una cosa no quita la otra, compañero, y lo sabes.

Steve se sintió conmovido ante la preocupación de su compañero. Miró hacia Caffrey, quien levantó el pulgar hacia arriba acompañándolo con una gran sonrisa.

-Danno… ¿Qué te parece si para agradecerte tu preocupación y para demostrarte que estoy bien te invito a cenar uno de estos días? Te dejo elegir a ti dónde.

Danny le miró con suspicacia.

-¿Invitar? ¿No te olvidarás convenientemente de la cartera en casa, no? Que ya nos conocemos.

-No, pago yo, lo prometo. ¿Hace?

Danny pareció meditarlo unos instantes más y finalmente alzó su cerveza y la chocó con la suya.

-Hecho - contestó.

A jugzar por cómo le estaban mirando, Steve estaba convencido de que sus amigos le iban a acribillar a preguntas la siguiente vez que se vieran.

Steve no podía esperar.

FIN                        

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