Título: Jueves negro.
Fandom: Axis Powers Hetalia.
Claim: Inglaterra/Estados Unidos.
Advertencias: Temas juveniles(?).
Rating: T.
Número de palabras:1013.
Resumen: Era el peor día en la vida de Alfred, la pérdida de dinero le afectó tanto que su misma vida corría peligro.
Estaba desesperado.
Jueves negro
29 de octubre de 1929
Alfred estaba desesperado.
A pesar de que ya se había recuperado de una crisis económica hace nueve años, esta vez le fue imposible cuadrar sus gastos; mayoritariamente por culpa de los países que aún no le saldaban las deudas dejadas en la Gran Guerra.
Debido a eso, su preciado dólar había caído como nunca y su dinero pareció evaporarse en el aire antes de que sus dedos lo rozaran.
- ¡Esto es culpa de Inglaterra! -Exclamó el americano, tirando una montonera de papeles al suelo-. Sí me hubiera pagado lo que me debía, no estaría en este apuro…
Suspiró y se peinó los cabellos hacía atrás. Recogió las facturas y volvió a revisarlas.
-Mierda, no me alcanza ni para comprar un miserable trozo de pan…
-Esto te pasa por inmiscuirte en una guerra que no te necesitaba -dijo Inglaterra a modo de saludo, apenas entró al hogar.
América le ignoró por completo, haciendo oídos sordos a su acertada acusación, ni siquiera se tomó el tiempo para preguntarle qué hacía allí y como había conseguido escuchar sus lamentaciones. Concentrado, retomó su búsqueda de algún número mal escrito y confundible o de una suma mal sacada en ese angustioso mar de papeles; las hojas no tardaron en volver a salir por los aires ¡En verdad estaba en ruina! ¡No había ni una sola cuenta mal sacada!
-Maldita sea…
-Si te sirve de consuelo, Europa y yo estamos tan mal como tú -comentó Inglaterra con pesar, inesperadamente en su rostro apareció una mueca burlona-. Francia está mucho peor que yo…
El joven de anteojos le miró de soslayo, demasiado agobiado para prestar verdadera atención a las palabras del británico.
No se encontraba preocupado en demasía por el dinero en sí, pues sabía que en algún momento todo se arreglaría -o al menos tenía fe ciega en ello-, lo que le preocupaba era lo que haría hasta que ese momento llegara. Ya había pensado en buscar ayuda en Europa; pero el inconveniente estaba en que ese continente se encontraba en ruinas y no pensaba pedirle ayuda a Inglaterra para salir adelante.
Quizás era por la situación, pero América se olvidó por completo de que en el mundo existía un lugar llamado Oriente.
-Nunca te había visto tan deprimido -comentó Inglaterra pasado un rato, admirando con pena y lástima la postura agotada de América-. Aunque ahora que lo pienso, nunca te había visto con tantas deudas, ni siquiera antes de que te fueras de mi lado…
Se calló, interrumpiendo su monologo al ver como América se hundía en la mesa. Pensó que el joven no estaba en las facultades necesarias para burlar el pasado.
Cruzó la pierna con elegancia, antes de retomar su habladuría.
-Como sea, esa cara deprimida no te viene.
-No puedo reírme de la situación precisamente…
Arthur suspiró.
-El problema es justamente ese -repuso con una sonrisa en los labios, al ver como el menor levantaba la mirada de la mesa y la dirigía hacia él-. A mí me gusta más verte con una sonrisa.
América levantó una ceja y se acomodó los anteojos que se resbalaban por la nariz.
-No te viene lo amargado -agregó antes de levantarse y caminar en dirección al americano.
El más joven mantuvo la mirada fija en los ojos del otro, preguntándose qué diablos tenía en mente. Inglaterra terminó de acercársele y lentamente le abrazó, el calor que le invadió cuando aquellos brazos terminaron de cerrarse en su torso le hicieron suspirar.
La multitud de emociones que lo embargaban hicieron que su cuerpo temblara. Desde que había comenzado la crisis, no se había dado el lujo de sentir nada más que desesperación y angustia. El abrazo de Inglaterra le reconfortó de una manera indescriptible.
El inglés dejó que el muchacho se aferrará a su espalda con fuerza, sintiendo también el calor de su cuerpo. Conmovido movió su rostro del hombro de América y le miró antes de besarle en los labios.
-Es malo para ti tener tanto poder y perderlo -dijo apenas se separó, aún podía sentir la tibieza de los labios del joven-. Te vuelve depresivo y solitario.
Volvió a acercarse y esta vez metió inesperadamente una mano en la chaqueta que América llevaba, el joven abrió los ojos con sorpresa y remordimiento.
Cuando sacó la mano del bolsillo, trajo consigo una pistola pequeña; Alfred desvió la vista cuando aquella arma fue colocada frente a su cara.
-La próxima vez, asegúrate de no guardarla en un lugar que pueda ser vista fácilmente -murmuró mientras la guardaba en el cinto de su pantalón-. Además no la necesitaras, no vale la pena morir por dinero, Alfred.
No dijo nada más; retrocedió hasta la silla que ocupaba en un comienzo y recogió el sombrero y la chaqueta que traía, luego dejó un sobre color café en la silla para dirigirse a la puerta de salida.
-No es todo lo que te debo, pero evitara que tengas que vivir comiendo hormigas y pasto -murmuró mientras alcanzaba el pomo.
- ¿Por qué lo haces? -Preguntó con lentitud, aún con la vista baja por la vergüenza de haber sido descubierto en su intento de suicidio.
Inglaterra sonrió antes de atravesar la puerta. Fijó la vista en algún punto del horizonte.
-Porque sin tu ayuda, yo no podría haber sobrevivido a la Gran Guerra. Además, no me gusta verte deprimido. Ya te lo dije, quiero verte con esa sonrisa de idiota cuanto antes.
Cerró la puerta con fuerza, el eco de ella permaneció unos segundos en el aire.
Ya solo, América sonrió y se llevó una mano a los labios, donde juraba que aún persistía la sensación de presión por el beso de Inglaterra.
-No puedo creer que incluso ahora te necesite tanto, Arthur -susurró sin borrar la sonrisa de su rostro.
Los únicos testigos de aquellas palabras, fueron los soldaditos de plomo que estaban en una repisa. Soldaditos que América había olvidado quitar y que Inglaterra estuvo mirando desde que entró al hogar.
Ese jueves, dejó de parecer tan negro después de aquella inesperada visita.
-*-
*Hagobi aparece con su delantal blanco de profe*
Nya, antes de esta crisis, América había tenido otra menos grave, de la cual se recuperó sin demasiados problemas.
Em, inicialmente la Primera Guerra Mundial no le correspondia, porque el conflicto no le afectó, pero por interes de conseguir más territorio, América se entrometió; aunque inicialmente no fue bien recibida, después al ser una potencia económica debió de prestar dinero a Europa.
Naturalmente la quiebra que afectó al mundo le afectó aún más por este detalle y los países no podían pagarle porque no tenían dinero.
Como era la Primera Guerra, fue conocida como la Gran Guerra porque antes no había habido una igual owo.
Ah, sobre la pistola, debido a la caída abismal de la Bolsa, muchos economistas se suicidaron lanzándose del edificio o disparándose. Espero que se haya entendido ese momento y lo que quiso decir Inglaterra oxo.
Creo que eso era todo xD.