Reto#06: Fanfiction

Jul 30, 2011 03:12

Fandom: Harry Potter
Título: Dos escobas y un tablero de ajedrez
Rating: PG
Género: Gen
Personajes: Harry Potter. Ginny Weasley. James Sirius Potter. Lily Luna Potter. Albus Severus Potter. Ronald Weasley.
Parejas: Harry/Ginny.
Reto: #06 (harrython )
Extensión: 816 palabras
Summary: La naturaleza es sabia, y si Harry tiene solo dos escobas es porque tiene solo dos hijos interesados en volar.
Advertencias: Ninguna.

Cuando James entró al equipo de Quidditch de Gryffindor en su tercer año, fue Ginny la que fue al Callejón Diagon a comprarle su primera escoba de verdad, su primera escoba que no era una Barredora 7 destartalada y sufrida, de las que usaban para jugar al Quidditch entre primos en el fondo de la casa de los abuelos. Harry dejó la tarea en sus manos, porque uno de los dos tenía que quedarse en casa cuidando a Lily, que estaba con fiebre y Harry sabía que él sería un sentimental que elegiría la escoba por puro instinto, porque tenía la certeza de que para las escobas aplicaba el mismo concepto que para las varitas: la escoba elige al mago, y no al revés. Ginny opinaba que estaba muy bien la teoría y que, en realidad, tenía una gran parte de razón, pero James no estaba con ellos para comprarla, así que el caso no aplicaba. Además, nunca estaba de más tener en cuenta los detalles técnicos, y en ese aspecto, nadie vencía al conocimiento de Ginny- Harry trataba de seguirle el ritmo, no solo porque también era de su interés, si no porque esa era la vida de su esposa, y Harry quería poder compartirla con ella, y poder hablar de algo más que de los chicos antes de irse a la cama; sin embargo, Ginny había volado en cada una de esas escobas, y no había forma de que Harry pudiese superar eso.

(Lo que Harry no le contó nunca a Ginny, porque había secretos que solo correspondía que los supieran padre e hijo, fue que Harry le había regalado a James su vieja Saeta de Fuego cuando cumplió diez años. Se la había regalado para que su hijo conectara con el placer de una escoba fiel y sabia, para que su hijo entendiera que, para el vuelo, igual que para la vida, uno necesita un viejo buen amigo. Se la había regalado diciéndole que honrara con ella la memoria de los dos hombres a los que les debía sus nombres.)

Cuando Lily cumplió trece años, Harry y Ginny fueron juntos a acompañarla al Callejón Diagon a comprarle una buena escoba. Lily no había demostrado interés en entrar al equipo de Quidditch, y no lo demostraría nunca, pero había en su personalidad un rasgo solitario y soñador, y le gustaba volar sola por los alrededores de Ottery St. Catchpole al atardecer, y él y Ginny habían decidido que se merecía una escoba propia para eso tanto como su hermano se la merecía para ser bateador. A Harry se le llenó el pecho de orgullo cuando su hija eligió la escoba más con las manos y con el olfato que con los ojos y el cerebro, pero Ginny se rió de él diciendo que Lily se había leído el catálogo de escobas de atrás para adelante, y que había escogido una perfecta para ella: no demasiado veloz, pero fiel y resistente, una de esas escobas que pueden llegar a durar toda la vida. Harry no le respondió, porque los dos sabían que el otro tenía parte de razón, y ya habían pasado el punto de necesitar decírselo constantemente.

(Lo que Harry no le contó nunca a Ginny, porque Lily era su princesa, y la niña de sus ojos, y nunca había querido compartir eso con nadie más, era que a los siete años le había regalado a su hija la única astilla que aún conservaba de su vieja Nimbus 2000. Se la había regalado para que su hija, que era dulce y etérea, desarrollara un sentimiento de arraigo, de posesión, de pertenencia. Se la había regalado diciéndole que era lo único que le quedaba de uno de los objetos que más había amado en su vida, y que no existía alguien mejor que ella para custodiarla, porque ella era una de las personas que más amaba en su vida).

Lo que Harry nunca le contó a Ginny, tampoco, fue que no dejaba de pensar en qué hubiera hecho si Albus hubiese demostrado el mínimo interés en el vuelo. Se consolaba pensando en que la naturaleza era sabia, y por eso Albus había vuelto a la casa con los ojos empapados en lágrimas de emoción el día en el que Ron le regaló su viejo juego de ajedrez.

Lo que Ginny nunca le contó a Harry fue que ninguno de sus hijos lo delató jamás, pero que ella siempre había sabido todo (incluso que Ron le había regalado el juego a su sobrino para que no olvidase nunca la importancia de la mente fría y el corazón caliente, los objetivos claros, la lealtad donde correspondía. Para que su sobrino no olvidase nunca que todo se consigue con esfuerzo y dedicaicón, si uno realmente desea conseguirlo.)

Lo que Ginny nunca le contó a Harry fue que hasta ella se había emocionado hasta las lágrimas con cada regalo.

personaje: lily luna potter, personaje: james sirius potter, personaje: harry potter, autor: albaclara, *reto#06-2011, personaje: albus severus potter, personaje: ron weasley, pareja: harry/ginny, género: gen, personaje: ginny weasley

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