Preparativos
Fandom: Caminos torcidos [Original]
Claim: Carolina/Andrea.
Advertencias: Spoilers.
Rating: K.
Para|Prompt: crack_and_roll, quinesob & menteoriginal | Cambio de la Tabla Media | Destaca del drabblethon.
Palabras: 580.
Resumen: La calma antes de la tormenta se había roto. La revolución estaba por comenzar.
Preparativos
Andrea caminó entre los pasillos de la escuela a media noche, sin importarle que se estaba saltando una multitud infernal de reglas con ello al haber saltado hace diez minutos el pequeño muro que delimitaba los límites del colegio. Total, ella era una experta en saltarse las reglas y una anotación más en su hoja de vida no sería algo preocupante. Tarareó una canción y el eco fantasmal de su voz se proyectó por todo el pasillo.
Si no fuera la princesa narcotraficante que era, estaría muerta de miedo al andar sola en un lugar tan lúgubre como una escuela a media noche.
Llegó a lo que era su salón en el día y abrió la puerta sin llave, las luces de la sala ya estaban encendidas. Una sonrisa de esas malvadas que surcaba su rostro cuando escapaba de la policía apareció y afirmó la mochila que llevaba al hombro con fuerza, haciendo sonar los objetos que llevaba dentro.
-Hey, Caro -dijo a modo de saludo, usando el diminutivo que había creado para la joven practicante que ahora estaba sentada a la mitad del salón vacío, sonriéndole.
La joven le devolvió el saludo con la mano. Andrea caminó hacía donde ella estaba y dejó la mochila en la mesa de madera, admiró durante unos instantes los rayados que esta tenía, rayados que rayaban en la obscenidad.
- ¿Trajiste todo, Andrea? -Cuestionó Carolina mientras hurgaba en su propio bolso, de allí sacó una serie infinita de candados y cadenas que tintinearon con maligna alegría al caer en el banco.
Andrea vio como la joven sacaba más cosas, con su sonrisa malvada en el rostro.
-Le saqué a papá un megáfono, quizás nos sirva -dijo mientras mostraba el objeto y lo depositaba junto a las cadenas y bombas molotov que Carolina había dejado a la vista-. Hey, no pensé que una puritana como tú hiciera estás bellezas de fuego.
Carolina se rió.
-Las aprendí a hacer en la universidad, allí uno se encuentra con muchas cosas.
Andrea hizo un gesto con los hombros y se encaminó hacia el fondo del salón, con el fin de observar desde el ventanal. Un grito de emoción salió de sus labios al ver como una multitud enorme de colores negros se dirigía rumbo la escuela. Desde allí distinguió a varios compañeros de su curso.
-Estamos listas, al parecer -murmuró Carolina, levantándose y echando todas las cosas en un solo bolso, más grande que los que ambas habían traído-. Parece que los alumnos si hicieron caso al levantamiento.
Andrea se rió con goce, señalando como afuera la masa gris comenzaba a destruir la reja de entrada del colegio y tomaba el lugar.
-Y de seguro que los profesores se unirán, esto nos conviene a todos -agregó la mujer minutos después, convencida.
Tomó a Andrea de la mano para bajar al patio, donde seguramente cientos de alumnos se reunían dispuestos a dar el voz de guerra para defender sus derechos.
La joven estaba segura de que todo iría bien.
El grito de guerra comenzó a resonar y ya nada lo detendría.
- ¡Vamos a por nuestros derechos, compañeros! -Gritó Andrea a través del megáfono. Las exclamaciones de aliento de los jóvenes no se hicieron esperar-. ¡Derribemos el gobierno de mierda que dice que nos está educando, enseñémosles que la educación está mal!
Carolina les entregó las cadenas que servirían para declarar el colegio en toma al mismo tiempo que un grupo de profesores llegaba al lugar.
-Nos llamaron tarde a la fiesta ¿eh?
Ella sonrió.
La calma se había roto, la revolución estaba por comenzar.
Claim: Carolina/Andrea.
Advertencias: Spoilers.
Rating: K.
Para|Prompt: crack_and_roll, quinesob & menteoriginal | Cambio de la Tabla Media | Destaca del drabblethon.
Palabras: 580.
Resumen: La calma antes de la tormenta se había roto. La revolución estaba por comenzar.
Preparativos
Andrea caminó entre los pasillos de la escuela a media noche, sin importarle que se estaba saltando una multitud infernal de reglas con ello al haber saltado hace diez minutos el pequeño muro que delimitaba los límites del colegio. Total, ella era una experta en saltarse las reglas y una anotación más en su hoja de vida no sería algo preocupante. Tarareó una canción y el eco fantasmal de su voz se proyectó por todo el pasillo.
Si no fuera la princesa narcotraficante que era, estaría muerta de miedo al andar sola en un lugar tan lúgubre como una escuela a media noche.
Llegó a lo que era su salón en el día y abrió la puerta sin llave, las luces de la sala ya estaban encendidas. Una sonrisa de esas malvadas que surcaba su rostro cuando escapaba de la policía apareció y afirmó la mochila que llevaba al hombro con fuerza, haciendo sonar los objetos que llevaba dentro.
-Hey, Caro -dijo a modo de saludo, usando el diminutivo que había creado para la joven practicante que ahora estaba sentada a la mitad del salón vacío, sonriéndole.
La joven le devolvió el saludo con la mano. Andrea caminó hacía donde ella estaba y dejó la mochila en la mesa de madera, admiró durante unos instantes los rayados que esta tenía, rayados que rayaban en la obscenidad.
- ¿Trajiste todo, Andrea? -Cuestionó Carolina mientras hurgaba en su propio bolso, de allí sacó una serie infinita de candados y cadenas que tintinearon con maligna alegría al caer en el banco.
Andrea vio como la joven sacaba más cosas, con su sonrisa malvada en el rostro.
-Le saqué a papá un megáfono, quizás nos sirva -dijo mientras mostraba el objeto y lo depositaba junto a las cadenas y bombas molotov que Carolina había dejado a la vista-. Hey, no pensé que una puritana como tú hiciera estás bellezas de fuego.
Carolina se rió.
-Las aprendí a hacer en la universidad, allí uno se encuentra con muchas cosas.
Andrea hizo un gesto con los hombros y se encaminó hacia el fondo del salón, con el fin de observar desde el ventanal. Un grito de emoción salió de sus labios al ver como una multitud enorme de colores negros se dirigía rumbo la escuela. Desde allí distinguió a varios compañeros de su curso.
-Estamos listas, al parecer -murmuró Carolina, levantándose y echando todas las cosas en un solo bolso, más grande que los que ambas habían traído-. Parece que los alumnos si hicieron caso al levantamiento.
Andrea se rió con goce, señalando como afuera la masa gris comenzaba a destruir la reja de entrada del colegio y tomaba el lugar.
-Y de seguro que los profesores se unirán, esto nos conviene a todos -agregó la mujer minutos después, convencida.
Tomó a Andrea de la mano para bajar al patio, donde seguramente cientos de alumnos se reunían dispuestos a dar el voz de guerra para defender sus derechos.
La joven estaba segura de que todo iría bien.
El grito de guerra comenzó a resonar y ya nada lo detendría.
- ¡Vamos a por nuestros derechos, compañeros! -Gritó Andrea a través del megáfono. Las exclamaciones de aliento de los jóvenes no se hicieron esperar-. ¡Derribemos el gobierno de mierda que dice que nos está educando, enseñémosles que la educación está mal!
Carolina les entregó las cadenas que servirían para declarar el colegio en toma al mismo tiempo que un grupo de profesores llegaba al lugar.
-Nos llamaron tarde a la fiesta ¿eh?
Ella sonrió.
La calma se había roto, la revolución estaba por comenzar.