Apr 10, 2012 21:47
Cuando los nazis empezaron las deportaciones de los judíos, cuando estos estaban en ghettos, los nazis les indicaron a los judíos que crearan una especie de consejo, de gobierno, para dirigir los asuntos del ghetto y llevar a cabo sus órdenes. Los nazis les decían que debían deportar a determinada cantidad de judíos y los miembros del consejo se apresuraban a obedecer, confiando en que colaborar con los nazis fuera lo mejor. Si hacemos lo que nos piden, si no damos razones para que nos ataquen, los nazis no nos hostigarán tanto, pensaban. O por lo menos, pensaban también, nos dejarán en paz a nosotros y a nuestras familias. Estamos colaborando, ¿no?
Todos sabemos cómo acabó eso. Por mucho que colaboraran con los nazis, ayudándoles a llevar a otros judíos a los campos de concentración, nunca tuvieron ninguna oportunidad porque, sencillamente, los nazis no tenían la más mínima intención de ser razonables ni permitir que ningún judío quedara vivo.
Cuando cuatro hijos de puta codiciosos y las agencias de riesgos que trabajan para ellos empezaron la guerra económica en la que nos hallamos inmersos, esos cabrones les dijeron a nuestros consejos, a nuestros gobiernos, cómo debían dirigir nuestros asuntos y llevar a cabo sus órdenes. El enemigo les dice que deben condenar a determinada cantidad de personas a la miseria y los miembros de nuestros gobiernos se apresuran a obedecer, confiando en que colaborar con el enemigo será lo mejor. Si recortamos derechos y prestaciones como nos dicen, si no damos razones para que nos hundan económicamente, el enemigo no nos hostigará tanto, piensan. O por lo menos, piensan también, a nosotros y a nuestras familias no nos afectará. Estamos colaborando, ¿no?
Todos sabemos cómo acabará. Sólo tenemos que mirar a Grecia. Porque, sencillamente, esos cuatro hijos de puta codiciosos y sus agencias de riesgo no tienen la más mínima intención de ser razonables. Es una PUTA GUERRA y el objetivo de toda guerra no es sacar a tu enemigo del pozo es hundirlo en la puta miseria.
Joder ya.
vida real,
reflexiones