Fandom: No [ORIGINAL].
Personajes: Humano, vampiro, Shinigami.
Pareja: no sé, eso queda a libre interpretación x´D
Género: Friendship / Humor / Tragedia.
Advertencias: clicherísmo, sosedad pero MUCHO amor hacia la persona que va dedicado el relato.
Palabras: 2747
Finalizado: Sí.
Notas: ¡Está jugando Estudiantes, yoru! ¡Y VAMOS PERDIENDO! Qué día hoy, ¿no? Tu cumpleaños, juega el pincha (?), se cumple un año desde que estás en el foro, y yo publico un original XD.
Bien, como ya se habrán dado cuenta, este es un regalo para
yorunotenshii.
Me parece prudente advertirte, cielo, que quizás no va a ser lo que esperes. Por empezar no soy buena con ideas propias (no por nada soy fanficker, sino sería escritora. Seh, claro), intenté reunir todos los elementos que te gustan (basándome en las series que conoces), y resultó en esto: un humano, un vampiro y un shinigami involucrados XD. Sí, a fuerza de no recurrir al clicherísmo, intenté tomar el tema con humor, parodiando un poco los universos que se crean en torno a los vampiros y los shinigamis. No sé si lo logré, sólo espero que te entretenga un poco y la ironía se entienda. Vale mencionar también, que utilizo algunas ideas viejas de otros originales no publicados (y que jamás serán publicados), más que nada la idea de los clanes.
Aclaración importante: argentinismos. El humano es argentino, así que HABLA en argentino. No es igual con los otros dos.
Dejaré la entrada abierta al público para que yoru la pueda encontrar (porque pese a tenerla en mi f-list no usa el LJ) Después, como todas, pasaré a hacerla sólo para amigos.
Para empezar dejo un pequeño glosario, necesario para no hacer la historia más larga de lo que ya es, o me vería obligada a hacer este fic por capítulos (y nadie quiere eso, no señor XD). Argh, me siento una badficker con todas las letras haciéndole una fichita ._. (mátenme, por favor. Antes de que tenga descendencia y sea demasiado tarde).
Vampiros: con características muy puntuales de acuerdo a su clan o familia. Existen siete clanes en la actualidad, si bien en el pasado había miles (exagerando, a lo sumo cien). Cada una tiene sus rasgos distintivos y su historia. Actualmente están al borde de la extinción y sólo quedan unos pocos vampiros en todo el mundo que responden a dichos clanes.
El clan con mayor cantidad de miembros es el Vrykolakas. A su vez el clan menos querido por sus otros congéneres vampiros, ya que no dudan en cazar a los de su propia especie cuando hay dinero o intereses de por medio. Son conocidos también como asesinos a sueldo, y muchas veces se han visto liados con shinigami’s por conveniencia. No obstante con su clan, al igual que todo vampiro, son muy leales. Hay excepciones, claro, como Prince.
Dioses de la muerte: Son llamados ángeles en la religión cristiana. A veces también se les dice la Parca, la Muerte y San La Muerte. Muertos, cuyas almas son ascendidas luego de centenas de arduo trabajo. Purifican las almas y por eso van tras los vampiros, cazándolos. Hay distintos escalafones, todos los dioses de la muerte responden a un Arcángel determinado. Alesky responde al arcángel Gabriel.
Ángel de la noche
No le molestaba su presencia, con el correr de los meses se había acostumbrado a su sempiterna contemplación, pero esa noche estaba raro. Incluso se podría decir que más molesto de lo habitual.
Prince siempre, tardo o temprano, le terminaba reclamando atención, como un niño pequeño que no quiere jugar solo.
-¿Qué querés? Si me hablás me desconcentrás. -El humano siguió tecleando en su notebook. Su faz con fuertes rasgos aborígenes que denotaban su ascendencia era apenas iluminada por la luz que irradiaba la pantalla.
-No me has dado una respuesta -Vio en los ojos marrones del chico la ira acumulándose, y eso no podía causarle más gracia. Tenía un temperamento sensible, sobre todo a la hora de sentarse frente a su ordenador a escribir.
-Ya te dije -suspiró, mirando por encima de la notebook su propio reflejo en el vidrio del ventanal. Necesitaba un baño, urgente; ¿cuántos días llevaba escribiendo sin detenerse a hacer otra cosa?-Todavía no lo pensé, además -alzó los hombros, gesto que Prince adoraba, porque el chico humano era muy inexpresivo, quizás en contraparte con esa habilidad que él tan bien había conocido. No podía expresarse en palabras orales, pero por escrito era otro cantar-No me interesa la vida eterna.
-Podrás escribir.
-Es desagradable la idea de vivir por siempre -retrucó.
-Podrás escribir cientos de libros -insistió con tesón.
El humano tomó aire, Prince a veces se tornaba en verdad toda una molestia. Ya, si lo iba a morder, si se lo iba a comer, que lo hiciera, pero que le dejara en paz.
-Si me seguís interrumpiendo no voy a terminar nunca.
Prince sonrió, recordando que era parte del trato dejarle terminar esa novela antes de acabar con su vida.
Una de las razones por las que no lo había matado la primera noche fue porque la notebook encendida del humano había llamado su atención. La historia que contaba quizás no sería buena a los ojos de muchos críticos, pero había tenido la fuerza suficiente para acaparar sus sentidos, y ahora quería saber cómo terminaba.
Luego de acompañarlo durante todas esas noches, estudiándolo en silencio mientras escribía en su ordenador personal, y compartiendo pláticas vanas y otras no tanto, había terminado por simpatizar con él.
No, el humano no era un muchacho social o agradable, ni siquiera en cuanto a físico se tratase. Era algo regordete, con rasgos muy toscos, piel maltratada y expresiones muy particulares; parecía estar siempre de mal humor y transmitir con el rostro un mensaje muy implícito: No te me acerques.
Su pelo tampoco decía mucho: corto, insípido y eternamente desordenado; pero era su alma la que lo había encandilado, porque aunque Nahuel no fuese expresivo, era el humano más curioso que se había cruzado. Sí, se había alimentado de miles de intentos de escritores -y Nahuel era uno más del montón-, no tenía nada en particular con ellos; pero el chico no se había asustado al verlo, como si esperase su visita, y en su estoicismo aceptó casi de inmediato la idea de que él era real y no producto de su imaginación, y si lo era, tampoco parecía perturbarle. Todo eso, había encantado a Prince.
“-Todo lo que el humano pueda imaginar, es posible en la realidad. Físico, Willy Karen”. Con esas palabras el vampiro se había dado cuenta de que al chico no sólo le gustaba escribir, si no leer; después de todo, ambas actividades iban de la mano.
Era curioso, era el humano más curioso con el que se hubiera cruzado. No había tema en el mundo que no despertase el interés de él, pero, más allá de eso le cautivaba que tanta simpleza le llamase la atención, ¿había algo más, que Prince no lograba ver ni siquiera con sus ojos de vampiro?
-Si me dejas convertirte, tendrás la eternidad para poder leer todos los libros que quieras, y para poder ser escritor.
Se echó en el sillón y sus bucles negros se desacomodaron sobre los almohadones. Odiaba su pelo largo, era tan inoportuno a veces, en especial a la hora de cazar.
En una de las primeras conversaciones que tuvo con el humano, éste muy resuelto le había dicho: “¿Y por qué no te lo atás?”
Eso hizo, tomó una de las coletas que Nahuel le había regalado -y que últimamente siempre llevaba en la muñeca- para colocársela.
…
El shinigami miró su brújula. El destino en esa ocasión volvía a ser Argentina; sonrió de medio lado, parecía estar destinado a encontrarse siempre con él. Se mezcló entre la gente, seguro de que nadie se percataría de su presencia, y en pocos minutos llegó.
…
Nahuel levantó la cabeza, distrayéndose de la computadora al ver el movimiento brusco del vampiro. Con la mirada, nada más, le preguntó qué era lo que pasaba ahora para reaccionar así y de paso desconcentrarlo.
El vampiro arqueó las cejas; como toda bestia tenía los sentidos desarrollados, y podía oler a los shinigami a kilómetros de distancia; ese aroma en particular le pertenecía a uno.
-Espérame aquí.
-Igual no pensaba irme a ningún lado -dijo con desidia y un deje de fastidio para seguir enfrascado en la PC. -Te recuerdo que es MI casa, vos deberías irte algún día.
Prince lo ignoró para acercarse al enorme ventanal, pero de inmediato dio unos pasos hacia atrás. Nahuel lo vio con claridad, como una figura vestida con ropa mundana o coloquial atravesaba el ventanal. De inmediato, y por semejante detalle, se dio cuenta de que no era humano.
-¿Puede verme? -Señaló al humano, pero hablándole al vampiro.
-¿Qué haces aquí? -Prince frunció el ceño.
-Eso debería preguntarte yo -retrucó el shinigami.
El ruido de las teclas siendo apretadas acaparó la atención de los dos entes. El vampiro agitó una mano:
-Déjalo. El mundo se puede venir abajo, puede aparecer un vampiro y un shinigami en la sala de su casa, pero él no dejará de escribir.
El shinigami alzó los hombros, no era la primera vez que un humano podía verlo, de hecho solía ser bastante común. Personas con capacidades extrasensoriales había de sobra en el mundo.
-¿Por qué estás aquí? -preguntó el vampiro con calma para, en un cambio brusco de emociones, vociferar-: ¡Ya te dije que no pienso ir contigo!
-Tranquilo, vengo por el humano -lo miro, sonriéndole. Sus bucles cortos y dorados le venían a recordar a un querubín-Ha llegado su hora.
Esas palabras parecieron acaparar por un leve instante la atención del humano, pero tenía una frase en su mente que necesitaba transcribir cuanto antes o la olvidaría, y era elemental para su historia.
Durante esos meses, en una de las tantas pláticas que habían tenido, Prince le había puesto al tanto de los dioses de la muerte. Sabía que, en teoría, ellos eran enemigos naturales, no obstante esos dos parecían conocerse demasiado bien. El humano chistó con ironía.
-¿Su hora? ¿Qué, ya? -Con el pulgar, Prince señaló hacia atrás-No puedes, está escribiendo. ¡Y quiero que termine! -Exclamó, caprichoso-Además yo lo vi primero -se señaló con ahínco el pecho.
-Y ya que estás aquí, podrías venir conmigo. Por las buenas…
-¡Ni por las buenas, ni por las malas! ¡¿Por qué siempre tienes que aparecer para arruinar todo lo que cosecho?! ¡Puto shinigami!
Un objeto contundente voló hacia el mentado ente, pero aunque atravesó su cabeza pasó de largo y le dio de lleno al vampiro en la frente.
-¿Se pueden callar? Necesito silencio. Si tienen algo que hablar vayan afuera.
-Perdón -dijeron los dos al unísono.
Nahuel suspiró y dejó de lado el teclado para mirar por encima del desordenado escritorio. ¿Dónde había dejado los auriculares? Los necesitaba para aislarse del mundo circundante y poder concentrarse mejor en la historia. Se frotó los ojos, comenzaba a caer en la cuenta de que tenía hambre. Había llegado la hora de una merecida pausa.
-Voy a tomar mate -murmuró con aspereza y mirándolos de reojo. Se puso de pie para ir a la cocina y el shinigami lo siguió detrás, y detrás del shinigami, el vampiro. -¿Qué onda? ¡Dejen de seguirme como dos perritos!
-Lo lamento mucho, pero deberás venir conmigo -dijo el ente con solemnidad-, ya que puedes verme, noto oportuno presentarme como es debido -se inclinó en una leve reverencia frente a un apático humano-Mi nombre es Aleski, shinigami bajo las órdenes del Arcángel Gabriel. El mejor Arcángel -remató.
El humano esbozó una leve sonrisa, y eso le ayudó al vampiro a recordar que él lo quería como compañero eterno.
-Ey, Alesky -le picó un hombro, detalle en el que Nahuel reparó: el vampiro había podido tocarlo y se preguntaba si él también podría. Estiró la mano, pero una energía invisible evitó el acercamiento total. Los otros dos permanecieron ajenos al proceder del humano. -¿Recuerdas que me debías un favor?
-No, no me acuerdo. -dijo con rapidez y perdiendo la mirada.
-¡Ah, todos ustedes son iguales! -Vio la risita ladina de Alesky-Te ayudé a capturar ese vampiro Bruxsa que se alimentaba de niños por deporte.
Algo que también Prince le había contado a Nahuel, era que ellos como vampiros no necesitaban alimentarse diariamente, como se suele mostrar en la ficción. Ni tampoco es siempre sangre lo que cada vampiro necesita para vivir.
-Ya, ¿qué quieres?
-Nada es gratis en esta vida. -Señaló al humano-, lo quiero a él.
-Esperen, esperen, esperen -intercedió Nahuel, girando la perilla para apagar la hornalla-, yo en ningún momento dije que, a: quería ser vampiro; b: quería morir.
-Es irremediable. Cuando te llega la hora, te llega -aclaró Alesky-, en teoría morirías sin saberlo, y es aleatorio: paro cardíaco, accidente, muerte súbita. Pero como puedes verme…
-Por eso, te invito a la vida eterna -vociferó Prince, pomposo.
-Dejá de hablar como Lestat, me enferma cuando te ponés en vampiro predicador.
Prince lo miró entre ojos, notando que Nahuel tenía más para decirle.
-Sos peor que un pastor de una iglesia universal, y más pesado -sentenció con brío y dando la vuelta para preparar el mate.
-¿Y para qué lo quieres? -El shinigami lo miró de arriba abajo, no tenía ninguna particularidad ni nada llamativo. Le parecía un humano tan insulso, y Prince era un vampiro cuyo ego no le permitiría tener a cualquier compañero.
Podía escoger entre millones de humanos y venía a reparar en ese. De hecho nunca había convertido a nadie porque jamás le había interesado crear un lazo de ese tipo.
Debían ser importantes, entonces, los motivos de Prince para que, después de siglos, decidiese hacerlo y con ese insignificante humano que parecía tener más ego incluso que él mismo.
-Es que está escribiendo una historia y quiero que la termine.
-¡Ese motivo es estúpido! -Enfureció Alesky.
-¡Para mí no lo es! -¿Qué sabía Alesky de él? De lo que ser vampiro simbolizaba para uno.
Últimamente todo le generaba una apatía destructora, sumido en la rutina del día a día, agotado de ser lo que era y de lo que no podría ser nunca, pero con el temor de buscar el cambio. Una vez que había dado con algo que le despertaba un sentimiento -sea cual fuera este-, que alimentaba una pequeña chispa interior, no quería apagarla tan rápido.
Volvía a decirse que quizás la historia no era la gran cosa, pero él quería conocer el final y punto. Había vivido lo suficiente como para haber leído muchos libros, y ese era uno no escrito, y tal vez jamás publicado.
-¿Y cuál es tu idea? ¿Hacerlo tu escritor personal? -preguntó mordaz.
-Como Misery -interrumpió el humano dándole un sorbo a la bombilla.
Los dos entes lo miraron sin entender nada. Si bien habían vivido lo suficiente como para conocer todas las lenguas del mundo, y poder emplear el castellano neutro de hecho, a veces no conocían nada sobre el mundo humano.
-Deberás elegir. -Prince lo miró-Él o yo. -parecía una pelea por intereses amorosos.
El humano levantó el mate de madera y tragando respondió:
-Escojo el mate.
Los otros dos abrieron la boca, decepcionados. Para después tomarse unos minutos, el humano parecía no entender que en verdad debía escoger un camino. Nahuel se sentó en la silla y comenzó a meditar al respecto; si en verdad le había llegado la hora, ¿quería morir?
Bueno, admitía que le agradaba más que la idea de vivir eternamente.
-Si muero -analizó en voz alta-, no voy a necesitar comer nunca más -arqueó las cejas, la idea le tentaba-Odio cocinar -dio un sorbo al mate y cayó en la cuenta-; si me convierto en vampiro, tampoco… ¿no? -miró a Prince, él no comía ni bebía.
-Claro, ya estamos muertos -aclaró el vampiro-, para acceder a la vida eterna hay que sacrificar algunos placeres.
-Las tres C -musitó el chico-, comer, cagar y cojer… -suspiró, cruzándose de brazos y recargando la espalda contra el respaldar de la silla-, admito que la idea de no cojer me frustra. Aunque no cojo mucho tampoco -rió de su propia estupidez.
-Bueno, que no tengas necesidad no quiere decir que no puedas -Prince se sentó en la mesa, emocionado por el rumbo de la conversación, por primera vez Nahuel parecía sopesar su invitación.
-Si como y no puedo cagar, ¿cómo voy a comer? -levantó las manos, ese pensamiento era incoherente.
-Me refiero a follar, idiota.
-Ah… ¿y se para?
-Hay otras maneras de alcanzar el éxtasis. ¿Recuerdas que te conté sobre el abrazo?
Nahuel asintió, en su momento Prince le había contado que entre vampiros solía ser una práctica tabú: morderse mutuamente, un acto íntimo que producía un gozo indescriptible.
-Si mueres y vienes conmigo -Alesky sentía que se estaba quedando afuera-, me aseguraré de que te den una buena parcela y una buena ubicación. He visto en el libro maestro que, pese a tus pecados -ladeó la cabeza-, uno bastante significativo, igualmente puedes aspirar a ascender.
-No me interesa ser un shinigami -dijo con ecuanimidad.
-¡Toma, maldito! -Prince meneó las caderas, alegre por la respuesta de Nahuel.
-Ni tampoco ser un vampiro -El humor de Prince varió velozmente a uno alicaído-, pero… si muero, ¿qué pasará? -Él se refería a la historia que con tanto empeño estaba leyendo Prince.
Una historia que ante sus ojos era insustancial, pero le agradaba ver el interés del vampiro por esas insignificantes palabras.
-Si mueres, puedes reencarnar -explicó Alesky-, o quedarte con nosotros y convertirte en un dios de la muerte. No todos pueden aspirar a un puesto, algunos sí o sí necesitan reencarnar cuando deben pagar muchos pecados.
-Por eso, voy a ser otra persona -no le agradaba en lo más mínimo esa idea-, en cambio si acepto la propuesta de este idiota, ¡Dejá de danzar! -lo reprendió-voy a poder seguir escribiendo.
Echó la cabeza hacia delante, para dejarla reposar sobre sus brazos encogidos. No le agradaba la idea de ser “otra persona” al reencarnar, y Alesky estaba tan interesado en su insulsa obra…
Miró al shinigami, sonriendo tenuemente.
-En tal caso… los dioses de la muerte o shinigami’s cazan vampiros, ¿no?
-En realidad los convertimos, los llevamos a la luz -aclaró el rubio. -Pero sí… un día puedes dejarte atrapar.
-Eso nunca… -Prince no iba a permitirlo-por cierto -recapacitó-Vas a intentar llevarme de nuevo por las malas, ¿no? Será mejor subir a la azotea para no armar revuelo aquí. -Como si estuviera acostumbrado a jugar al juego del gato y el ratón con el enviado de Dios.
Alesky negó con la cabeza.
-Diré que te volviste a escapar. Ya terminó mi turno y no tengo intenciones de trabajar horas extras -dio la vuelta, ya no tenía nada que hacer ahí.
El humano había tomado su decisión, y no le costaba reconocer que le debía un gran favor a ese vampiro.
Nahuel se recargó contra la silla, jugando inquieto con el mate entre los dedos.
-Voy a extrañarlo.
-Yo no -negó con firmeza refiriéndose a Alesky-, tarde o temprano va a venir a buscarnos. Es el dios de la muerte más pesado que conozco.
-Me refiero al mate.
Nahuel sonrió; si era adicto a algo, además de muchas cosas, era al mate. Lo mejor sería volver a prepararse unos nuevos, dentro de un tiempo ya no volvería a probar nunca más esa infusión.
La nostalgia lo invadió. Si Prince se lo permitía, esa noche lograría darle los últimos retoques a su novela para verla definitivamente acabada.
En la pantalla de la notebook, la hoja blanca mostraba al pie su inmaculado fin.
Fin
XD
Bueno, espero que les haya gustado, en especial a vos, Yoru. Muchas gracias por leer ^^.
Dejo un poco más de glosario, cortito para no marearlos, pues se nombraron dos clanes de los siete que siguen en pie. Cada clan recibe el nombre de su ascendiente, es decir, Vrykolaka era un vampiro antiguo que creó a otros, y así sucesivamente:
Vrykolakas: Clan oriundo de las regiones del mar Adriático y del mar Egeo. Se dice que Vrykolaka era un hombre que en vida poseía una conducta muy inmoral, y que por eso fue castigado por dios con una maldición. Se desconoce su destino así como su claro origen, aunque se dice que es el único “Padre” que todavía vive. De ser así, tendría miles de años y sería el vampiro más fuerte (de sólo pensarlo, da gracia); pero… son solo rumores; lo cierto es que ningún vampiro actual tiene la certeza de que algunos de los creadores sigue en pie.
Los Vykolakas, en general, suelen ser inmorales ante los ojos de sus demás congéneres. Poseen un estilo de vida despreocupado y parecen no tener códigos. Se dice que viajan en la oscuridad, golpeando a las puertas y nombrando en voz alta a alguno de los habitantes de la casa. En caso de responder, la persona muere poco tiempo después. No necesitan alimentarse de sangre, aunque les gusta. Es el único clan que no muestra necesidad de alimento alguno, pueden pasar años, décadas, siglos, sin beber sangre, aunque los acosa algo similar a la abstinencia.
Cuanto más envejecen, más habilidades obtienen. Pero ninguno vive lo suficiente; los vrykolakas con más antiguedad son los más buscados por los shinigami's.
Bruxsas: Clan oriundo de Portugal. Se cuenta que Bruxsa era una hermosa mujer que fue convertida en “vampiro” mediante la brujería.
En contra de su voluntad fue ofrecida como un sacrificio para salvar la vida del hijo de la hechicera de su tribu; sobre quien se decía, iba a ser el salvador y la cura para la terrible enfermedad que los azotaba, y de la cual él también había caído preso.
Dicen que su alma nunca pudo descansar en paz y que la tribu se extinguió cuatro días después del ritual.
Actualmente el clan está liderado por mujeres, incluso se sospecha que es un requisito indispensable para ser convertido por ellas. Por la noche toma forma de pájaro y suele acosar a viajeros perdidos y cansados. Durante el día pueden llevar una vida normal y mundana. Su alimento favorito son los niños.
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Todos los Creadores o Padres están muertos (o eso se cree), ya sea porque fueron cazados por los humanos o por los shinigami’s.
Se cuenta que hace más de dos mil años los shinigamis iniciaron una campaña para erradicar a los vampiros, en especial a los Padres, quienes se hacían cada vez más fuertes e incontrolables con el correr del tiempo.
Hubo una cruenta lucha en la que hasta los arcángeles participaron; desde entonces los clanes han quedado diezmados y los Padres fueron cazados uno a uno. Hoy en día transmutan a los vampiros, no buscan erradicarlos, pues la amenaza mayor -que eran los creadores- ya ha desaparecido.
Según se dice no queda ni uno, pero ¿quién sabe?