¡Feliz amigo invisible Eminahinata! 3/4

Jan 21, 2013 12:12

Una enorme, enorme disculpa en un rato más la última parte, Emina de verdad una enorme disculpa por la tardanza.

Título: Gehennae
Para: Eminahinata
Personaje/pareja: McDanno (Steven McGarrett & Daniel WilLíams)
Clasificación y/o Género: R - UNIVERSO ALTERNATIVO; Hawaii Five-0; McDanno; fantasia; angst; aventura; pre-slash.
Resumen: Universo Alternativo - En una isla aislada Del resto Del mundo, acorralado entre los teleios y El Consejo, um cazador intenta proteger a su hija. Danny y Grace están en el centro del atolladero de razas que pretenden aniquilar a los humanos de Teleia, y acaban encontrando la ayuda del misterioso líder lycan Steven McGarrett.
Disclaimer: I do not own Hawaii Five-O; Hawaii 5.0 y sus personajes no me pertenecen.
Advertencias: pre-slash y homosexualidad, aunque muy leves.



Notas: N.1: La isla utilizada en esta historia no es Hawaii. Por algún motivo, me he imaginado una isla diferente desde el primer momento en que leí la petición, y mencioné a Hawaii un poco al final, en la última parte. La única pena que me queda es no conseguir encajar más slash en este enredo tenso. Me encantó escribir esta historia. Cuando leí la petición me alegró descubrir tantas posibilidades, Emina, y habría escrito una historia mejor si hubiese tenido más tiempo (y un beta), pero esto fue todo lo que conseguí. Espero que te guste. Te Deseo una Feliz Navidad, ¡lleno de todo aquello que te haga feliz! ¡Besos y más besos! ¡FELIZ NAVIDAD!

N.2: A continuación explico algunos términos del fic que fueron sacados del latin y del griego (simple lectura fonética)::
- Gehennae = “infierno”, es la palabra utilizada en la Biblía Latim Vulgate para denominar el infierno hebreo. Este es el nombre que se le dio a la isla Teleia por los marineros, cuando la descubrieron, hace siglos. La isla de ficción posee 15.000 km², siendo mayor que Jamaica, e estaría localizada en el centro del Triángulo de las Bermudas (trecho de mar en el Oceano Atlántico localizado entre las Bermudas, Puerto Rico, Bahamas y Florida).
- Teleia = “perfecta”, lectura fonética da palabra griega τέλεια - es el nombre de la isla escondida en el Triángulo de las Bermudas, en el Océano Atlántico. Está habitada por seres de fábula y uno de los últimos lugares que aún mantiene contacto con los dioses. Está entrando en decadencia por la influencia de los humanos que llegan del continente.
- Teleio(s) = “perfecto(s)”, lectura fonética de la palabra griega τέλειο - son los habitantes de la Isla Teleia.
- Andra(s) = “hombre/hombre”, lectura fonética de la palabra griega άνδρα - es el nombre que los habitantes de la isla le dan a la raza humana.
- Lycan(s) = “lobo(s)”, (del Griego λύκων) nombre dado a la raza de los lobos.
- Innato(s) = es como se llaman los hombres nativos de la isla, que poseen un sexto sentido. Son puros de corazón, y los más fuertes se convierten en Cazadores.
- Extranjero(s) = Son los hombres no nativos y sus descendientes, que llegaron a la isla por algún accidente sucedido en el Triángulo de las Bermudas y no lograron salir nunca. Agitan el equilibrio de la isla y están sujetos a la Maldición.
- El Consejo = institución formada y liderada por andras, con el fin de asegurar la supervivencia de los humanos extranjeros en Gehennae/Teleia.
- Maldición de la isla/IUDICIO GEHENNAE = por tener un corazón susceptible al mal, éste es el precio que los hombres pagan por vivir en Teleia: Si un andro provoca una muerte injusta en la isla, el equilibrio se agitará y el criminal se convertirá en un ser grotesco, que no es hombre ni Teleio.
- Guardias del Consejo = andras extranjeros que protegen el territorio de los hombres. No poseen el sexto sentido de los innatos, pero fueron entrenados para actuar evitando la maldición.
- Maestros del Consejo = Guardias entrenados que pueden manipular las acciones de los Teleios por orden de la junta.
- Cazadores = Son innatos que poseen un muy fuerte sexto sentido. Saben cuando están en peligro de muerte y pueden defenderse de algún teleio sin sufrir la Maldición.

TRADUCCIONES:
- En la entrada de la isla: “serpentes genimina viperarum quomodo fugietis a iudicio gehennae” Mt 23:33 - ¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo escapareis de la condenación del infierno? (Vulgate) *latín
- Pente miden./Cinco-cero. *griego
- En la entrada del valle: “et nolite timere eos qui occidunt corpus animam autem non possunt occidere sed potius eum timete qui potest et animam et corpus perdere in gehennam” Mt 10:28 - Y no temáis a los que matan al cuerpo, y no pueden matar al alma; temed antes a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. (Vulgate) *latín
- Cibus.../Comida... *latín
- My valley... my offer…/Mi valle... Mi ofrenda... *inglés
- Irremissibile... inexcusabilis!/Imperdonable... inexcusable! *latín
- Fao.../Comer... *griego
- Esurio.../Tengo hambre... *latín
- Chair tendre... sucré chair.../Carne tierna... doce carne... *francés
- Hunger.../Hambre... *inglés
- Mendax!/¡Mentiroso! *latín
- Lampoun!/¡Brillar! *griego
- Sfragizo!/¡Sellado! *griego
- Pulvis.../Polvo... *latín

Gehennae (R)
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Índice:
- Prólogo -
- Paseo por el Triángulo del Diablo -
- Gehennae - la isla infernal -
- Territorio de lobos -
- El valle de los grotescos -
- Plano de guerra -
- Preso en las mazmorras -
- Teleia -
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- PLAN DE GUERRA -

-Entonces, Stan descubrió cómo convertir a los humanos en teleios - resumió Chin.

-Sabía que algo iba mal. Un cazador no puede sentir el corazón de los hombres, pero yo sabía exactamente lo que Grace sentía desde el momento en que le encontré al llegar a la isla. El grotesco gigante olisqueó a un hada joven en mi, y yo siento a Grace como a cualquier otro teleio. Rachel debió hacer eso para garantizar que nuestra hija no corriese su mismo destino. Confirmaré eso cuando lleguemos al castillo, y saldremos de aquí antes de que Edwards descubra que mi hija se ha convertido y quiera usarla para hacer más pociones mágicas- miró a Steven- Y los dos nos iremos tanto con el permiso del macho alfa o sin el- desafió.

-¿Cuál es el objetivo de una poción así? Un humano que se convierte en teleio deja de estar sujeto a la maldición. Serán libres para dominar la isla, aunque sus corazones sean impuros. ¿Crees que el Consejo no sería capaz de seguirlos hasta el continente para conseguir ese tipo de poder?

-No sé si lo recuerdas, pero el continente es “ligeramente” más grande que Teleia - dijo Danny, sarcástico. ― Habrá muchos lugares en los que podamos escondernos. Desapareceremos, como hicisteis tú y tu madre.

Steven se quedó quieto. El cazador asumió que había ganado la discusión y se giró hacia la ventana, pero modificó su semblante, y volvió a mirar al lycan. Esperó en silencio hasta que el lobo empezó a hablar.

-Las hadas no son inmortales. Tienen mucho poder, pero eso sirve para compensar su fragilidad- Steven miró al rubio a los ojos:- No hay hadas ahí fuera, Danny, y quedamos pocos, porque no fuimos concebidos para vivir con humanos. ¿Puedes imaginar el dolor de un ser puro viviendo en medio de la cruel avaricia de la humanidad? Es insoportable. Tan ruin, que ella desearía morir antes que soportar semejante tortura.

Danny comprendió, en aquel momento, además del vacío y de la rabia que estaban en el interior del lycan. Había descubierto lo que faltaba: no solo su madre y su padre habían sido víctimas de los hombres, sino también su hermana, que no había conseguido la salvación ni siquiera fuera de la isla.

-Cuando un hada es joven, es más fácil destruirla para hacer polvo, ya que la fuerza latente aún no ha sido desarrollada. Desde que los dioses nos abandonaron, las hadas aladas han sido siempre las criaturas más poderosas de la isla, por encima incluso de las nereidas. Un ser así de indefenso es muy delicado, está considerado como una preciosa fuente de poder- continuó el lobo-. Piensa en el bienestar de tu hija y no la saques de la isla. Al menos aquí tendrás más oportunidades de saber lo que está escrito en el corazón de sus enemigos. Y ella mantendrá su cordura.

La jornada continuó en silencio. Danny observó el castillo a lo lejos mientras seguían por la carretera que subía la montaña. El frío de la altitud estaba siendo acentuado por el comercio de la noche; las fuentes de luz del palacio a lo lejos y la luna al este formaban columnas de luz con las gotas de la cascada que nacía del gran río de la isla, que subían a lo alto del cielo y se congelaban en la atmósfera.

Después de un tiempo, tras los pinos, el carruaje encontró más agitación y claridad de la que los cuatro viajantes esperaban. Aquella era la carretera exclusiva hacia el castillo Mcgarrett, y estaba tomada por una gran caravana de teleios: lycans, zorros, gatos, osos, ratones e incluso aves de rapiña y otros nativos, humanoides o no, que subían la montaña. Chin apuntó a uno de los carros, que llevaba el emblema de la última familia de sátiros de la isla; ellos vivían en el territorio neutro y raras veces abandonaban sus aisladas tierras

Al acercarse, Kono se asomó a la ventana y le preguntó qué era lo que estaba sucediendo a uno de los teleios que caminaban siguiendo a los demás:

-El maestro sátiro Cendyl pretende representar a todas las razas en una audiencia con el regente. Va a reclamar por los ataques de ayer en el territorio neutral- le respondió la liebre gigante, que iba al lado de un conejo, que parecía cansado sujetando la vara inmensa de la brillante flor de girasol que servía como fuente de luz.

-Los extranjeros del Consejo provocaron ruido y destrucción. Dos de los guardias fueron apresados gracias a los osos que viajaban cerca de la aldea de los pavos reales- completó el conejo.

El carruaje que llevaba a Danny y a los demás acompañó a la caravana hasta el castillo. Cuando llegaron, el cazador fue el primero en bajar y se adentró en el palacio en busca de su hija. Steven y los otros buscaron a Joe para averiguar más sobre la audiencia.
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En el gran salón central, todos los viajeros teleios esperaban la decisión de Joe White tras escuchar el testimonio de un felino que usaba el uniforme del consejo. El gato dijo que no había obedecido la orden del guardia cuando le ordenaron ejecutar a uno de los pavos reales, y fue castigado. Dijo que suplicó auxilio y acabó siendo salvado por los osos que habían oído el ruido de las aves, y por eso reveló que sus hermanas y su madre estaban cautivas en las mazmorras del Consejo y serían torturadas si él no obedecía a los andras extranjeros.

El clamor de la sala se alzó, mientras se hacía eco el repudio que todos los presentes sentían por los dos hombres de uniforme, inmovilizados, que se encogían con las exclamaciones de los nativos. Los guardias que habían sido apresados estaban atados y amordazados, de rodillas al lado izquierdo del salón. Dos osos, que parecían hombres excepto por la altura y el porte, permanecían de pie vigilando a los prisioneros. Steven continuaba con su capucha, escondiendo el rostro, y reconoció a uno de los osos como su amigo de la infancia: Nick.

Joe pidió orden y silencio, y lanzó una mirada a Mcgarrett, camuflado entre los demás. White le preguntó a Cendyl qué medidas exigían él y los teleios. El viejo sátiro señaló al oso más grande, Taylor, cediéndole la palabra:

-Todos los teleios mandados están siendo coaccionados, obedeciendo por chantajes. Los calabozos, en el subsuelo del Consejo están repletos de nativos y cazadores que osaron impedir esa práctica. Necesitamos conseguir información sobre esas cámaras subterráneas que continúan por todo el territorio andra, y así las destruiremos junto con el Consejo, realizando un ataque sorpresa. Todas las razas están de acuerdo.

-¿Y qué les ocurrirá a los humanos de la isla?- le preguntó Steven al oso, sin mostrar su rostro aún, mezclado entre los demás nativos de la sala. El enorme teleio observó a Mcgarrett con desconfianza, pero continuó exponiendo su discurso:

-La isla clama por la calma, ¿no oyes a los árboles? Debemos liberar a nuestros hermanos cautivos y torturados bajo el territorio que los andras mancharon con su avaricia. Todos los extranjeros perecerán en los calabozos que su propia raza construyó.

-Estás hablando de más de la mitad de la población de humanos. ¿Pretendes exterminar a todos los no nativos?- inquirió Joe.

-Haremos lo que sea necesario- declaró el oso, recibiendo el apoyo de los presentes. Joe y los lycans del castillo cruzaron sus miradas con expresiones preocupadas, y White decidió que harían un descanso de una hora antes de exponer su decisión como regente.

Steven encontró al lobo blanco en sus aposentos, mientras debatía con los otros lycans sobre la mejor forma de resolver aquella situación evitando el enfrentamiento con los extranjeros. Pero la autoridad de Joe estaba siendo cuestionada en aquella reunión; si su decisión no era aceptable, los teleios más rebeldes reclamarían el título de regente. Cendyk parecía dispuesto a ello.

Y Mcgarrett aún no estaba decidido a revelar su identidad. Si lo hiciese, el Consejo atacaría con todas sus fuerzas; la posibilidad de encontrar a Mary, más allá del interés que ya tenían en Grace, les daría motivos suficientes para avanzar en el territorio lycan en busca del hada y de la posible poción, y no dudarían en usar a todos los nativos bajo su mando para eso. Steven continuó intransigente en la decisión de revelar que era el sucesor del regente hasta que tuviese una forma eficaz de contener a los Edwards y a Wo Fat. Dejó a Joe y a los otros y subió hasta la habitación de Danny, necesitaba organizar la información con el cazador y decidir qué hacer.

El lobo gris subió las escaleras, atravesando el vestíbulo repleto de nativos de la caravana sin ser notado. La gran mayoría de esos teleios era inofensiva, pero había tensión e insatisfacción en el aire. En el cuarto, oyó a través de la puerta al cazador hablando con la niña, golpeó la puerta una vez y entró.

-¿Qué se ha decidido?- preguntó el rubio, mirando al lycan, aún sentado en el borde de la cama y abrazado a su hija.

-El Consejo tiene a rehenes en las mazmorras, así es como obliga a los nativos a obedecer- Steven observo el serio rostro del rubio, que no parecía tan sorprendido como esperaba.- Los teleios exigen un ataque para liberar a los prisioneros… y subyugar a todos los extranjeros.

Danny continuó silencioso, entendiendo la seriedad de la situación. Había percibido la rabia y el inconformismo que provenían de la reunión. Suspiró pesadamente y pasó la mano por los largos cabellos de su hija.- Vamos, monita, enséñaselo al tío Steve- le dijo a la niña. Grace asintió y se puso en pie. Se giró de espaldas al lycan, y Danny levantó la camiseta de la pequeña hasta la altura de los homóplatos.

Allí, como si fuesen dos semillas preparándose a germinar, estaban comenzando a desarrollarse dos pequeñas alas. La niña ya se había convertido en Hada. El rubio sacudió la cabeza.

-Tenías razón, ella puede absorber todo lo que sucede, sintió el miedo de los guardias y la irritación de los teleios antes de que entrasen en el castillo- dijo el cazador con postura abatida.- Tenemos que continuar en la isla.

-Encontraremos la manera de actuar, protegeremos a Grace- Danny pidió silencio señalando a la puerta, que se abrió revelando a Kono. La niña corrió hacia su amiga:

-¡Me están naciendo alas!, ¡Soy un hada!- reveló alegremente. La loba negra sonrió, pero ella y Steven vieron el horrorizado rostro del cazador, que se puso en pie mirando al pasillo detrás de la morena. Siguieron su mirada, y ahí estaba Nick Taylor, de pie. El oso no había sido notado por la mezcla de olores y sensaciones que invadían el castillo con la caravana, y había seguido a Steven hasta allí. Encaró al lobo gris:

-Sabía que eras tú, Mcgarrett- los tres seguían tensos, y el oso miró a la niña.- Hola, me llamo Nick, ¿Cuál es el tuyo?

-Mi nombre es Grace- respondió ella, pero dejó de sonreír inmediatamente y corrió a esconderse detrás de su padre.

-Entonces… además de al cazador fugitivo, tenemos aquí a un hada- declaró, con la mirada en sus ojos de quien acaba de encontrar un tesoro sin precedentes y pretendía disfrutar de eso a todo coste.
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Joe regresó a la audiencia tras el descanso, dispuesto a intentar convencer a los nativos de que abandonasen sus intenciones de pelear contra el Consejo y que procurasen resolver el problema de forma diplomática. El viejo se extraño de no ver a Steven bajar para acompañar la continuación de la conferencia, pero, aún así, tenía que continuar con lo que estaba programado.
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-¿No lo ves? ¡Los dioses están de nuestro lado! Con un hada, las posibilidades son infinitas. Podremos destruir el Consejo con rayos, fuego, agua, ¡cualquier cosa! La tierra podrá tragárselo junto con los malditos andras -exclamó Nick, fascinado con las posibilidades.

-Ese tipo de hechizo requiere mucha energía, la niña no está preparada. Incluso un hada adulta tendría problemas- defendió Steven.

-Podemos crear polvo de hadas. ¡Con una cantidad tan grande, nadie conseguirá oponerse a los teleios!

-¡¿Y cómo pretendes conseguirlo?!- se alteró Danny, sabiendo que la manera más eficaz sería usar el cuerpo entero del hada como materia prima, y eso significaría matar a su hija.

El oso hizo una arrugó la nariz, haciendo frente al cazador

-La isla es un caos, los teleios están siendo coaccionados y muriéndose, y los extranjeros caen en desgracia disipan la energía de estas tierras. Así, Teleia se convertirá en ese infierno que tanto os gusta llamar. ¿Crees que para salvar esta casa, no sería necesario nada?

-No te acerques a mi hija- dijo el rubio, serio.

-No eres tú quien decide, cazador. Ella es nuestra salvación, no corresponde a un andra opinar sobre esa decisión- Nick le dio la espalda a los tres adultos para salir del cuarto. Steven retuvo a su amigo:

-Hablemos mejor de esto. Ella es una niña pequeña, llegaremos a un acuerdo antes de informar a los demás- dijo el lobo con calma, el oso soltó un bufido.- Te pido en nombre de nuestra amistad que confíes en mi, vamos a hablar e intentemos liberar a los inocentes -argumentó el lycan, y, tras debatir consigo mismo un instante, Nick asintió. Tomó el rombo de las escaleras, lanzando una mirada de superioridad al rubio al lado de Kono en la puerta, Steven se recolocó la capucha y bajó también. La loba dijo que cuidaría a la niña, y Danny siguió a los dos hasta la conferencia.
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Las acaloradas discusiones estaban descontrolándose durante la reunión. Los teleios no aceptaban de ningún modo la sugerencia de Joe de intentar negociar la libertad de los nativos cautivos en las mazmorras. Decidieron que obtendrían toda la información posible de los dos guardias para elaborar el plan de ataque, y que si no hubiese otro modo de liberar a los presos, acabarían por el territorio andra hasta el Consejo para invadir la entrada de las antiguas minas que ahora servían como prisión. Joe llegó al punto de verse sin respuesta; Cendyl y Nick habían conseguido instigar a los nativos lo suficiente como para que no admitiesen una acción menos drástica contra el Consejo.

El regente formó una comisión, los teleios más ancianos, los dos osos que prendieron a los guardias y algunos lobos, incluidos Steven y Chin, pera que realizasen el interrogatorio de los dos humanos prisioneros.

Al llevar a los guardias a otra sala, Danny reclamó que aquello no era justo, y el sátiro observó al cazador con ojos duros:

-El Consejo dijo a los teleios que fue el cazador Williams quien ejecutó al joven Edwards. Pero, al mismo tiempo, afirma a los andras que fueron los lycans quienes lo hicieron. Ves ellos no tienen honor en sus palabras. Entregarte no liberaría a nuestros hermanos rehenes, y preguntarles a estos dos de forma cortés no revelaría la verdad. Apártate si no pretendes colaborar con el interrogatorio. En el caso contrario, tus habilidades serán bien recibidas.

-El maestro Cendyl tiene razón-asintió uno de los halcones- Puedes sentir si dicen la verdad.

-No funciona así. Yo no soy una bruja o una vidente, soy un cazador. Si algún teleio intenta matarme, sabré cuando disparar. Nada más.

-No nos mientas, humano. Sabes mucho más de lo que dices. ¿La protección y la hospitalidad del regente no son suficientes para la confianza de una Williams?- comentó una zorra roja grande y fuerte.

-Conocemos la historia de tu familia. Sabes exactamente lo que pasa en el corazón de todos nosotros, un don que pocos heredan. Los cazadores innatos fueron el motivo de que firmase la tregua con los extranjeros. Pero ahora, los nuevos andras, como éstos de aquí, no pasan de ser carniceros mal entrenados, que torturan a los nativos por diversión, y el Consejo no es más que una guarida, donde los hombrecitos son las verdaderas bestias y planean la muerte de la isla. Asume tu responsabilidad como innato y descifra el corazón de los prisioneros- volvió a decir el halcón.

-Puede ser a tu manera, o tendremos que torturarlos, ya que no tenemos tu “habilidad”- gruñó la zorra del rincón.

-Esas amenazas no harán efecto. No consigo leer a los humanos.

-Entonces, ¿cómo conseguiste interpretar a tu hija?- preguntó Nick, elevando el tono. Steven y el rubio disimularon su preocupación. Estaba claro que el oso había sido cegado por el odio.

-Es mi hija, no necesito leerla- respondió Danny.

-Tal vez será mejor reunir al cazador con sus amigos andras - amenazó el oso de nuevo, dando un paso hacia delante.

-Apártate de el- advirtió Steven bajo la capucha. Joe intercedió:

-Señores, los conflictos internos no nos van a ayudar- Nick respetó las palabras de White, y permaneció en silencio- ¿Estás seguro de que no puedes, Danny?

-Yo no puedo leer a los andras. Y vosotros no debéis torturar y destruir vidas debido a la guerra- suplicó el rubio a los teleios.

-No hay otro modo de conseguir la información sobre las mazmorras, y sin eso, la batalla será peor y más sangrienta- declaró Nick.

-Tomáis la decisión equivocada. Esta tierra no necesita más muerte.

-Por eso acabaremos con el poder de los humanos. Creo que estamos todos de acuerdo en retirar al cazador de la sala, ya que no va a cooperar- comentó el oso. Los guardias rodearon a Danny, que miró a Joe en busca de ayuda. El lobo blanco frunció el ceño con tristeza y no impidió que los lycans se llevasen al rubio de allí:

-Lo siento mucho. Es necesario.
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Danny y Kono habían llevado a Grace a jugar con las luciérnagas y las flores en el jardín al lado del castillo. El lugar era enorme, y, por suerte, aquella distancia parecía estar siendo efectiva para evitar que la niña percibiese la tortura que sufrían los dos hombres del Consejo dentro del palacio. Aproximadamente media hora después del paseo, Danny sintió la presencia del oso ahí fuera. El rubio no dijo nada, luchando contra el olor a sangre que exhalaban las garras del nativo.

-Han ordenado a los teleios que se preparen. La batalla será en la próxima puesta de sol, el tiempo necesario para que los guerreros de todas las razas próximas a la ciudad de los extranjeros se reúnan- declaró Nick.- No te preocupes, los innatos serán liberados. Y tú siempre tendrás refugio en el territorio de los lobos.

-Hay familias de inocentes viviendo en Teleia. Personas buenas que decidieron aceptar y preservar la isla.

-No puedes leer a los humanos, ¿Cómo puedes estar seguro de que son buenos?

Danny encaró al oso:

-Tu repugnancia por los hombres emerge como un aura negra a tu alrededor. ¿Olvidas acaso de que también eres capaz de hacer el mal?

El oso sonrió:

-Cuán bonitas son las palabras del que ha provocado todo esto- le gustó la expresión que sus palabras causaron al rubio, y completó:- Dentro de una hora ve a la sala de audiencias. Decidiremos qué hacer con el hada- dio media vuelta y regresó al castillo.

Danny observó cómo giraban Kono y Grace bajo la luz de la luna, y no logró negar su culpabilidad. Estaba involucrado en el centro de aquella discusión, el oso tenía rezón respecto a eso. Admiró el horizonte a lo lejos, sus poderosas tierras verdes y fértiles, su casa; la casa de su familia, que después se convertiría en una prisión llena de horrores, exactamente igual que las tormentas que presenciara durante su vida en el continente. Todo lo que era bueno estaba a punto de acabarse.

Williams sintió la satisfacción y la sed de batalla de los teleios que se elevaba del castillo al saber de la guerra que se acababa de declarar. Y, aislado entre las facciones de aquella conflagración, el cazador sabía que los dos guardias estaban muertos, sabía que había sido por su culpa, y no era capaz de distinguir quienes eran los buenos, los justos, o las verdaderas bestias en aquel mundo en ruinas del que ya no podría escapar.

Fijó la mirada en el agitado reflejo de las estrellas sobre la vasta superficie del mar y del río que seguía hacia el sur. Tendría que haber una forma de evitar la batalla, de impedir que el Consejo tomase represalias, si no hombres y teleios morirían, y las tierras del Valle de los Grotescos se quedarían pequeñas…

El cazador sintió que Chin y Steven se aproximaban abatidos desde el castillo:

-¿Conocías los hechizos de tu madre?- preguntó, haciendo pensar al lycan gris antes de comprender la pregunta.

-No puedes estar pensando en usar a la niña. Si los teleios como Cendyl supiesen que la niña se ha convertido en un hada y puede generar material para más poción, la usarán en la guerra y después la desecharán. Ellos jamás aceptarían una abominación a las leyes sublimes de la isla- ponderó Chin.

-Espera, Danny puede tener razón- se manifestó Steven, apartando la capucha.

-Ni siquiera tiene alas, no hay nada que pueda hacer- consideró aún el lobo negro.

-Haremos lo que dice Nick, tomaremos prestado el poder de Grace- aclaró el rubio- Nadie además de nosotros lo sabrá. El polvo de hada se puede obtener de cualquier parte del cuerpo, tu madre también debía usar cabellos y uñas en sus encantamientos, ¿no fue así como Stan hizo la poción? Necesitamos encontrar algo que nos ayude a proteger, o al menos a distinguir a los hombres inocentes antes del ataque de mañana.
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El cazador se reunió con Steven en la sala de audiencias antes del tiempo estipulado por Nick. Los dos estudiaban el mapa de la isla sobre la gran mesa ovalada, pero las informaciones que Steven obtuviera durante el interrogatorio se limitaban a la existencia de vastas mazmorras que se extendían bajo todo el territorio de los andras, bajo el Consejo, aprovechando los antiguos túneles de las minas. Aparentemente, quien entraba en aquella prisión, no salía jamás.

Los dos estaban convencidos de que habría otra entrada. Las minas habían sido creadas durante la época en la que los extranjeros intentaron extraer oro y piedras preciosas del suelo de la isla, pero fueron abandonadas cuando descubrieron que no había forma de mantener rutas de navíos en las inestables aguas que rodeaban Teleia. Los humanos que llegaban a aquella tierra estaban presos. Muy pocos nativos consiguieron escapar al continente, y solo porque contaban con la ayuda de los seres del mar durante las tempestades del océano.

Sólo quedaba desvelar dónde estaría la otra entrada de las minas y buscar la forma de llegar a los rehenes a partir de ahí. Y Danny estaba seguro de que los grotescos eran la respuesta.

-¿Y cómo pretendéis conseguir esa información?- llegó la voz del oso desde la puerta- ¿Vais a preguntárselo a los seres amorfos? ¿Recurriréis a los monstruos que ni siquiera son capaces de hablar?

-Uno de ellos habla. Incluso mejor que tú- comentó Danny, consiguiendo una mueca de desaprobación de Taylor. Steven se decidió a intervenir:

-Hay uno que es diferente. Es más grande y más antiguo. Debe saber por donde se desechan los grotescos. Creemos que el Consejo está usando las minas para llegar hasta el valle y librarse de los pecadores sin ser notado.

El oso lanzó una mirada al hombre, con una expresión incrédula:

-¿Crees que las familias de ese gato y de otros teleios no morirán mientras te apegas a las fútiles esperanzas de buscar la ayuda de un monstruo? Necesitas prepararte para la batalla en lugar de inventar absurdas teorías.

-Nosotros vimos a la criatura. Vive escondida en el valle y se alimenta de otros grotescos. Se parece a una Gorgona, es grande y poderosa porque ya se alimentó de miles- informó Steven. Nick permaneció en silencio, impasible.

-Ah, el oso pardo no cree que haya un grotesco políglota cerca de su territorio- bromeó el rubio.

Nick dio una vuelta a la mesa, parándose en el lado opuesto a los dos:

-Está bien- declaró. Pasó la mano por el mapa, estudió las marcas hechas con tinta con una pluma de bambú, que mostraban las diversas posibilidades en que las minas podían llegar al Valle de los Grotescos- Vosotros no necesitáis participar en la batalla, ya tenemos aliados suficientes para eso…- dijo el lobo:- Los años que has pasado en contacto con los humanos del continente han debido afectar a tu lealtad con los hermanos, Steve. No te culpo. Pero el hada nos será entregada, y su destino y utilidad serán decididos por mí y por los demás generales.

-Nadie va a tocar a la niña- contestó el lycan estirando el brazo y sujetando al cazador, que se había agitado.

-Como ya dije antes, amigo mío, eso no depende ni del andra ni de ti. Si Williams no acata las órdenes de un general, será castigado con la muerte- las blancas garras de Nick relucieron sobre el mapa.

-¡Es mi hija! ¡No permitiré que te acerques a ella!

-¿Y qué vas a hacer, cazador? ¿Te gustan tanto los grotescos que deseas convertirte en uno de ellos? ¿Cómo sabré que no eres un aliado del Consejo? Pretendes dar la espalda a la isla y traicionarnos a todos, como es normal a los de tu naturaleza, ¿no? ¡Quieres convertir a Steven en un cobarde y después destruirnos con el poder del hada!- el odio destilaba de las palabras del oso.

Danny observó con frialdad los furiosos ojos de Nick:

-Antes de hacer lo que te estás planteando, ¿te has preguntado ya cuál es el arma de un cazador?- Taylor bufó con desprecio, enseñando aún más las garras- Si te mueves ahora, te mataré- declaró el rubio.

Mcgarrett se puso en guardia, la presencia del hombre se volvió opresiva de repente. El oso casi se amilanó por un instante, pero se enojó de nuevo:

-¡PUEDES INTENTARLO, SUCIO HUMANO!- y mostró sus garras y sus dientes dirigiéndoles a la garganta del cazador. Steven estaba preparado para saltar entre los dos y proteger al rubio, pero antes de eso, pudo ver cómo la caña de bambú se clavaba en el pecho de Nick. El oso había recibido el golpe al instante, sin la oportunidad de haber saltado sobre la mesa, siquiera.

-El arma que empuñamos es indiferente- dijo Danny, soltando la pluma y bajando las manos. Se volvió de espaldas al oso que daba su último suspiro, cayendo y manchando el mapa de rojo.

Steven observó la escena con asombro. El rubio no había dudado en aquel golpe certero. Fue como si hubiese previsto el ataque, como si supiese exactamente qué movimientos pretendía realizar Nick. UN escalofrío le recorrió la espina. La leyenda de los innatos no se había iniciado con cazadores incompetentes y miedosos como los guardias del Consejo, sino con este tipo de poder. La imposibilidad de oler miedo o resolución de matar en el hombre era intimidante y fuera de lo común para Steven. Para cualquier teleio.

-Voy a ver cómo está Grace- la voz de Danny sonó débil, casi un murmullo. Se apretó el pecho con fuerza, y no miró atrás mientras salía de la sala.

Unos segundos después Kono y Chin surgieron apresuradamente por la puerta, acompañados por otros lobos negros:

-Sentimos el olor a sangre…- dijo la loba al entrar. Avistó el cuerpo extendido parcialmente sobre la mesa.- ¡¿Qué ha pasado?!

-Problemas. Quería usar a Grace en la batalla.

-¿Danny está bien?- preguntó Chin olisqueando el aire.

Mcgarrett se pasó una mano por el rostro:

-No lo sé. Fue él quien mató a Nick- los dos primos se asustaron- ¿Podéis haceros cargo de esto? Necesitamos decidir qué contarle a los demás generales. Quiero verificar cómo está Danny.

Los dos asintieron.

Steven siguió el rastro del rubio, que olía a sol y a nubes, y ahora también a muerte. Pero cuanto más se aproximaba a donde el hombre estaba, probablemente en la torre este, el olor iba volviendo al perfume original que Steven había conocido durante el viaje en el crucero y la estancia del cazador en su castillo. La marca de la muerte se había fijado en el hombre; era la primera vez que Steven presenciaba un suceso así. Atravesó la puerta del cuarto y vio a Grace durmiendo tranquilamente sobre la cama. Caminó hasta la barandilla que revelaba el enorme patio en lo alto de la torre, y vio las hojas de arce caídas cerca de las ramas en las macetas de brillantes flores que rodeaban la terraza. Sintió en el viento la esencia de Danny, que ahora venía acompañada de un toque salado que no era el mar. El lobo dio unos cuantos pasos, llegando al rubio asomado al alféizar del lado este, cerca de las ramas de abedul en los arreglos de esa esquina. El cazador aún sujetaba su pecho, compungido.

Steven permaneció en silencio y acompañó la mirada perdida del hombre, que miraba a la nada sobre el inmenso mar helado. Danny se secó el rostro:

-En realidad, el única arma de un cazador es la compasión… La muerte duele, y debe ser evitada.

-Actuaste de forma correcta. Si no lo hubieses hecho, estaríamos llevándote al Valle en este momento- respondió el lycan, convencido de que el cazador había sido justo, ya que la maldición de la isla lo había liberado. El rubio no dijo nada, y ni siquiera desvió la vista del horizonte hacia el lobo.- ¿Cómo sabías que iba a actuar? Ni siquiera yo presentí la intención de matar…

-Piensa lo que quieras. Puedes creer que fue suerte- Danny interrumpió al lycan, adivinando sus pensamientos. Steven se intrigó aún más.- UN cazador reconoce el momento en que la caza está preparada. Y yo también reconozco el recelo y la confusión que te afligen ahora- completó el rubio- Lo siento mucho por tu amigo, Mcgarrett. No necesitas forzarte a perdonarme por acabar con esa vida.

El lobo suspiró:

-Es como dicen: ves mucho más de lo que hablas.

Danny no respondió, continuó mirando al mar que reflejaba aquella noche estrellada.

Mcgarrett decidió que no iba a dejar al rubio. Se acercó y se sentó en el suelo a su lado, cerca de la barandilla. Permanecía frustrado por no conocer exactamente la fuerza del cazador, más de una cosa estaba seguro: si Danny no hubiese actuado en aquel momento, probablemente había sido el en proporcionarle el golpe a Nick. Algo lo impulsaba a proteger al rubio y a su hija, y él había percibido que su amigo había perdido el control. De ese modo, el lycan se sintió agradecido por no haber tenido que ser él quien sellase el destino de su antiguo amigo oso.

-Los guardias que visitaban la ciudad acostumbraban a decir que los cazadores tenían suerte por tener la licencia de la isla para matar- comentó Danny contemplativo.- Decían que el entrenamiento del Consejo les enseñaba a distinguir cuándo podían matar a los teleios para protegerse, y que eso los volvía iguales a nosotros… Pero ellos son diferentes, son casi como otra raza. Ni siquiera se imaginan lo que es sentir tan perfectamente el corazón de los teleios, que cuando te ves obligado a matar a uno de ellos, es tan insoportable como si también estuvieses muriendo. Ellos no saben que cuando les haces daño, sientes exactamente la cantidad de dolor que inflinges, y que cuando uno de ellos sufre cerca de ti, sus sentimientos te envuelven, incluso contra tu voluntad. A los extranjeros no les importa el sufrimiento ajeno, y es eso lo que los vuelve diferentes a los innatos, es eso lo que los convierte en humanos.

Steven permaneció en silencio, escuchando al cazador. Danny continuó:

-Esta noche, vi a los teleios actuar del mismo modo. Seres que eran puros buscan ahora el castigo incluso de los inocentes. Las cosas están aún más difíciles, y Teleia se está convirtiendo en Gehennae... - el rubio giró el rostro hacia el lycan: ― Mi hija no puede vivir en un ambiente así. Haré todo lo que sea necesario para que este lugar vuelva a ser una tierra prefecta en la que Grace pueda vivir. Necesito tu ayuda.

Mcgarrett se atrevió a estudiar todos los rasgos de aquel hombre que le miraba bajo la luz de la luna. Nunca había encontrado a un andra como él: un padre, un cazador, y, al mismo tiempo, una de las criaturas más lindas y complejas que el lobo gris había tenido la oportunidad de conocer.

-Continúa hablando sobre tu plan- los ojos azules parecieron aliviados con su apoyo.

-Primero, tendremos que revisar todos los hechizos de tu madre. Después, iremos hasta el Valle.
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...
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Williams y el lobo gris pasaron la noche reuniendo todas las pociones de encantamientos que Doris Mcgarrett había dejado. Danny envió un albatros para informar a Meca de que se protegiese, y avisase a la ciudad de los cazadores de que se aproximaba un posible ataque al Consejo en la próxima noche. Grace había mostrado reluctancia a la petición de su padre esa mañana, pero comprendió la seriedad de la situación y se dejó cortar mechones de su castaño cabello por encima del hombro. El cabello fue guardado en la cajita con la inscripción Shelbourne, quedando al cuidado del cazador.

La niña estaría a salvo, escondida en el castillo mientras los cuatro se dirigían al sur e intentaban impedir la batalla. Danny se había despedido de su hija prometiéndole que regresaría pronto, que todo estaría bien y que las malas sensaciones de la isla disminuirían. Al principio, ella no quería alejarse de su padre, hasta que Steven prometió que protegería al cazador, y la niña accedió.

-Por cierto, jefe, ¿cuál es el plan?- preguntó Kono cuando subían al carruaje cerca del mediodía.

-Necesitamos saber qué hechizos podemos usar durante el rescate. Haremos que ese grotesco nos enseñe la entrada a las minas, y por ahí, liberaremos a los rehenes antes de que los teleios hagan su ataque sorpresa.

Danny se aseguró de que la caja Shelbourne estuviese bien segura en su bolsillo, e iniciaron el viaje. Kono y Chin ayudaron a organizar los numerosos documentos dejados por la madre de Steven y seleccionaron aquellos que podrían resultar útiles y no exigían más poder que el escaso polvo de hada que habían conseguido con el cabello de Grace.

El recorrido estuvo marcado por discusiones sobre cómo sacarían a los rehenes de los túneles cuando consiguiesen llegar a ellos, y la mejor forma sería escapar por el valle usando un hechizo de luz del sol para protegerlos de los grotescos.

Al llegar de nuevo a la zona neutral, el carruaje evitó llamar la atención del marqués y se detuvo casi en frente de la puerta de roble, causando el revuelo de las negras aves que allí se posaban. Al bajar, Danny se puso en pie frente a las piedras que marcaban el límite del hechizo. Estiró uno de los brazos, dejando que su mano flotase en el aire más allá del sello, y segundos después, comenzaron los ruidos entre el follaje cercano a la puerta.

-Ya saben que estamos aquí- avisó el rubio

― Food... - susurró el demoníaco sonido de varias voces en la oscuridad, pareciendo más una tormenta a lo lejos que una voz.

-Tiene nostalgia- comentó Danny, permaneciendo junto a los lobos en el lado de fuera de la marca, protegidos por el antiguo hechizo que mantenía a los grotescos en el valle.- ¿Dónde está la entrada a las minas?- preguntó Danny en dirección a la puerta. Los ruidos cesaron, y el cazador frunció el ceño; escogió las palabras:- El hada está presa en las mazmorras…- dijo. Los cuatro esperaron, un rugido alto y ruidos se elevaron desde los árboles, alejándose. Danny corrió hacia el interior del valle, seguido por los demás.

-¡Y ahí vamos otra vez!- se quejó Kono, controlando la respiración durante la carrera. Steven y Chin se habían situado a cada lado del rubio, que seguía concentrado en el rastro del monstruo. Estaba oscuro como la vez anterior, y los olores se mezclaban en algo demasiado repulsivo como para que los lobos se guiasen por el olfato. Ellos acompañaron a Danny y al grotesco más allá de los sauces en el centro del valle, llegando hasta el límite en la ladera sur de la montaña, donde los árboles eran más escasos y la claridad más abundante. Los tentáculos fueron avistados mucho antes de que el cazador encontrase el lugar hacia donde el gigante grotesco miraba babeante, intentando avanzar en vano: Una pequeña gruta en la base de la montaña unos metros por encima de las copas de los árboles menores, donde la luz del sol caía con fuerza.

El monstruo gemía e intentaba llegar más allá de las sombras de la vegetación, más sus miembros en forma de serpiente se retorcían al entrar en contacto con la luz:

- Hada... - imploraba la voz. Los lobos y el hombre dieron la vuelta mientras el grotesco parecía concentrado en la gruta; corrieron y saltaron por encima de los tentáculos que se esparcían por el suelo, y consiguieron llegar hasta la elevación de la ladera. Las paredes y la tierra de la base de la montaña estaban rodeadas por piedras blancas, al igual que las puertas del Valle, y no había forma de llegar hasta allí sin pasar por dentro de la zona oscura de los grotescos, o escalar por el lado este de la isla, cosa que era prácticamente imposible debido a los abruptos acantilados, rocas altas y resistentes.

-Entonces, ¿sientes algo?- le preguntó Steven al rubio, que estudiaba el agujero de la gruta después de que los cuatro hubieron escalado la pequeña inclinación hasta allí. Danny sacudió la cabeza:

-No siento nada. El camino es largo de aquí hasta el Consejo, tal vez los túneles sean más complicados de lo que imaginábamos. ¿Habéis conseguido olfatear a los prisioneros?- miró a los tres lycans. Steven continuaba con expresión seria, las cejas juntas; Chin negó tranquilamente, con su aparentemente inquebrantablemente calma; Kono soltó el aire con avidez, con el ceño fruncido:

-¿Estás seguro de que esto de aquí no son las letrinas?- preguntó la loba, colocando una de las manos sobre la nariz.

-De acuerdo. En ningún momento pensamos que sería fácil, ¿verdad?- dijo el cazador, y entraron en el agujero. Tras diez minutos ahí dentro, volvieron-… Pero no imaginamos que los túneles serían laberintos tan oscuros, escurridizos y traicioneros- comentó Danny con forzado buen humor. Steven, Kono y Chin salieron de la gruta ahogados por el aire parado y muerto, que olía a moho, suciedad y carroña.

Mcgarrett miró a su alrededor y apuntó al lugar donde el gran monstruo estaba escondido:

-El se comió a los grotescos que han traído, debe haber asimilado el camino por los túneles además de los idiomas. Si lo seguimos, conseguiremos llegar a las mazmorras.

-Si lo SEGUIMOS, automáticamente, llegaremos DESPUÉS del monstruo. ERGO, no habrá más rehenes. ¡Se los habrá comido cuando lleguemos!

-No si los protegemos antes de que el grotesco los alcance- respondió Steven, recibiendo las miradas preocupadas de Kono y Chin que cuestionaban silenciosamente si el lobo gris había perdido el juicio.- Basta con que uno de nosotros esté en las mazmorras y prepare el hechizo de luz antes de romper el sello en esta entrada de la gruta. El monstruo cree que el hada está en el Consejo, seguirá directamente hasta allá. Podemos hacer que el suba hasta el edificio y se quede preso allí.

-¿Y cómo pretendes hacer todo eso con cuatro personas?- indagó Danny, cruzándose de brazos.

-Olvidas que estás hablando con el próximo Regente del Norte. El Consejo no se negará a recibirme- Steven cogió tres de las piedrecitas blancas en la ladera.- Kono y Chin se quedarán a este lado, Danny protegerá a los rehenes y calmará al monstruo cuando este llegue a las mazmorras, y yo reharé el sello en la entrada del Consejo para que el grotesco no escape hacia las ciudades. Haremos eso en la puesta del sol, sin la luz, el podrá atravesar este trayecto desprotegido- los otros tres no parecían conformes con el arriesgado plan del lycan. ― Conseguiremos retrasar el ataque por un intervalo suficiente si saben que el regente está en el Consejo. Es la mejor forma de impedir la masacre y salvar a los rehenes.

Sin tiempo para elaborar un plan mejor, los demás concordaron reluctantes. Dividieron el polvo y las recetas de los hechizos entre los cuatro, y Danny y Steven bajaron la cuesta, regresando a la vegetación del valle, dejando atrás a Chin y a Kono. Al ver al rubio, el monstruo movió los tentáculos en su dirección.

― Yo quiero al hada, piadoso cazador...Necesito comer... -palpitó la voz del grotesco.

-Ellos te llevarán hasta el hada- declaró Danny apuntando a Kono y Chin cerca de la gruta, y se aproximó al monstruo. Steven se inquietó, pero el rubio indicó que continuase quieto. Bajo la copa del enorme roble, el rubio caminó sobre las hojas secas y ennegrecidas hasta quedarse frente a frente con el grotesco. La cabeza gigante lo analizó, olisqueó el aire alrededor del cazador moviéndose como una víbora cerca de la caja del bolsillo de Danny. El hombre protegió el bolsillo con una de las manos y continuó:- El hada está en el Consejo, está presa en las mazmorras.

Los ojos del grotesco se ensancharon, la boca comenzó a salivar:

― Un banquete... Tráemelo...

― Durante la noche, romperemos el sello y podrás buscarla- dijo Danny. El monstruo soltó una riza gutural que sacudió los troncos alrededor, y el brillo anaranjado de sus ojos volvió a admirar la gruta. Los tentáculos se calmaron y se enroscaron cerca del cuerpo del grotesco. El cazador se alejó con cuidado, señalando al lycan que hiciese los mismo, y los dos penetraron en el oscuro trecho que llevaba a las puertas. Muchas criaturas menores se revelaron durante la huida, y estaban todas cerca del monstruo mayor.

Al dejar el valle, Danny envió un mensaje a Joe a través de uno de los cuervos, y Steven aulló convocando a los lobos y los carruajes que aún estaban cerca de la frontera. Quedaban pocas horas antes del anochecer, necesitaban darse prisa.

Parte 4

personaje: steve mcgarrett, actividad: amigo invisible 2012, personaje: chin ho kelly, personaje: danny williams, personaje: kono kalakaua, pareja: danny/steve

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