He vueltoooo¡¡¡ Antes que nada deciros que en este capi ahi SEXOOOOOO y que la espera ha valido la pena porque...¡¡OS TRAIGO CASI 13 PAGINAS DE WORLD ¡¡ yujuuuu
A todo esto. A mi no me cae mal Lory y creo que lo vais a notar XDDD
Ahora a disfrutaaaaaarr
CAPITULO 4
No pudo dormir.
Nada.
Pero nada de nada.
Se paso toda la jodida noche deseando que Steve entrara en su casa, tirando la puerta de una patada y le hiciera suyo contra la pared...O la cama...O la encimera de la cocina ...o...Bueno, en realidad, en todas partes. Luego se paso la otra mitad de la noche regañándose por pensar esas cosas. ¡¡No debería de pensar eso¡¡ Sobre todo cuando la culpa de estar solo era suya. Pero lo autenticamente malo fue que su propio cuerpo lo traicionaba. En más de una ocasión se encontró agarrando el pomo de la puerta, con las llaves en la mano, dispuesto a ir a casa del SEAL. O con el teléfono en la mano y el numero de su jefe marcado. Joder, si hasta su “pequeño Danny” se puso en pie de guerra porque quería un poco de atención. Y no de su mano,sino de la gran manaza del marine (o de sus labios).
-Mierda, al final si voy a ser una chica.- Gruño poniéndose la corbata y echándose una ultima mirada al espejo.
Se había afeitado y no por ganas, sino porque algo tenia que hacer para distraer su mente del capitán de fragata (y tener las manos ocupadas y no tocarse); duchado y cambiado de ropa cuatro veces. Cualquiera que lo viera no pensaría que se había pasado toda la puta noche de un lado para otro rumiando como un viejo cascarrabias. Se veía de lo mas tranquilo y fresco. Pero eso solo era superficialmente, porque debido a que no pudo dormir, su mal humor aumento hasta niveles insospechados. Se lo dejo bien claro lo rápido que le sirvieron el café en la cafetería donde solía comprarlo donde la dependienta, por regla general, solía entablar una corta y coqueta conversación a la que respondía mas que encantado. Pero hoy no. Hoy solo quería tomarse un cafelito bien cargado y amargo. Deseaba, con todas sus ganas, que ocurriera algo: Un incendio, una catástrofe natural....que su ex decidiera dejar a Stan y volver a mudarse a Jersey. Cualquier cosa hubiera valido siempre y cuando le impidiera ir a la oficina. Pero como ya sabia el Destino no jugaba en su equipo ya que, cuando llego, Kono le comento que su trabajo había sido tan efectivo que lo único que había surgido el día de hoy eran pequeños hurtos de los cuales se podían encargar la policía.
[I]Genial[/I]
Estaba a punto de meterse en su despacho y olvidarse del mundo cuando Steve hizo acto de presencia -o mas bien su voz- parandolo en seco, se giro sobre sus talones mirando a Kono con expresión interrogante. La joven policía solo se encogió de hombros y sonrió.
-Lori.-Fue lo único que dijo.
Eso le hizo comprender. La niñera que les endoso el gobernador hacia todo lo posible por encajar en el equipo y, poco a poco, lo estaba consiguiendo, pero eso no significaba que no fuera a discutir con su jefe, el cual, no dudaba en volar todo lo que se interponía en su camino haciendo que la pobre chica se sumergiera en montones de papeleo.
-¿Que quiere ahora?-pregunto sin poder evitar sonreír. Steve señalaba con el dedo a la joven que parecía completamente ajena a las cosas que su jefe le decía.
-Quiere hacernos un test psicológico a todos.-La cara que se le quedo a Danny tuvo que ser digna de una foto ya que su joven interlocutora estallo en risas.- Si, esa misma cara se le quedo a Steve cuando se lo dijo.
-Pero...¿¿Porque???-Pregunto con los ojos muy abiertos, sin comprender nada.
La carcajada de Kono fue tan grande que consiguió que la discusión que acontecía a escasos metros de ellos parara.
-Eso mismo ha preguntado Steve. Aiinss....Sois tan adorables cuando queréis.-soltó la joven pellizcándole la mejilla.
-Da gracias a que soy un caballero, si fuera Steve te rompería el brazo.-amenazo mientras le asesinaba con la mirada.
-Oooh...Steve ni me ha dejado acercarme.-informo dirigiéndose a su despacho con una sonrisa en el rostro.
-dufapsodijasdasdla- gruño girando sobre sus talones para dirigirse a su propio despacho.
Nunca llego a hacerlo.
La voz amortiguada del moreno le llego a través de la puerta, llamándolo.
Los dientes le rechinaron. ¿Es que no podía llamarlo como la gente normal?
-¿Has berreado mi nombre?- pico abriendo la puerta y dejándose caer sobre el marco de la puerta fingiendo una sonrisa encantadora.
-Lori quiere hacernos unos test psicológicos.-Ignoro Steve como si, hacia tan solo unas horas, no hubiera tenido metida la lengua dentro de su boca.
-¡Ja¡ Ni hablar.-Respondió ampliando su sonrisa y mirando a la joven como si fuera una marciana.
-¿¿Porque??-pregunto la perfiladora alzando las manos.
-¿Y porque si?-preguntaron los dos a la vez, haciendo que la joven rodara los ojos.
-Lleváis demasiado tiempo casados. -Gruño mientras salia echa un basilisco del despacho. Dejando a ambos hombres en un completo e incomodo silencio.
Danny miraba al suelo sin dejar de sentir la intensa mirada del capitán sobre él. Estaba a punto de poner pies en polvorosa cuando Steve hablo.
-Danny...
-No...No me digas nada.....Quiero dejar claro una cosa. ¡No soy una chica¡ Vale, que tu eres una especie de macho alfa y te puedo asegurar que me encantaría que me estamparas contra esa mesa y me hicieras de todo, pero no pienso dejarme hacerlo ...¿Sabes porque?- Steve abrió la boca para decir algo pero no le dejo-Porque soy un tío. ¿Vale?. Puede que no te hayas dado cuenta porque no tengo una Boa Constrictor por polla como tu, porque si, lo he notado. -Agrego al ver la cara de desconcierto del capitán.- No hace falta ser muy listo para notar el tamaño de “eso”, sobre todo cuando te estas frotando contra mi. Pero, no me cambies el tema, Steven.- La cara del SEAL fue de pura sorpresa cuando había cambiado de tema. ¡Si ni siquiera había abierto la boca¡
Danny resoplo nada mas soltar toda su perorata, ya estaba, ya lo había dicho. Lo había soltado y se había quedado la mar de a gusto. Ahora solo quedaba ver la reacción de su jefe que estaba completamente estoico detrás de su escritorio.
Paso un corto silencio en el que solo se dedicaron a mirarse. Steve completamente serio durante escasos segundos para luego dibujarse una sonrisa en su rostro.
-En realidad iba a decirte que tenemos un caso.-Soltó aguantando la risa y haciendo que Danny tuviera ganas de tirarse por la ventana.- Pero, gracias por lo del tamaño de mi poll...
-¡Argh¡.- siseo el detective oyendo la gran carcajada que soltó el capitán a sus espaldas.
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El viaje hasta el escenario del crimen no fue tenso y silencioso, como Steve esperaba y no lo fue porque Danny aprovecho que Lori pasaba por su lado para arrastrarla (literalmente) hacia el Camaro mientras le pedía amablemente que le explicara de que iba esos test psicológicos que quería hacerles.
Así que el viaje paso con la joven rubia hablándoles sobre las características humanas y porque hacemos lo que hacemos. Al principio no le sentó bien que Danny utilizara a la joven para impedir que hablaran, pero por otro lado casi lo agradeció porque, gracias a eso tuvo tiempo de pensar en todo lo que estaba pasando. Hace un mes, mas o menos, su vida era muy normal: Detener a los malos, volar las menos cosas posibles para que a Danny no le diera una aneurisma e intentar encontrar (y matar a Wo Fat). La vida típica de un SEAL pero desde que Ling apareció con esa estúpida misión todo su mundo se había puesto del reves.
Hasta ese momento nunca se percato de que las mujeres habían pasado a un segundo plano y que se pasaba pensando la mayoría del tiempo en el pequeño detective. Y si solo fuera pensar, la cosa seria pasable, pero la noche pasada se había tirado toda la noche soñando con los labios de Danno, en su cabello color trigo y...¡Jesús¡ En ese culo prieto.
Ese culo pequeño y redondo que le quedaban los pantalones como un guante y …
-¿Estas bien, Jefe?- Pregunto Lori con preocupación mientras salia del coche.
-Eehh, si, ¿Por?.-respondió completamente perplejo, el pensar en Danny conseguía que pusiera el piloto automático y no se diera cuenta de nada de lo que acontecía a su alrededor.
-Estas mirando a Danny de una forma muy rara. ¿Seguro que estas bien?-la preocupación impregno la voz de su compañera.
-¿Como lo estaba mirando?- Esa conversación le resulto surrealista pero no pudo evitar preguntar.
-Como si fuera un bollito de chocolate, casi parece que estés a punto de lanzarte sobre él e hincarle el diente.- Dicho esto se marcho con una sonrisa en el rostro dejándolo fuera de combate.
-Tengo que prohibirle que se junte con Kono. -gruño cuando consiguió recuperarse, diez minutos después. -¿Que tenemos, Max?- pregunto de mal modo centrándose en el caso.
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Danny llego a su apartamento completamente destrozado, no tanto físicamente como mentalmente. Se había pasado todo el día evitando a Steve, se sintió un poco culpable al utilizar a la pobre Lori de escudo para mantener alejado al SEAL, que intento hablar con el en mas de una ocasión. Pero preferia mil veces hacer eso que encararse con su jefe. Y mucho menos para hablar de todo lo que habia soltado en su despacho. ¡Joder¡ De verdad que pensaba que iba a hablarle de lo que paso en el paseo maritimo. ¿Quien iba a decirle que habia ocurrido un asesinato? Sobre todo cuando le pregunto a Kono y esta le dijo que todo estaba tranquilo. De todas formas eso no importaba, toda la culpa había sido suya, deberia de haberse callado. En boca cerrada no entran moscas, Danny. Le había dicho miles de veces su madre. ¿Porque demonios no la escucho?
Por culpa de no hacerle caso a Mama Williams, ahora se encontraba en esa situación. No sabia que era tan agotador esquivar a una persona. Había visto en centenares de películas como el protagonista hacia lo mismo con la chica que esta locamente enamorada de él, siempre le resulto gracioso ver como un pobre chico hablaba tranquilamente con alguien y, de repente, vislumbraba a la persona que quería evitar y salia disparada hacia el lado contrario, dejando con la palabra en la boca a quien fuera y de paso metiendose en sutiaciones de lo mas embarazosas.
Le resulto gracioso hasta que le toco a el.
Fue de lo mas humillante estar hablando con un agente de policía sobre el asesinato y tener que salir escopeteado porque Steve apareció en su angulo de visión con la típica cara de: Vamos a hablar y no vas a escaparte.
Dios, fue tan humillante.
Gracias al cielo el caso se resolvió rápidamente; el asesino resulto ser un tipo bastante torpe que dejo su ADN por todas partes y que confeso nada mas estar sentado delante del SEAL que solo tuvo que mirarlo fijamente y en silencio.
Así que ahora estaba en su casa, a salvo y sin ningún jefe loco que le trayera de cabeza. Su mente le hizo un plan sobre lo que iba a hacer esa noche mientras el se dedicaba a dejarse llevar: Cenaría algo y vegetaría en el sofá durante un par de horas. Si, sin duda ese era un buen plan; como lo conocía su mente. Aunque no pudo evitar un suspiro de lo mas nostálgico, eso mismo hacia en Jersey cuando acababa con una dura jornada, solo que pedía comida tailandesa y se acurrucaba con una manta; como los viejos. Puede que encontrara un tailandes medio decente en esa isla, aunque dudaba bastante que fuera igual de bueno que el que estaba en la esquina de su casa pero no creía posible lo de acurrucarse en una manta, sobre todo porque en pleno Noviembre hacia un calor infernal.
-Como odio este sitio.-gruño quitándose la camisa sudada y desabrochándose el cinturón. Iba a meterse en la ducha, abrir el agua fría y no salir de allí hasta que se le pusieran los labios azules.
Lanzo la camisa sobre la cama sin mirar donde caía mientras intentaba no pensar en su jefe y en como este conseguía sacarlo de sus casillas con solo una simple mirada.
El gemido de puro placer que se le escapo nada mas notar la fría cascada fue digno de una peli porno. Apoyo las manos sobre las baldosas y dejo que su cuerpo se empapara. ¡Dios¡ Se estaba tan bien allí. Aunque mejor se estaría si Steve estuviera justo detrás de él, dándole besos de boca abierta en la nuca y frotándose contra el de forma obscena.
Se regaño a si mismo, se estaba dando una ducha fría precisamente para evitar pensar en el moreno y ni siquiera tiritando de frió conseguía olvidarse de sus fuertes brazos, su sonrisa picara y...¡Joder¡ Ese increíble torso plagado de abdominales.
-No pienso tocarme.- Se dijo a si mismo mientras apretaba las manos contra la pared, en una pose idéntica a la que un policía pone a un sospechoso para cachearlo: Las piernas estiradas y la espalda recta. No fue una buena idea ya que su mente volvió a regalarle la misma imagen de Steve cacheandolo, solo que esta vez lo hacia de forma ruda, apretándole todo el cuerpo hasta llegar al culo el cual sobo con ansia.-No voy a hacerlo.-se repitió sin convicción, apretando los pies en el suelo y rezando porque el agua saliera el doble de fría. En esa maldita isla hacia tanto calor que era imposible darse una ducha helada decente, si fuera Jersey ahora mismo estaría con comienzo de hipotermia, pero allí, en Hawaii, el agua solo salia gélida los primeros minutos, luego tibia. Lo que en otras palabras significaba que su “Pequeño Danny” creció hasta casi doblarlo de dolor.
Aun así no se toco. Fue fuerte y consiguió salir de la ducha sin que su mano se acercara un milímetro a su polla. No sabia porque, pero estaba seguro de que estaría perdido si se tocaba pensando en Steve.
Claro esta, el desconsiderado de su jefe no pensaba lo mismo, ya que cuando salio se lo encontró en medio de la estancia, vestido con su sempiterno pantalón multibolsillo, una camiseta de manga corta y...¿El chaleco anti-balas?
-Dime que estoy soñando y que no estas en medio de mi salón.- pregunto Danny perplejo, completamente ajeno a que la toalla que debería de estar cubriendo su cuerpo estaba sobre sus hombros.
El rostro de Steve se estiro en una sonrisa picara.
-¿Tienes muchos sueños conmigo en tu salón y tu desnudo, deliciosamente empalmado?
Danny sintió como su ceja se arqueaba interrogante, estaba a punto de preguntar de que de estaba a hablando cuando se percato de ello. Su jefe estaba en lo cierto, estaba igual que cuando vino al mundo y con una erección digna de un actor porno. Instintivamente se llevo la toalla a la conflictiva zona para cubrirse. Nunca llego a hacerlo. Steve le paro agarrándole de la muñeca justo cuando estaba a punto de cubrirse.
-No.- Ordeno invadiendo su espacio personal hasta rozar lo obsceno.
El detective quiso envararse. ¿Es que se creía que, porque fuera su jefe, iba a hacerle caso en todo lo que ordenara? Ademas, que estaba en su casa, coño. Podía hacer lo que le saliera de las narices.
La idea era ponerse a despotricar sobre ese tema y derivar en otros mucho mas seguros como: Estoy así por el maldito calor que hace en esta isla. Pero la traidora de su boca no le hizo caso y lo único que consiguió decir fue:
-¿Porque llevas el chaleco?-Fue un susurro pequeño y casi casto.
Steve sonrió de medio lado, de esa forma que solía hacer que, cuando estaba vestido, su “Pequeño Danny” diera un salto en sus pantalones. El problema era que ahora nada retenía a su “Amiguito” y este se hizo notar estirándose un poco mas, hasta casi rozarse con el muslo del capitán al que brillaron los ojos.
-Porque no sabia como ibas a reaccionar si me veías en tu casa.- informo sin perder la sonrisa y dando un paso al frente que Danny retrocedió. El detective se odio a si mismo por haberlo echo, pero es que...Ese pedazo de animal era tan grande y tan...Tan...joder...¡¡Era tan sexy que iba a conseguir que le diera una aneurisma¡¡
-Porque no tengo mi arma que sino....Lo haría.- jadeo notando como el frió Keblar contrastaba contra su piel caliente. Steve utilizaba su gran cuerpo para arrinconarlo y sino hacia algo iba a conseguirlo.-¿Que haces aquí?.-Volvió a preguntar dando un paso a la derecha y poniendo, momentáneamente, espacio entre ambos. Pero fue por poco tiempo, su compañero se dedico a avanzar todos los pasos que él retrocedía, dejandole ver que, si quería, Steve podía dominarlo sin ningún tipo de problema.
Eso le hizo gemir.
Pero no un gemido pequeño e inaudible, sino uno digno de la mujer mas predispuesta.
El simple echo de imaginarse al SEAL en plan macho alfa con él era...Era...Joder....Ni palabras tenia.
-Se te cayo esto.- siseo el moreno enseñando la placa que entro en la mirada periférica del rubio. Ninguno de los dos le hizo caso al pequeño trozo de metal, los dos sabian que era solo una vana excusa de Steve para ir a verlo.
-Gracias.- respondió amablemente mientras agarraba la chapa y la dejaba caer en la mesa, todo eso sin mirarla, al igual que su interlocutor que no le quitaba ojo de encima. Fue la primera vez en su vida que Danny supo como se sentía un trozo de chocolate.-¿A...Algo mas?.- tartamudeo tragando saliva ruidosamente.
-Si...Pero ahora mismo solo quiero besarte....
-Oh...-Se sintió ridículo al dibujar la palabra con sus labios pero mas idiota se sintió cuando Steve agrego.
-Entero.
-Oh....Steve.- No pudo terminar la frase, el SEAL cerro la mano con posesión sobre su cabello y lo atrajo hacia así, aplastando ambas bocas en un beso que amenazaba con matarlo por asfixia. Danno sintió los vellos de todo su cuerpo ponerse de punta y como los dedos de los pies se le curvaban hacia arriba. ¡Dios¡ Sin duda Mcgarrett sabia besar. Casi sin darse cuenta se encontraba cerrando los dedos sobre los musculosos brazos del capitán mientras intentaba devolver el beso y no perder el conocimiento en el proceso. Ahora comprendía esas novelas rosas que Rachel le lea cuando llegaba de trabajar y el tipo en cuestión besaba a la protagonista consiguiendo que esta se derritiera en sus brazos. Era él, que era un hombre y tuvo que apretar los pies contra el suelo para no caerse de bruces contra el suelo. -Steve.-Gimió sin saber muy bien lo que iba a decir.
Pero al parecer el capitán si que lo sabia porque, como si se tratara de un animal embistió con su rostro contra el de Danny y volvió a besarlo como si el alma se le fuera en ello, cerrando con fuerza la mano derecha sobre la parte trasera de su cráneo y hundiendo los dedos en el corto cabello rubio. Steve besaba igual que trabajaba, dominándolo todo. Y el detective, lo hacia de la misma forma, siguiéndolo aunque le costara la vida.
No supo como paso, si fue su rodilla que falló o que el marine lo empujo pero, cuando quiso darse cuenta, estaba sentado en el sofá, desnudo como un bebe y con una erección goteante y casi violeta, con Steve a su lado que utilizaba el peso de su cuerpo para inmovilizarle el brazo derecho y que tenia la mano cerrada sobre su cuello en un dominante beso que casi le hace correrse. De echo se llevo la mano libre para acariciarse. No era normal que, con solo un beso, Steve estuviera a punto de hacerle terminar, a parte de que su “Pequeño Danny” gritaba por algo de atención y él estaba mas que encantado en brindársela. Pero al igual que siempre su jefe se lo impidió, cerrando la mano que tenia sobre su cuello contra su muñeca y pegándola al mullido asiento; luego paso el brazo izquierdo por detrás de su espalda y lo inmovilizo, teniéndolo así completamente a su merced mientras que Mcgarrett tenia la otra mano libre para tocarlo a placer.
-¡Steve¡- Gimoteo sin poder creerse lo sensible que tenia el cuerpo. Notaba la suave tela de algodón de los pantalones del moreno rozarse contra sus muslos y la inmensa erección aprisionada por la tela; el chaleco de Keblar ya tibio por culpa de su piel, se humedecía por culpa de su propio sudor; pero lo mejor, lo autenticamente bueno, era la respiración del SEAL cuando dejo de besarle para hablar. Danny estaba excitado pero Steve lo estaba mas.
-No, Danno, dejame verte. Dejame.- saliveo deslizando la mirada por todo su cuerpo.
Si le hubieran dicho que una mirada podía surtir el mismo efecto que una caricia, no se lo habría creído. ¿Como iba a ser igual unos ojos que una gran mano cerrándose sobre su polla y bombearlo? Pues estaba equivocado. La azul mirada de Steve ciñéndonos sobre su polla casi le hace correrse como un crió inexperto. De echo tuvo que juntar las rodillas y apretar las piernas para no hacerlo.
El capitán de fragata estaba tan atento a su erección que consiguió preocuparlo. A lo mejor no era de su agrado, o tal vez la tenia pequeña. Sabia como se eran las cosas en el ejercito y estaba seguro de que Steve estaba acostumbrado a ver pollas de muchísimos tamaños. Y, para que engañarnos, Danny sabia que, para su estatura, su miembro estaba bien, pero también tenia claro que no era una especie de trípode.
-Se que no es tan grande pero cumple su función.-Bromeo para aligerar el momento y de paso las ganas de echarse a llorar.
Steve giro la cabeza con tanta rapidez que por un momento pensó que se lo rompería, su mirada fue tan intensa y sus ojos tan fieros que tuvo miedo de que empezara a golpearlo.
-No digas memeces. Es que es la primera vez que veo una así.
-¿Así?- quería hablar, decirle: Si, claro, y en los barcos ¿Que?
-Latiendo por mi. Ansiosa de mi. Deseosa de que YO la toque.-Esas palabras lo excitaron tanto que le arrancaron un gemido de puro dolor.- Es solo que....No se si sabre hacerlo.- susurro. -¿Me dirás si lo hago bien?-pregunto cambiando radical su expresión, que paso de ser la típica de tipo duro a la de la inocencia pura.
El detective tuvo que luchar con las ganas de soltar un: Awww....de lo mas tierno. Ver a Steve en plan SEAL era genial, pero verlo con las mejillas rojas e indeciso era abrumador. Iba a responder que: Claro, no te preocupes, iremos despacio. Pero su cerebro se cortocircuito y todo pensamiento lógico se fue a la porra al sentir la húmeda boca sobre su miembro, engullendolo entero.
No tuvo piedad. Lo lamió y chupo con tantas ansias que las oleadas de placer le recorrían todo el cuerpo, desde sus lumbares hasta la base de su cráneo. Danny intento moverse, cerrar la mano sobre la cabeza de su compañero y enredar los dedos en su castaño cabello pero Steve no le dejo, cerro con fuerza la mano sobre su muñeca y utilizo todo su peso para mantenerlo clavado en el sofá, a su entera disposicion.
Al principio eran largas lamidas que se entretenían sobre la cabeza de su glande para luego descender y cerrar con posesión los labios sobre sus testículos y vuelta empezar. Así hasta que Danny casi lloro de placer, no fue hasta que suplico que le soltó la mano y la utilizo para masajearle sus dos bolsas gemelas mientras aumentaba la velocidad de sus lametones.
-Oh..Steve...Steve....-No tardo ni medio segundo en cerrar la mano sobre la nuca de su compañero sin dejar de repetir el nombre como un mantra.- Steve, como sigas así...-jadeo sintiendo como su compañero lo devoraba sin piedad.
Nada mas oír eso el SEAL abandono el miembro erecto ganándose un gruñido de protesta por parte de su dueño.
-Aun no, Danno. Aun no.- siseo metiendole dos dedos en la boca y pegando ambas frentes. El detective lamió con ansia, impregnando los dedos en su propia saliva, maravillándose de lo muchísimo que sudaba Steve, y no era de extrañar, porque no solo lo hacia por culpa de la excitación, sino porque estaba completamente vestido, chaleco incluido. Lo lamió imitando los mismos movimientos que el moreno le había echo a él, disfrutando de la expresión excitada que bañaba su rostro.
Los dedos quedaron libre con un pequeño “Pop” que dejo al detective con una O perfectamente dibujada en el rostro.
-¿Que vas a hacer?- susurro en un jadeo- Steve, ¿Que vas a ha...? Nggggg....- No pudo terminar la frase por culpa del dedo medio de su jefe que acaricio su oscura entrada con una suavidad que no creía posible en el.-¡Oh Dios Mio¡ ¡¡Steve¡¡-Siseo tensándose por completo pero sin hacer el amago de apartarse.
-Danno....-llamo en respuesta fijando su mirada azul en el pequeño cuerpo que tenia delante. ¿Como era posible que estuviera tan excitado? ¿Como podia dejar que lo dominaran sus mas bajos instintos? Había ido allí para hablar sobre todo lo que había pasado entre ellos desde que Ling apareció en sus vidas pero cuando lo vio, allí, en medio de ese mediocre apartamento, deliciosamente desnudo y con una erección de época...Simplemente dejo de pensar. -¿Que me has echo, Danno?-pregunto deslizando su dedo hasta la mitad dentro del diminuto cuerpo. Danny reacciono de tal forma que le hizo embestir con las caderas: Revolviéndose y estirando el cuello, dejando que viera la vena que se le marcaba cada vez que hablaba demasiado alto.
-¿Que, que te hago yo?-lloriqueo clavandole las uñas en el hombro mas cercano.- Steve, me vas a matar.-Gruño salvando la distancia que los separaba y besándolo con tanta fuerza que casi termina con la espalda en el sofá. Tuvo que utilizar toda su capacidad de concentración para devolver el beso y no correrse en el intento. Sin duda ese pequeñajo sabia como conseguir que hiciera todo lo contrario de lo que tenia pensado hacer. Él quería hacer las cosas bien. Despacio. Tal y como Chin le había comentado. Y ahora, sin saber como tenia un dedo dentro de Danny que quería matarlo por falta de aire con ese delicioso beso.
-Sabes que es mi misión en la vida.- soltó de un tirón nada mas terminar el beso mientras deslizaba el dedo hasta lo mas profundo del detective y unía un segundo.
-Aarrggh...Animal-Cualquiera que oyera esas palabras pensaría que estaba forzando a su compañero pero nada mas lejos, sobre todo cuando sus finos dedos se cerraban sobre el chaleco de Keblar y lo apretaba contra el.
Solo el ruido de las respiraciones y el roce de la carne al frotarse rompían el silencio de la habitación. Steve creyó morirse al ver como el detective de Jersey se mordía el labio inferior al disfrutar de todos sus atenciones pero cuando de verdad lo vio todo rojo fue cuando la punta de sus dedos toco una pequeña protuberancia dentro del rubio que chillo de placer.
-¡¡Joder¡¡ ¡¡Joder¡¡ ¡¡Joder¡¡ ¡¡STEVE¡¡
Una sonora carcajada se le escapo al SEAL al ver la expresión entre sorpresa y puro placer de su compañero.
-Vaya, creo que acabo de encontrarte la próstata.- ronroneo al comprender lo que acababa de pasar y sin dudarlo, volvió a repetir el movimiento, ganándose una sonora afirmación de su compañero.- Y yo que creía que era un mito.-
-No lo es...No lo es....¡Joder¡ Créeme...¡¡¡No lo es¡¡-Danny separo las piernas y se empujo a si mismo contra la mano de Steve sin darse cuenta.
-Eres un escandaloso, Danno.- afirmo el marine repitiendo una y otra vez el mismo movimiento sin importarle el que su compañero muriera por combustión.
-Vetealamierda.- soltó de un tirón mientras se derretía en el sofa
Disfruto de como su el rubio se contorsionaba bajo su tacto durante incontables minutos en los que paraba cuando veía que el orgasmo se ceñía peligrosamente contra él , ganándose más de una sonora queja. Steve estaba seguro que, como siguiera así, iba a conseguir que los vecinos llamaran a la policía. Casi deseo que lo hicieran. La cara de Danny no tendría precio si abría la puerta, solo para ver a algún compañero del departamento preguntando si todo estaba bien.
Ese pensamiento le hizo sonreír ampliamente.
-¿Estas disfrutando, verdad?- amenazo Danny con las mejillas rojas y completamente despeinado.
-No, pero lo voy a hacer. Ahora mismo.
Sin darle tiempo a reaccionar, se puso en pie, saco los dedos de dentro del detective y se bajo los pantalones, dejandole ver lo increíblemente excitado que estaba. Steve sabia que era un hombre grande, muchas de sus conquistas se lo habían dicho, pero ninguna frase aduladora resulto tan gratificante para su ego como el ver los ojos desorbitados de Danno ceñirse sobre su miembro. El destello de la bronca que le echo el pequeño en su despacho esa misma mañana brillo con fuerza en su mente en ese momento.
-Adivina, Danno.- bromeo cerrando las manos sobre las caderas del detective y arrastrándolo hasta que el redondo trasero quedo el filo del sofá.- Mi boa a encontrado casa.-rió poniendo los tobillos del detective sobre sus hombros mientras se maravillaba de lo flexible que podía llegar a ser su compañero, que estaba completamente bajo su control, con la espalda incrustada en el sofá y los pies por alto. Pero lo autenticamente mejor para el SEAL fue que estaba completamente a su merced.
-Eso no ha tenido grac …..¡¡Mierda¡¡¡- Danny pudo ver como los dedos de sus pies se curvaban hacia dentro al notar la punta del miembro de Steve apretarse contra su dilatada entrada.- Steve, eres demasiado grande. Yo...Yo nunca he echo esto.- Gimoteo dándole manotazos en los fuertes brazos del marine que se apoyaba contra el respaldo del sofá que, ignorandole, volvio a empujarse dentro de el. Danny apretó los dientes e intento relajarse pero no pudo. De verdad, que era demasiado grande.
-También es mi primera vez, Danno.-oyó que suspiraba su jefe.
Esa simple frase hizo que ambos se quedaran estáticos en el sitio en una postura de lo mas rebuscada. Steve de pie, formando una especie de L extraña, con las manos sobre el sofá, dentro de el, con los pantalones por los tobillos y el chaleco anti-balas. Y Danny en pelota picada, con las rodillas pegadas a su pecho, abierto en canal y las manos cerradas firmemente contra los brazos de su amante.
-¿Tu primera vez con un hombre?-susurro de forma inocente, haciendo que se regañara a si mismo por sonar igual que una criá de cinco años.
Aun así el rubio se maravillo al ver como el rostro del mas alto se teñía de rojo y no por el esfuerzo precisamente.
-Si, Danny.- afirmo con el corazón en las manos.
Unos cortos segundos pasaron en donde ninguno de los dos se movió, solo se dedicaron a mirarse. Viéndose por primera vez. Y fue una experiencia maravillosa.
-¿Y porque no te mueves, animal?- pico el detective recuperando su chulería inicial y aligerando el momento.
-Estaba haciéndote sufrir.- Devolvió el SEAL con una sonrisa de medio lado.
Y fue ahí cuando se desato el infierno. Steve empujo con todo su cuerpo y fuerza, golpeando incansablemente la próstata de Danny que recibió todas las embestidas incrustándose aun mas contra el sofá. En la nube de placer que el moreno le estaba proporcionando, llego a pensar que iba a tener que comprar un sofá nuevo porque iban a destrozarlo. Pero fue un pensamiento tan efímero que ni siquiera lo recordó cuando terminaron.
Danny notaba las manos de Steve por todo su cuerpo mientras golpeaba sin piedad su próstata y aceleraba el ritmo. No supo cuanto tiempo lo tuvo el SEAL aplastado contra el sillón, solo que se corrió sin tocarse sobre su propio pecho, viendo puntos blancos a través de sus parpados cerrados y notando como los dedos de los pies le crujían debido a como los encogió. Pero si correrse así fue la experiencia mas extraordinaria, después de tener a su hija, el ver como se corría Steve con una sonora carcajada de triunfo mientras le clavaba los dedos con ansia en los muslos y echaba la cabeza hacia atrás no se quedaba atrás.
Steve se derrumbo a su lado con la respiración acelerada y el chaleco clavandosele en la barbilla. Tuvo que morderse una sonrisa al ver como el pobre se contorsionaba sin apenas fuerza para poder quitárselo.
-Para ser la primera vez, no ha estado mal ¿Eh?-pregunto viendo como el SEAL tiraba el chaleco al suelo de cualquier manera.
-Da...Me... Diez minutos....Y...podre supe....Superarlo.- jadeo el mas alto con un hilo de voz.
Danny quiso soltar una sonora carcajada pero estaba demasiado exhausto, así que lo único que hizo fue golpear suavemente el muslo de su compañero y agregar.
-Primero dormir, semental. Luego te enseñare lo que es un hombre.- Ambos rieron sin fuerza ante esa broma.-Vamos a la cama.
El SEAL miro hacia la cama con un ligero movimiento para luego volver a mirar al detective que no se había movido ni un ápice.
-¿Ahora?
-Ahora...Vamos, supersoldado ..Ademas, quiero lavarme- animo haciendo el gesto de levantarse.
Pronto se vio arrastrado hacia abajo e incrustado en el gran pecho de Steve que le rodeo con los brazos en un abrazo digno del mejor oso.
-No..Quedate aquí, conmigo.- ronroneo frotando la mejilla contra su cabeza.
-Steve...De verdad, quiero lavarme.- exigió mientras hacia una mueca al notarse todo pringoso.
-Me gustas así, Danno. Con mi esencia incrustada en tu piel. Quedate así, por favor.- Y...¿Como decirle que no?
-Esta bien, pero..¿Te importa sinos vamos a la cama?
-Iré a donde tu quieras.-la forma de decirlo hizo que el corazón le diera un vuelco en el sitio. Estaba empezando a descubrir un Steve que le gustaba.
CONTINUARA