Pasan las horas y todo se vuelve confuso. Un, dos, tres... ¿Qué he hecho? Ahora es el momento preciso, es la hora de redimir el pasado. Es el instante perfecto, si no lo hago ahora no lo haré nunca. ¿Quién ha dicho que tu historia, que nuestra historia tenía que ser concisa? Somos uno, no lo olvides, si yo desaparezco, tú te volatilizas, si tú te vas, me quedo incompleto. Tic-tac-tic-tac. Firmado este contrato ya no hay marcha atrás: Ahora existes. Vive.
Sí, con esta palabra te estoy dando una vida, ¡Qué contradictorio! Llevas siglos muerto. ¿Pero cómo es eso de no recordar la vida? ¿Doloroso tal vez? ¿Indiferente? Hay miles de adjetivos en el mundo y puede que ninguno de ellos describa tu sensación, yo no te conozco más de lo que tú me conoces a mí, no puedo precisar tus pensamientos. ¡Van más allá de lo que mi lenguaje puede abarcar! Tú eres el genio que impulsa mi creatividad, tú eres el manantial que me permite crear más allá de dónde alcanzan mis palabras, de donde alcanzan mis manos.
¿Por qué eres todas estas cosas? ¿Hubo acaso magia en tu vida? No, tu vida fue completamente gris. Fuiste mediocre, te adaptaste a lo impuesto como una oveja acepta su existencia en el rebaño, fuiste un proyecto fallido de lo que yo llegaré a ser. ¿Ahora prefieres no recordarlo, eh? Nunca te faltó de nada y aún así jamás lo tuviste todo. Sigues teniendo esa espina clavada, ¿fortuna? ¿qué importa? ¡conseguiste toda cuanta puede desear un ser humano pero eras tan mediocre como el último mendigo que duerme bajo cartones! ¿Figura tu nombre en la historia? ¿Alguien te recuerda? ¡Ni siquiera tú mismo te recuerdas! ¡No eres más que otra lápida del cementerio de los olvidados!
Oh, estoy siendo muy duro contigo, ¿verdad...? Pobrecito. Piensa mejor lo que deseas para la próxima vez. Todos queremos cosas y una vez las hemos conseguido, podemos arrepentirnos, bien sea porque ahora ya no tenemos nada más que desear o bien porque parece no ser lo que realmente queríamos. Que triste, que sumamente triste es nuestro destino, vivimos para buscar, el encontrar es lo de menos. Donde creías que había oro no había más que un montón de plomo, ¿eh? ¿Qué esperabas? ¿Una vida de grandes hazañas? ¿Grandes heroicidades que el mundo quiso olvidar? Eso quería yo, sí, eso quería darte, pero acabo de darme cuenta de que no es lo que mereces, de que no es lo que te corresponde. No... Si no mis dedos hubiesen sido mucho más ágiles cuando lo intenté: Wolfram, el gran noble medieval del centro de Europa que había entregado su vida a una causa, que había entregado su alma al fuego para conseguir defender aquello en lo que creía... Una lástima que no pudiera ser. Aunque sea un escritor no puedo mentir. No se me da bien, si una historia no ha ocurrido, no puedo narrarla y esa no era tu historia...
Y ahora te preguntarás por qué estás aquí. ¡Te creías tan superior y ahora descubres como el simple joven al que quisiste impresionar te deja a la altura del betún, te subyuga como al más insignificante insecto...! Pero no te preocupes, seré piadoso... y justo. Nos necesitamos mutuamente. Tú quieres vivir el futuro que no te tocó, el futuro que no elegiste en su día. Yo quiero el poder que tú puedes ofrecerme. Sellemos el pacto y seremos iguales, a la misma altura. Tú podrás sentir, yo podré mirar más allá de lo que ven mis ojos. Redime tu pasado que yo me encargaré de labrar mi futuro... Y esta mitosis será beneficiosa para ambos, ya lo verás.
Con estas palabras te devuelvo tus recuerdos... ¡Ahora devuélveme tú mi inspiración y mis sueños! Lo he destapado todo y aunque no te guste las cosas son así, que tu poder sea fuego ardiendo en mis venas. Mis palabras serán fuego ardiendo en las calles, incendios que lo consumirán todo y lo harán resurgir.
Las cenizas son el mejor comienzo. Tus cenizas no son más que el principio.