Sorpresa
Dos golpes en la puerta desviaron su atención del libro de texto que leía. Sin duda era él quien estaba al otro lado de la puerta. Se levantó ágilmente de la silla y fue a abrirle con inusual alegría.
-¡Hola!- dijo Hermione, a la vez que estampaba un beso dulce pero juguetón en los labios de Harry.
-Vaya, hola.
La chica le dejó pasar mientras iba al escritorio a recogerlo un poco, le ponía nerviosa que pudiera pensar que era desordenada y de eso ella ni hablar. Tras ello se acercó de nuevo a él, que se había sentado en su cama esperándola, y volvió a besarle.
Potter se retiró un poco, la miró confundido y cabizbajo. Algo, sin duda, le preocupaba.
-¿Ocurre algo?
-No... Bueno, solo quería darte esto. - Soltó por fin. Sacó del interior de túnica una pequeña caja roja, envuelta con un lazo dorado. Hermione sorprendida tomó el estuche entre sus manos con delicadeza, y con una lentitud que casi destroza los nervios de un Harry expectante, desató los lazos que lo mantenían cerrado. Y allí entre trozos de suave algodón se encontraba una alianza de plata sencilla como ninguna. Hermione tomó el anillo y lo deslizó por su anular, donde encajó perfectamente.
-Es precioso... Pero ¿por qué? ¿He olvidado algo? - Ahora le tocaba a ella ponerse nerviosa.
-Podría ser... ¿qué ocurriría si fuera así?
El chico levantó una ceja pícaramente, sin duda intentaba tomarle el pelo.
- ¡Ahora verás! - Y cual gato salvaje se abalanzó sobre él. Sometiéndolo bajo el ataque más mortífero. Un ataque de cosquillas, y Harry no soportaba las cosquillas.
Ron levantó la cabeza y agudizó el oído, desde lo lejos le llegaba una risa conocida.
Hace bastante que no escribo... sin duda he perdido la prática... ; _ ;