Título: Varitas
Reto: #10.- La varita escoge al mago y su tamaño va de acuerdo a tu tamaño
Pairing: Harry, Draco, Sirius e insinuaciones de Sirius/Lucius
Rating: pg
Género: Gen, con alguna insinuacion de SLASH
Dos pequeños niños, uno rubio y el otro moreno, andaban por Grimauld Place, pegándose a las paredes como si pudieran fundirse en ellas. Era el moreno el que guiaba la marchaba, sujetando al otro con la mano, asomaba la cabeza en las esquinas y miraba al pasillo para asegurarse de que no hubiera adultos a la vista que pudieras capturarles y fastidiarles la diversión. El rubio siguiendo a su amigo, seguía pacientemente sus instrucciones, cuando era el otro el que guiaba nunca les pillaban, Harry parecía tener un radar para descubrir a los adultos, mientras que él parecía tener uno para que les descubrieran ellos.
Llegaron a la puerta del dormitorio principal. Harry se puso de puntillas para llegar al pomo de la puerta y la abrió con cuidado. Draco se quedo de vigía mientras el moreno se escabullía en la habitación y andaba de puntillas hacia la mesilla de noche, intentando no hacer ruido y que Sirius se despertara.
El animago, despierto por sus instintos durante la guerra y su entrenamiento de auror, fingió estar dormido mientras con un ojo vigilaba los pasos de su pequeño ahijado que con solo cinco años ya demostraba con creces ser todo un merodeador. Le vio coger su varita de la mesilla y tuvo que controlarse para no reír al oír el pequeño gritito de alegría que el niño había dejado escapar y los pasos apresurados al salir del cuarto a la carrera. Conto hasta diez antes de ponerse de pie y coger su bata, se asomo con cuidado al pasillo y vio los rubios cabellos del joven Malfoy antes de que la puerta de la habitación de Harry se cerrara. Con pasos sigilosos fue hasta ella y la abrió unos centímetros, los suficientes como para ver que hacían esos dos con su varita.
―Yo la veo igual que la de padre ―dijo Draco con el ceño fruncido.
―Pero yo le oí decir a Paddy que su varita era mejor ―dijo Harry inclinándose sobre la vara de madera que reposaba sobre la cama.
―Pues a mí no me lo parece, la de padre es mejor.
―Sirius le decía que la varita de tu padre no duraba mucho.
―Pues yo le he visto haciendo hechizos durante mucho tiempo.
―Pues yo le oí a tu padre decirle a Sirius que a lo mejor no duraba mucho pero que siempre le hacía gritar.
―¿Por qué? ¿Le hace hechizos malos a tío Sirius?
―No lo sé. Pero si que le he oído gritar algunas veces que está tu padre ―respondió Harry encogiéndose de hombros―. A mí la de Padfoot me parece una varita genial. Yo quiero que la mía sea como la suya.
―A lo mejor… tendríamos que ver las dos varitas para ver cual es mejor ―decidió Draco antes de tumbarse de nuevo en la cama.
Sirius desde su posición tubo que morderse el puño para no soltar una carcajada. Esos dos diablillos lo habían malinterpretado, afortunadamente para Lucius y para él; aunque tendría que advertirle que debían de empezar a usar hechizos silenciadores.