Culpa y Olvido
Título: Culpa y Olvido
Fandom: Naruto
Claim: Neji/Hinata
Advertencias: Lime. Incesto.
Rating: M
Número de Palabras: 600
Para: 10instantes
Culpa y Olvido
¿Cuánto tiempo llevaba así?
No sabría responderse con exactitud, quizás días, meses, semanas…ya había perdido la cuenta desde que todo empezó. Desde que dejo a reconocerse a sí misma como la correcta y pura Hyuuga Hinata, heredera del clan más prestigioso de la aldea de Konoha. Ahora para sí misma no era nada más que una basura. Una escoria andante que tenía la desfachatez de sonreír con timidez -con esa timidez de antaño que tanto la caracterizaba- ante su padre o su hermana cuando le preguntaban en que instante se dignaría a conseguir un novio. Para ellos aún era la tímida chica que había fortalecido su carácter con los años; para todos, aún eran una persona buena.
Y dolía en su pecho, cuando pensaba en ello a todas horas, especialmente cuando pasaba por la aldea y los niños pequeños se inclinaban ante ella con respeto e ilusión y los aldeanos hacían comentarios sobre su persona. Comentarios de bien, de pureza, de idealización que ella no merecía. Que no quería. Que no deseaba; pero que aceptaba de todos modos con una sonrisa tímida, con una maldita y cínica sonrisa tímida en verdad, y solo para no destruir la imagen con la que todos la ven; la imagen en la que todos confían y creen, solo para hacer creer a una aldea entera que era una persona que hace mucho tiempo cambio. Todo por no defraudarlos. Todo por no querer aceptar frente al mundo que estaba pecando.
“Esto no es correcto…” pensaba cada vez que veía a Neji acercársele cerrando delicadamente la puerta de la sala de maestros y la sobresaltaba al no esperar su llegada -siempre oportuna cuando sus alumnos andaban en recreo-. “¡Es inmoral…!” gritaba su mente cuando se dejaba abrazar por sus brazos y ella desesperada por más contacto le besaba sin parar; mientras enredaba con una necesidad innata sus dedos en el largo cabello de Neji. “Nos descubrirán…” quería decir con voz temblorosa cuando Neji comenzaba a quitarle la ropa descaradamente frente a la ventana, y ella no oponía resistencia; al contrario le ayudaba en su faena quitándole a él la ropa para que estuvieran a mano, ambos desnudos frente al ventanal. Y de tantas cosa que quería decir, ninguna salía a flote, únicamente de sus labios se oía un desesperado “¡Neji-niisan!” en distintos tonos y en distintas posiciones también, generalmente cuando llegaba al orgasmo o cuando Neji le tocaba partes íntimas.
Y es que en esos instantes, bajo el cuerpo sudoroso y ardiente de Neji por un momento a Hinata se le olvidaba que se odiaba, que lo que hacían era mal visto por todos -incluyendo muchas veces ellos mismos- pues el deseo, la pasión, y el amor eran más fuerte y los miedos se desvanecían en medio de los abrazos y caricias candentes, la culpa huía y el temor desaparecía ahuyentados por los besos hambrientos.
Y aún Hinata -en medio de todos esos sentimientos contradictorios y caóticos- no sabía que era mejor: si sentirse culpable o sentirse mal después de estar con Neji. Su primo, su sangre. Su guardián.
Pero ahora, mientras Neji se introducía en su interior de forma casi brutal, desesperada, necesaria, no era conveniente pensar en ello.
- ¡Hinata-sama!
Por oír la grave voz de su primo llegando al orgasmo, era capaz de soportar cualquier sentimiento de culpa. Cualquier castigo. Cualquier cosa.
Cualquier cosa…
- ¡Neji-kun!
Y ella sabía, que Neji se sentía tan o más culpable como ella por haber iniciado esa relación con insinuaciones descaradas, pero que también en esos momentos olvidaba todo porque importaba solo ella.
Tocarla. Besarla. Recorrerla. Llenarla. Amarla.
Solo ella y los gritos orgásmicos que salían de sus bocas con cada embestida.
- ¡AH!
Fin.
Fandom: Naruto
Claim: Neji/Hinata
Advertencias: Lime. Incesto.
Rating: M
Número de Palabras: 600
Para: 10instantes
Culpa y Olvido
¿Cuánto tiempo llevaba así?
No sabría responderse con exactitud, quizás días, meses, semanas…ya había perdido la cuenta desde que todo empezó. Desde que dejo a reconocerse a sí misma como la correcta y pura Hyuuga Hinata, heredera del clan más prestigioso de la aldea de Konoha. Ahora para sí misma no era nada más que una basura. Una escoria andante que tenía la desfachatez de sonreír con timidez -con esa timidez de antaño que tanto la caracterizaba- ante su padre o su hermana cuando le preguntaban en que instante se dignaría a conseguir un novio. Para ellos aún era la tímida chica que había fortalecido su carácter con los años; para todos, aún eran una persona buena.
Y dolía en su pecho, cuando pensaba en ello a todas horas, especialmente cuando pasaba por la aldea y los niños pequeños se inclinaban ante ella con respeto e ilusión y los aldeanos hacían comentarios sobre su persona. Comentarios de bien, de pureza, de idealización que ella no merecía. Que no quería. Que no deseaba; pero que aceptaba de todos modos con una sonrisa tímida, con una maldita y cínica sonrisa tímida en verdad, y solo para no destruir la imagen con la que todos la ven; la imagen en la que todos confían y creen, solo para hacer creer a una aldea entera que era una persona que hace mucho tiempo cambio. Todo por no defraudarlos. Todo por no querer aceptar frente al mundo que estaba pecando.
“Esto no es correcto…” pensaba cada vez que veía a Neji acercársele cerrando delicadamente la puerta de la sala de maestros y la sobresaltaba al no esperar su llegada -siempre oportuna cuando sus alumnos andaban en recreo-. “¡Es inmoral…!” gritaba su mente cuando se dejaba abrazar por sus brazos y ella desesperada por más contacto le besaba sin parar; mientras enredaba con una necesidad innata sus dedos en el largo cabello de Neji. “Nos descubrirán…” quería decir con voz temblorosa cuando Neji comenzaba a quitarle la ropa descaradamente frente a la ventana, y ella no oponía resistencia; al contrario le ayudaba en su faena quitándole a él la ropa para que estuvieran a mano, ambos desnudos frente al ventanal. Y de tantas cosa que quería decir, ninguna salía a flote, únicamente de sus labios se oía un desesperado “¡Neji-niisan!” en distintos tonos y en distintas posiciones también, generalmente cuando llegaba al orgasmo o cuando Neji le tocaba partes íntimas.
Y es que en esos instantes, bajo el cuerpo sudoroso y ardiente de Neji por un momento a Hinata se le olvidaba que se odiaba, que lo que hacían era mal visto por todos -incluyendo muchas veces ellos mismos- pues el deseo, la pasión, y el amor eran más fuerte y los miedos se desvanecían en medio de los abrazos y caricias candentes, la culpa huía y el temor desaparecía ahuyentados por los besos hambrientos.
Y aún Hinata -en medio de todos esos sentimientos contradictorios y caóticos- no sabía que era mejor: si sentirse culpable o sentirse mal después de estar con Neji. Su primo, su sangre. Su guardián.
Pero ahora, mientras Neji se introducía en su interior de forma casi brutal, desesperada, necesaria, no era conveniente pensar en ello.
- ¡Hinata-sama!
Por oír la grave voz de su primo llegando al orgasmo, era capaz de soportar cualquier sentimiento de culpa. Cualquier castigo. Cualquier cosa.
Cualquier cosa…
- ¡Neji-kun!
Y ella sabía, que Neji se sentía tan o más culpable como ella por haber iniciado esa relación con insinuaciones descaradas, pero que también en esos momentos olvidaba todo porque importaba solo ella.
Tocarla. Besarla. Recorrerla. Llenarla. Amarla.
Solo ella y los gritos orgásmicos que salían de sus bocas con cada embestida.
- ¡AH!
Fin.