|Autor: miaka_zuster
|Pairing: Sebastian/Kurt
|Título: El día que Sebastian Smythe perdió sus calcetines
|Rating: PG
|Summary: FutureFic. Fuffly. Ficlet escrito para el reto #7-Fluffy de glee_esp. Sebastian tiene una importante reunión esa mañana pero algo lo retrasa.
El día que Sebastian Smythe perdió sus calcetines
Sebastian hace el recorrido de la recamara a la lavandería por cuarta vez en menos de diez minutos. Kurt lo ha estado espiando desde la cama mientras finge dormir. Sabe lo que su novio está buscando, lo sabe perfectamente pues es él, quien lo ha escondido. Lo escucha maldecir en inglés y cuando no le es suficiente lo hace en francés, todo en voz baja, como si no quisiera despertarlo.
Una vez más lo ve entrar al vestidor, escucha como Sebastian abre los cajones de la cómoda como si por arte de magia, su estado de vacio hubiese cambiado en los últimos minutos. Una maldición pronunciada en un tono mayor, provoca que Kurt tenga que morder sus labios para evitar estallar en risas y se descubra ante Sebastian, que ha estado fingiendo dormir. Sus ojos buscan el reloj en su mesilla de noche, notando la hora. Sebastian ha estado sufriendo minutos a medio vestir por más de veinte minutos.
Kurt piensa que es suficiente del juego cuando ve a su novio acercarse a su lado del vestidor-ese el lado prohibido para Sebastian desde que arruinó sus botas favoritas Dr. Martens (no importa que Sebastian las haya remplazado e incluso le haya comprado un par más)-.
Kurt se levanta y camina hacia el vestidor, se recarga en el marco de la puerta admirando la espalda de Sebastian, que es una larga extensión de piel dorada la cual está decorada con innumerables pecas y lunares los cuales conoce bien, y que ha cartografiado con su lengua en muchas ocasiones.
“¿Se te perdió algo, Sebastian?”.
Sebastian da un brinco y se gira encontrándose con Kurt, que está con los brazos cruzados en el pecho y recargado contra el marco de la puerta. Puede ver en la mirada de Kurt una chispa de diversión y travesura.
“Hey, Kurt, sí. Hoy es mi reunión con los socios mayoritarios de la firma, sí todo va bien quizás hoy mismo a tu socio lo hagan socio senior. No te lo quería decir hasta no estar completamente seguro… ¡Pero qué me jodan! No puedo encontrar un par de calcetines, todos mis malditos cajones están vacíos”, termina exasperado con los brazos levantados y mirando alrededor del vestidor.
“Tal vez si no los dejaras desperdigados por todo el apartamento los encontrarías. ¿Ya buscaste en la lavandería? Ava hizo ayer la colada”, dice Kurt intentado mantener su fachada seria y fría.
“Sí, también en la cocina, en la sala, debajo de la cama y de nuevo aquí, y no encuentro ni un puto par. Tendrás que prestarme unos”, dice Sebastian mientras camina hacia los cajones de Kurt, quien se le adelanta y se pone enfrente impidiéndole abrirlos.
“No, Sebastian, tendrás que ir sin calcetines. ¿Recuerdas la semana pasada cuando te dije que si no recogías tus calcetines sería la última vez que los verías? Pues bien, yo siempre cumplo lo que prometo. Ahora ve a terminar de vestirte o llegaras tarde”.
“¿Qué hiciste qué? Kurt, no puedo ir sin calcetines al trabajo. Vamos préstame un par”, dice Sebastian intentando acercarse a la cómoda y siendo detenido por Kurt.
“No, o tengo que recordarte la última vez que usaste algo de mi guardarropa, que se encogió cuando la lavaste”.
“Pero te compre otro, babe”, dice Sebastian haciendo un puchero.
Kurt hace un esfuerzo para no ser débil y caer ante el mohín pues debe darle una lección a Sebastian.
Un nuevo intento de Sebastian por alcanzar la cómoda es frustrado por Kurt, quien vuelve a detenerle.
“Venga Kurt, sólo son unos cálcetines y se me está haciendo tarde para mi reunión”, dice Sebastian mientras batalla por pasar a Kurt.
“¡No!”, dice Kurt de manera terminante.
“Bien, entonces cuando vaya de compras voy a traer todos esos calcetines con diseños estrafalarios que tanto me gustan y que odias puesto que no pegan con ninguno de mis trajes ni mis zapatos”
Sebastian finge rendirse dando media vuelta para salir del vestidor. Camina unos pasos a la espera de que Kurt baje la guardia, antes de girarse y lanzarse sobre él atacando los costados con cosquillas. Ambos van al suelo entre risas, suplicas y advertencias.
“No voy a parar hasta que digas que me prestas unos calcetines”, dice mientras sigue con su tortura sobre Kurt quien ya tiene las mejillas rojas y no para de agitarse deshaciéndose en risas.
“¡Bas... Bas para… no puedo… Baaaaaaaaaaas!”, Kurt habla entre risas y jadeos “Está bien, está bien, me rindo”.
La sonrisa de Sebastian al saberse vencedor es tan grande como la del gato de Cheshire. Antes de levantarse se inclina sobre Kurt para darle un beso, ayudándole despuésa ponerse de pie también.
Ya de pie, Kurt suspira mientras abre su cajón y saca un par de calcetines negros perfectamente doblados. Sebastian va a cogerlos pero Kurt los aleja.
“Antes promete que vas a ser más ordenado”.
“Palabra de explorador, babe”, dice Sebastian dándole otro beso “Gracias”, murmura contra los labios de Kurt, quien sonríe y se los entrega.
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