I am in a Spanish mood it seems...
To Retirement
At last, 0 thou serene retreat
From all my wanderings! Thou balm desired
So long, that bringst me healing sweet
From wounds naught else can heal! Inspired
Seclusion, gracious welcome for the tired!
At last, thou little thatch of straw
Beneath whose eaves no lurking Care hath stayed,
Where none within a comrade's glances saw
The gleam of Envy e'er displayed-
Nor voice was perjured, not a plot betrayed!
Fair upland, sloping to the skies
With peace beyond the thought of earth endowed-
Beyond where in death's grapple vies
The creature of the fevered crowd
With thirst of dissolution and the shroud!-
Receive me, mountain, oh receive
Within thy fastness! For I come pursued
By slander!-yea, unfinished leave
The tasks that bring ingratitude,
The peace that mocks, and earth's unhappy brood!-
Where one, who late at haven-bar
Hath lain to anchor calm, is now the prey
Of winds that buffet him afar
And waves that gulf him in their spray
And rack his hapless timbers with dismay!
Another meets the lurking rock
And instant down the yawning waters goes
Calamitous unto the shock!
For one, becalmed, no life-breath blows;
On Syrtean shoals the squall another throws;
Whilst others are despairing prey
To sudden midnight and the dread typhoon,
And to the hungry Neptune pay
Their lives in tribute mid the swoon
Some, bold to swim, are down the ocean strewn!
Strive or surrender to the flood,
What end must ultimate be his, who rides,
Death-gripping through the foaming scud,
Some broken spar his wreck provides
Adown such vast abysm of roaring tides?
Alas!-how often and how often thou,
Unfailing haven, last been my desire!
Then of thy refuge fail not now-
Fail not when I would so require
Mid such a sea of troubles blind and dire!
-Thomas Walsh (translator)
Vida retirada
¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruïdo
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio moro, en jaspes sustentado.
No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado,
si en busca de este viento
ando desalentado
con ansias vivas y mortal cuidado?
¡Oh campo, oh monte, oh río!
¡Oh secreto seguro deleitoso!
roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.
Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de quien la sangre ensalza o el dinero.
Despiértenme las aves
con su cantar süave no aprendido,
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
quien al ajeno abritrio está atenido.
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.
Del monte en la ladera
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto,
ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Y como codiciosa
de ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.
Y luego sosegada
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo,
y con diversas flores va esparciendo.
El aire el huerto orea,
y ofrece mil olores al sentido,
los árboles menea
con un manso ruïdo,
que del oro y del cetro pone olvido.
Ténganse su tesoro
los que de un flaco leño se confían:
no es mío ver al lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.
La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna; al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.
A mí una pobrecilla
mesa, de amable paz bien abastada
me baste, y la vajilla
de fino oro labrada,
sea de quien la mar no teme airada.
Y mientras miserable-
mente se están los otros abrasando
en sed insacïable
del no durable mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
A la sombra tendido
de yedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.