Después de leer "Capitanes Intrépidos" el otro día me entraron ganas de volver a ver la peli. 1937. El gran Spencer Tracy, el no menos grande Lionel Barrymore (tío abuelo de nuestra Drew) y la estrella infantil Freddie Bartholomew. La peli la había visto de pequeña y me acordaba de cosas sueltas, pero ayer me di cuenta de que era una película bastante moderna para la época.
Los pómulos de los Barrymore son claramente reconocibles.
No sé, por ejemplo, el niño es un malcriado y se supone que es porque su padre, un multimillonario hombre de negocios, no le presta atención. Cuando al final de la peli el padre intenta conectar con su hijo, está todo el rato en plan "omg, tenemos que hablar, compartamos nuestros sentimientos, abracémonos", que es algo que no se ve en muchas películas de la época.
Luego la relación entre el niño y Manuel, el pescador que le salva (Spencer Tracy) es un crush en toda regla. Por supuesto el crío busca una figura paterna, pero va más allá porque cuando hablan de lo que harán en tierra y Manuel le cuenta que tiene media docena de novias por ahí, el chaval se pone todo "no, no, es mentira, dime que es mentira", angustiado de verdad. No es que crea que haya subtexto slash -el crío tiene diez años y Tracy debía rondar los treinta-, sino que creo que la peli reconoce sin problemas los celos que pueden ir asociados al crush inglés de toda la vida.
Y por último está el tema racial. Ya en el libro de Kipling, el cocinero del barco era negro, pero tenía menos papel que aquí (y más místico). Aquí es un personaje más, al que todos tratan como uno más. Años 30, EEUU, todavía con las leyes de segregación en el Sur y el KKK campando a sus anchas. Y al final de la peli, que se ve cómo homenajean a los pescadores que han muerto aquel año, al menos una familia negra está incluida en la celebración y es tratada con el mismo respeto que las blancas.
Es curioso porque hay películas que han envejecido muy, muy mal y otras con las que te llevas sorpresas. Es como cuando ves la primera y la segunda de Tarzán y te das cuenta de que son más sensuales y arriesgadas que cualquier comedia de los 50 con Rock Hudson y Doris Day. O ves "La leyenda de la ciudad sin nombre", que ya comenté en su momento.
"Historias de Filadelfia", sin embargo, no puedo verla sin tener ganas de darle una patada en los huevos al padre. Y así más modernas que creo que han perdido con el paso del tiempo, pues no se me ocurre ninguna ahora mismo XD Pero haberlas, haylas. (¿La segunda y la tercera de Matrix, quizás?). A veces es porque lo único bueno era el envoltorio, y cuando el envoltorio queda obsoleto, la historia se resiente. Pero me refiero sobre todo a películas que contienen elementos y valores que distancian al espectador moderno.