En un semáforo y un cruce

May 03, 2009 19:19

Fandom: Axis Powers Hetalia latino
Claim: Argentina/Chile :D.
Advertencias: ¿Fluff? La boca tan fina de Chile.
Rating: T, sí por las groserías xD.
Palabras: 1305.
Edit: ¡Gracias stalkeadora mía nanamiii & mey_mey_chu <3!
Nota: Salió más largo de lo que esperaba y no debería estar escribiendo, sino estudiando YAY! Viene un vocabulario al final, aunque intente reducir lo más que pude los modismos. Y estoy usando otra narración que me gusta y no :S (es la segunda vez que la uso o.o). No pretendo ofender a nadie, conste.
Resumen: -Y más encima, teniaí que ser tú -murmuras o gritas, no sabes bien. Tus ojos cafés, se vuelven a encender en la ira que te carcome-. Argentina.


En un semáforo y un cruce

Tarde. Tan tarde que pocos autos se pueden ver a través del vidrio de tu automóvil, ese de la patente nueva con cuatro letras, al recordarlo frunces la boca, se suponía que ese cambio impediría nombres risorios, pero tuviste la suerte que tu patente tuviera la P y la N juntas, seguida de dos K. Tsk es lo que murmuras, sin saber si reírte o molestarte, si al final igual te tocó letras que te hacen reír cada vez que ves la plaquita blanca.

Subes la música y aceleras, no hay nadie y si lo hubiera sólo aumentarías la velocidad para jactarte de tu inmensa capacidad al manejar. Si es que eres -como dicen en los barrios- un crack al volante, nada menos de lo que esperarías de ti, un hombre fuerte, con toda una vida por vivir aún y con la energía de un adolescente corriendo por tus venas. Oh sí, un orgulloso material chileno.

Mientras el reggaetón suena casi ensordeciéndote, miras de soslayo la velocidad, 120 km/hrs, en una avenida principal del centro de Santiago, donde no deberías pasar de los 60 km/hrs. Sonríes con suficiencia, total, no hay ningún carabinero -o paco como prefieres llamarlos- cerca y sabes que si llega a haber uno apretarías al fondo el acelerador para arrancar, lo que menos quieres es tener un parte, pero tampoco es como si hicieras algo para evitar tener uno, francamente…

- Ese semáforo no me ganará - murmuras cuando la canción que escuchabas termina, vuelves a acelerar, está vez a fondo, con la vista fija en la luz amarilla.

El tiempo se detiene mientras casi eres capaz de contar los metros que te separan del cruce, la luz tirita, a punto de cambiar y tus manos prácticamente están hechas una con el manubrio y de la nada la amarilla se oscurece, volviéndose roja; aún podrías frenar - en seco, pero frenado al fin y al cabo- pero no lo haces. Prefieres terminar lo que comenzaste y sigues de largo.

Hasta que lo inevitable sucede.

Una cantidad enorme de groserías fluye por tu boca cuando otro auto, al que de paso cabe decir que tenía la luz verde, te impacta por detrás, mandándote varios metros a volar y quedando incrustado en una esquina, debajo de una señal de pare. No te molestas en apagar el motor para bajarte y maldecir hasta al último antepasado del saco wea que te chocó. Porque a la mierda que tú hubieras pasado en roja. El otro tuvo la culpa al chocarte y hacer cagar tu auto.

Avanzas hasta la mitad de la calle donde quedó el auto que te impactó, puedes ver como el conductor se baja mientras te acercas; preparas tu boca y los puños para conversar.

- ¡Que te creí weón al no fijarte que venía con toó el impulso! -Exclamas elevando los brazos, haciéndote el choro, tu cara está roja de ira y sientes que tu sangre se ha convertido en lava ardiente-. ¡Si cachaste que la wea de auto no iba a pararla, saco wea! ¡¿Cómo no atinaste a parar, aweonao?!

Con la furia apoderándose de ti, dispuesta a hacer cagar al que está enfrente de ti, miras a la persona que echó a perder tu noche.

-Y más encima, teniaí que ser tú -murmuras o gritas, no sabes bien. Tus ojos cafés, se vuelven a encender en la ira que te carcome-. Argentina.

Pronuncias su nombre con violencia, queriendo dejar en claro que ahora que conoces la identidad del bastardo que te chocó, tu rabia es mayor. No te molestas en preguntarte el porqué, no te interesa saberlo, sólo te preocupas en maldecirlo con todo tu florido vocabulario, dejándole en claro -especialmente- que no piensas pagar las averías de los dos autos, recalcando también que el tuyo fue el que más daños sufrió. Obviamente…

Sientes la mirada soberbia de Argentina recorrerte completo y cuando él inesperadamente se acerca y estira una mano tratas de echarte para atrás, pero el roce cálido del otro te detiene; dejas que acaricie tu frente y es entonces cuando sientes dolor en la zona que él toca. Cierras los ojos y te obligas a hacerte el valiente y a no gritar como lo harías con algún compatriota; porque si se trata de Argentina, no puedes comportarte como un marica, porque frente a él siempre tienes que lucir con la cabeza alta. A pesar de que el bastardo trasandino aprieta tu frente tan fuerte que quieres gritar como un demente.

-Si serás boludo… -dice él, con ese condenado acento que no sabes si detestas o no. Prefieres pensar lo primero-. Seguro que no llevabas cinturón y te golpeaste.

Giras la cabeza hacia un lado, no sabiendo que silenciosamente le das la razón. Pero es que los cinturones son molestos y como crack del volante que eres no puedes rebajarte a usarlos como el común de la gente.

Argentina quita su mano de tu frente y te muestra como la tiene repleta de sangre. Ahora, con el enojo bastante bajo te percatas del dolor y del líquido caliente que baja por tu nariz, por acto reflejo te llevas la mano mientras te dejas caer en el piso. El dolor parece martillar tu cabeza.

Intentas no admitir que cuando Argentina tenía la mano apretando tu herida, dolía menos.

- ¿Qué haces? -Preguntas cuando él vuelve a su propio auto y se pierde en él, lo único que escuchas (aparte del molesto retumbar de tu corazón en los oídos) es el típico ruido de cuando buscas algo-. Si buscas la chequera haces bien, porque te repito que no pago ni una wea.

Pero cuando Argentina sale del auto, no trae una chequera, sin un botiquín de primeros auxilios.

Te levantas, ignorando el mareo que ello te provocó y afirmas tu frente con fuerza. El dolor es mental por la mierda…

-No pienso dejar que tú me cures.

Argentina sonríe, casi sabiendo que algo así responderías.

-Si no te querés morir esperando una ambulancia, me vas a dejar.

Y el maldito te toma, usando una fuerza que tú no sabes de dónde la sacó y te lleva a la orilla de la calle, donde te obliga a sentarte en un banco cercano. Él no tarda en imitarte y abre el botiquín; sobra decir que tus maldiciones ya no surten efecto -si es que alguna vez sirvieron de algo, en realidad- y el argentino se comporta con naturalidad contigo mientras busca algún ungüento para tu frente. Cuando todo termina y en tu frente ahora hay una gasa pegada con cinta te percatas de la mirada del otro, frunces la boca, preguntándole que tanto te observa, él sólo sonríe, con ese airecillo de soy el mejor que te quema y responde que le gusta mirarte.

Ignoras lo más que puedes el sonrojo de tus mejillas, aludiéndolo a una fiebre imaginaria.

- ¿Por qué? -Cuestionas mirando a cualquier parte.

-No tengo razón, sólo me gusta verte, Chile.

El ruido de las sirenas de los carabineros diluye la respuesta de tu cabeza, te levantas y tratas de olvidar el cálido tacto argentino que pareciera haberse grabado en tu frente, sí, dónde estás herido, como también el rubor de tus mejillas que quiere quemarte la piel. Pero no puedes deshacerte de la sonrisa idiota, altanera y estúpida que el otro tiene cuando te sigue mirando.

-Déjate de mariconadas y vamos a ver qué onda -mencionas mientras lo tomas de la mano y lo levantas del banco. Y como si lo anterior no hubiera pasado nunca, le sonríes, correspondiendo al gesto que él tiene en sus labios-. Parece que los pacos llegaron.
Sin soltarlo, lo obligas a correr donde una patrulla acababa de llegar.

-Que te quede claro que tú fuiste el culpable, Argentina -le murmuras al oído cuando un uniformado pregunta que ocurrió.

Argentina sólo sonríe.

-*-


+weón: *inserte su insulto preferido a otra persona, aqui*
+crack al volante: que es el rey, todos los choferes hombres que he visto se creen el as manejando. Aunque hagan como Chile aqui y ni siquiera usen cinturón...
+wea: a decir verdad creo que el significado real ya murió entre tanto que se suele usar. Es casi un conector ya xD. Pero es como la "cuestión", o algo =p.
+aweonao: igual que weón.

Creo que eran todos o.o.

-Sobre lo de la patente, se cambió hace poco y ahora los autos nuevos tienen cuatro letras en lugar de dos, tal como en el fic, se hizo para evitar combinaciones como PN, KK, WC, etc. Pero, es probable que algún día si toquen esas letras juntas xD.
-Las ambulancias que llegan para los accidentes suele ser el SAMU o SAPU, la cosa es que tiene fama de demorarse siglos en llegar a los lugares. Claro que sólo generalizo, eh.
-Si en Chile te chocan y fuiste el culpable, el que chocó tiene la culpa :DDD.

Lo deje abierto porque es el primer fic que escribo de estos dos y aunque me los imagino ya haciendo guarradas podría haberle dado final, me pareció bien dejar abierto como quedó. Me gusta en verdad~. Además de que preferí tomar el punto de vista de Chile porque aún me da cosa tomarlo desde del de Argentina, digo, puedo cagarla y mucho xD.

Y sobre que a Argentina le gusta mirar a Chile, es sólo un guiño a la alta tasa de turistas argentinos que viene a las costas chilenas. Aunque pa´que negarlo, a Chile le gusta ser mirado por Argentina :DDD.

Sobra decirlo, pero quiero remarcarlo, no pretendo ofender a nadie, ni a argentinos ni a chilenos.

Cualquier crítica, por Merlín ysuvaritagay haganmela saber :D. Porque de que vuelvo con estos dos, vuelvo *-*.

Gracias a todo quién leyó :DDDD.

fandom: axis powers hetalia latino, personaje: chile, personaje: argentina

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