Un momento de calma, un fic PoI

Feb 26, 2012 17:29

¡Me estreno en un fandom nuevo!

Estoy enamorada de esta serie, en serio. Y sobre todo es por la relación entre los dos protas. Qué bien lo están haciendo los escritores, pero qué bien. El personaje de Reese es un auténtico hallazgo, precisamente por su dulzura, por el modo en el que trata de conectar emocionalmente con Finch. Ay, me recuerdan tanto a Sam y a Al de Quantum Leap; ellos son mi ideal de bromance. Me encantaba cuando Sam se ponía todo "te quiero, Al" y el pobre Al, que era un almirante de sesenta años, medio alcohólico y con cinco divorcios a sus espaldas trataba de hacerse el duro, pero al final siempre acababa en plan "awww, si es que es un osito, no puedo resistirlo". Finch no es un almirante etc, pero tb está intentando hacerse el duro cuando Reese le pone ojitos de cachorrito y le hace mohínes y dice "¿por qué te metes con mis trajes si son súperchulos?".

En fin, lo dicho, que entran ya en firme en mi lista de OTPs y además me han inspirado un fic sobre ellos dos.

Título: Un momento de calma.
Género: Costumbrista preslash, diría yo.
Personajes: Finch, Reese.
Calificación: TP
Disclaimer: Sé que los personajes míos no son, pero ni idea de quién manda de ellos. ¿Nolan? ¿La CBS? Los dueños, que se manifiesten si quieren, plís.
Resumen: Finch reflexiona sobre su relación con Reese.



Un momento de calma.

Uno ya tiene una edad, piensa Harold, mientras realiza unas comprobaciones de rutina en su ordenador. Sus ojos vagan momentáneamente hacia John, que está sentado no muy lejos de él, tomando té y limpiando sus armas. Su expresión concentrada, su severo corte de pelo y ese algo felino de su cuerpo le hacen parecer más que nunca el peligroso y oscuro agente que es, pero cuando se da cuenta de que él le está mirando, sus ojos se vuelven cálidos, sus labios se curvan imperceptiblemente hacia arriba. Harold siente algo dulce e intenso en las tripas y vuelve a mirar a la pantalla a toda prisa.

No sabe muy bien qué es eso que está creciendo lentamente entre ellos. Sabía que John era un buen hombre cuando lo reclutó, a pesar de su pasado, pero no esperaba su humildad, su vulnerabilidad. Creyó que la relación entre ellos sería eficiente, profesional. Creyó que no sería muy distinto a trabajar con la Máquina. Qué equivocado estaba.

“Ahora hay alguien nuevo que cuida de mí”. Nunca imaginó que esas palabras pudieran conmoverle tanto. Nunca imaginó que un hombre como John Reese, capaz de deshacerse limpiamente de una docena de criminales o resistir la tortura durante tres días, pudiera pensar así de él.

Ha estado solo tanto tiempo… Incluso rodeado de gente, como cuando va a uno de sus trabajos falsos, está solo, porque nadie sabe quién es realmente. Sólo John sabe un poco, y trata pacientemente de reunir migajas de información. Y él se siente cada vez más inclinado a darlas.

Es demasiado mayor para eso, se dice una vez más. Demasiado mayor para esa clase de incertidumbre, para las mariposas en el estómago. John es heterosexual, y aunque no lo fuera ¿por qué iba a sentirse atraído por él? No es atractivo, no es joven, está lleno de manías. Y aun así…

Harold siente algo e instintivamente levanta la vista hacia John. Ahora es él quien está siendo observado. Y John vuelve a insinuar una sonrisa entre sus labios. Esta vez Harold se la devuelve y los dos regresan a sus ocupaciones. Y entonces comprende que quizás no importe tanto pensar en dónde puede conducir aquello. Quizás lo importante, simplemente, sea haberlo encontrado. Porque hay una cosa que sí sabe con absoluta certeza.

En ese momento, no está solo.

Fin

slash, series de tv, fan fiction

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