Reto #17: Fanfiction
Título: El cumpleaños de Hermione
Personajes: Harry Potter, Hermione Granger, Ron Weasley
Rating: G
Género: General
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc. Nadie gana ningún beneficio económico con esta historia ni se infringen deliberadamente derechos de autor.
El límite de su cordura llega una hora antes de lo que debía aguantar. No suele marcharse antes de tiempo, pero ese día lo necesita y sabe que puede marcharse tranquilo, pues si algo sucediera le llamarían mediante una invisible pulsera, una versión más sofisticada de las monedas que en su día usó con el E.D. y que todavía conserva.
Aprovechando el tiempo extra antes de acudir a casa de Ron y Hermione, se da una ducha en Grimmauld Place y se cambia de ropa.
Está a punto de aparecerse a casa de sus amigos cuando recuerda que se deja el regalo del Hermione en la otra chaqueta, golpeándose mentalmente por casi olvidarlo lo recoge y tras asegurarse de que lo tiene todo se aparece en el vestíbulo de la casa de la cumpleañera.
Hermione se sorprende de que haya llegado tan pronto, lo abraza y le planta un beso en la mejilla antes de mirarle un segundo y afirmar más que preguntar que seguía siendo una semana tranquila en su trabajo. Harry lo confirma, aunque no hace falta, y mientras ella le coge del brazo y lo guía hasta un sofá de la sala de estar él le cuenta cuán aburrido y desesperado se encuentra. Cuando termina de relatarlo se siente aliviado, tener a su mejor amiga escuchándole, comprendiéndole y regañándole era lo que necesitaba. De un modo u otro está seguro de que siempre necesitará a Hermione, la que siempre hacía de amiga, hermana y madre.
Entonces es consciente de que ni siquiera la ha felicitado, y disculpándose por el hecho remedia su falta gritando un alegre “Felicidades” y la abraza con cariño. Se queda mirándola, cosa que no se ha detenido a hacer desde que ha llegado. Observa el esfuerzo que ha hecho por recoger su espeso cabello en una especie de moño, él no sabría decir bien qué es, pero está bellísima así, dejando ver su pequeño rostro, el largo vestido azul que la cubre completa su imagen dándole un aire de princesa y así se lo dice. Hermione sonríe radiante y le advierte bromeando que como su marido le escuche decir esas cosas su vida puede correr peligro.
En ese momento llega el aludido preguntando a quién tiene que matar, y estrecha la mano de su mejor amigo y le da un rápido abrazo acompañado de unas palmaditas en la espalda. La pregunta queda olvidada cuando Harry le entrega su regalo a la agasajada diciendo que a ver si adivina qué es. La mujer rueda los ojos ante la forma del paquete y el sello en el papel de Flourish y Blotts.
Hermione rasga el papel, lee el título en la portada con aire pensativo para dejarlo un momento de lado y agradecerle con una sonrisa y un abrazo el presente.
Como Harry había predicho, comienza a ojear el libro, deteniéndose en aquellas cosas que llaman más su atención y criticando con indignación su inexactitud en algunas partes. Él sonríe ante la estampa y deja escapar en un suspiro “Mejor ese libro que mi discurso de Navidad” por lo que su amiga lo regaña con una colleja como si siguiesen en el colegio.
El resto de los invitados empiezan a llegar poco después: familia y amigos de Hogwarts, la Universidad y el trabajo de Hermione. La mayoría de ellos se conocen de otros años y aprovechan la ocasión para ponerse al día, más con el trascurso de la noche, cuando el alcohol comienza hacer efecto y la lengua se hace más ligera.
La fiesta concluye relativamente pronto, al día siguiente la mayoría tiene que levantarse temprano. Él se despide de sus amigos y se marcha feliz a casa, en parte por las dos porciones de tarta de chocolate y el alcohol que ha ingerido y la perspectiva de jugar al quidditch el sábado, en parte por la feliz velada junto a sus amigos.
Cuando llega a su casa, se desnuda dejando la ropa tirada a su paso cayendo en la cama cansado pero feliz y con una sonrisa en los labios se queda dormido, soñando con el próximo partido de quidditch, un esperado estresante día en la Central de Aurores y Hermione impidiendo que acabe con dolor de estómago por comerse toda la tarde de chocolate él solo.
N/A: Pues ahora sí que esto fue todo por este año. ¡Feliz cumpleaños, Harry! Sólo me queda ponerme a leer como una posesa. jaja
Personajes: Harry Potter, Hermione Granger, Ron Weasley
Rating: G
Género: General
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc. Nadie gana ningún beneficio económico con esta historia ni se infringen deliberadamente derechos de autor.
El límite de su cordura llega una hora antes de lo que debía aguantar. No suele marcharse antes de tiempo, pero ese día lo necesita y sabe que puede marcharse tranquilo, pues si algo sucediera le llamarían mediante una invisible pulsera, una versión más sofisticada de las monedas que en su día usó con el E.D. y que todavía conserva.
Aprovechando el tiempo extra antes de acudir a casa de Ron y Hermione, se da una ducha en Grimmauld Place y se cambia de ropa.
Está a punto de aparecerse a casa de sus amigos cuando recuerda que se deja el regalo del Hermione en la otra chaqueta, golpeándose mentalmente por casi olvidarlo lo recoge y tras asegurarse de que lo tiene todo se aparece en el vestíbulo de la casa de la cumpleañera.
Hermione se sorprende de que haya llegado tan pronto, lo abraza y le planta un beso en la mejilla antes de mirarle un segundo y afirmar más que preguntar que seguía siendo una semana tranquila en su trabajo. Harry lo confirma, aunque no hace falta, y mientras ella le coge del brazo y lo guía hasta un sofá de la sala de estar él le cuenta cuán aburrido y desesperado se encuentra. Cuando termina de relatarlo se siente aliviado, tener a su mejor amiga escuchándole, comprendiéndole y regañándole era lo que necesitaba. De un modo u otro está seguro de que siempre necesitará a Hermione, la que siempre hacía de amiga, hermana y madre.
Entonces es consciente de que ni siquiera la ha felicitado, y disculpándose por el hecho remedia su falta gritando un alegre “Felicidades” y la abraza con cariño. Se queda mirándola, cosa que no se ha detenido a hacer desde que ha llegado. Observa el esfuerzo que ha hecho por recoger su espeso cabello en una especie de moño, él no sabría decir bien qué es, pero está bellísima así, dejando ver su pequeño rostro, el largo vestido azul que la cubre completa su imagen dándole un aire de princesa y así se lo dice. Hermione sonríe radiante y le advierte bromeando que como su marido le escuche decir esas cosas su vida puede correr peligro.
En ese momento llega el aludido preguntando a quién tiene que matar, y estrecha la mano de su mejor amigo y le da un rápido abrazo acompañado de unas palmaditas en la espalda. La pregunta queda olvidada cuando Harry le entrega su regalo a la agasajada diciendo que a ver si adivina qué es. La mujer rueda los ojos ante la forma del paquete y el sello en el papel de Flourish y Blotts.
Hermione rasga el papel, lee el título en la portada con aire pensativo para dejarlo un momento de lado y agradecerle con una sonrisa y un abrazo el presente.
Como Harry había predicho, comienza a ojear el libro, deteniéndose en aquellas cosas que llaman más su atención y criticando con indignación su inexactitud en algunas partes. Él sonríe ante la estampa y deja escapar en un suspiro “Mejor ese libro que mi discurso de Navidad” por lo que su amiga lo regaña con una colleja como si siguiesen en el colegio.
El resto de los invitados empiezan a llegar poco después: familia y amigos de Hogwarts, la Universidad y el trabajo de Hermione. La mayoría de ellos se conocen de otros años y aprovechan la ocasión para ponerse al día, más con el trascurso de la noche, cuando el alcohol comienza hacer efecto y la lengua se hace más ligera.
La fiesta concluye relativamente pronto, al día siguiente la mayoría tiene que levantarse temprano. Él se despide de sus amigos y se marcha feliz a casa, en parte por las dos porciones de tarta de chocolate y el alcohol que ha ingerido y la perspectiva de jugar al quidditch el sábado, en parte por la feliz velada junto a sus amigos.
Cuando llega a su casa, se desnuda dejando la ropa tirada a su paso cayendo en la cama cansado pero feliz y con una sonrisa en los labios se queda dormido, soñando con el próximo partido de quidditch, un esperado estresante día en la Central de Aurores y Hermione impidiendo que acabe con dolor de estómago por comerse toda la tarde de chocolate él solo.
N/A: Pues ahora sí que esto fue todo por este año. ¡Feliz cumpleaños, Harry! Sólo me queda ponerme a leer como una posesa. jaja