Título: Una Sombra en el Mundo
Nombre: ^_^
Reto: # 27
Reto proporcionado por:
drarry_holicNúmero de palabras:
Rating: Menos de NC17
Betas: Navleu
azhreik Datos del Reto
Periodo de tiempo Post-Segunda Guerra. AU universo alterno. Harry nunca conoció a Draco porque hace años que el último heredero de la familia Malfoy desapareció sin dejar rastro.
Lugar: Londres mágico / Hogsmeade.
Objeto/ Palabra/ Frases: Debe haber un viaje en moto con Draco por Londres de noche, a escondidas.
Resumen Harry quiere una vida lo más normal y sencilla posible. Trabaja hasta tarde y procura mantener un perfil bajo. Nada de relaciones. Nada de compromisos. Nada de fotos en primera plana y entrevistas interminables sobre su vida personal... Hasta que descubre que hay amores por los cuales vale la pena luchar.
Notas: La persona que dejo el reto dijo que se inspiro en una vieja película llamada Mannequin, yo nunca he visto le película pero leí un par de capítulos de un manga yaoi donde hay un maniquí que cobra vida. Lamento que aquí no haya ninguna escultura pero la idea se conserva en esencia.
Siendo esta una realidad alternativa he de considerar que los Malfoy (Lucius, Narcisa y Draco) no formaron parte de la primer ni segunda guerra. Supongamos que otros magos tomaron su lugar e hicieron lo que ellos tendrían que haber hecho, no importa. Solo quiero aclarar que en este universo solamente hay dos hermanas Black: Bellatrix y Andrómeda.
Para este capítulo final he tardado horrores porque tuve un montón de problemas. Me enfermé, el trabajo se acumulo, y tenía un par de proyectos que entregar… y mientras lo escribía quería prolongarlo y prolongarlo pero espero que no se sienta apresurado ni nada por el estilo.
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XIV - Catorce
A primera hora de la mañana Casper se da una vuelta por la casa para informarle a Harry de los últimos acontecimientos relacionados con la mansión de los Rumsfeld.
-El martes por la noche nos limitamos a esperar-explica el auror procurando esconder un bostezo-Llegaron a eso de las doce, recorrieron el perímetro tres veces, estudiando el escudo de los elfos. Después se marcharon y estuvieron tranquilos todo el día. Bradley y yo esperamos fuera de la casa de Ralf. El tipo desapareció a eso de las cuatro.
-¿Se dio cuenta que lo seguían?
-No… sus amigos vinieron por él y los tres se marcharon juntos. Seguimos su rastro hasta el condado de Essex pero su presencia se desvaneció… y reapareció tres horas después en su casa… Creemos que se reunieron con su cliente en una propiedad protegida por Fidelius.
-¿Por qué lo crees?
-Por lo que paso a la noche siguiente. Se aparecieron a medianoche. Esperaron un par de horas y entonces el escudo de los elfos se desvaneció. Bradley estaba listo para capturarlos en cuanto entraron en la casa pero logre convencerlo de esperar. Si hablaron con su cliente y éste consiguió deshacerse de los elfos, eso nos demuestra sin duda alguna que su jefe tiene poder sobre esa casa… posiblemente alguien de la familia.
-Excelente Trabajo, Singht… ¿en dónde perdieron el rastro de Ralf?
-En las afueras del condado de Essex. Hay muchísimos campos de cultivos en los alrededores. He pedido a Bradley que busque por el vecindario residuos de magia. En cuanto hallemos la zona oculta podremos buscar al dueño y ver si tiene conexión con los Rumsfeld
Intercambian un par de comentarios más antes de separarse. Harry está listo para continuar con su búsqueda de hechizos restrictivos cuando un recuerdo vuelve a su mente.
Cuando desperté estaba en una cabaña… aislada en el campo…
El corazón de Harry se acelera. Toma pluma y pergamino y escribe una breve orden.
Ron:
Busca propiedades a nombre de los Rumsfeld en el condado de Essex. Busca terrenos sin construir, verifica si alguna de ellas se encuentra registrada bajo el Fidelius. De no ser así, ve si se han detectado niveles de magia en la zona.
Dobla la nota en forma de un pequeño avión y está a punto de murmurar Ron nuntius cuando se da cuenta que no está en el ministerio. Maldice entre dientes. Justo en ese momento Kreacher le avisa que la elfina Wata quiere verlo.
-¿Y por qué no la dejas pasar?-La mera idea irrita a Kreacher, así que Harry se inclina y le sonríe con gentileza-Déjala entrar, Kreacher. Ella no viene a reemplazarte. Se amable … Ve por ella, y mientras charlamos envía a Ron esta nota.
Kreacher asiente en su dirección y al poco rato la elfina Wata se aparece en la biblioteca, donde el cuadro de Malfoy descansa sobre la chimenea. La elfina se retuerce las manos y sus ojos se cristalizan al ver que la pintura de su amo aún no tiene marco.
-¡La pintura de mi amo sigue rota!
-No está rota, Wata… er… el marco se abollo al caerse y necesita mucho trabajo para que vuelva a estar como antes.
-El cuadro debe volver a la mansión lo antes posible, señor Harry Potter.
-Necesito dos días más, Wata…, me han prometido que lo tendrán para el sábado temprano. Yo mismo lo llevaré a la mansión, ¿qué te parece?, no quieres que la pintura favorita de tu amo quede imperfecta, ¿verdad?
Harry siente culpa por mentirle a la elfina, pero en su corazón tiene claro que no dejará que Malfoy vuelva a su prisión. Tras muchas negociaciones la elfina acepta que el cuadro sea devuelto el sábado temprano.
-Antes de que te vayas Wata, ¿crees que tu ama tenga un momento disponible para hablar conmigo?
Wata continúa retorciéndose las manos y sus ojos asustados nunca entran en contacto con los de Harry.
-El ama Madeleine no se encuentra en casa desde ayer por la tarde.
-¿Dónde está?
-Ella y el resto de la familia se encuentran en casa de la Señora Evelyn.
Su madre
-¿Qué hacen todos ahí?
-Despedir al Señor Rumsfeld.
-¿Y nadie puede salir de la casa?
-Son las reglas.
-¿Sabes de alguien que haya salido a escondidas ayer por la tarde?
-Wata no responderá eso. Wata no vigila la salida de los amos.
-Perdóname Wata, sólo quería saber…
-¡El señor Harry Potter no debe preguntar sobre la familia Rumsfeld!
Antes de que Harry pueda responder Kreacher vuelve para entregarle un mensaje de parte de Andrómeda.
Querido Harry:
Después de remodelar el cuarto de Teddy hemos decidido hacer lo mismo con el resto de la casa. Necesitamos pintar paredes y mover algunos muebles. Me preguntaba si te resulta problemático permitir que Kreacher venga un par de días para ayudarnos. Sé que es muy viejo, pero necesito alguien de confianza que cuide de Teddy mientras yo trabajo. Por favor considéralo.
Saludos
Andrómeda
P.D. Teddy pregunta a cada rato por ti, ¿cuándo te sería más propicio venir a pasar un momento con tu ahijado?
Harry sonríe y se vuelve hacia su elfo-Ve con Andrómeda, Kreacher, necesita ayuda con la casa. Te quedarás con ella un par de días. Dile que pasare el domingo a comer.
Kreacher obedece y se desvanece dejando a Harry con una elfina sumamente nerviosa.
-Antes de que te vayas, Wata, ¿puedas decirme por qué el escudo que protegía la mansión desapareció ayer en la noche?
-Wata no sabe.
-¿No estabas ahí?
-Wata se quedó en casa ayudando en la cena familiar.
-¿Quién…?
-Wata debe irse ahora, Harry Potter.
Y antes de que pueda decir nada más le elfina desaparece.
El cansancio invade a Harry. Necesita dormir pero no tiene ganas de ir a su cuarto, así que se acomoda en el sofá de la biblioteca.
Lo despierta el chisporroteo de la chimenea. La llamada es de Hermione que pide permiso para cruzar hacia Grimmauld Place. Las marcas oscuras bajo sus ojos indican que alguien más no durmió esa noche.
-Tengo el conjuro, Harry.
-¿Tan pronto?
-No he podido dormir hasta descifrarlo. Y tampoco fue tan difícil. Lo que cuesta trabajo es la interpretación, pero en este caso el autor fue muy claro porque quería evitar a toda costa posibles lagunas que permitieran la anulación del conjuro.
La felicidad de Harry es tal que abraza a Hermione con todas sus fuerzas.
-Eres maravillosa, mione.
-Ya lo sé.
Con voz emocionada Hermione le explica las runas utilizadas, la finalidad de cada una, la razón por la cual no pueden agregar símbolos que anulen el conjuro y lo peligroso que sería borrar algún trazo.
-La forma como está diseñado… es como una telaraña… cada runa tiene una finalidad específica.
-¿Dice algo sobre el contra hechizo?
-No hay contra hechizo… No puede anularse con otro conjuro… Es más complicado que eso… para completar un conjuro de esta magnitud se debió realizar algún sacrificio…
-Andrew…
-¿Qué?
-Rumsfeld asesinó a Andrew Lethood, poco antes de hechizar a Draco… creí que lo hizo por celos… pero no fue así, ¿verdad?
-No… Es posible que usara la vida de Andrew para atar a Malfoy al cuadro.
-¿Cómo podemos liberarlo?
-Léelo por ti mismo.
Con su esmerada caligrafía Hermione ha escrito:
Tu hermosura deslumbra mis ojos.
Tus ojos roban mi aliento.
Una sombra en mi alma eres.
Y una sombra en el mundo serás.
Si aquel que vive,
después de haber muerto,
te muestra el mañana,
en la noche más negra,
entonces libre serás.
Pero bajo mi poder eterno vivirás.
Inmortal a mi lado estarás.
Y el sol jamás sobre tu cabeza se alzará.
Cuando yo sea polvo y cenizas,
Mi amor por ti prevalecerá
A mi lado tú estarás.
Juntos por la eternidad.
XV - Quince
Cuando Draco abre los ojos se halla de pie en medio de la biblioteca. Todas las luces están encendidas y el ambiente parece ligeramente festivo.
-Bienvenido.
Harry le sonríe mientras le entrega un pequeño objeto gris, un abrigo y le hace señas para que lo siga.
-He decidido que esta noche debemos salir-le explica con felicidad.
-¿Por qué?
-Porque es lo que quieres.
-¿Y a dónde me vas a llevar?
-Es una sorpresa.
-¿Qué es eso?
“Eso”, cómo lo llama Draco, es un artefacto horroroso, sucio, mugriento, y que emite un sonido infernal cuando Harry se sube y lo enciende.
-Era la moto de mi padrino Sirius. Quedo hecha trizas cuando… bueno, no importa, el punto es que pague para que la reconstruyeran y pase un año aprendido a conducirla… después de unirme al ministerio ya no tuve tiempo para salir así que usualmente la dejo aquí afuera mientras no la uso. Por suerte tiene un hechizo antioxidante y antirrobo.
Draco parpadea. Contempla con profundo desagrado el armatoste que Harry tanto ama, su expresión de incredulidad, de bochorno, de sorpresa… han borrado las huellas de la decepción y la amargura.
El sonido de un click y el estallido de una luz lo hacen reaccionar. Harry le sonríe abiertamente mientras le apunta con el pequeño objeto gris.
-¿Qué haces?
-Una foto.
Draco gesticula.-¿Una qué?
-Foto. Mira.
Le extiende la cama y le muestra la pequeña pantalla donde se muestra a un Draco con cara de asco. A Harry le toma veinte minutos convencer a Draco que la cámara fotográfica no es ningún artilugio de magia negra, que no duplica su alma, que no le hace daño, y que sirve para conservar un recuerdo
-Como un pensador-explica
Tarda otros veinte minutos en enseñarle como usarla. Intenta explicarle lo del zoom, lo del flash, lo de las modalidades, pero sus explicaciones caen en oídos sordos y al final se limita a mostrarle que botón apretar para que la foto aparezca. Con su juguete nuevo Draco comienza a tomar fotos a Harry, al cielo, a la casa… la cual aparece borrosa.
-Es por el Fidelius-le aclara Harry.
Hace falta media hora más para convencer a Draco de ponerse el casco y subirse a la moto.
-No pienso subirme a esa cosa. Y mucho menos voy a usar este… sombrero. Es horrible.
-No es un sombrero. Es un casco. Sirve para protegerte la cabeza.
-¿De qué me va a proteger?
Harry está a punto de explicarle las nociones básicas de seguridad, los accidentes, la tasa de mortandad, pero se arrepiente de inmediato. Decirle a Draco que no es seguro viajar en moto será darle un argumento más a su favor.
-Te protege contra los mosquitos.
-¿Los mosquitos me atacarán si me subo a esa cosa?
Harry cuenta mentalmente hasta diez. Está acostumbrado a tratar con Teddy, un pequeño incordio cuando se pone a preguntar por qué todo el tiempo y se niega a obedecer hasta que no le respondan cada pregunta que haga.
Al final, y pese a todas sus protestas, Draco termina por ceder.
Viajan sin prisa. Tomando las avenidas principales y las más cercanas al Río Thames. Viajan durante casi tres horas, pese a que el trayecto se hace normalmente en poco más de una hora, todo a causa de las fotos que Draco quiere hacer.
Fotos de los autos. Fotos de la luna sobre el río. Fotos del pueblo que se observa en la otra orilla.
A cada rato Harry siente que las manos de Draco le tironean de la camisa pidiendo a gritos que se detenga. Siente el aliento en su nuca cuando le pregunta por cada cosa que se cruza en su camino. La emoción en su voz y la felicidad de su rostro, provocan una chispa en el pecho de Harry. Es ver la sonrisa del rubio y sentir que una descarga golpea su corazón.
Es la primera vez que lo ve feliz. La primera vez que descubre la luz que brilla en los ojos grises. Cuando existía la amargura y la rabia, Harry sintió la familiar necesidad de confortarlo… porque es su trabajo y parte de su naturaleza.
Pero ahora… ahora que la ira ha sido reemplazada por alegría… Harry se siente atrapado por esos ojos grises. La sensación de tener un vacío en su estomago le recuerda vagamente su adolescencia. Cálida y aterradora a partes iguales.
Y entre más lejos viajan y la voz de Draco se cuela en sus oídos y sus manos se aferran a él y sus sonrisas son puro deleite, Harry sufre. Su corazón se retuerce y agoniza. Su estomago se lanza en giros mortales, todos sin red.
Y Harry se maldice y se controla. Porque así es él. Porque no sabe pedir nada para sí mismo. Harry cree que si asfixia su necesidad, que si reprime su deseo, podrá seguir adelante, lo ha hecho antes… Olvidar y dejar pasar… pero esta vez… esta vez no se siente capaz.
XVI - Dieciséis
La parada del ferry se encuentra en Burham on Couch cerca de la costa Este de Londres. Los ferrys tienen horarios específicos así que Harry no pierde tiempo y se pone a buscar una pequeña lancha que pueda pasar desapercibida. La moto queda oculta cerca del muelle y ambos caminan a lo largo del río hasta encontrar lo que buscan.
Un pequeño soborno, un ligero confundus y la lancha zarpa en la oscuridad con el piloto y sus dos invitados. Navegan a lo largo del río hasta alejarse de la costa e internarse discretamente en el océano. Se detienen a media hora de la costa, lejos de la playa. Un discreto hechizo de sueño y su piloto se queda dormido sobre sus pies.
Durante largo rato no hacen más que contemplar las estrellas en el horizonte.
-¿Por qué me has traído aquí?
-Porque no quiero que te des por vencido. No quiero que te conformes solo por miedo.
Draco sacude la cabeza y la pena inunda su rostro.
-Me he pasado años luchando. Buscando una salida. ¿Qué pasa si no la hay, qué pasa si al final de todo he de quedarme dónde estoy?
Harry se muerde la lengua. Tiene fresca su conversación con Hermione.
-¿No le dirás sobre el conjuro?
-Todavía no. Quiero probar si puedo romperlo antes.
-¿Por qué?
-No quiero equivocarme y verlo decepcionarse.
-¿En qué puedes equivocarte? “Aquel que viva después de haber muerto” es una referencia a ti. Eres tú quien puede romper el conjuro.
-Puede ser… pero no le diré hasta que lo consiga.
Ajeno a sus pensamientos, Draco añade.
-No soy pesimista. Solo realista. La única persona que podría deshacer el conjuro ya no existe. Ni siquiera su muerte lo ha roto. Aún sigo aquí.
-Y por eso no debes rendirte.
Draco le mira. Harry se levanta haciendo oscilar el bote y viene a sentarse junto a él.
-Encontraremos una forma de romper el conjuro-asegura él con un tono de voz firme y seguro-No pidas la muerte mientras aún estas vivo. Mira el mundo que tienes ante ti. Mira este lugar. Mira las estrellas que iluminan el cielo. Hay cientos de lugares mejores que éste. Lugares que no has visto. Rendirte es una victoria para él. Y no la merece… No merece tu rabia ni tu dolor. Demuestra que ya no puede tocarte. Busca tu libertad, no te rindas, porque no vale la pena que te hundas en las tinieblas por alguien cómo él.
Y Draco promete no hacerlo. ¿Cómo negarse cuando esos ojos verdes lo miran así? Su mirada es tan intensa, tan firme, que de pronto el bote se le hace pequeño. El mundo entero burbujea. Siente la irresistible sensación de lanzarse al mar y huir de esa cosa que gruñe dentro de él.
Durante años se ha pasado alimentando la rabia. Su corazón vive y ruge de ira. La amargura crece en sus pensamientos. La oscuridad cubre su mundo. Todo ha sido negro, seco, filoso…
Hasta hoy.
Hasta que mira esos ojos verdes y siente que el mundo de noche no es terrible si se tiene compañía… Los bordes de su mundo se suavizan si el moreno los toca. Es mirar el cielo oscuro y descubrir que existen estrellas, que incluso en la oscuridad hay pequeñas luces que nos muestran el camino.
¿La luna siempre ha sido así de brillante?
Nota las palmas mojadas. Las frota distraídamente contra el abrigo que tiene en las piernas. Agua, piensa. Pero frota y ésta no desaparece. Se siente inestable y n no es porque se encuentre en un pequeño bote, de noche, en medio de la nada.
Piensa en Andrew-amigo, amante-muerto hace tantos años. Guarde luto por él, llore en su nombre, jure venganza por él. Y sin embargo lo evoca con cariño y nostalgia pero nada más. El dolor por su pérdida es un vago recuerdo.
Harry le pone una mano en el hombro. Lo aprieta en señal de apoyo. Y esa pequeña parte que Draco creía muerta y enterrada con Andrew despierta suavemente, como si la tocaran con un pañuelo.
Se siente vivo. Y la sensación es electrizante. La sensación le paraliza las manos y el corazón. Y el estomago burbujea y se tambalea. El bote se mece. El interior de Draco lo acompaña. Arriba. Abajo. Derecha. Izquierda. Marejadas interiores que provocan cataclismos.
Tiene miedo. Está aterrado. Su hombro, donde la mano de Harry reposa, manda señales electrizantes a cada una de sus extremidades. Es como si de pronto su cuerpo despertara de un coma larguísimo. El mundo huele a sal y a Harry. La luna brilla en color plata con tonos verdes. El mar se agita y la respiración de Harry le responde.
Cuando Harry se inclina hacia él, Draco no se da cuenta que también se está inclinando de vuelta. Es un movimiento natural. Suave.
Como el beso.
Suave y dulce el principio. Apenas un roce. Apenas un contacto. Entonces Harry se humedece los labios y Draco se acerca de nuevo. Y entonces sí. Entonces el mundo deja de ser suave y todo se convierte en rayos electrizantes. Es abrir la boca y saborear la lengua que se atreve a saludar. No es lento y tampoco tiene pausa.
En cierto momento Draco se mueve y su nariz choca con las gafas de Harry. Intenta retroceder pero Harry le sujeta la cabeza y lo inclina hacia él, de forma que el beso que casi se interrumpe se reaviva con fiereza. Es una guerra abierta aunque ninguno de los dos intenta gobernar. Es conocer, explorar. Es dejarse ver y sentir.
Es un beso tan largo que el interior de Draco se calienta, como caramelo. Burbujea como azúcar derretido. Besar y ser besado. Mmm. Draco se inclina, lame, succiona y respira. Todo a la vez. Uno por uno. Como una curiosa y compuesta sinfonía. Y Harry responde con igual ímpetu. Besa con una clase de abandono que Draco encuentra arrebatadora.
El beso no termina de forma abrupta, lo siguen besos cortos, rebosantes de ternura, cuya única finalidad es explorar. Besos y besos, y más besos. En algún momento se separan. Es inevitable. Pero en vez de alejarse Harry lo abraza y Draco devuelve el gesto, sintiéndose a salvo y en paz.
Porque en ese momento, nada más importa. Ni la noche, ni el conjuro, ni la soledad. Esa noche se siente dichoso y por primera vez en años se siente capaz de soñar con un futuro.
XVII - Diecisiete
El viaje de vuelta es muchísimo más silencioso y tranquilo. Draco viaja detrás, sin pronunciar palabra, sintiéndose reconfortado por el rítmico latido que siente cuando abraza a Harry por la espalda.
Falta poco para el amanecer cuando estacionan frente a Grimmauld Place. Se quedan juntos mirando como el cielo comienza a clarear. Harry le aprieta la mano y la sostiene hasta que la siente disolverse entre sus dedos. Como viento helado…, como si toda la noche fuera una simple ilusión.
Es real el pensamiento es firme. Aún puede sentir el roce de sus labios y su calor. Nota su aroma en su cuerpo. Lo suave de su cabello. Lo frío de su piel. Aún puede sentir la forma de su cabeza entre sus manos, y la suave curva de su nuca cuando deslizo sus dedos sobre la piel. Tiene los labios hinchados y casi puede sentir el roce de una boca ajena sobre la suya.
El cansancio, físico y emocional, lo paraliza durante minutos mientras contempla el amanecer. Pese a ser el espectáculo más bello que existe, Harry lo siente frío y apático. Suspira con desaliento y entonces se las arregla para guardar su moto nuevamente.
Cuando entra en casa, el lugar está frío, vacío y silencioso. Entonces recuerda que Kreacher está con Andrómeda y sube las escaleras hasta el primer piso. Camina con dirección a su cuarto pero se detiene frente a la biblioteca.
Cuando se decide a entrar todo está a oscuras. Pese a que una ligera luz atraviesa las gruesas cortinas de la ventana, a Harry le cuesta trabajo ubicar el contorno de los muebles dentro del cuarto. Cuando se acostumbra dirige mecánicamente su vista hacia la chimenea.
Durante un momento su corazón se paraliza. Es un largo momento. Después su corazón tiembla y grita. Busca frenéticamente en la habitación pero no hay suerte.
El cuadro de Draco no está en ninguna parte.
XVIII - Dieciocho
Durante todo el día Harry moviliza sus recursos. Se la pasa buscando al intruso en su casa mientras investiga los movimientos del grupo Eclipse con ayuda de Singht y Bradley. Presiona a Ron para que busque propiedades en Essex que pertenezcan a los Rumsfeld. Cuando intenta presentarse ante la Madeleine Rumsfeld, un elfo le avisa que la familia no recibirá invitados en todo el día.
La ira de Harry crece. La tensión, el desvelo de los últimos días, provocan dolores de cabeza que amenazan con dejar el mundo en color blanco. No tiene hambre, siente calambres en las piernas, tiene un hoyo en el pecho y un amargo acido en la boca del estomago le hace creer que su estomago se deshace dentro de él. Siente que el corazón late desenfrenadamente. Siente ganas de gritar y destrozar cosas.
Debe tener tan mal aspecto que Ron lo invita a comer a su casa. Harry se niega, no tiene el estomago para eso, no se siente capaz de apartarse de su escritorio para hacer algo tan banal como comer.
-Tengo una dirección.
Harry salta. Casi se abalanza sobre el pelirrojo pero este retrocede con decisión.
-Ven a comer. Toma una taza de té y te lo diré.
Hermione los espera con te y bocadillos. Se muestra claramente preocupada por el estado de Harry pero el moreno deja claro que no desea prolongar la comida. Se bebe el té de un solo golpe e inmediatamente exige la dirección.
-Es una pequeña cabaña, del tamaño de un cobertizo. Sus papeles desaparecieron hace ochenta años, pero encontré que antes de eso se realizo el registro de un hechizo Fidelius. Nada más.
-Dámela.
-No hay nada ahí. Pero está bajo vigilancia, junto con la propiedad en Wiltshire.
-Dame la dirección.
-Necesito que descanses, Harry. Que duermas durante un rato y cuando despiertes entonces iremos a ve a la familia para aclarar todo el asunto.
-Debo ir ahora.
Ron niega con la cabeza y Hermione le pone la mano en el brazo.
-Lo siento, Harry.
Está a punto de preguntar por qué pero nota que las piernas le tiemblan y que su vista se desdibuja. Antes de que consiga decir nada su cuerpo se dobla como si fuera gelatina.
Sueña con Malfoy. Suena con su sonrisa. Sueña con su berrinche al momento de subirse a la motocicleta. Sueña con el beso que compartieron bajo el cielo oscuro. Sueña con sus manos frías. Y mientras está ahí, recordando la última noche que paso con él lo ve desaparecer. Desvanecerse como la niebla.
Entonces grita su nombre y corre hacia donde la brisa lo lleva. Corre en la noche, corre hacia las tinieblas, siempre esperando encontrarlo. Todo es en vano. Lo llama con insistencia, lo busca bajo en todas direcciones. La desesperación, la soledad, el miedo, hacen presa de él. Lo ve, a lo lejos, extiende la mano para tocarlo y cuando lo hace es solo arena que se desliza entre sus dedos.
Despierta con la mano estirada, respirando con dificultad.
-Lo conoces hace solo cuatro días-Hermione está a su lado, mirándole con cariño fraternal- ¿de verdad es tan importante?
Harry baja el brazo y se limpia el rostro sudoroso. -Yo no…
-Has gritado su nombre… varias veces…
Harry cierra los ojos, pensando en su sueño, en el pánico.
-Si esto es por lástima…
-¡No es…!-Harry maldice entre dientes y se levanta. Siente la cabeza despejada, sin dolor. El sueño, pese a estar plagado de pesadillas, ha conseguido calmar su angustia-No es lástima… Quiero ayudarlo, es todo.
-Es más que ayuda, Harry. Te he visto mirarlo. No te vi mirar a nadie así en muchísimo tiempo. Debes admitir, y entre más pronto lo hagas menos posibilidades tendrás de salir herido, de que sientes algo más que empatía por el joven Malfoy.
-No puedo sentirme así, mione.
-¿Por qué no?
-Porque no quiero aprovecharme de la situación-piensa en el beso que compartieron y siente culpa-Ahora mismo se encuentra en una situación difícil y siendo que soy la persona que lo saco de ahí no es correcto que fuerce las cosas. Durante años tuvo la compañía de un hombre que lo ato por amor. No puedo hacerle eso. No puedo enredarlo en una relación, no sería justo para él. Debo ser su amigo, debo apoyarlo, no traer sentimientos que compliquen las cosas.
-Pero tú…
-Exacto. Yo. Tener una relación conmigo es un reto en sí mismo. Tener una relación siendo el chico-que-vivió no es fácil y él no tiene porque sufrirlo. No quiero que se sienta obligado.
-Pero si él…
-No quiero pensar en eso, mione. Quiero romper el hechizo. Quiero que él recupere su vida. Es todo.
-Lo entiendo, Harry-Hermione se sienta a su lado y le abraza la espalda-Solo no quiero que niegues lo que sientes por él porque tengas miedo de una relación a su lado.
Harry apoya la cabeza sobre la de Hermione y suspira.
-Lo bese-confiesa con voz agónica-Lo bese y no importaron las consecuencias, pero cuando he visto que su cuadro se ha ido, me di cuenta de que falle al protegerlo. Se suponía que debía ayudarlo, pero deje que se lo llevaran…
-Lo encontrarán.
Harry no dice nada. Finalmente consigue reponerse y se levanta. Ron lo espera fuera de la habitación y finge que no ha escuchado nada de su conversación, en cambio le hace un breve resumen sobre la situación.
Después de escucharlo Harry da su orden-Es hora de hablar con Madeleine Rumsfeld.
Pero cuando van a su casa un elfo les avisa que la señora se encuentra fuera y que no volverá hasta después de la lectura del testamento, que se hará al día siguiente a primera hora.
Harry está listo para proferir amenazas, para usar su poder y hacer que toda la mansión se caiga a pedazos de ser necesario, cuando Wata hace su aparición frente a ellos. Sus grandes ojos están rebosantes de lágrimas.
-¡por favor, ayuda!
-¿Qué pasa, Wata?
-¡No debe permitirlo, señor!
-¿El qué?
-¡Quiere destruirlo!... ¡La ama quiere prenderle fuego!
XIX - Diecinueve
Cuando Draco despierta y es consciente de si, busca a Harry pero al hacerlo descubre que no se encuentra en la casa oscura que ha comenzado a parecerle tan familiar. Nota los muebles, grandes y sobrios, el candelabro color dorado…
-Buenas noches, Malfoy.
Draco gira hacia la voz, sin reconocer el tono. Sentada en una bella silla alta, una mujer mayor le mira con la expresión más helada que ha visto en su vida.
-¿Quién eres?
-¿Acaso te importa, muchacho?
Draco frunce el ceño ante el tono desprovisto de amabilidad.
-Nos presentaron hace años-responde ella después de un momento-pero a diferencia de ti, el tiempo ha sido cruel conmigo.
-No sé quién eres.
-Supongo que no. No soy lo que fui… mientras que tú sigues poseyendo la diabólica belleza que engatuso a mi esposo.
Draco se tensa y su rostro palidece.
-¿Eres Evelyn Blackwood?
-Ahora Evelyn Rumsfeld. Si, querido. Ella misma. Nos conocimos en mi boda. Estabas encantador con ese traje negro, tan galante y frío como el invierno, pero eras un pan con ese muchacho… ese, ¿cómo se llamaba?... hum, no puedo recordarlo… a mi edad los nombres no acuden con la misma rapidez… Lethood, sí, eso es, Antony…
-Andrew.-corrige Draco automáticamente y la anciana mujer le sonríe, no de forma amable.
-Andrew… sí… Mi esposo fue un amor durante toda esa noche, no se despego de mi lado, ni dedico su atención a nadie… hasta que comenzaste a reírte con ese muchacho… te reíste con tu Andrew y entonces mi esposo te miró. Solo una vez, de forma fugaz, sin que nadie más que yo advirtiera su mirada. Y la expresión que tenía en su rostro esa noche no la volví a ver jamás, pero nunca la olvidare. No. ¿Has visto como el zorro mira a su presa?... no, no es así… ni siquiera puedo describirla. En fin. Un visto y no visto, la expresión se desvaneció de su rostro y fue como si jamás estuviera ahí, pero yo la vi. Y entonces lo supe.
-¿Qué?
-Que te deseaba, que no se cansaría hasta tenerte… pero entonces desapareciste… y tu Andrew estaba muerto y mi único problema era tener que escuchar los chismorreos sobre ti y tu supuesto asesinato, cuando ellos tendrían que haber estado hablando de mí y mi boda.
-Yo no arruine tu boda.
-No… arruinaste mi matrimonio, que es aún peor.
-Yo no…
-Cierra tu boca mentirosa. Lo sé todo... Al principio no sospeche, ¿por qué hacerlo si mi esposo era amable y gentil conmigo?... pospuso nuestra viaje a Europa porque alegó que era imprescindible quedarse hasta que tu caso se resolviera. Se ausentaba todas las noches, siempre se las arreglo para salir al caer la noche y volver al amanecer. Creí que estaba fuera, inspeccionando la zona con el resto, después creí que trabajaba… pero estaba contigo, ¿no?
-No por mi voluntad, ¿sabes lo que me hizo?
-No fue fácil averiguarlo, intente seguirlo pero fracase. Mi esposo era sumamente cuidadoso, estaba prevenido contra los hechizos de localización y sus elfos le eran leales. Al principio sospeche que tenía una amante, alguna zorra asquerosa que le abría las piernas todas las noches, pero después de un par de meses dejo de salir con frecuencia. Me llevo a Europa por tres semanas. Y poco después de volver tus padres amanecieron muertos en su casa.
-¡Él los mato!
-Lo sé.
-¿Qué…?
-Cuando tus padres murieron, nadie quiso adquirir su casa. Se hablaba mucho sobre magia negra y espíritus diabólicos. El ministerio retuvo la propiedad durante su investigación y durante todo ese tiempo mi esposo lucho por ella. Todos creían que se sentía en deuda con tus padres, pero cuando la compro nunca quiso vivir aquí, ni dejo que nadie más lo hiciera, no la vendió ni traspaso la propiedad, en cambio instalo aquí su oficina. Trabajó en los jardines y cuidó de ella.
“Creí que era un buen lugar para esconder a su amante... Pensé en ti, fuiste mi primer sospechoso, era tu casa después de todo. Sé que él habría hecho cualquier cosa por ti; pensé que tal vez pidieras su ayuda y mi esposo te la dio... No podía vivir sin saberlo, así que un día, cuando estábamos solos, puse veriseratum en su té y lo interrogue. Me hablo de ti, de tu rechazo, del hechizo, de su amor. Cuando me dijo todo sobre su secreto lo obliviate y seguí con mi vida”
-¿Nunca…?
-¿Intente confrontarlo? No, ¿para qué? Yo quería saber quién era su amante. Tenía derecho de saberlo, era su esposa. Me importaba la posibilidad de que el asunto se convirtiera en un escándalo. Pero entonces supe la verdad y entendí que eso nunca pasaría. Lo demás no importaba.
-Y ahora que él ha muerto, ¿vas a dejarme ir?
-No sé cómo podría. Si lo hago el secreto de mi esposo sale a luz, el escándalo envuelve a mi familia… no, lo siento, es algo que no puedo permitir.
-¿Yo nunca…?
-¿nos acusarías? Muy amable y gentil de tu parte, pero incluso si no lo hicieras, habría gente que se preguntaría dónde estuviste todos estos años. Sin mencionar, claro, que tu herencia y muchas de tus propiedades pasaron a manos de los Rumsfeld, si volvieras ahora el patrimonio de mis hijos se vería terriblemente afectado.
-No quiero el dinero.
-Nadie lo quiere, pero no es un riesgo que vaya a tomar.
-No voy a pasar el resto de mi vida en ese cuadro, no pienso volver a ese sótano.
-En primer lugar no debías salir de ahí. Según los deseos de mi esposo, que Wata, su querida elfina, hubiese hecho realidad, la idea era mantenerte confinado en el cuadro hasta el retrato de mi esposo fuese puesto en el mismo sótano para que te hiciese compañía. Después de todo, cómo el mismo lo dijo:
Cuando yo sea polvo y cenizas,
Mi amor por ti prevalecerá
A mi lado tú estarás.
Juntos por la eternidad.
Draco retrocede tambaleante hasta chocar con la pared.
-Tranquilo muchacho, tampoco tengo intención de permitir que el futuro de mi familia se arriesgue de esa forma. No es posible que te quedes en tu sótano, con mi esposo como compañía, siendo que en futuro alguien podría encontrarte; aunque admito que mi August se esforzó muchísimo por ocultarte, utilizo hechizos que ni yo misma pude encontrar.
-¿Fuiste a buscarme?
-Por supuesto. Justo después de que mi esposo falleciera. Estaba decidida a terminar con este asunto pero no encontré el sótano. Entonces me fui al callejón Diagon a reclutar profesionales que resultaron ser vulgares inútiles hasta que fueron a decirme que había un escudo protector alrededor de la mansión. Me costó trabajo descubrir el por qué, mi dulce Madeleine no quería que yo supiera sobre su charla con los aurores, así que he tenido que usar la persuasión con Wata. Es tan fiel a mi esposo, no entiendo por qué. En fin, lo demás ha sido fácil, entretener a Wata y ordenar a Ewe que les dejara entrar. Encontraron el sótano pero no había pintura ahí. Entonces hice venir a Wata y le saque la verdad: El auror Potter tenía el secreto de mi marido en sus manos.
“Era de vital importancia recuperar el cuadro así que envíe a Wata por él. Espero hasta que todos en la casa se fueron y lo saco… En fin, es momento de terminar con esto”
Y con un suave y elegante movimiento de varita, el cuadro, que se halla a su lado, se eleva en el aire y sale disparado hacia la chimenea, donde el fuego arde con voracidad.
Draco lo ve elevarse en cámara lenta. La pintura traza un suave arco mientras Draco medita el fin que llega.
Muerte. Libertad.
Es lo que siempre ha querido... ¿Para qué vivir cuando todas las personas que le importan han muerto ahora? ¿Por qué hacerlo lejos de tu familia?... Draco suspira y se abandona.
No te rindas
Recuerda la firmeza de esa voz, la dulzura, la empatía. Y antes de que consiga meditarlo a fondo su cuerpo reacciona, su mente toma una decisión, y avanza con resolución hacia la chimenea. Evelyn agita su varita una vez más y Draco cae al suelo con el cuerpo encadenado.
Su mirada destila desprecio mientras apunta hacia el fuego de la chimenea-IGNIS
XX - Veinte
Harry encabeza al grupo, lleva de la mano a Wata que se retuerce violentamente, luchando a su vez con su castigo por romper el voto de silencio.
Nadie los intercepta cuando los tres se aparecen en el vestíbulo, pero mientras enfilan hacia las escaleras Madeleine Rumsfeld, su esposo y su hermano salen del salón.
-¡Auror Potter!, ¿qué está haciendo aquí?
-Busco a Evelyn Rumsfeld.
-Mi madre está descansando. Si desea hablar con…
Harry deja de escucharla y sube las escaleras. Los tres Rumsfeld gritan algo sobre abuso de autoridad e intrusión a propiedad privada. Wata los guía hasta el dormitorio de su ama. La puerta esta atrancada pero Harry no se molesta en llamar, un poderoso alohomora suelta el pestillo y abre las puertas de par en par.
El crujido de la puerta atrae la atención de Evelyn, que se gira hacia ellos con varita en mano pero Harry es muchísimo más rápido.
-¡Expelliarmus!
Con la varita de Evelyn en la mano, Harry examina la habitación con cuidado. Draco está tendido en el suelo a sus pies mientras en la chimenea…
Wata ahoga un gemido.
La expresión de Harry es de completo pánico-¡Accio pintura!
La pintura salta fuera de la chimenea pero el fuego la cubre, ningún aguamenti consigue extinguirla; al final Harry recurre a su abrigo en un intento por apagar el fuego, pero las llamas tienen origen mágico porque disminuyen pero nunca se acaban. Ni siquiera un Finite incantatem consiguen que el fuego desaparezca.
-No podrás salvarla-la voz de la anciana suena baja pero feroz, en sus ojos brilla el triunfo.-Arderá hasta convertirse en cenizas y el secreto morirá con ella.
Harry siente que se ahoga pero su cerebro trabaja sin pausa, a él acuden las palabras que romperán el hechizo.
Si aquel que vive,
después de haber muerto,
te muestra el mañana,
en la noche más negra,
entonces libre serás.
No se siente capaz de pensar con claridad, pero bajo presión siempre reacciona con rapidez así que sin pensarlo alza su varita y apunta a Draco.
-Finite incantatem-las cadenas que apresan a Draco desaparecen. Harry duda, apenas un minuto y entonces apunta su varita hacia el cielo- Speculum caeli-el techo de la habitación se cristaliza y momentos después refleja con precisión el cielo oscuro de esa noche. Harry duda de nuevo, no cree que su hechizo vaya a funcionar pero es la única oportunidad.
Draco se ha puesto de pie y mira con pánico al fuego que Harry no consigue apagar. Entonces los ojos grises se vuelven hacia él y Harry se decide, se acerca a él y le toma de la mano. Sus ojos dicen ¡Mirame! y Draco obedece.
-Factae sunt tenebrae-A su alrededor todo se oscurece, el cuarto se desvanece y de pronto ambos se encuentran solos en medio de la noche.
Draco intensifica su agarre. Es mirar su rostro y decidirse. Harry súplica desde el fondo de su corazón que el hechizo funcione.
-Elucescat
El murmullo de Potter es suave, casi desgarrado. Sus dedos se entrelazan con los de Draco mientras contemplan el amanecer que Harry convoca.
Es un hechizo difícil, incluso en condiciones normales. Ha sido Hermione quien lo ha recomendado justo después de mostrarle la traducción de las runas.”Es un poco complicado pero si practicas, puedes hacerlo”. Por supuesto que Harry no lo practicó y es hasta ahora cuando viene a recordarlo; espera que su magia y su deseo sean lo suficientemente fuertes para romper el hechizo.
El cielo se clarea en el horizonte. Destellos irregulares brotan de la tierra. Tonos rojos, amarillos, azules, naranjas, morados… colores que se entremezclan hasta dar forma al espectáculo más bello que Draco recuerda haber visto en años. Casi puede sentir la calidez del sol en su rostro; y la luz es tan clara y diáfana que le encogen el corazón.
Cuando el sol finalmente asoma Draco debe apartar la vista, solo para posarla en Harry, quien le mira fijamente. En sus ojos se lee una emoción tan intensa que sacude al rubio de cabeza a los pies. Se siente vulnerable e infinitamente poderoso. La inestabilidad que se apropio de él en el bote, vuelve más fuerte y demandante.
Es entones cuando el sol borra la noche oscura que Harry ha convocado y de pronto vuelven a estar en medio de una recamara, con Ron y los demás, mirando sin comprender. Para ellos han pasado apenas unos minutos en completa oscuridad.
En el suelo, la pintura termina de consumirse. Harry no podrá saber si el hechizo ha funcionado o no hasta que amanezca. Sin soltar la mano de Draco, el moreno se gira para enfrentar a Evelyn; sus ojos brillan con fría ira.
-Evelyn Rumsfeld, queda usted detenida por intento de asesinato y se le considera cómplice en el secuestro de Draco Malfoy.
La matriarca Rumsfeld es puesta bajo custodia y sus hijos reaccionan solo para verla desaparecer entre las llamas de la chimenea. Ya en el Ministerio, con el mismísimo Ministro como testigo, Draco les cuenta la verdad y Harry completa la historia con la investigación sobre la intrusión a la mansión Rumsfeld y la participación del grupo Eclipse en todo el asunto. Al final, el Ministro no tiene más opción que tomar la declaración de Evelyn Rumsfeld, quien se niega a pronunciar palabra.
Bajo la influencia del veriseratum, la anciana termina contando la verdad sobre su esposo, sobre el secuestro de Draco, y sobre el asesinato de Andrew y los Malfoy. Sus hijos la miran sorprendidos al principio, aterrados después y conmocionados al final.
Entre tanto, Draco se encuentra tan ocupado evocando ese amanecer, tratando de entender su significado, recordando con terrible precisión la forma y calidez de los ojos de Harry, que apenas si se percata del cosquilleo que siente en la nuca. Se frota el cuello con cansancio pero la molestia persiste, así que Draco se despereza y se estira. Es entonces que se percata de la hora.
El reloj de la pared indica claramente que son las diez. Draco lo contempla sin comprender. Una pequeña duda-una vana esperanza-crece en su pecho.
Sin detenerse a pensar, Draco busca un lugar desde donde se vea el cielo. Su ansiedad crece mientras esquiva a la multitud hasta una puerta descolorida por donde varios funcionarios se internan en el mundo muggle. La salida lo lleva directo a un pequeño callejón sucio, pero Draco no presta atención concentrado como está contemplando el cielo. De un azul clarísimo con un ligero tinte grisáceo, lleno de nubes y sin sol a la vista, pero es el paisaje con el cual ha soñado durante muchísimo tiempo.
Suspira con éxtasis. ¿Es real?
La respuesta se materializa en forma de un joven moreno que aparece en la salida con el rostro congestionado y las gafas torcidas.
-¡Por Merlín mismo, Draco!, no desaparezcas así. He ido a verte y al encontrarme con el cubículo vacío me ha temblado el cuerpo… Por pura suerte alguien te vio salir y me dijo…
Se interrumpe cuando contempla la inmensa felicidad que destella en los ojos grises. Semejante expresión paraliza el corazón de Harry, se da cuenta-y es la primera vez que lo admite para sí-que está dispuesto a luchar a muerte solo por preservar dicha emoción.
Su mano cobra vida propia y se desliza con suavidad por la mejilla del rubio hasta hundirse en su cabello. El beso que comparten bajo el cielo abierto, a plena luz del día, es mil veces más entusiasta, muchísimo más desbordante e infinitamente más libre.
Es abierto e invitante, es fuego y caramelo. Es eternidad.
XXI - Veintiuno
En las actas del ministerio se plasma la demanda por recuperación de bienes que Draco Malfoy interpone contra la familia Rumsfeld frente a todo el Wizengamot.
Los periódicos especulan sobre todo el asunto ya que no poseen los detalles del caso, sin embargo el escándalo envuelve a la familia Rumsfeld pese a que nadie puede explicar con claridad de que se les acusa. Por petición expresa de Draco, el caso es clasificado como altamente secreto y nadie, más que unos cuantos funcionarios, conocen por completo todo el asunto.
Al final, la historia que Harry hace pública se asemeja un poco a la verdad:
“August Rumsfeld asesina a Andrew Lethood. Draco Malfoy único testigo huye de Inglaterra y se esconde por temor a las represalias de Rumsfeld. Sus padres al enterarse de la verdad son asesinados por August, y éste se apropia de sus acciones, propiedades y empresas. Los descendientes de Draco se niegan a volver mientras August Rumsfeld siga con vida. Finalmente, Draco Malfoy nieto decide volver para recuperar la mansión y todo su patrimonio.
Evelyn Rumsfeld, conocedora del secreto de su esposo, intenta matarlo para conservar la herencia de sus hijos.”
Cuando Ron termina de leer el artículo del mes-de casi tres hojas-donde el autor encumbre a Draco Malfoy como un héroe que vuelve del extranjero para recuperar su fortuna, se vuelve hacia Harry, que se entretiene en servir mantequilla en su pan.
-¿Por qué no la verdad?
El moreno se encoge de hombros-Draco lo quiso así, no quiere que su desgracia se haga pública. No quiere reporteros en la puerta ni entrevistas… Creo que intenta olvidarlo a toda costa.
Ron dirige su atención hacia las dos personas-una rubia, otra castaña-que discuten sobre historia y encantamientos básicos.
-¿Su magia volvió sin problemas?
-Necesita practicar… hace mucho que no usa una varita y me temo que todavía se le dificultan ciertos hechizos, pero avanza deprisa. Con tiempo volverá a dominarlo por completo.
-¿Cómo va la remodelación de Grimmauld Place?
-Bien… la limpieza mantiene ocupado a Draco mientras el tribunal decide sobre la devolución de sus propiedades.
Ron está listo para preguntarle por todo el asunto de su relación, por los pros y los contras pero basta con ver el rostro de su amigo para saber que sin importar lo que suceda en el futuro ahora mismo es feliz, muchísimo más de lo que fuera alguna vez.
No muy lejos de ahí Draco discute de historia con Hermione hasta que siente que lo observan. Se gira hacia Harry, que aparentemente discute con Ron, pero cuya mirada está fija en él. Es perderse en sus ojos y sentir la misma electrizante sensación que Harry despierta en él, ya sea al tocarlo o incluso con solo mirarlo.
Y sabe, como supo desde el momento en que se besaron por primera vez, que la luna ilumina hasta la noche más negra, que la esperanza nunca desaparece, que incluso una sombra atada a las tinieblas se puede enamorar… y que cuando eres feliz, la eternidad es un soplo fugaz.
FIN
Segunda Parte Primera Parte