Mar 28, 2005 12:34
Esta tarde, me encontraba en la sala común junto con Hermione y Ron, terminando una redacción de Transformaciones, cuando para mi sorpresa recibo una lechuza de Hagrid, donde me decía que fuera inmediatamente al despacho del profesor Albus Dumbledore.
No entendía para que se me citara a la dirección, si no había hecho nada malo. Traté de recordar el camino que debía seguir para llegar hasta el despacho del director Dumbledore, pero fue inútil, terminé perdiéndome, pero la amable profesora Sprout, que se encontraba por allí, me llevó hasta la dirección, donde me recibió Dumbledore y me dijo que tomara asiento.
Así lo hice, y lo primero que pensé fue que, había ocurrido algo malo, y que Voldemort había atacado; al parecer Dumbledore me leyó el pensamiento, porque inmediatamente me dijo que me tranquilizara, que no había sucedido nada malo, y que sólo deseaba hablar un rato con migo, sobre los últimos acontecimientos.
Estuve en el despacho del director, hablando con él por más de una hora, donde charlamos sobre muchas cosas, incluyendo: la derrota de Gryffindor contra Slytherin, la futura fiesta del señor Malfoy, las pesadillas que tenía por culpa de ya-saben-quien, mis discusiones con los de Slytherin, el porque Snape dejó de darme clases de Oclumancia, etc. Y he conseguido, gracias a esa conversación muchas respuestas y soluciones a los que yo creía que eran problemas.
El director me dijo que no le diera mayor importancia a la derrota de Gryffindor, ya que él confiaba en nosotros, y si en los 4 años anteriores habíamos ganado, ahora no había motivos para alarmarse porque Slytherin nos venció en esta ocasión; que él estaba sorprendido del resultado, y que no pudo asistir al partido por motivos personales e importantes.
Con respecto a la fiesta del señor Malfoy, me informó (y en realidad no se porque lo hizo) que estaba al tanto que Snape iba a asistir a esa fiesta, y que estaba decepcionado del profesor Snape, ya que me había dejado de dictar Oclumancia sin que él se lo ordenara, y sin darle explicación alguna.
De las discusiones que yo últimamente había tenido con los de Slytherin, me pidió que no les prestara atención, que no me mortifique, que esté tranquilo, que él está al tanto de todo lo que acontece en su escuela; que no les responda, que sólo buscan tentarme a caer en sus provocaciones y que yo debo ignorarlos.
Con respecto a las pesadillas que tenía por culpa de Voldemort, me dijo que eso terminaría pronto, ya que el mismo me dictaría clases de Oclumancia, aunque sólo dos veces por semana. Que pronto dejaría de tener esas pesadillas, ya que él me va a ayudar a cerrar mi mente a los pensamientos de ya-saben-quien, y a tener dominio y control sobre mis pensamientos.
Salí muy tranquilo y orgulloso del despacho del director de Hogwarts, ya que nuevamente confió en mí: me informó cosas que jamás pensé que me contaría, y me puso al tanto de algunos de sus planes, además me dijo que había estado en el cuartel general de la Orden del Fénix, y que todo estaba saliendo a la perfección, y que me enviaban saludos desde allá.
Para mi sorpresa a lo que llegué al Gran Comedor, muchos estudiantes del liceo comenzaron a preguntarme para que me había citado Dumbledore, y no tuve más remedio que no responder nada, pero no se como se pudo enterar todo Hogwarts de que estuve en el despacho de Dumbledore charlando con él.