Aunque siempre creí que el tan esperado concierto de anoche iba a ser el tema exclusivo de esta entrada, necesito, por sanidad moral-mental-intelectual referirme a algo:
Siempre he creído que para simpatizar con la ideología nacionalista hay que estar mal de la mente.
Ahora, declararse nazi (o neonazi, la misma estupidez para mi) en Chile hay ya que ser imbécil.
Sin embargo, si además de declararte nazi, vestirte como nazi, tener tez morena, aspecto medio mapuche, vivir en Sudamérica, se te ocurre ir organizado a un concierto de DAS ICH (seguramente porque en su pobreza mental vieron un grupo alemán, que cantaba en alemán y que tenía letras góticas) ya hay que tener caca en la cabeza.
El próximo post se refiere al tema original...