Reto #15: Fanfiction
Título: El gato y el hurón
Reto: #15: "Los alumnos también pueden traer una lechuza, un gato o un sapo." ¿Por qué le compraste a Albus un hurón?
Pairing: Draco/Harry
Rating: PG
Género: General
Disclaimer: Los personajes no son míos pertenecen a JK Rowling y no obtengo ningún beneficio más que felicitar a Harry en su cumpleaños.
El gato y el hurón
Cuando la palabra “hurón” salía de sus labios en el colegio había sido un claro insulto. Con el paso del tiempo había sido pronunciada más por costumbre que con el fin de herir cada vez que se cruzaba con Malfoy. Con forme su inicial cordialidad había pasado a amistad y ésta a su vez a ferviente amor, la palabra había ido adquiriendo más cariño hasta que llegado un momento era pronunciada con el mismo amor con que podía decir te quiero.
Draco en respuesta había comenzado poco a poco a llamarle león o gatito dependiendo de la situación.
En septiembre de aquel año sus hijos Albus y Scorpius irían a Hogwarts y no podían más que pensar en las repercusiones. Harry sentía que un poco más de alegría iba a abandonar su casa haciendo su convivencia con Ginny más difícil. Draco temía esa misma soledad más aún siendo el primer año que experimentaría cómo era estar lejos de su hijo, de su único hijo.
Y no sólo perdían a sus hijos, sino muchas de sus excusas para verse, sin ellos su tiempo para estar juntos se reducía drásticamente y no sabían cuánto tiempo podrían soportar esa situación.
El rubio era el que parecía más desolado ante lo que se les venía encima y Harry tuvo la feliz idea de regalarle por su treinta y siete cumpleaños un gatito negro de ojos verdes para que le hiciese compañía cuando él no estuviese. Draco había pasado muchos apuros para explicar a su esposa el por qué del impulsivo regalo. Por suerte Scorpius se había encariñado del felino y éste de él y el hecho de que el animal pertenecía a su padre había quedado olvidado por la familia, lo que no quería decir que Draco no pensase cobrarse el mal rato.
Casi dos meses después, concretamente el 31 de julio, un paquete había llegado a casa de los Potter durante el desayuno. Harry había tomado primero la nota que decía:
Siento no haberte agradecido antes por tu obsequio. Espero que esto ahora lo haga.
No estaba firmada, pero podía hacerse una idea de quién la había enviado. Iba a decir a su familia que estaba reunida desayunando en la mesa de la cocina que era unos archivos del Ministerio y lo abriría más tarde, cuando el paquete se movió. Todos abrieron los ojos sorprendidos y la curiosidad se asentó en casa uno de esos iris. Era imposible que ahora aceptaran que lo abriera más tarde.
Lanzó unos hechizos para asegurarse de que no fuese nada peligroso y con cuidado quitó el papel de regalo y abrió la caja. Un hurón albino salió de ella rápidamente anhelando la libertad.
Ginny dio un grito al confundirlo por un momento con una gran rata, nunca le había gustado Scabbers, y los niños lo observaron asombrados y maravillados a partes iguales. Harry miró del roedor a la nota que permanecía en su mano repetidamente sin poder creer lo que le había hecho el rubio.
Albus se acercó con cuidado al hurón y le ofreció un trocito de jamón. El animal se acercó lentamente y lo cogió, momento en que el niño aprovechó para tocarlo y finalmente cogerlo en sus brazos para regresar a la mesa y darle más comida.
-¿Quién te ha mandado eso? -inquirió Ginny mirando con asco al animal que le seguía recordando a una rata.
-No lo pone -respondió Harry.
-Será mejor que te deshagas cuando antes de él, yo no pienso ocuparme de esa cosa -advirtió la pelirroja.
-Yo puedo cuidarlo -dijo Albus con la súplica en sus ojos mientras acariciaba el suave pelaje blanco.
Su madre pareció dudar.
-Igual necesito una mascota para ir a Hogwarts -intentó convencerla, por la sonrisa con la que le miraba su padre sabía que a él ya le tenía.
-¿No prefieres una lechuza o un gato? Las lechuzas te pueden llevar el correo y los gatos son perceptivos con el otro lado y el peligro -dijo Ginny intentando disuadirle.
-Me gusta este hurón -dijo en el momento en que la mascota decidió subir a su hombro haciéndole cosquillas en el cuello-. Es más divertido.
Su madre seguía sin estar conforme, pero se había quedado sin argumentos y no tuvo más remedio que aceptar.
Harry sintió como su corazón volvía a latir con normalidad y miró a su hijo con inmenso amor y agradecimiento. Sabía que Draco lo había hecho para putearle, pero también que no le hubiese perdonado si se hubiese deshecho del animal, su hurón era sí de complejo.
Reto: #15: "Los alumnos también pueden traer una lechuza, un gato o un sapo." ¿Por qué le compraste a Albus un hurón?
Pairing: Draco/Harry
Rating: PG
Género: General
Disclaimer: Los personajes no son míos pertenecen a JK Rowling y no obtengo ningún beneficio más que felicitar a Harry en su cumpleaños.
El gato y el hurón
Cuando la palabra “hurón” salía de sus labios en el colegio había sido un claro insulto. Con el paso del tiempo había sido pronunciada más por costumbre que con el fin de herir cada vez que se cruzaba con Malfoy. Con forme su inicial cordialidad había pasado a amistad y ésta a su vez a ferviente amor, la palabra había ido adquiriendo más cariño hasta que llegado un momento era pronunciada con el mismo amor con que podía decir te quiero.
Draco en respuesta había comenzado poco a poco a llamarle león o gatito dependiendo de la situación.
En septiembre de aquel año sus hijos Albus y Scorpius irían a Hogwarts y no podían más que pensar en las repercusiones. Harry sentía que un poco más de alegría iba a abandonar su casa haciendo su convivencia con Ginny más difícil. Draco temía esa misma soledad más aún siendo el primer año que experimentaría cómo era estar lejos de su hijo, de su único hijo.
Y no sólo perdían a sus hijos, sino muchas de sus excusas para verse, sin ellos su tiempo para estar juntos se reducía drásticamente y no sabían cuánto tiempo podrían soportar esa situación.
El rubio era el que parecía más desolado ante lo que se les venía encima y Harry tuvo la feliz idea de regalarle por su treinta y siete cumpleaños un gatito negro de ojos verdes para que le hiciese compañía cuando él no estuviese. Draco había pasado muchos apuros para explicar a su esposa el por qué del impulsivo regalo. Por suerte Scorpius se había encariñado del felino y éste de él y el hecho de que el animal pertenecía a su padre había quedado olvidado por la familia, lo que no quería decir que Draco no pensase cobrarse el mal rato.
Casi dos meses después, concretamente el 31 de julio, un paquete había llegado a casa de los Potter durante el desayuno. Harry había tomado primero la nota que decía:
Siento no haberte agradecido antes por tu obsequio. Espero que esto ahora lo haga.
No estaba firmada, pero podía hacerse una idea de quién la había enviado. Iba a decir a su familia que estaba reunida desayunando en la mesa de la cocina que era unos archivos del Ministerio y lo abriría más tarde, cuando el paquete se movió. Todos abrieron los ojos sorprendidos y la curiosidad se asentó en casa uno de esos iris. Era imposible que ahora aceptaran que lo abriera más tarde.
Lanzó unos hechizos para asegurarse de que no fuese nada peligroso y con cuidado quitó el papel de regalo y abrió la caja. Un hurón albino salió de ella rápidamente anhelando la libertad.
Ginny dio un grito al confundirlo por un momento con una gran rata, nunca le había gustado Scabbers, y los niños lo observaron asombrados y maravillados a partes iguales. Harry miró del roedor a la nota que permanecía en su mano repetidamente sin poder creer lo que le había hecho el rubio.
Albus se acercó con cuidado al hurón y le ofreció un trocito de jamón. El animal se acercó lentamente y lo cogió, momento en que el niño aprovechó para tocarlo y finalmente cogerlo en sus brazos para regresar a la mesa y darle más comida.
-¿Quién te ha mandado eso? -inquirió Ginny mirando con asco al animal que le seguía recordando a una rata.
-No lo pone -respondió Harry.
-Será mejor que te deshagas cuando antes de él, yo no pienso ocuparme de esa cosa -advirtió la pelirroja.
-Yo puedo cuidarlo -dijo Albus con la súplica en sus ojos mientras acariciaba el suave pelaje blanco.
Su madre pareció dudar.
-Igual necesito una mascota para ir a Hogwarts -intentó convencerla, por la sonrisa con la que le miraba su padre sabía que a él ya le tenía.
-¿No prefieres una lechuza o un gato? Las lechuzas te pueden llevar el correo y los gatos son perceptivos con el otro lado y el peligro -dijo Ginny intentando disuadirle.
-Me gusta este hurón -dijo en el momento en que la mascota decidió subir a su hombro haciéndole cosquillas en el cuello-. Es más divertido.
Su madre seguía sin estar conforme, pero se había quedado sin argumentos y no tuvo más remedio que aceptar.
Harry sintió como su corazón volvía a latir con normalidad y miró a su hijo con inmenso amor y agradecimiento. Sabía que Draco lo había hecho para putearle, pero también que no le hubiese perdonado si se hubiese deshecho del animal, su hurón era sí de complejo.