...Y en la llanura desolada, en medio de toda la tierra compacta estaba una semillita. Y la semillita, abandonada como estaba se sentía sola, pequeña y desamparada en toda la llanura... Entonces la semillita dijo: "Lluvia, Sol, Tierra, ¿por qué estoy tan sola y desamparada? ¿de dónde he salido? ¿qué va a ser de mí en esta llanura?" y lloraba y lloraba, porque veía su futuro tan negro como las nubes que se le acercaban en el horizonte.
Hasta que un día, Sol se asomó entre las nubes y le dijo: "Semillita, semillita, no llores... todo esto te parece muy sombrío y solitario... pero eso es porque estamos en invierno, espera un poco, sólo un poquito más y ya verás como hago mi trabajo, y entre mi amiga Lluvia, tu amiga Tierra y yo conseguiremos en primavera que ya no te sientas pequeña e insignificante, germinarás y crecerás muy alto, muy alto, y te rodearán amigos de tu misma especie y de otras muchas... después de esto vendrán tiempos mejores, no lo dudes".
Entonces la semillita meditó lo que Sol le había dicho, y pidiéndole ayuda a Tierra, esperó y esperó, resguardada del viento y del frío entre los terrones de su alrededor...
Y llegó un día en que Sol volvió a salir de entre las nubes e hizo su trabajo, y junto con Lluvia consiguió que semillita germinara y creciera hasta ser la planta más verde y espléndida de los alrededores... y cuando semillita se irguió y pudo ver lo que le rodeaba, se dio cuenta de que no era la única semillita de la llanura desolada, que escondidas entre los terrones de todo el lugar habían estado esperando también su oportunidad muchas otras semillitas... y entonces se sintió tan feliz y contenta, rodeada de sus compañeras, con el calor de Sol, el agua de Lluvia y el alimento de Tierra que se llenó de flores, deslumbrando con su belleza a cuantas semillitas le rodeaban...
Y así transcurrió la primavera, y llegó el verano... a las flores de semillita se le cayeron los pétalos, y maduraron sus frutos en todas sus ramas, y semillita se sintió satisfecha...
Pero entonces llegó el otoño, y semillita vio cómo toda su compañía iba cayendo y secándose... muriendo una tras otra, de una en una... y entonces semillita sintió pena y miedo, recordando sus primeros días sola en la llanura, entonces, con lágrimas de savia recorriéndole el tallo, se dirigió de nuevo a su amigo Sol: "¿Qué pasa, Sol, qué pasa que todos se mueren y se secan? ¿Por qué toda esta muerte y destrucción, qué será de mí?", y Sol le respondió: "¿Esto te asusta? Aún no has visto nada...", y en ese momento semillita percibió una sequedad y un calor inusitado en el ambiente, y esforzándose por estirarse y observar a su alrededor, semillita alcanzó a ver un resplandor infernal allá a lo lejos, algo que le llenó de pavor y le hizo entrar en pánico... "Sol, dime qué es eso, y dime qué me va a pasar..." "Es el ciclo natural de las cosas, semillita... pero tranquila, no acabará todo aquí..." "Pero... ¿qué será de mis frutos?" "Tranquila... mi amigo Viento se encargará de todo, no te preocupes..."
Y así fue como Viento se llevó y dispersó las semillitas de semillita por toda la llanura, lejos del alcance del fuego que consumía a su madre...
Algún tiempo después, cuando el fuego lo hubo consumido todo y la llanura estuvo completamente devastada, en algún rincón una semillita lloraba desconsolada, y exclamaba: "Lluvia, Sol, Tierra, ¿por qué estoy tan sola y desamparada? ¿de dónde he salido? ¿qué va a ser de mí en esta llanura?"